Discursos

CARLOS QUESADA
PRESENTACIÓN DE CARLOS QUESADA, DIRECTOR DEL PROGRAMA PARA LATINOAMÉRICA, GLOBAL RIGHTS - PARTNERS FOR JUSTICE: “VISIÓN GENERAL SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS AFRODESCENDIENTES”. DISCURSOS Y PRESENTACIONES DURANTE LA SESIÓN ESPECIAL DE REFLEXIÓN Y ANÁLISIS SOBRE LA NATURALEZA DE UNA FUTURA CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA EL RACISMO Y TODA FORMA DE DISCRIMINACIÓN E INTOLERANCIA

28 de noviembre de 2005 - Washington, DC


Buenos días señor Silvio Alburquerque, Presidente del Grupo de Trabajo encargado de preparar un borrador de Convención Interamericana contra el Racismo y Todas las Formas de Discriminación e intolerancia, de la Misión de Brasil ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Señora Margarita Majarrez, Vicepresidenta del Grupo de Trabajo, de la Misión de Colombia ante la OEA, excelentísimos representantes de los Estados de las Américas, miembros de este Grupo de Trabajo, señoras y señores.

Nos complace ver aquí representantes de distintas organizaciones sociales, organismos internacionales y expertos gubernamentales; esto demuestra un interés del grupo de trabajo por incorporar sectores de la sociedad, históricamente olvidados y excluidos, que esperamos estén cubiertos por la Convención, así como el importante aporte que tanto la Academia, los Estados y los organismos internacionales pueden aportar.

Global Rights es una organización de incidencia en derechos humanos que se asocia con activistas y organizaciones alrededor del mundo para crear sociedades mas justas. Nuestro trabajo en América Latina tiene mas de 25 años y durante este tiempo hemos trabajado en más de diez países de la región para disminuir la discriminación racial contra los afro descendientes y los pueblos indígenas.
Tenemos un amplio trabajo de cara a la Organización de Estados Americanos, como un todo, especialmente en el proceso de seguimiento del tema de la discriminación racial en los distintos órganos, incluyendo el Comité de Asuntos Jurídicos y Políticos, el proceso de cara a la Asamblea General y el seguimiento a sus resoluciones; el proceso de Cumbres y por supuesto los órganos del Sistema Interamericano de Protección de Derechos, la Comisión Interamericana y la Corte. Ahora lo hacemos ante el Grupo de Trabajo.

Hemos hecho presentaciones en el pasado ante el Comité de Asuntos Jurídicos y Políticos, sobre las razones, por las cuales debería existir una Convención Interamericana contra la Discriminación Racial, desde el punto de vista Afro descendiente. Además estuvimos presentes en la Primera Reunión del Grupo de Trabajo, donde hicimos una presentación sobre a quienes, debería proteger este nuevo tratado regional.

Nos complace ver como en la Organización de Estados Americanos se va reconociendo que la marginalidad social, el racismo, la pobreza, la invisibilidad y la exclusión, son parte de las estructuras de nuestras sociedades, que han generado en relaciones desiguales de poder y a las que por lo tanto hay que combatir.

En la reciente Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata, Argentina el pasado 4 y 5 de noviembre, cuyo lema era “Crear Trabajo para Combatir la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad Democrática”, quedo claro en la Declaración Final, como los jefes de Estado de la región se comprometieron a combatir “la pobreza, la desigualdad, el hambre y la exclusión social para elevar las condiciones de vida de nuestros pueblos y reforzar la gobernabilidad democrática en las Américas”.

Además en la misma declaración, se reafirma el compromiso de los Estados de enfrentar “el flagelo del racismo, la discriminación y la intolerancia en nuestras sociedades…Con este fin, apoyamos la implementación de la resolución AG/RES 2126 que resultó en el establecimiento de un Grupo de Trabajo a cargo de, entre otros, la preparación del Proyecto de Convención Interamericana de Prevención del Racismo y de Todas las Formas de Discriminación e Intolerancia.”

Creemos firmemente que las condiciones están dadas para ofrecer a la región un tratado, que refleje las condiciones pasadas y presentes que impiden a millones de personas a tener acceso a sus derechos civiles y políticos, como económicos, sociales y culturales.

De acuerdo a datos del Banco Interamericano de Desarrollo, existen aproximadamente unos 150 millones de afro descendientes en América Latina y el Caribe /; si a esto le agregamos los 38.3 millones de Afro americanos de los Estados Unidos / y los 500 mil afro canadienses, estamos hablando que en la región existen unos 190 millones de afro descendientes, de una población total en las Américas de unas 800 millones de personas.

La gran mayoría de los afro descendientes en la región se debate en la pobreza y la desigualdad, situación que es particularmente seria en las mujeres, jóvenes, niños y niñas afro descendientes. Esta discriminación es agudizada por la falta de participación en los espacios de decisión, representación y participación política, lo que profundiza las diferentes formas estructurales de exclusión. Hemos hecho presentaciones en el pasado sobre las condiciones de los afro descendientes en la región. Sin embargo, deseamos que sean nuestras contrapartes, las que presenten su situación.

Son para mostrar un ejemplo, en Brasil, donde los afro brasileños representan casi el 50% del total de los casi 180 millones de personas, los blancos/mestizos ganan 57% mas que los afro descendientes con los mismos niveles de educación. En Colombia los índices de analfabetismo en las comunidades afro colombianas son del 45% comparado con el 14% a nivel nacional. En la Republica Dominicana, la situación de los derechos civiles y políticos, así como de los derechos económicos, sociales y culturales es preocupante. En Honduras, las comunidades garifunas luchan por un reconocimiento cultural y territorial, que se ve amenazado por intereses económicos. Podríamos seguir dando ejemplos en cada uno de los países de la región.

Las comunidades afro descendientes han contribuido enormemente en la construcción de todas las sociedades americanas y caribeñas; sin embargo, continúan enfrentando la exclusión y la discriminación, al no ser sujetos activos en las democracias.

Retomando la Declaración de Mar del Plata, quiero leer el planteamiento de los Estados al afirmar “nuestro compromiso de respetar los derechos de los afro-descendientes y asegurar su pleno acceso a las oportunidades de educación en todos los niveles y al trabajo decente que les ayudara a superar la pobreza y la exclusión social, y contribuirá a que se incremente su participación en todos los sectores de nuestras sociedades.”

Global Rights y nuestras contrapartes creemos firmemente que el anterior planteamiento se lograra, por medio de políticas sociales y económicas que traten de combatir los problemas de los afro descendientes en la región; así como con la pronta aprobación de un Tratado Regional que combata ese racismo estructural.

Quisiera ceder el espacio al señor Geiler Romaña, Presidente de la Asociación de Afro Colombianos Desplazados (AFRODES), nuestra principal contraparte en Colombia, quien nos presentara de manera general cual es la situación de los afro colombianos, y una razón más que justifica que se redacte una Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Todas Formas de Intolerancia en el continente.

Comentarios adicionales del Geiler Romana, Presidente de la Asociación de Afrocolombianos Desplazados.

Quiero agradecer la oportunidad que me han dado para estar aquí una vez mas con ustedes, trayéndoles del seno desde nuestra comunidades la realidades que generan el racismo, la exclusión social, marginalización y la discriminación histórica que padecemos los afro descendientes en América Latina. Sin duda alguna, estos espacios impulsados por el grupo de trabajo encargado de la elaboración del borrador de la convención interamericana contra el racismo y todas formas de discriminación Racial e intolerancia de la Organización de Estados Americanos, constituye una gran oportunidad para que las organizaciones de la sociedad civil hagamos nuestros valiosos aportes, en la búsqueda de alternativas viables que identifiquen las causas y ayuden en la eliminación del flagelo que agudiza la pobreza, motor generador de la violencia y de la intolerancia existente en nuestras naciones.

Afrodes, es una organización dedicada a la defensa de los Derechos Humanos de la comunidades Afro-colombianas victimas de la guerra interna, cuenta con una base social conformada 2.340 familias, unas 11.000 personas viviendo en situación de desplazamiento forzado. Cada una de estas familias antes del desplazamiento vivía en sus territorios ancestrales, donde trabajan solidariamente al interior de su comunidad, poseen una cultura propia, comparten una historia y desarrollaban sus tradiciones y costumbres dentro de la relación campo- poblado , que les permite mantener y conservar la conciencia e identidad que los caracteriza como grupo étnico. Hoy, desafortunadamente, estas familias están poblados los cinturones de miseria de las grandes ciudades del país.

Desde 1999, fecha en la que nace la Asociación de Afrocolombainos Desplazados – AFRODES, hemos venido participando en diferentes escenarios publico y privados nacionales e internacionales. En el 2001 participamos en la Tercera Conferencia Mundial Contra el Racismo, la

Discriminación Racial, la Xenofobia y las Distintas Formas Conexas de Intolerancia, realizada en Sur Africa. Hemos trabajado con la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de los Afro-descendientes en Colombia. En el 2002,2004 y ahora en el 2005, por invitación del Global Rights, hemos participados en las audiencias de la OEA sobre afro-descendientes, conjuntamente con otras organizaciones hermanas solicitamos la creación de la Relataría Especial para Asuntos Afro descendientes en la Américas, la que hoy al igual que ustedes celebramos por su creación e importancia que esta tiene para el conjunto de familias y pueblos de ascendencia africana en la diáspora.

Colombia es una nación plurietnica y multicultural, con una población de mas de 42 millones de personas, de las cuales el 26% son Afrocolombianos. Esta población tiene condiciones de vida que registra características que en si misma, representan un estado de cosas que vulnera los derechos fundamentales y configura una estructura que limita las posibilidades para un desarrollo humano con dignidad.

Las mediciones estadísticas sobre los diferentes indicadores que dan cuenta de la calidad de vida de la población afrocolombiana, registra niveles significativamente inferiores a los del resto del país. Para hacerse a una idea general: la ultima estimaron oficial indica que el 79% de los municipios con población mayoritariamente afrocolombiana, esta dentro del grupo de entidades territoriales con menor grado de desarrollo, en ellos el porcentaje de población promedio con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) para las cabeceras municpales varia entre 85 y 47%, mientras que para el resto de grupos de municipios, el porcentaje de población pobre por NBI oscila entre el 38 y 30%.

Confirmando la tendencia, se estima que el 72% de toda la población afrocolombiana esta ubicada en los estratos socioeconómicos más bajos del país, lo que constituye hechos de discriminación racial en la aplicación de las políticas públicas justas para erradicar la exclusión social que afecta a los afro-descendientes en Colombia.

El comportamiento de estos índices confirman la situación que por observación directa puede apreciarse al visitar cualquiera de los territorios que habitan los afrocolombianos: comunidades con viviendas sin servicios públicos básicos o baja calidad de los mismos, infraestructuras sociales inexistentes o deficientes, desempleo o actividades productivas que no generan ingresos suficientes para vivir dignamente.

La indiferencia social generalizada hacia las críticas condiciones de vida de la población afrocolombiana, que han coexistido con el despojo sistemático de las riquezas de sus territorios, se han intensificado en las últimas décadas a todos los niveles. El valor geoestratégico de los territorios desde el punto de vista económico y militar, ha convertido la región en un campo de batalla en donde las comunidades afrocolombianas son las victimas exclusivas.

Son muchas las violaciones de derechos humanos que configuran este nuevo ataque a existencia física y espiritual del pueblo afrocolombiano, y que perpetua la exclusión que ha caracterizado a la diáspora africana desde el primer desplazamiento forzado del que fuimos victimas hace más de cinco siglos.
El desplazamiento forzado configura hoy en día la mayor, mas no la única, violación de los DDHH y el DIH contra la población afrocolombiana. De las 3.563.504 personas que han sido desplazadas en el país por causas del conflicto armado entre los anos 1985 y junio del 2005, algunos análisis indican que el 30% son afrocolombianos, es decir cerca de un millón de hermanos afro descendientes.

La población ubicada en la costa del pacífico Colombiano, representa la menos un millón de personas, estos territorios sobre los que hasta ahora hemos logrado adquirir la titulación colectiva de aproximadamente 4.399.392 hectáreas. Son catalogados por el mundo, como poseedores de mayor biodiversidad del planeta, y que desde el principio de la historia y hasta el día de hoy, han aportado recursos naturales estratégicos para su desarrollo; actualmente están siendo arrasados por la impertinencia del modelo de desarrollo impuesto con la presión de los actores armados, se convierte en una evidencia fehaciente del racismo económico y social en contra del pueblo afrodescendiente en Colombia.

Por lo anterior, y por la responsabilidad social que tenemos de trabajar permanente para erradicar las desigualdades sociales generadas por el racismo, la discriminación y la intolerancia, apoyamos firmemente la iniciativa de redactar una convención interamericana para eliminar estas practicas en los países del hemisferio. Pero además creemos que es necesario que la Organización de los Estados Americanos (OEA), debe establecer mecanismos que exijan a los Estados y sus gobiernos el cumplimiento de las normas nacionales e internacionales en esta materia, incluso, establecer mecanismos que sancionen su incumplimiento.