Discursos

YADIRA HENRIQUEZ DE SANCHEZ BARET, PRESIDENTA DE LA CIM
EN EL ACTO INAUGURAL DE LA XXXII ASAMBLEA DE DELEGADAS DE LA CIM

27 de octubre de 2004 - Washington, DC


Excelentísimos Señoras y Señores Embajadores, Señoras Ministras, Señor Presidente del Consejo Permanente, Embajador Arístides Royo, Representante Permanente de Panamá ante la OEA
Representantes de las Misiones Permanente ante la OEA, Representantes de países observadores, Delegadas ante la CIM,Señoras y señores invitados especiales,
Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Carmen Lomellin
Señoras y Señores

Sean muy bienvenidos a la XXXII Asamblea de Delegadas de la Comisión Interamericana de Mujeres. Quizás, para muchas de ustedes, este sea uno más de los eventos que nos reúnen en la CIM para compartir experiencias, promover iniciativas, o para diseñar estrategias para el próximo bienio. Para mi es especialmente significativa en varios sentidos. En primer lugar, porque marca el cierre de las actividades de la CIM para el presente bienio que determina el fin de mi desempeño como Presidenta y como Delegada Titular ante la CIM. Me siento orgullosa de lo que hemos logrado en este bienio tanto dentro de la Organización como dentro del ámbito de nuestros países.

En el área de derechos humanos, no podría ser más alentador el panorama que se presenta para el próximo bienio. Por una parte, el Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convenciónde Belém do Pará, será una nueva herramienta para fortalecer el cumplimiento de sus objetivos. Igualmente trascendentes, son los avances que se han logrado y las perspectivas de fortalecer el proyecto de trata de personas, especialmente mujeres, adolescentes, niños y niñas en el que ya varios países cuentan con legislación para combatirlo.

Intensificamos el trabajo para la implementación del Programa Interamericano para la Promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de Género que se había iniciado en el 2000, luego de su adopción por la Asamblea General de la OEA. Con mucha firmeza y convicción, logramos darle una mayor fuerza e impulso en este último bienio. En el último informe del Secretario General a la Asamblea de la OEA, sobre la implementación del PIA, 18 organismos informaron sobre como integraron la perspectiva de género en sus actividades. Nos debemos congratular por este cambio profundo, que se ha producido como consecuencia de nuestras iniciativas. Sin lugar a dudas, el Proyecto de entrenamiento en género efectuado dentro de la Organización, con financiamiento del Gobierno de Canadá ha sido determinante. Es propicio para agradecer a todos aquellos que sumaron a nuestros esfuerzos, que estuvieron abiertos a este cambio tan necesario y apoyaron nuestra iniciativa.

Vimos con gran satisfacción, cristalizar los objetivos que nos propusimos al iniciar el proceso conocido como SEPIA, en el que contamos con la participación de organismos especializados y de la sociedad civil. En el bienio anterior presentamos recomendaciones para incorporar la perspectiva de género en los programas y políticas de los Ministerios de Trabajo y de Justicia. En este bienio le dimos seguimiento y continuamos el trabajo con las áreas de educación y ciencia y tecnología. Los resultados han sido muy alentadores.

Permítanme destacar en especial el último logro. En la Quinta Reunión de Ministros de Justicia o de Ministros o Procuradores Generales de las Américas (REMJA V), fueron presentadas las recomendaciones emanadas de la Reunión de Ministras o más Altas Autoridades Responsables de las políticas de las Mujeres en los Estados Miembros (REMIM II) para ese efecto. Estas propuestas fueron acogidas y en las conclusiones y recomendaciones de la REMJA V, los temas de género, violencia contra la mujer y trata de personas, mujeres y niños, se tratan en capítulos especiales instando a los Estados a que continúen desarrollando iniciativas en ésas áreas. Considero que esta comunicación horizontal, intersectorial y directa entre Ministras de la Mujer y Ministros de Justicia, es una práctica que ha resultado muy productiva. Por ello invito muy especialmente al próximo Comité Directivo a que la continúe y perfeccione iniciativas como esta, porque ofrece posibilidades efectivas de lograr progresos en la inserción de la perspectiva de género en las políticas hemisféricas.

Estamos viviendo momentos que no se deben desaprovechar. Dentro de la OEA, el tema de género ha ido ganando espacio, ampliándose con ello las posibilidades de iniciativas conjuntas con otras instancias de la Organización para adelantar las propuestas del PIA. Sin embargo, es preciso seguir desarrollando nuevas estrategias y mecanismos a fin de permear a toda la organización con la perspectiva de género, de manera de que el análisis de las consideraciones de género se integre como un eje transversal, presente en todas las acciones, programas y proyectos de la OEA. Estas posibilidades deben ser exploradas y trabajadas de manera de producir un efecto multiplicador y potenciar los recursos existentes, y avanzar, en forma concertada e integral, en el logro de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.

Hemos contado también con el invaluable apoyo y compromiso asumido por los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas en la Declaración de la Ciudad de Québec y Plan de Acción de la Tercera Cumbre de las Américas y en la Cumbre Extraordinaria de Monterrey. Se ha reconocido expresamente la necesidad de potenciación de la mujer y su igualdad de oportunidades para ejercer liderazgo como fundamentales para la reducción de la pobreza y la prosperidad económica y social.

Sabemos que aún tenemos mucho trabajo pendiente en esta área. El año próximo se celebra una nueva cumbre cuyo tema es crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática. Es imperativo que una vez más presentemos una propuesta firme y consensuada para que la transversalización de la perspectiva de género en todas las áreas del plan de trabajo reciba un tratamiento oportuno y adecuado en el proceso preparatorio de la siguiente Cumbre. No podemos aceptar el más mínimo paso atrás, un retroceso sería imperdonable. Se lo debemos a todas las mujeres de América. Me refiero, entre otras, a esas mujeres que se han integrado a la fuerza de trabajo, pero que aún reciben menor salario que el hombre por el mismo trabajo, a las mujeres rurales, que su aporte a la economía nacional aún no ha sido debidamente incorporado, a las que son discriminadas en diferentes esferas sociales, y que aún tienen que acreditar su talento para acceder a posiciones en las que nadie pide pruebas de idoneidad a los hombres.

El avance de la mujer es fundamental para el desarrollo económico, social y democrático. Esta Asamblea ofrece el marco oportuno para reiterar nuestro compromiso y decisión de seguir implementando medidas que continúen produciendo cambios en la conciencia colectiva de nuestras sociedades, dejando atrás restricciones y logrando articipación plena e igualitaria de mujeres y hombres, como socios responsables del futuro de nuestros pueblos. Es una meta para cuyo logro debemos dedicar todas nuestras energías y recursos.
Todos estos logros indudablemente han sido posibles porque hemos contado con un Comité Directivo comprometido con los objetivos de la CIM. Por ello, quiero expresar aquí un afectuoso reconocimiento a mis compañeras del Comité durante estos años en los que nos propusimos encaminar un proceso de cambio de este querido organismo especializado que es la CIM. Sin su constante apoyo y acertados aportes, no hubiéramos podido lograr el éxito que tuvimos en nuestra gestión. Estoy segura que, una vez terminado su mandato en el Comité Directivo, todas continuarán luchando por los derechos de la mujer, dentro y fuera de la Comisión, como lo haré yo, prestándole el mayor apoyo a la CIM y al nuevo Comité Directivo.

Deseo agradecer también a todas las Delegadas Titulares y Suplentes por su colaboración con el Comité y en general con la Comisión, durante el bienio. Las insto a que intensifiquen sus esfuerzos, que hagan cada vez más aportes a la CIM porque ello constituye una de las formas de contribuir a su fortalecimiento. Sin la colaboración de nuestras Delegadas, no podremos lograr los resultados que la CIM necesita para mantener su histórica trayectoria en la defensa de los derechos de la mujer y para lograr su visibilidad dentro de los Estados miembros de la Organización. A ellas, al Grupo de Trabajo de las Misiones Permanentes ante la OEA que colaboró en la preparación de esta Asamblea, y a las personas e instituciones que dedicaron tiempo y esfuerzo a las actividades de la Comisión, muchas gracias.

Permítanme en nombre de la CIM, expresar nuestro reconocimiento al ex-Secretario General de la OEA, Señor César Gaviria, por su constante apoyo y al Secretario General Adjunto, actual Secretario General Interino, Embajador Luigi Einaudi, por su siempre dispuesta colaboración y solidaridad con la Comisión y para la causa de la mujer. Mi agradecimiento sincero a la Secretaría Permanente y en especial a la Secretaria Ejecutiva.

La CIM tiene una importante función para el futuro. Debe continuar trabajando como el principal foro generador de políticas Hemisféricas para la promoción de los derechos de la mujer e igualdad de género y como centro de consensos, presentando a los Países miembros instrumentos y estrategias que promuevan la igualdad de oportunidades y la equidad de género a todos los niveles. Debe abordar de manera concreta el tema de la feminización de la pobreza en el contexto de los compromisos asumidos por los gobiernos en las Cumbres, y presentar iniciativas en esta Asamblea para tratarlo. Debe fortalecer su relación con la sociedad civil, en particular con las mujeres organizadas, promoviendo su participación en todas las esferas. La Comisión debe convertirse en la referencia obligada de las Delegadas – y su aliada indispensable – en el abordaje de los temas de equidad e igualdad de género que, por ser transversales, están intrínsecamente vinculados a todos los sectores de la sociedad.

Estoy segura de que los resultados de esta Asamblea serán excelentes y reflejarán la energía, decisión y compromiso de las Delegadas para promover el liderazgo hemisférico de la CIM y el cumplimiento de sus objetivos. Ello contribuirá al logro de una sociedad más justa y democrática, donde todos sus miembros, hombres y mujeres, podrán participar plena e igualitariamente en el proceso de desarrollo, constituyéndose en los artífices de un mañana de paz y prosperidad para este continente.

Muchas gracias