Discursos

EXCELENTÍSIMO SEÑOR FRANCISCO GUERRERO PRATS SECRETARIO DE ESTADO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA DOMINCANA
PALABRAS DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR FRANCISCO GUERRERO PRATS SECRETARIO DE ESTADO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA DOMINCANA

27 de octubre de 2003 - Mexico, DF


OEA/Ser.K/XXXVIII
CES/INF. 27/03
28 octubre 2003
Original : español




Señor Presidente,
Señor Secretario General,
Estimados colegas,
Señores delegados,

Antes que nada, permítanme, en nombre del Gobierno de la República Dominicana y de nuestra delegación, agradecer por su digno intermedio, y en todo lo que vale, al Gobierno y a la Ciudad de México, la cálida hospitalidad y la estupenda acogida con la que nos han recibido en esta importante cita hemisférica.

Durante muchos años, y como derivación de la guerra fría y de intereses geopolíticos de algunas potencias, el concepto de seguridad ha estado dominado por su expresión militar, y más concretamente, por su componente armamentista, de tal manera que, por décadas, se creó la ficción de que a mayor acumulación de armamentos y fuerza militar, un país o una alianza de países podrían obtener mayor seguridad.

Lo cierto, sin embargo, es que esa antigua concepción de la seguridad basada en la fuerza y la amenaza no ha resuelto ninguno de los graves problemas que han debido afrontar los países o la misma humanidad y, en cambio, ha incrementado la desconfianza entre las naciones y ha permitido que el mundo dedicara sumas astronómicas para producir y exportar armamentos, desviando los recursos económicos y humanos que se necesitaban para hacer frente a estos problemas. Esa deformada concepción de la seguridad no solo no ha impedido la multiplicación de los conflictos y de las guerras, sino que ha posibilitado que éstas fueran más crueles y de mayor duración.

Afortunadamente, en los últimos años se ha iniciado, como hemos visto en las intervenciones de los estimados colegas en esta conferencia, una profunda revisión de estas políticas de seguridad tanto en los foros internacionales como en las instancias nacionales que pueden decidir sobre estos temas, y se ha llegado, no sin dificultad, a un nuevo marco conceptual a partir del cual abordar las políticas nacionales o regionales de defensa y seguridad.

Este nuevo marco, que la República Dominicana apoya sin restricción, se basa en la prevención de los conflictos, la transparencia, las medidas de confianza, el carácter no ofensivo de las fuerzas y la doctrina, la desmovilización, el desarme y la seguridad ecológica. Todos estos planteamientos se han desarrollado a partir del convencimiento de que son factores políticos, económicos, demográficos y medio ambientales los que realmente están provocando inseguridad a escala regional o planetaria, y que estos problemas no tienen solución mediante los clásicos instrumentos de seguridad militar.

De ahí, que estamos frente a nuevas amenazas que solo pueden ser enfrentadas con la creación de nuevos mecanismos de seguridad hemisférica que aseguren la multidimensionalidad de la seguridad humana.

Tenemos que enfrentar la vulnerabilidad económica y la exposición al riesgo a que históricamente han estado expuestas las economías más débiles de la región. Se imponen, pues, soluciones pragmáticas a los efectos adversos que pudieran ocasionar a las economías más pequeñas de la región, la expansión del comercio mundial a través de la globalización.

La existencia de una visión ambiental global ha sido también un lugar común por muchos años. Es indiscutible que éste es un problema a escala planetaria y que se convierte en una seria amenaza a la seguridad mundial y hemisférica.

El tráfico de armas y de drogas está provocando que los Estados y los ciudadanos del hemisferio puedan sufrir consecuencias desastrosas en la medida en que nuestros países se conviertan en receptores y puntos de trasbordo de estos mortíferos productos.

Asimismo, el lavado de activos desata consecuencias sociales devastadoras y se instituye en un riesgo para la seguridad hemisférica porque alimenta las actividades de narcotraficantes, terroristas, traficantes de armas y otros delincuentes.

Finalmente, la corrupción, tanto pública como privada, es una de las preocupaciones de todos los Estados del hemisferio. Ella contribuye a la inseguridad por dos vías: primero, socava la fe de la población en las instituciones democráticas y, segundo, debilita la respuesta de los Estados a las amenazas que representan las redes de criminales transnacionales, particularmente, aquellos que trafican con drogas.

De ahí, que la República Dominicana, en línea con lo que se ha planteado en esta conferencia, y retomando como buenos, válidos, oportunos y necesarios para esta discusión los principales elementos que hemos estado discutiendo sobre este tema en la Asociación de los Estados del Caribe, nos permitimos plantear a la consideración de los Señores Ministros la urgente necesidad de:

1. Adoptar de manera definitiva el enfoque multidimensional de la seguridad,

2. apoyar la solidaridad y la cooperación como mecanismos para la preservación de la seguridad,

3. exigir la subordinación de las instituciones del Estado a la autoridad legalmente constituida, como valor fundamental y garantía de la estabilidad y seguridad del hemisferio,

4. convenir en que la seguridad humana es responsabilidad principal de los Estados,

5. reconocer que las preocupaciones especiales de seguridad de los pequeños estados insulares requieren atención solidaria apropiada,

6. destacar, en todos los escenarios posibles, la relación entre desarme y desarrollo a fin de que el dividendo de la paz se convierta en una realidad que reduzca la disparidad entre países desarrollados y en desarrollo, y

7. la necesidad de fortalecer la coordinación y diálogo entre las autoridades civiles y militares para enfrentar algunas de las amenazas de la nueva agenda de seguridad, siempre en el marco de la subordinación de los militares a las autoridades civiles.

Solo así, Sr. Presidente, tendremos en nuestro hemisferio una paz y democracia duraderas.

Muchas gracias.