Discursos

EMBAJADOR ALBERT M. RAMDIN
DISCURSO DEL EMBAJADOR ALBERT M. RAMDIN, CANDIDATO AL CARGO DE SECRETARIO GENERAL ADJUNTO DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS, ANTE EL CONSEJO PERMANENTE DE LA OEA

25 de mayo de 2005 - Washington, D.C. – USA


LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS CON UN NUEVO LIDERAZGO:
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES


Señor Presidente del Consejo Permanente, Embajador Alberto Borea del Perú,
distinguidos representantes permanentes,
Secretario General Interino Embajador Luigi Einaudi,
distinguidos observadores permanentes,
distinguidos representantes suplentes,
personal de la OEA,
señoras y señores:


Me siento muy honrado y privilegiado de que se me haya brindado hoy la oportunidad de dirigirme a este importante órgano de la Organización de los Estados Americanos en relación con mi candidatura al cargo de Secretario General Adjunto.

Me complace especialmente transmitir a ustedes el saludo del Presidente de la República de Suriname, Su Excelencia Ronald Runaldo Venetiaan, quien tuvo el honor de dirigirse a este augusto órgano el 24 de septiembre del año pasado.

También me complace transmitir a ustedes los mejores deseos de Su Excelencia María Elizabeth Levens, Ministra de Relaciones Exteriores de la República de Suriname, quien deseaba estar presente, pero no pudo asistir debido a que, en este mismo momento, el pueblo de Suriname ejerce el derecho del voto, en la quinta elección general consecutiva desde que se restableció la democracia, en 1987.

Suriname y la OEA tienen una relación especial y de larga data. El gobierno y el pueblo de Suriname tienen una gran deuda de gratitud con la OEA por su valiosa asistencia en el fortalecimiento del proceso democrático de nuestro país, a través de la Misión Especial de la OEA, de 1990 a 2000.

Esta relación se mantiene hasta hoy. Actualmente, está en Suriname una misión electoral de esta Organización para supervisar las elecciones, encabezada por la distinguida diplomática de Trinidad y Tobago, Embajadora Corinne McKnight. El compromiso de Suriname con esta distinguida institución refleja el valor que asigna al proceso de la OEA y su confianza en él.




Señor Presidente, distinguidos representantes:

Aunque soy ciudadano de la República de Suriname, hoy tengo el privilegio de dirigirme a ustedes como candidato de la Comunidad del Caribe, CARICOM, el sistema de integración de la región, que ya tiene 32 años de existencia y del cual mi país es miembro desde 1995.

Los Jefes de Gobierno de la CARICOM respaldaron por unanimidad mi candidatura el 7 de julio de 2004, en Grenada. Posteriormente, su apoyo se vio reafirmado en las Conferencias de Jefes de Gobierno de noviembre de 2004, en Trinidad y Tobago, y de febrero de este año, en Suriname, así como en la reciente declaración de la CARICOM, el 18 de mayo de 2005. Además, otros Estados miembros de la OEA han prometido su más pleno apoyo a mi candidatura. Aprovecho esta oportunidad para expresar mi gratitud por el abrumador apoyo y confianza.

Soy de la idea de que la CARICOM, que es parte integral y cada vez más importante del Hemisferio Occidental, con fuertes relaciones con otras subregiones de América Latina, encarna un buen augurio para la profundización de los movimientos de integración a través de una cooperación más firme. Los miembros de la CARICOM comparten numerosas similitudes, desafíos y amenazas con los países de Centroamérica, como claramente lo son la vulnerabilidad de nuestras pequeñas economías y el recurrente azote de los desastres naturales y la búsqueda de un progreso y un desarrollo económico y social sostenidos.


El papel del Secretario General Adjunto

Señor Presidente, distinguidos representantes:

El cargo de Secretario General Adjunto de la OEA es, sin duda, importante. La persona que ocupa el cargo tiene que asumir responsabilidades en consonancia con los deseos políticos de todos los Estados miembros y con la plena confianza del Secretario General.

Con ello en mente, quisiera, pues, compartir con ustedes mis pensamientos y mis ideas sobre el papel de la OEA, en gran parte determinados y configurados por mi experiencia en esta Organización como Representante Permanente de Suriname, Presidente del Consejo Permanente, Presidente de la Comisión Ejecutiva Permanente del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CEPCIDI) y Asesor del ex Secretario General César Gaviria.


La Organización de los Estados Americanos

Señor Presidente, distinguidos embajadores, señoras y señores,

No hay duda de que la OEA es el principal foro del Hemisferio Occidental para el diálogo político y la cooperación, del que surge la acción colectiva.

La OEA tiene que resaltar su relevancia generando una visión en la que se tengan en cuenta las nuevas y cambiantes realidades del mundo, del Hemisferio Occidental y de las diversas subregiones. Esta visión debe ser completa y multidimensional en alcance y propósito, no sólo para reafirmar los objetivos y funciones de la OEA consagrados en la Carta, sino también para redefinir su temario y diseño, y ello, si así lo determinan los Estados miembros, a través de un nuevo plan de acción para nuestra Organización.

La OEA sólo desempeñará su papel hemisférico con la activa participación de todos sus miembros. Este papel empezaría con un firme compromiso de ayudar a los Estados a mantener la democracia y la buena gobernanza, defender los derechos humanos, fomentar la justicia social y la igualdad y reducir la pobreza.

En mi opinión, debe hacerse todo lo posible para que ningún Estado quede a la zaga, para lo cual es necesario un criterio inclusivo que cree el apoyo necesario a través de una cooperación más sólida.

Tendremos que seguir mejorando la capacidad de brindar servicios y la efectividad de la OEA, de sus consejos y comisiones y de su Secretaría General. Esta tiene que ser una tarea continua, para lograr el mejor uso posible de los fondos y la idoneidad disponibles. Creo que tenemos que fomentar la eficiencia y racionalizar las operaciones, teniendo en cuenta las observaciones y los comentarios que constan en el análisis de Deloitte and Touche y la reestructura orgánica emprendida.

La modernización, reestructuración y revitalización deben ser parte de las máximas prioridades a corto, mediano y largo plazo. Ello requerirá creatividad, prudencia política y habilidad de gestión de parte del nuevo liderazgo administrativo.

Y, lo que es más importante, construir sobre el cimiento existente y desarrollar a esta Organización hemisférica exigirán mayor unidad y un redoblado compromiso político. La OEA sólo desempeñará su papel hemisférico con la participación activa de todos sus miembros. Un criterio inclusivo creará la base de apoyo y la identificación necesarias. Sólo cuando los países puedan encontrarse en un emprendimiento colectivo y constructivo sobre temas de interés común logrará la Organización florecer y demostrar su relevancia y efectividad en el servicio a sus miembros.

Señor Presidente, distinguidos representantes permanentes:

La OEA debe seguir siendo el órgano político principal y la plataforma multilateral primordial para el diálogo, la consulta y la construcción de consenso en torno a las cuestiones de importancia vital para sus miembros.

No debemos olvidar que la OEA es un organismo impulsado por gobiernos y que la Secretaría General depende de las iniciativas y los mandatos políticos de los Estados miembros. Son, por cierto, los gobiernos, a través de sus Ministros de Relaciones Exteriores y de sus representantes ante el Consejo Permanente los que toman las decisiones y determinan las políticas, iniciativas y mandatos, es decir, el “temario” de la OEA.

Como ex representante permanente y como ex funcionario de la OEA, comprendo perfectamente la importancia de una relación efectiva entre la parte política y la parte administrativa de esta Organización. Especialmente, en tiempos de grandes demandas políticas y de restricciones financieras, es importante alentar esa relación y crear una atmósfera de acción colectiva, porque, en términos sencillos, una no puede funcionar efectivamente sin la otra.
El fomento de la eficiencia de una organización que funciona en base a instrucciones políticas derivadas del debate político del Consejo Permanente, el Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral y las Comisiones Permanentes, garantiza un entorno de mayor confianza y coherencia. Creo que también tenemos que examinar la relación entre el Consejo Permanente y las Comisiones, en especial con la Comisión de Asuntos Administrativos y Presupuestarios, a la luz de los desafíos actuales, para dar cumplimiento a los mandatos con un presupuesto limitado.

La construcción de una cultura de cooperación y comunicación, utilizando los órganos y la idoneidad institucionales disponibles en su capacidad máxima, dará lugar a una identificación con los propósitos a todos los niveles de la OEA, requisito fundamental para que una organización se desempeñe al más alto nivel, teniendo en cuenta la idoneidad de todas las regiones geográficas.

El fomento de la eficiencia evitando la duplicación, reduciendo el “papeleo” y mejorando la coordinación interna, conducirá indefectiblemente a un enfoque más basado en los resultados y más productivo. Tendremos que examinar seriamente las funciones y responsabilidades de los distintos cargos y estructuras orgánicas de modo de racionalizar y transformar a la Organización en una entidad más efectivamente funcional y, donde sea posible y necesario, realizar economías financieras.


Situación financiera de la OEA

Las dificultades financieras que enfrenta la OEA exigen una atención urgente y especial y merecen una solución permanente y satisfactoria cuanto antes. Al respecto, pueden presentarse y debatirse varias opciones, de una “corrección” del sistema de cuotas vigente, mediante la reforma e implementación de un nuevo sistema, a la obtención de fondos de otros participantes en la OEA para fondos especiales o con destino asignado, y de países y organizaciones dispuestos a financiar la implementación de principios y objetivos comunes. Será necesario tener creatividad y adoptar decisiones claras para lograr el éxito.

Tanto la Secretaría General como los Estados miembros tienen un papel y una responsabilidad en este sentido. Aquélla tiene que fomentar su capacidad para mejorar la eficiencia y la prestación de servicios, en tanto que estos tendrán que determinar los niveles más adecuados y realistas de financiamiento en relación con los mandatos encomendados a la Secretaría General. La política y el presupuesto están vinculados en términos de prioridades y necesidades. Este es un ejercicio que compete decididamente al ámbito de la dirección política.


Oficinas Nacionales

Entiendo que las Oficinas de la Secretaría General en los Estados Miembros desempeñan una función importante. En muchos países, estas oficinas nacionales no sólo tienen funciones de representación, sino que su presencia reviste inclusive importancia política, al contribuir también al fomento de la capacidad, en particular en los Estados pequeños. Creo que en el contexto de crear una Organización más eficiente y efectiva, debemos analizar el papel y ámbito de trabajo de estas entidades. Se pueden agregar nuevas funciones a su cartera, para tornarlas más útiles en el desempeño de las tareas que se asignan a la OEA.

Instrumentos jurídicos

La OEA ha elaborado en las últimas décadas numerosos instrumentos jurídicos hemisféricos. A mi juicio, es importante examinar la efectividad de esos instrumentos, determinar el nivel de implementación y, de ser necesario, adoptar las medidas pertinentes para concluir su ejecución, a fin de atender mejor las necesidades y demandas de los miembros de la OEA.


Multilateralismo

Señor Presidente, distinguidos representantes:

Muchos creen que el mundo se caracteriza por la división, inestabilidad, incertidumbre e intolerancia. Las Américas no están libres de algunas de estas características. A través de la función y las actividades políticas de la OEA, se promueve y emplea el multilateralismo como vehículo para zanjar diferencias y fijar objetivos comunes. El reclamo de políticas sociales y económicas que promuevan la justicia y reduzcan la desigualdad es cada vez mayor y no puede ser desconocido.

Es necesario enfrentar las crisis políticas de muchos países de la región a nivel interno y regional, dentro del marco de la Carta Democrática Interamericana.

Un importante desafío para el nuevo liderazgo de la OEA será la facilitación de la solución de conflictos, dentro de los Estados y entre ellos, si así lo promueven los Estados miembros afectados. Aunque, dadas las circunstancias específicas de los orígenes y el contexto político de cada conflicto, será difícil aplicar un criterio genérico a la prevención de conflictos y construcción de la paz, creo que la OEA cuenta con numerosos instrumentos para embarcarse en este proceso, a la cabeza de los cuales está la Carta Democrática Interamericana.

Si bien reconocemos que la OEA no puede ser la panacea para todos los problemas, desafíos y demandas, el organismo hemisférico puede ser el vehículo para aportar un reconocimiento e impulso políticos ante amenazas y necesidades que obstaculizan el desarrollo y la construcción de sociedades estables, justas y prósperas. Pero tenemos que ser realistas y conocer nuestras limitaciones políticas y financieras para adoptar las decisiones consiguientes. Nuestras expectativas deben ser elevadas pero razonables.


Democracia y desarrollo

Señor Presidente, distinguidos representantes permanentes:

Los pueblos de las Américas, los gobiernos de las Américas necesitan una Organización de los Estados Americanos fuerte y eficaz para fortalecer las instituciones y los valores democráticos, promover los derechos humanos y demás derechos fundamentales, facilitar el buen gobierno y construir economías sostenibles.

Espero con interés el debate sobre el tema del próximo período ordinario de sesiones de la Asamblea General, “Hacer realidad los beneficios de la democracia”, planteado muy oportuna y correctamente por los Estados Unidos de América, al igual que el lema de la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, Argentina, “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”.

Es fundamental la relación entre democracia, desarrollo y seguridad.

Como lo establece la Carta Democrática, la democracia y el desarrollo social y económico son interdependientes y se refuerzan mutuamente.

Resulta claro que el fortalecimiento y establecimiento de instituciones y valores democráticos, de por sí, no basta para alcanzar el desarrollo social y económico. Es importante reconocer el carácter multidimensional de la democracia, el desarrollo y la seguridad, la necesidad de asignar una importancia sustancial al fomento de la educación y a la generación de empleo. Se requiere una estrategia de desarrollo de mucho mayor alcance y mucho más integrada.

Al respecto, entiendo que el papel de la Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo, como el brazo de desarrollo de la OEA, debe ser fortalecido, al tiempo que tal vez corresponda reexaminar su ámbito, prioridades y plan estratégico, así como las estructuras políticas que la respaldan, a la luz de su capacidad para operar en forma efectiva y reunir los recursos necesarios.

La OEA ha avanzado extraordinariamente en muchas esferas y, a este respecto, la Organización debe seguir combatiendo el tráfico de drogas ilegales y el delito transnacional, debe seguir promoviendo la transparencia y luchando contra la corrupción, hacer frente a los efectos del VIH/SIDA en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud, al tiempo de promover una acción preventiva para atenuar los efectos de los desastres naturales.

Una esfera que me interesa en particular es la de las políticas de género. Habiendo actuado como representante del Secretario General en el Comité de la OEA para la Incorporación de la Perspectiva de Género, subrayo la importancia estratégica de abordar las dificultades que enfrentan mujeres y hombres para tener acceso equitativo a las oportunidades de desarrollo.

Otra área de política que tiene gran relevancia es la de obtener la participación de la sociedad civil en la labor de la OEA. Creo que es importante escuchar a las organizaciones de la sociedad civil para formarse una perspectiva completa y diversa del acontecer nacional y regional. Este ejercicio, al que deben aplicarse ciertas normas en cuanto al propósito y el ámbito de la participación, debe ser continuo, no sólo cuando se producen crisis y/o cuando se emprenden actividades específicas.


Cooperación interinstitucional

Señor Presidente, distinguidos embajadores:

Todos estos desafíos e intenciones no pueden abordarse sólo a través de la OEA, puesto que la responsabilidad y las demandas están muy fuera del alcance de nuestros medios financieros e institucionales. Una esfera que me interesa particularmente es el fortalecimiento de las relaciones entre las instituciones interamericanas.
Creo que, con el liderazgo de la OEA, debería convocarse periódicamente una reunión de coordinación y consulta entre las instituciones, organizaciones subregionales y organismos especializados, incluidos los bancos de desarrollo subregionales. Ello brindaría, entre otras cosas, una plataforma importante para ejecutar los mandatos de la Cumbre de las Américas en forma mucho más coordinada.


Alcance internacional

La OEA no debe ser considerada sólo como organismo regional o hemisférico; se trata también de una organización internacional y, como tal, tiene que relacionarse con organizaciones similares de todo el mundo. Propongo un mayor fortalecimiento de las relaciones existentes con el sistema de las Naciones Unidas, con otros sistemas de integración regionales y con instituciones financieras internacionales, que pueda abrir nuevas oportunidades y nuevos recursos financieros para ejecutar los mandatos de la OEA, aportando, a la vez, un mecanismo para el intercambio de información, los emprendimientos conjuntos y la coordinación.


Relaciones públicas

La OEA ha realizado y está ejecutando varias iniciativas, programas y proyectos importantes en muchos países. Para mejorar la imagen de nuestra Organización, tenemos que elaborar un programa concreto de divulgación de nuestras iniciativas y logros, que demuestre los efectos de estas actividades en nuestras comunidades. Se necesita una información y una extensión públicas más efectivas para ubicar a esta Organización en el lugar que le corresponde dentro del sistema interamericano.

El mejoramiento de nuestra extensión pública no es sólo para demostrar el buen trabajo de esta Organización, sino que también ofrece la oportunidad de fomentar la comprensión entre las distintas culturas, compartir la singularidad y las experiencias de nuestros pueblos y, con ello, acercar más a los distintos miembros de la familia de las Américas e impulsar el proceso de integración hemisférica.

Señor Presidente, distinguidos representantes:

La OEA cuenta con un Secretario General electo que asumirá el cargo mañana. Creo que el verdadero desafío se plantea hoy y en él deseo desempeñar la parte que me corresponda, en un emprendimiento conjunto con el Secretario General José Miguel Insulza, cuya visión y programa comparto.

Señor Presidente:

Permítaseme dejar constancia de mi admiración por el Secretario General Adjunto, Embajador Luigi Einaudi, por su auténtico liderazgo de los últimos meses. Tuve el privilegio de trabajar con él en el pasado y, en esa experiencia, conocí directamente su dedicación a esta Organización y a los pueblos de las Américas, al igual que su determinación de dar lo mejor de sí. Mucho he aprendido junto a él.
Mis objetivos son, sin duda, contribuir a la modernización y revitalización de la Organización, mediante un mejoramiento de su funcionamiento interno, la eficiencia, un producto basado en los resultados y una relación efectiva con la dirección política, el fortalecimiento de las relaciones internacionales y la extensión pública, enfrentando simultáneamente los desafíos de corto plazo para superar las dificultades financieras y el desafío político de facilitar la solución de los conflictos que afectan al Hemisferio.

La aspiración de la CARICOM de ocupar uno de los dos cargos electivos se basa en el compromiso de la subregión con muchas iniciativas interamericanas y con el papel de la OEA, así como en la convicción de que unidos y solidariamente podemos construir un futuro mejor para los pueblos de las Américas.

Espero con gran interés ser elegido como próximo Secretario General Adjunto con vuestro apoyo y estoy dispuesto y comprometido a servir al Hemisferio y a todos los Estados miembros de la OEA en la mayor medida de mis posibilidades.

Agradezco sinceramente vuestra atención.