Discursos

JOSÉ MIGUEL INSULZA, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
PALABRAS DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA EN LA REUNION DE MINISTROS DE RELACIONES EXTERIORES CON REPRESENTANTES DE LOS PUEBLOS INDIGENAS EN EL MARCO DE LA IV CUMBRE DE LAS AMERICAS

3 de noviembre de 2005 - Mar del Plata, Argentina


Señor Rafael Bielsa, Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina

Señor Jorge Briz, Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala

Señor Jorge Taiana, Secretario General del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina

Señores Ministros de Relaciones Exteriores y Jefes de Delegación de los Estados miembros de la OEA

Embajador Albert Ramdin, Secretario General Adjunto de la OEA

Señor Director Secretaría de Cumbres de la OEA

Señoras y señores representantes de los pueblos indígenas

Resulta para mi muy grato participar en esta reunión entre los Ministros de Relaciones Exteriores y los representantes de los pueblos indígenas de las Américas. Es para mi un privilegio tener la oportunidad de referirme sobre un tema que considero sumamente importante en el contexto de la labor que realizamos en el Hemisferio para promover y proteger los derechos humanos de todos los ciudadanos de las Américas.

Celebro que los pueblos indígenas de las Américas hayan realizado hace apenas una semana su II Cumbre en el marco de la IV Cumbre de las Américas y se hayan ocupado en la Declaración, que hoy comparten con nosotros y de los asuntos que les preocupan, no sólo en cuanto a la garantía de sus derechos sino también a aquellos que les permitan mejorar sus condiciones de vida.

No podemos perder de vista que fue precisamente en las Cumbres de las Américas, especialmente la de Québec en 2001, y la de Monterrey en 2003-, donde los Jefes de Estado y de Gobierno resaltaran los trabajos que se adelantan en la Organización con el fin de adoptar la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, tarea en la que todos estamos empeñados. Precisamente hace unos días en Antigua, Guatemala los representantes indígenas y los gobiernos se reunieron para llegar a un consenso sobre dicha Declaración.
La IV Cumbre de las Américas se presenta en un momento crítico para el Hemisferio, donde los niveles de desigualdad y pobreza han hecho que nuestros líderes redefinan sus prioridades y respondan a estos nuevos desafíos con la visión compartida que sólo la Cumbre de las Américas puede ofrecer. Mas aún cuando en esta Cumbre el tema laboral y la protección y promoción de los derechos de los pueblos indígenas se presentan como temas esenciales de deliberación de nuestros Jefes de Estado y de Gobierno.

La Organización Internacional de Trabajo (OIT) indicó que 7 de cada 10 puestos de trabajo que se han creado desde 1990 corresponden al sector informal. A esto se suma que la pobreza se centra en los grupos más desfavorecidos de la región, como son los pueblos indígenas y las comunidades afrodescendientes.

Las discusiones que han tenido lugar en el pasado y sus correspondientes resultados indican claramente que a través de actividades y esfuerzos concertados, podemos convertir agendas e ideas divergentes en conceptos jurídicos que reflejen no sólo las preocupaciones y aspiraciones de los pueblos indígenas, sino también la capacidad de los Estados Miembros de atenderlas.

Este cambio no sólo refleja el reconocimiento por parte de los gobiernos de la necesidad de reformas de políticas, sino también el éxito de la labor que están realizando los propios representantes de los pueblos indígenas para dar a conocer y conferir mayor relieve a las cuestiones fundamentales que afectan sus vidas. Una gobernabilidad moderna y buena demanda un enfoque multifacético e incluyente, reconociendo las contribuciones y responsabilidades de todos los sectores de la sociedad.

Aguardo con esperanzas vivir en una América en la que los derechos de los pueblos indígenas dejen de ser un tema de negociación y se conviertan en una expresión tangible con el reconocimiento de que cada uno de nosotros tiene el derecho inalienable a la dignidad humana y a vivir sin temor de ser víctimas de discriminación o marginación en las Américas.

Muchas gracias