Discursos

EMBAJADOR JORGE VALERO , REPRESENTANTE PERMANENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA ANTE LA OEA
INTERVENCIÓN DEL EMBAJADOR JORGE VALERO EN EL TRIGÉSIMO SEGUNDO PERÍODO EXTRAORDINARIO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA

15 de marzo de 2006 - Washington, DC


I

Importantes cambios democráticos y transformaciones progresistas están ocurriendo hoy día en nuestra región. Revoluciones democráticas, de profundo contenido humanístico, configuran el paisaje político institucional de este tiempo. Un nuevo despertar emerge en nuestro continente.
En América Latina y el Caribe se expanden sentimientos y prácticas de integración y cooperación solidaria. Se combaten todas las formas de exclusión y se impugna la desigualdad. Se lucha contra la pobreza y se declara a ésta, como una prioridad hemisférica. Se aboga por la profundización de la democracia para que impere la justicia social.
A pesar de este alentador panorama, no podemos ignorar que aún prevalecen en nuestro Continente remanentes de la “Guerra Fría” y de la llamada Doctrina de Seguridad Nacional. Esta última sirvió de cobertura ideológica para imponer dictaduras militares, justificar invasiones y violar la soberanía de países.
La conciencia democrática del continente debe superar estas viejas coordenadas y doctrinas, para avanzar hacia la construcción de sociedades verdaderamente democráticas con libertad, igualdad, justicia y solidaridad.
Nuevos retos y desafíos encaramos en un mundo caracterizado por el indeseable influjo del unilateralismo; por el desbordamiento de propósitos intervensionistas que irrumpen contra el derecho internacional.

II


América Latina anida inmensas e insólitas potencialidades democráticas y de desarrollo integral que no pueden ser desestimadas.
Deplorable es que algunos voceros del militarismo hegemónico declaren que “América Latina... no puede ser considerada una región benigna”.
Queremos advertir en este foro, que está en desarrollo una escalada confrontacionista contra procesos democráticos en nuestra región y, en particular, contra el de nuestro país. Ya se dibuja –desde el punto de vista de Venezuela- una militarización de la política de seguridad frente a América Latina.
¿Qué implicaciones tiene para el sistema interamericano la gran incidencia que esta teniendo el Comando Sur? ¿Es qué se pretende militarizar las relaciones interamericanas? ¿Es qué acaso se pretende sofocar el nuevo despertar de los pueblos del continente? ¿Es que se pretende restaurar la Guerra Fría y la Doctrina de Seguridad Nacional con nuevos contenidos?
Frente a estas circunstancias ¿Qué papel debe jugar la OEA?

III


Esta Asamblea General Extraordinaria es una oportunidad para reiterar nuestro compromiso en la defensa de la soberanía y la autodeterminación de nuestros pueblos y para reivindicar, de conformidad con la Carta de la OEA, el derecho de los Estados de elegir -sin interferencias externas- su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga a sus respectivos pueblos.
La República Bolivariana de Venezuela rechaza con firmeza las amenazas contra su soberanía y declara, categóricamente, que las verdaderas fuerzas desestabilizadoras en nuestro continente son las tentaciones imperiales y sus pretensiones de vasallaje.
La injusticia, la desigualdad y la discriminación son también causas de inestabilidad en nuestro continente. La gobernabilidad y la estabilidad solo estarán garantizadas cuando prevalezca un estado de derecho y de justicia. Cuando la equidad y la inclusión social sean una realidad.

IV


Inspirados en los principios libertarios de nuestra Constitución, los venezolanos, civiles y militares, proclamamos la conveniencia de un mundo pluripolar, donde impere la solidaridad entre todos los seres humanos.
Un pivote de la nueva política militar que se implementa en la patria de Bolívar, es la unidad cívico-militar. Por eso nuestra Fuerza Armada participa, de manera entusiasta, en el desarrollo integral del país. Rescata las mejores tradiciones históricas y responde a los intereses supremos de la nación.

V


Desde la creación de la Junta Interamericana de Defensa (JID), en 1942, se ha discutido sobre su misión y naturaleza. Y desde su fundación, en 1948, la OEA ha intentado definir su relación jurídica con la JID.
De larga data es la oposición a que la JID se convierta en un cuerpo militar permanente dentro del sistema interamericano. Una situación como ésta introduciría una nota discordante en los fundamentos pacíficos del hemisferio.
La República Bolivariana de Venezuela comparte el criterio de que la JID debe tener como propósito prestar a la OEA, y a sus Estados Miembros, servicios de asesoramiento técnico, consultivo y educativo sobre temas relacionados, única y exclusivamente, con asuntos militares y de defensa. Y considera que, en ningún caso, puede desempeñar funciones de naturaleza operativa.
El Estatuto que aprobaremos en esta Asamblea General Extraordinaria establece que, en el cumplimiento de sus funciones, la JID debe evitar la duplicación de esfuerzos y gastos, complementando más bien la actividad que realizan otras entidades u organismos especializados del Sistema Interamericano.
Venezuela brinda su apoyo para que las autoridades de la JID se conformen democráticamente y destaca la necesidad de que se establezca una subordinación de las instituciones militares, a las autoridades civiles legalmente constituidas.
Venezuela apuesta al éxito de la Junta Interamericana de Defensa y se congratula de que hoy, luego de un largo proceso de negociaciones, se apruebe el Estatuto de la JID.

VI


Venezuela, de conformidad con el artículo 81 del Reglamento de la Asamblea General, quiere dejar constancia de su reserva al artículo 32, numeral 1 del Estatuto de la JID. El texto de esta reserva será consignado por Secretaría.