Discursos

LICENCIADO FRANCISCO ESTEBAN LAÍNEZ, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE EL SALVADOR
INTERVENCIÓN DEL LICENCIADO FRANCISCO ESTEBAN LAÍNEZ, MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE EL SALVADOR CON MOTIVO DEL DIÁLOGO DE JEFES DE DELEGACIÓN SOBRE GOBERNABILIDAD Y DESARROLLO EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

5 de junio de 2006 - Santo Domingo, República Dominicana


SEÑOR PRESIDENTE
SEÑORES JEFES DE DELEGACIÓN
SEÑOR SECRETARIO GENERAL
SEÑOR SECRETARIO GENERAL ADJUNTO
OBSERVADORES E INVITADOS ESPECIALES

Antes que nada quisiera agradecer las atenciones recibidas del Gobierno de la República Dominicana y su magnifica hospitalidad. También quisiera aprovechar la oportunidad para felicitar al Secretario General de la OEA por la magnifica la labor que viene realizando y la forma muy diligente en que ha atendido cada una las peticiones presentadas, cada vez que lo hemos abordado.

Creo que es una buena oportunidad para reconocer la atinada propuesta que su ilustrado gobierno hace a los Estados miembros, a efecto de focalizar los debates en el tema de la Gobernabilidad y desarrollo en la sociedad del conocimiento.

Las Américas atraviesan por diversos procesos de orden político, económico y sociocultural, como se advierte en sus respectivas subregiones, y entre las que se resalta la gestión democrática del nuevo Gobierno de Haití.


Por ello, más allá de lo coyuntural, es un hecho que la inserción de nuestros países en la globalización requiere que de este foro emane una clara señal política de respaldo a la incorporación de las tecnologías de la comunicación y la información a esa tarea múltiple e incesante de potenciar el desarrollo humano, incrementar la competitividad e integrarnos en mayor grado en nuestras respectivas sociedades y entre las naciones americanas.

No se trata únicamente de tecnificar la información y las comunicaciones; este factor en la agenda del desarrollo ha sido precisado por los Jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio en tanto ha de estimular el desarrollo socioeconómico y contribuir a reducir la brecha entre países.

Debemos, entonces, asumir la instrumentalización del compromiso y de la responsabilidad que significa avanzar hacia una sociedad del conocimiento, con plena conciencia de los desafíos y las oportunidades ante nosotros, en términos de prevenir las desigualdades o discriminaciones que, potencialmente, podrían darse en temas de tecnologías de la información y la comunicación. El riesgo de la exclusión de hecho de los grupos más necesitados del uso y disfrute de la sociedad del conocimiento debe tenerse presente y atenderse en consecuencia.

Quisiéramos también mencionar, la participación de la ciudadanía, que conlleva un mayor ejercicio democrático y la perspectiva de ampliar y profundizar la educación y la capacitación laboral en función de las oportunidades derivadas de una economía internacional que capitaliza en mayor proporción el uso intensivo de la información.

Es imprescindible también buscar sinergías entre los actores de este nuevo orden del conocimiento. Gobiernos, sector privado, sociedad civil y organizaciones internacionales, todos cuentan con contribuciones diferenciadas pero complementarias a la hora de diseñar las estrategias, tanto nacionales como interamericanas, de inclusión digital y alfabetización digital, de incorporación del acervo cultural y de protección y estímulo a la innovación.

Creo que es un momento importante para recalcar, que la participación de la sociedad civil en las actividades de la OEA debe de ser ampliada y fortalecida en tanto y por cuanto la Organización constituye el espacio hemisférico de dialogo y entendimiento por definición respecto al intercambio de experiencias y mejores prácticas y para la formulación de políticas públicas interamericanas. Por medio de lo anterior, los gobiernos sabremos potenciar y articular nuestros recursos en función de las perspectivas y las expectativas de desarrollo.

Esa es una responsabilidad tan grande de los gobiernos elegidos democráticamente que se enriquece con los aportes y criticas constructivas que deben provenir de la sociedad civil, quienes al final ayudan ha asegurarse que estos gobiernos electos democráticamente, gobiernen democráticamente.

Es más creemos que la participación de la sociedad civil es vital, para señalar internamente a los gobiernos en aquellas áreas que se consideren se debe prestar mayor atención.

Consideramos también que es necesario que las tecnologías de la información y la comunicación este al servicio del interés público, así como al particular, es por eso que me enorgullece mencionar que el Presidente de la República de El Salvador Don Elías Antonio Saca integró en enero pasado la Comisión Nacional para la Sociedad de la Información.

La misma constituye un órgano consultivo y asesor en cuanto a la consolidación de la sociedad de la información en el país, en un esfuerzo participativo que suma al sector privado, al mundo académico, la sociedad civil y los gobiernos locales.

Aprovechando el tema de esta asamblea El Salvador someterá a consideración de las delegaciones un proyecto de resolución que, en consonancia con el objeto de nuestro dialogo, busca destacar y fortalecer el papel que las tecnologías de la información y la comunicación juegan en la modernización y automatización de los sistemas electorales, coadyuvando a los esfuerzos de las autoridades nacionales en su objetivo de elevar la calidad y transparencia de tales procesos. Es una propuesta consecuente con el compromiso democrático de los Estados miembros y la gobernabilidad en que nos encontramos empeñados.

De igual manera en el contexto de esta reunión referirme al dialogo con los observadores permanentes, el cual nos merece las siguientes reflexiones:


- Existe potencial para desarrollar en mayor grado entre la OEA, sus Estados miembros y los Observadores Permanentes. Un diálogo más profundo y más serio y ello no sólo se refiere a la cooperación al desarrollo en un sentido estricto, sino, en un marco más amplio, al carácter de la relación y participación de los Observadores Permanentes.

- Por ello, el estatus del Observador Permanente podría replantearse a efecto de sustentar y singularizar sus diferentes perfiles, y así reconocer con mayor objetividad sus contribuciones e identificación con los Estados miembros en la consecución de los principios y propósitos consagrados en la Carta constitutiva de la OEA.

Antes de finalizar quisiera retomar las inquietudes expresadas por el Canciller Celso Amorin y otros que me antecedieron, al presentar nuestra preocupación por que se respete

la voluntad soberana de los pueblos y los gobiernos elegidos democráticamente. Los miembros de la OEA debemos reafirmar nuestra convicción sobre el principio de respeto entre países por lo que debemos buscar mecanismos que nos permitan como organización asegurarnos que estas situaciones no sigan repitiendo y que el respeto mutuo entre los estados sea la norma. Debemos de buscar construir sobre nuestros puntos de convergencia, no sobre nuestras diferencias.

MUCHASGRACIAS.