Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
VIII FORO EMPRESARIAL DE LAS AMÉRICAS

19 de noviembre de 2003 - Miami, Florida, E.U.A


Gracias por esta invitación a este Foro Empresarial de las Américas. Gracias al gobierno de los Estados Unidos, a la comunidad empresarial de Miami y del condado de Dade, así como a nuestro buen amigo Luis Lauredo, por la excelente organización y la gran hospitalidad de que hemos sido objeto.

A lo largo del Foro Ustedes, como líderes empresariales y financieros de nuestro hemisferio, han estado analizando el estado de las negociaciones y ofrecerán esta tarde ideas y propuestas sobre la dirección que éstas deben seguir, sobre el alcance del ALCA y la forma en que podrían concluir cada una de las áreas en negociación. Creo que todos somos conscientes de la trascendencia de esta reunión para la satisfactoria conclusión del ALCA en enero de 2005.

La primera pregunta que nos debemos hacer es ¿Por qué es importante finalizar el ALCA?.

El ALCA constituye una herramienta muy valiosa para integrar nuestros mercados en un sistema de comercio e inversión abierto y libre, basado en reglas claras y predecibles, un ALCA bien diseñado que pueda beneficiar a todos los Americanos en cada uno de nuestras naciones. Ustedes pueden dar una fundamental colaboración a sus gobiernos para que el ALCA genere buen crecimiento económico y para que la estrategia de desarrollo de sus países permita que se irriguen de manera equitativa dichos beneficios. A pesar de los muy grandes problemas que han surgido en el crecimiento de nuestros países por la volatilidad de capitales y algunas otras razones económicas y no económicas no podemos tener dudas que la integración en mercados grandes es el motor más potente para promover el crecimiento y la inversión, generar empleos y mejorar la productividad, aumentar la transferencia de tecnologías y ofrecer a los consumidores precios más bajos y más opciones. También debe servirnos para disminuir la pobreza y repartir equitativamente los beneficios del crecimiento.

Es cierto que las asimetrías económicas e institucionales entre los países plantean desafíos significativos, pero también representan importantes oportunidades. Ofrecen oportunidades de importar capital y tecnología de los países más avanzados, oportunidades de aprender mejores prácticas de producción y gestión, oportunidades de modernizar las instituciones, no solamente las relativas al comercio, sino también otras instituciones fundamentales para el desarrollo. Las asimetrías plantean oportunidades de hacer más y mejores negocios con un mundo que de pronto ha dejado de ser un mundo de divisiones y muros para convertirse en un mundo de integración y de redes.

El ALCA puede constituir una herramienta poderosa para reducir las múltiples brechas entre nuestros países, así como un instrumento para fortalecer un sistema interamericano basado en reglas y construido sobre la base de los valores compartidos de la democracia, respeto por los derechos humanos, respeto al estado de derecho, la solución pacífica de las controversias y una mayor solidaridad.

El nuevo entorno para la liberalización comercial y la globalización

En el contexto menos favorable que hoy vivimos en Latinoamérica y el Caribe resulta especialmente crítico reiterar la importancia de concluir un Acuerdo del ALCA que beneficie a todos.

De hecho, yo diría que el contexto económico y político de hoy es muy distinto al del último foro en por lo menos en cuatro aspectos

1. La apertura comercial ha perdido el apoyo decidido de muchos ciudadanos en América Latina y el Caribe

La bondad de las reformas económicas esta en entredicho. Ellas han perdido mucho del optimismo y la confianza de que estuvieron rodeadas hace cerca de una década y para muchos hay cierto desencanto sobre los resultados esperados en términos de crecimiento, empleo y mejores niveles de vida. Esto es en gran medida el resultado del deterioro de la situación económica en muchos países del hemisferio a pesar de los duros sacrificios que han representando las restricciones fiscales y sociales ya por varios años.

A nuestro juicio sin embargo es más imperioso que nunca avanzar en el ALCA y lograr su finalización de manera oportuna a fin de anclar las políticas económicas, atraer inversión, promover el crecimiento, aumentar los niveles de empleo y reducir la pobreza.

2. Una mayor dificultad para lograr el consenso bipartidista en favor de la apertura comercial en Estados Unidos

En segundo lugar, la situación ha cambiado también en Estados Unidos. En un sentido positivo, existe un compromiso renovado y más amplio hacia el libre comercio por parte del mismo Presidente Bush y de su Representante Comercial, el Embajador Robert Zoellick y su equipo. La aprobación de la Autoridad de Promoción Comercial ha permitido proseguir con las negociaciones sin la incertidumbre que las rodeaba. Preocupa sin embargo la precaria mayoría con que se aprobó esa legislación.

La aprobación de las medidas de salvaguardia para el acero y la Ley Agrícola de 2002 han hecho mucho por reforzar la percepción de que hay una coyuntura excesivamente proteccionista que se resiste a la liberalización en áreas como textiles, cítricos y otros productos agrícolas, cabotaje y cambios en las leyes antidumping, entre otras.

También preocupan a algunos países los parámetros más estrictos que ha establecido la Autoridad de Promoción Comercial para las negociaciones en materia agrícola, laboral y medioambiental y con respecto a las medidas antidumping. No obstante, Estados Unidos ha respondido recientemente a este escepticismo mediante posturas proactivas en varios foros de negociación, incluidas las negociaciones de la OMC y del ALCA.

A causa de este más limitado espacio político en varios países, no es de sorprender que en los últimos meses éstos se hayan dedicado a revisar de manera pragmática el alcance del Acuerdo del ALCA, lo cual constituye el asunto más crucial a definir en esta reunión ministerial. No obstante, sería lamentable que el acuerdo perdiera mucho en su nivel de ambición y por lo tanto de potencial de beneficio.

3. Preocupaciones sobre la globalización y las disparidades en los ingresos

Existen también preocupaciones de muchos ciudadanos sobre las consecuencias de la globalización económica, que varían ampliamente desde miedos irracionales e ideas falsas hasta cuestionamientos legítimos. Cómo responder a estas inquietudes sobre la globalización constituye uno de los retos políticos más importantes para los gobiernos e instituciones internacionales en sus labores frente al ALCA.

La oposición al ALCA se relaciona en algunos casos con la falta de confianza en que las grandes brechas y disparidades entre los países y regiones pobres y ricos se reducirán como consecuencia de fomentar una mayor integración económica hemisférica. Ésta es una inquietud seria y legítima que merece una respuesta de política acertada y eficaz y que requiere un esfuerzo considerable para incorporar consideraciones respecto al desarrollo y la equidad en la agenda de las políticas comerciales y, sobre todo, en las estrategias nacionales de desarrollo de los países.

Varias ONGs y académicos distinguidos llevan más lejos esta línea de pensamiento y consideran que para acelerar la “convergencia económica” en el ALCA tendrán que darse transferencias explícitas de los países y regiones más ricos a los más pobres para cerrar las brechas en infraestructura, educación, y otras áreas.

Un paso en la dirección correcta se está tomando dentro del proceso del ALCA a través del Programa de Cooperación Hemisférica que se diseñó para ayudar a fortalecer las capacidades relacionadas con el comercio y mejorar la competitividad de los países del hemisferio y colocar el comercio dentro de una perspectiva más amplia del desarrollo.

Por supuesto que la ayuda y las transferencias internacionales de recursos, junto con los proyectos de asistencia técnica y capacitación para el fortalecimiento de las capacidades deben ir acompañados por mecanismos internos adecuados de redistribución, en forma de políticas fiscales y de seguridad social. El comercio es un componente vital de la respuesta para estimular el crecimiento económico y reducir la pobreza, pero no es la panacea y ciertamente no basta para remediar las enormes desigualdades derivadas de profundas raíces históricas en América Latina y el Caribe. A la par del ALCA debemos impulsar fuertemente la agenda de desarrollo de los países que incluya inversión en infraestructura y recursos humanos y la modernización de los servicios públicos.

4. La incertidumbre de la Ronda de Doha
Existe un cuarto elemento del contexto internacional que también ha cambiado y ha tenido impactos importantes en esta reunión del ALCA acá en Miami. Cuando se inició el proceso del ALCA, no había negociaciones multilaterales activas. Con el lanzamiento de la Agenda de Doha para el Desarrollo en algunas materias se establecieron vínculos entre las dos negociaciones. Con el fuerte traspié que sufrió la Ronda de Doha en Cancún se han creado nuevos escollos para la negociación del ALCA.

En nuestro juicio en estas circunstancias, se redobla la importancia de finalizar el ALCA para enero de 2005. Pero ello dependerá de las decisiones que adopten los ministros en los próximos dos días aquí sobre el alcance del ALCA y de las instrucciones que establezcan para los grupos de negociación y viceministros para la etapa final.

Los costos de un retraso y por qué el fracaso no es una opción

Me gustaría invitarlos a reflexionar sobre por qué creo que el fracaso no es una opción, y sobre el hecho de que aún un retraso en el ALCA acarrearía costos significativos. Los costos del retraso o el fracaso son en primer lugar económicos. Muchas investigaciones han demostrado que hay considerables beneficios potenciales de este acuerdo para todos sus participantes. Que se puedan recoger dependerá de la calidad de la negociación a que lleguen todos los países.

En segundo lugar, hay costos en abandonar la vía de la integración multilateral en favor de la multiplicación de acuerdos bilaterales de libre comercio, porque esta vía implicaría que el Hemisferio correría el riesgo de fragmentarse en varios acuerdos de integración que favorecerían a sus integrantes pero dejarían a la saga a quienes no formasen parte de los mismos.

El tercer costo importante es que también se renunciaría a los beneficios potenciales de un aumento del comercio y la inversión de los países latinoamericanos y del Caribe entre sí, o del comercio sur-sur.

Y, por último, la desviación del comercio y la competencia entre los sistemas de reglas de origen amenazarían con complicar más en lugar de simplificar las relaciones comerciales, y resultarían más costosos en lugar de más económicos para los negocios en el hemisferio.

El retraso o fracaso del ALCA tendría también costos de otras índoles. Constituiría un fuerte golpe a la credibilidad de nuestros compromisos interamericanos, tanto ante la comunidad internacional como en términos de las expectativas de los pueblos de las Américas.

El fracaso acarrearía también un tipo específico de costo político. Los distintos componentes de la visión y los planes de acción de las Cumbres de las Américas son interdependientes y creo que en caso de no concretarse el ALCA otros componentes de la agenda interamericana podrían verse seriamente afectados.

Se ha avanzado substancialmente: el ALCA está al alcance

Todos sabemos que, luego de todo el avance técnico y negociador que se ha hecho, el ALCA está muy cerca de nuestro alcance. Todo depende de la voluntad política y la capacidad de liderazgo de los países participantes. Hasta la fecha se ha invertido intensamente en estas negociaciones, tanto en términos políticos como económicos. Los gobiernos participantes han hecho inversiones enormes en todos los sentidos: políticas, financieras y en recursos humanos, con casi mil negociadores que se han venido reuniendo en promedio cuatro o cinco veces al año. No obstante, el número de negociadores y de reuniones por sí mismo, aunque puede ser impresionante, no llega a expresar la cantidad y calidad del trabajo que se ha producido durante este proceso. Podemos en verdad mirar con satisfacción algunos resultados:

• Se ha formulado una estructura preliminar para el Acuerdo.
• Se ha avanzado también significativamente en la elaboración de reglas y disciplinas que cubren todas las áreas de negociación. Hay quienes han tratado de medir el progreso por el número de corchetes restantes, pero ello no constituye un buen indicador. Los negociadores podrían eliminar corchetes a granel si los ministros alcanzan acuerdos sobre cuestiones fundamentales en los próximos dos días aquí en Miami.
• Los negociadores también han avanzado en la negociación de los compromisos de acceso a mercados para la apertura progresiva en los ámbitos de bienes agrícolas, productos industriales, servicios, inversión y compras del sector público. Las ofertas de acceso a mercados están ya en la mesa y se está negociando vigorosamente el mejoramiento de estas ofertas.

• Se dispone ya de ideas más claras respecto a la forma de enfrentar los desafíos que plantean las diferencias en los niveles de desarrollo y tamaño de las economías de los países participantes.

• También se ha progresado en el desarrollo de la estructura institucional para el ALCA, y en la determinación de funciones y la asignación de labores para la implementación del Acuerdo.
• Un logro importante de la reunión Ministerial de Quito hace un año fue la aprobación del Programa de Cooperación Hemisférica. Desde entonces, los países beneficiarios del Programa han trabajado arduamente en la elaboración de 26 estrategias nacionales y una estrategia subregional, con el apoyo del Comité Tripartito y otras instituciones. En particular, la Unidad de Comercio de la OEA tuvo el agrado de prestar su ayuda en esta labor a Las Bahamas, Barbados, Belice, El Salvador, los seis países de la Organización de Estados del Caribe Oriental y Uruguay. Las estrategias se presentaron formalmente a los donantes potenciales en una reunión que tuvo lugar en Washington, D.C., el 14 y 15 de octubre de 2003.

• El año próximo habrá ruedas de encuentros con los donantes potenciales en las varias subregiones del hemisferio. Y se está contemplando que el PCH continuará hasta finalizar las negociaciones y posteriormente a la conclusión del Acuerdo del ALCA.

• Por último, y de manera muy importante, durante el año pasado se han tomado medidas para promover la transparencia e incrementar la comunicación y la participación de la sociedad civil en el proceso de negociación. Los aportes por escrito de la sociedad civil se les remiten a los negociadores encargados de cada tema. El borrador de texto del Acuerdo se ha puesto a disposición del público.

En fin, como dije el ALCA está más al alcance que nunca.

El ALCA también destaca por ser el único acuerdo de libre comercio propuesto que se ha concebido dentro del contexto de una visión más amplia de objetivos económicos, políticos, sociales y de seguridad que se integraron en un todo unificado dentro del sistema interamericano.

La gobernabilidad democrática y el respeto de los derechos humanos; la lucha contra la corrupción, el lavado de dinero y el terrorismo; el combate del narcotráfico; el mejoramiento de las políticas para el desarrollo sostenible y los derechos y normas laborales; y la infraestructura física, son tan sólo algunos de los múltiples ámbitos en que los ministros y funcionarios responsables de cada una de estas áreas en el ámbito nacional están trabajando estrechamente con el apoyo de la OEA y otras instituciones interamericanas.

Es indispensable mantener esta visión de conjunto en la agenda inter-americana y seguir trabajando en ella.

Conclusión

Para concluir, esta Reunión Ministerial es decisiva para completar un componente clave de la visión que los Jefes de Estado plasmaron para nosotros hace 9 años aquí mismo en Miami, de un hemisferio integrado, próspero y democrático; una visión que ha capturado la imaginación y alentado las esperanzas de millones de personas.

Perder esta oportunidad afectaría las expectativas de muchos millones de americanos de todos los confines. Aprovecharla equivaldría a reconocer la creciente interdependencia de nuestras economías y de nuestras sociedades, así como el potencial del ALCA de estimular el crecimiento y la modernización y de mitigar la pobreza.

Confío en que los ministros demostrarán el liderazgo y la sabiduría que se espera de ellos y darán los pasos necesarios para la conclusión del ALCA en las fechas acordadas.