Discursos

EMBAJADORA ABIGAÍL CASTRO DE PÉREZ
PALABRAS DE LA SEÑORA EMBAJADORA ABIGAÍL CASTRO DE PÉREZ ANTE LA ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA DE LA OEA

30 de enero de 2006 - Washington, DC


Señor Presidente,
Señor Secretario General,
Señor Secretario General Adjunto,
Señores Jefes de Delegación,
Señores Observadores Permanentes,

Sean mis palabras iniciales para patentizar, en nombre de mi delegación, nuestro reconocimiento por su merecida elección a la presidencia del presente período extraordinario de sesiones de la Asamblea General.

Si hay un punto sobre el que existe pleno consenso y unanimidad, es sobre las dotes que le caracterizan, señor presidente, las cuales sumadas a su amplia experiencia en asuntos interamericanos, y su involucramiento en los preparativos y negociaciones sobre el tema que nos congrega, aseguran que arribaremos a buen puerto.

El norte de su conducción se requiere más que nunca, en tanto y por cuanto la organización está llamada a jugar, en virtud de las expectativas de los gobiernos depositadas en ella y las demandas de nuestros pueblos, un papel cada día más relevante en la misión histórica de América, que es ofrecer al hombre una tierra de libertad y un ámbito favorable para el desarrollo de su personalidad y la realización de sus justas aspiraciones.

Señor Presidente:

Es una cuestión de credibilidad para la OEA, en estos tiempos cuando el perfil de la organización, se ha elevado y visibilizado como resultado de los mandatos que le han sido encomendados durante el proceso de cumbres de las Américas.

En estos términos, recibimos muy positivamente las reformas emprendidas por el Secretario General vía órdenes ejecutivas a efecto de mejorar y adecuar la estructura y funcionamiento de la Secretaría General de una Organización eminentemente política.

Pero no podemos ni debemos minimizar el hecho que estas reformas requieren medios para ser ejecutadas, de allí la importancia de respaldar el sostenimiento de la Organización mediante el incremento de las cuotas de su estados miembros, basándose primordialmente en la capacidad de pago de los respectivos países y la determinación de éstos de contribuir de forma equitativa, tal cual reza el artículo 55 de la Carta de la OEA.

Nuestra delegación considera que existe acuerdo general en cuanto a que la organización requiere un presupuesto más acorde con el posicionamiento que queremos darle.

Este acuerdo ha sido producto entre otros, de la comparecencia del Secretario General ante los cuerpos pertinentes, para señalar la gravedad de la situación y el imperativo de solucionar a largo plazo las persistentes dificultades financieras de la organización.

Es importante reconocer, agradecer y felicitar a la Secretaría General el haber cumplido con apoyar la elaboración de propuestas de escalas de cuotas revisadas para el fondo regular, el haber documentado los efectos de la cuota mínima, sugerido parámetros y recopilado los datos de la escala de cuotas en las Naciones Unidas, como le fuese requerido.

El Consejo Permanente, por medio de la Comisión de Asuntos Administrativos y Presupuestarios ha analizado concienzudamente y con criterio de realismo y factibilidad, opciones enfocadas a superar el impasse en la materia.

Los Estados miembros hemos aportado efectivamente en este proceso; el Embajador Manuel María Cáceres, Representante Permanente del Paraguay convocó a un encuentro de expertos para continuar los intercambios que asegurasen un afinamiento de los datos ante nosotros y un grado mayor de maduración de las consultas, a fin de posibilitar debates más fructíferos en la búsqueda de compromisos a adquirir.

Esta reunión de expertos celebrada del 18 al 20 de los corrientes, marcó una etapa importante en las exploraciones y esfuerzos en pro de una salida a un estatus quo que, dado el congelamiento del presupuesto de la organización, amenaza la credibilidad en el cumplimiento de las responsabilidades.

Sobre esta problemática presupuestaria, nuestra delegación considera que no sirve de mucho hacer señalamientos e implicar responsabilidades, pues la solución de la misma nos compete e involucra a todos los Estados Miembros y en nuestras manos, aquí y ahora tenemos la posibilidad de definir esta solución.

Expresamos nuestro especial reconocimiento a los ilustrados gobiernos de Brasil y México por las propuestas presentadas con el objetivo de focalizar, acotar y concretar formulas de transacción.

Señor Presidente:

El Salvador ratifica su espíritu y mejor voluntad de contribuir a la generación del compromiso hemisférico de aumentar el presupuesto del fondo regular de la OEA correspondiente al 2007 y de mantener dicho presupuesto en los próximos años al nivel requerido, para el propósito de que esta organización cumpla su papel de foro político por excelencia, articulador de políticas públicas y organismo de cooperación al desarrollo.

Esta ratificación la hace mi delegación, desde la perspectiva de un estado miembro de las economías más pequeñas, que lucha por impulsar el desarrollo social y económico y contribuir a la gobernabilidad en el hemisferio; propugnamos eso sí, por que sean debidamente tomadas en consideración las condiciones de dichas economías, las cuales no solo se esfuerzan por integrarse, sino que deben hacer frente a desastres naturales, en ocasiones de manera recurrente.

Estamos consecuentemente en la etapa de las definiciones políticas, puesto que ninguna formula será perfecta en términos puramente técnicos, por lo que políticas deberán ser por consiguiente las decisiones que se adopten sobre: máximos, mínimos, transiciones y términos nominales.

Esperamos que sabremos evidenciar en nuestros intercambios, los gestos voluntarios en la dirección correcta de coronar nuestros trabajos con éxito. No podemos aspirar a contar con una visión estratégica de largo plazo si debemos ocuparnos y preocuparnos permanentemente de las finanzas de la organización.

Tampoco procede que nos acostumbremos a un corto plazo en cuyo contexto el Secretario General se vea obligado a recordarnos los compromisos nacionales hacia la organización.

En contrapartida a los esfuerzos que estamos dispuestos a asumir, reconocemos que el Secretario General sabrá disponer de lo necesario, a efecto de transparentar y eficientizar en mayor grado las operaciones de los órganos, organismos y entidades de la Secretaría General; así se contribuirá al gerenciamiento de la institución y a su engrandecimiento.

Señor Presidente,

Mi delegación hace un llamado a todos los Estados miembros a demostrar flexibilidad, comprensión y vocación de consenso.

Hacemos votos y estamos seguros que durante este ejercicio los Estados sabremos estar a la altura de las implicaciones y consecuencias que nuestras decisiones conllevan.

Cuente entonces con el concurso de El Salvador.

Muchas Gracias.