Discursos

ALÍ RODRÍGUEZ ARAQUE, CANCILLER DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
DISCURSO DEL CANCILLER DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA ALÍ RODRÍGUEZ ARAQUE, EL ROL DE LAS TIC EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

6 de junio de 2006 - Santo Domingo


La Revolución de la información y las comunicaciones, como en su momento lo hiciera la revolución industrial, ha potenciado varias veces la productividad del ser humano. Con ello, ha reduciendo cada vez más el tiempo necesario para la generación de los bienes y servicios indispensables destinados a su propia existencia. Por contraste, no ha liberado tiempo para su mayor desarrollo intelectual y espiritual. Lejos de habernos conducido del reino de la necesidad al reino de la libertad, ha profundizado aún más las desigualdades de la sociedad humana llevándola a una profundidad y una amplitud nunca antes vista. Esta realidad, entre otros factores, ha atrapado a nuestro Continente presentándolo como la región con mayor desigualdad en el mundo en los comienzos de este Siglo Veintiuno. Cuando una sola persona puede hacer el trabajo que antes realizaban varias personas, éstas, en buena medida, pasan a engrosar las filas del desempleo o a la precarización de su existencia.

Pero no sólo en Nuestra América, también en África y, en muchas otras regiones, una verdadera y creciente marea humana se va desplazando desde el Sur pobre hacia el Norte desarrollado donde lejos de encontrar el bienestar que buscan, se encuentran, cada vez más frecuentemente, con más rechazo, represión, discriminación y marginamiento.

Los impresionante avances del conocimiento científico y tecnológico, así como en otros ámbitos, podrían haber permitido una mejora sustancial de las condiciones de existencia del ser humano. En otras palabras, la sociedad humana, debería ser la sociedad del conocimiento, siendo éste un bien común como un bien natural del ser humano. Mas ¿qué ocurre en la realidad de los hechos? Nos encontramos ante un serio problema. El mismo consiste en que, al igual que en el caso de todos los demás bienes, el conocimiento se ha convertido en un bien apropiable y monopolizable. Así, pues, lejos de encontrarnos con una Sociedad del Conocimiento, nos encontramos ante Sociedades Anónimas que lo convierten en una mercancía más en lugar de lo que es, un bien natural del ser humano. De manera que en el sistema todavía dominante en el mundo de hoy, lo que prevalece es el reino de la propiedad y, dentro de él, como característica principal, el de la propiedad intelectual, el imperio de las patentes. Hoy las llamadas tecnologías de punta son monopolio de gigantescas empresas multinacionales sumergidas en una impresionante batalla que deriva en nuevas megafusiones o grandes adquisiciones, lo que incrementa su férreo control de la economía mundial. Así, por ejemplo, el extraordinario aporte que en términos generales representa la introducción de Internet y la revolución en las telecomunicaciones, que permite movilizar miles de millones de dólares a lo largo y ancho del planeta, en cuestión de segundos, aún no ha podido servir a la reducción de la llamada brecha social y, en el caso que nos ocupa, de la brecha digital entre “infopobres e inforricos”, para utilizar la gráfica expresión del Presidente Leonel Fernández.

Pero no todo es negativo, como nunca lo han sido las revoluciones tecnológicas. Es que el problema no radica en la ciencia y en la tecnología misma. Radica, sí, en los sistemas económicos, políticos y sociales imperantes. De manera que la sociedad del conocimiento, de una sociedad elitesca como la que hoy predomina, habrá de convertirse en una sociedad con capacidad para generar y utilizar la inteligencia humana y su proyección en nuevas herramientas para la creación y transformación del conocimiento en un poder al servicio de la sociedad humana y no de grupos cada vez más reducidos. Ello pasa por la democratización de la enseñanza en una región que todavía padece el escarnio que representan millones de analfabetas totalmente marginados del acceso a la información, a la ciencia, a la tecnología ¿Cómo puede imaginarse sociedad del conocimiento alguna con realidades como esta? En Venezuela, gracias a las políticas sociales llevadas adelante por nuestro presidente Hugo Chávez, con la inestimable solidaridad de Cuba, en menos de dos años se logró alfabetizar a millón y medio de analfabetas, con lo cual Venezuela es hoy territorio libre de analfabetismo, analfabetas ayer que hoy reciben educación para el trabajo, muchos de los cuales van incorporándose al dominio de la informática. Centenares de miles de esos marginados ayer, hoy reciben becas para mejorar su conocimiento e integrarse realmente a la sociedad. Es lo que algunos grupos de duro corazón y corto entendimiento califican despectivamente de populismo pues todo lo que les huele a pueblo les resulta despreciable.

Esas realidades demuestran que nuestros países deben dotarse de políticas dirigidas al establecimiento de las TIC, acompañadas de estrategias integrales de desarrollo que sirven para reducir la brecha social, la misma que genera la brecha digital, y que, a su vez, se ahonda y expande con ésta. Se trata de que la promoción e implementación de dichas estrategias y planes de desarrollo integral, puedan garantizar el acceso universal a la educación, y con ello a un equitativo acceso a las TIC como un vínculo más entre el desarrollo y la cultura que deben ser inseparables.

Por ello, en nuestro caso, realizamos esfuerzos dirigidos a proteger y estimular la innovación, la creación y la producción del conocimiento y de los bienes científicos y tecnológicos de los pueblos originarios y de los creadores populares, al mismo tiempo que dotamos de infocentros a miles y miles de nuestras escuelas pues el objetivo es que todos lo niños, sin excepción, tengan acceso y dominen estas herramientas.

Por otro lado, se aprobó hace años atrás la Ley de Telecomunicaciones que ha permitido una creciente participación del sector privado paralelamente con las redes de información y comunicación de la administración pública, universidades y centros de investigación. Estamos avanzando en Internet 2, Wi Fi, tecnología IP y en la alfabetización tecnológica, que es uno de los grandes retos que tenemos frente a nosotros. En el 2008 contaremos con un satélite en plena operación.

Con estas reflexiones y las conclusiones que de ella se derivan, nuestro país está poniendo un creciente énfasis en materializar la democratización del conocimiento, inevitablemente confrontado con quienes abogan por su monopolización, en la convicción de que, bien empleadas, herramientas como las TIC, sirven para darle el vigor necesario a nuestra economía que, con un esquema de distribución del ingreso verdaderamente progresivo y progresista, sirva de fundamento material a una sociedad más justa, más equilibrada porque disfruta de mayor bienestar, condición indispensable para florezca y se haga irreversible una verdadera democracia, no sólo representativa, sino con verdadera participación del pueblo, el único llamado a ser su protagonista, el alfa y omega de nuestra razón de ser como sociedad humana.

En íntima relación con estos temas se encuentra la elaboración de la Carta Social de las Américas que ya propusiera Venezuela en el año 2001, en el marco del XXVIII Período Extraordinario de Sesiones de nuestra Asamblea General realizado en Lima. Convencidos que la democracia sólo se concibe como un conjunto de derechos políticos y civiles y no plasma los derechos económicos, políticos y culturales ya reconocidos por la Naciones Unidas, de mantenerse en estas condiciones nunca será un sistema del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

El gran problema que hoy confrontamos es más que protuberante: 240 millones de pobres en el continente que, insistimos, muestra la más profunda y amplia de las desigualdades del mundo entero teniendo al alcance de su mano enormes posibilidades. El que estemos aprobando en este Período Ordinario de Sesiones el Proyecto de Resolución “Carta Social de las Américas: Renovación del Compromiso Hemisférico del Combate a la Pobreza Extrema en la Región” constituye una de las mejores noticias que le podemos dar a los olvidados de estas tierras. Por esta noble razón llamamos al Grupo de Trabajo creado en el marco de la OEA a intensificar sus esfuerzos a fin de terminar dicho instrumento y su plan de acción antes de finalizar el 2007.

No quisiera concluir, sin expresar como lo han hecho seguramente otros colegas, el reconocimiento a quienes han integrado con gran ponderación y sabiduría la Corte (Interaméricana de los Derechos Humanos) y aprovechamos esta ocasión para efectuar un reconocimiento al Doctor Alirio Abreu Burelli, paisano, jurisconsulto de altísima experiencia, actual Vicepresidente de la misma, quien cesará sus funciones en la Corte al culminar el presente año. Felicitaciones a los jurisprudentes y gracias a todos ustedes por este privilegio que me han concedido.