Discursos

DR. ENRIQUE IGLESIAS, PRESIDENTE DEL BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO
EN LA INSTALACIÓN DE LA REUNIÓN DE ALTO NIVEL SOBRE POBREZA, EQUIDAD, E INCLUSIÓN SOCIAL

8 de octubre de 2003 - Isla de Margarita, Venezuela


Señor presidente Chávez, señor secretario general Gaviria, señores ministros, señores embajadores, participantes a este importante evento:

Yo quiero comenzar mis palabras agradeciendo en forma muy especial a los organizadores de este encuentro por invitarnos a participar a mí y a mis colegas en el Banco en este evento, a sus deliberaciones; agradecer en forma muy especial al señor Presidente de la República y a su gobierno por el extraordinario apoyo que han dado a este encuentro, el apoyo logístico que hemos tenido los participantes y, por supuesto, al amigo Gaviria por la dedicación que ha tenido él y su equipo y el Consejo Permanente en preparar esta reunión.

Yo creo que el debate de este tema, que tiene que ver con la pobreza, la equidad y la inclusión social, que siempre ha sido el gran tema, hoy es más necesario que nunca y también muy oportuno. Necesario porque después de tantas fórmulas, de tantos modelos y de tantas alternativas en la búsqueda ansiosa por el camino del progreso y la justicia social, la experiencia nos va demostrando que ha habido en estas últimas décadas una ambivalencia con respecto a los resultados del proceso de desarrollo. Por una parte, ha habido cosas positivas y muy importantes: el logro de la estabilidad, la apertura, la modernización institucional, han generado aspectos que han cambiado la forma como se gestiona la región, pero junto con estos avances que pueden contabilizarse con otros países, menos, se han generado los aspectos que nos preocupa y que tenemos que explicitarlos. El primero, ciertamente, es que crecemos poco, el crecimiento de América Latina es muy débil frente a lo que debiera ser; segundo, que hemos estado más expuestos que nunca al ciclo internacional financiero y de materias primas, pero en tercer lugar, y ese es el motivo de este encuentro, es que no hemos logrado avanzar al ritmo que quisiéramos y en la profundidad que necesitamos en la solución de los temas sociales.

Yo creo que es importante y es necesario un encuentro de este tipo, primero, comenzar por abordar la cuestión social –co­mo se decía hace 100 años-, el problema social de nuestra realidad en América Latina y el Caribe. ¿Ha habido progreso? Sí, el índice de desarrollo humano marca que América Latina ha ido escalando posiciones en ese índice de Naciones Unidas; también nos dice Naciones Unidas que se han hecho avances importantes en varias de las metas del milenio, las metas sociales del milenio, pero cuando uno mira los grandes agregados se encuentra que el problema de las grandes mayorías no han sido resuelto y está pendiente.

La pobreza es un tema muy serio en América Latina, es incompatible con el nivel de ingreso y nivel que hemos alcanzado de desarrollo político y desarrollo social. El nivel de pobreza que llegó al 48%, según dice la Cepal, bajó luego al 42% en los últimos 10 o 12 años y en los últimos tres años volvió a subir, volvió a subir por la crisis de algunos países que han pasado momentos, están pasando momentos muy difíciles; 220 millones de personas viviendo con 2 dólares por día es mucha gente en esta región en la que vivimos y de ésos un 40% están viviendo en la indigencia, es decir, con menos un dólar por día. Hay un gran problema de pobreza en América Latina sin resolver y eso es un tema que nos debe preocupar profundamente a todos.

En segundo lugar, la distribución del ingreso. En América Latina es la región del mundo con la peor distribución del ingreso, es decir, la distancia entre los de arriba y los de abajo no solamente no se ha achicado sino que se ha extendido, se ha expandido, y esto, desde luego, trae problemas graves en el equilibrio de nuestras sociedades. El desempleo en los últimos.... (Falla de audio)

...cosas adicionales. Uno, es que la pobreza se está reproduciendo, esto que se llama la reproducción estructural de la pobreza, la gente que nace en hogares pobres tienen muy poca chance de seguir siendo, de poder escalar en la vida social y la chance mayor es de que siga siendo pobre. Y en los últimos años otro tema que nos apareció respecto al tema de la pobreza, son los nuevos pobres, gente que habiendo escalado posiciones en las clases medias pierden posiciones y se encuentran en situaciones de desamparo y retroceso en su nivel de vida.

Eso es un poco el tema que convoca a este encuentro y al convocarlo es necesario pensar un poco en las implicaciones que esto tiene. La primera y la más importante es la implicación ética, porque esta coyuntura no permite hablar de justicia social extendida, porque de alguna manera la persistencia de estos fenómenos hace que la justicia social no esté presente en la forma como el proceso va desarrollando sus dividendos a la sociedad.

Es un tema sociopolítico importante, las inquietudes sociales minan la confianza en las instituciones; el embajador acaba de mencionar un poco como esto de alguna manera repercute en la propia confianza de las instituciones democráticas y de que de alguna manera se pierde en la fe en la capacidad del sistema en proporcionar dividendos sociales, y yo diría que también de alguna manera se altera el propio clima para las inversiones, que son tan importantes para mover la economía. De manera que hay una dimensión sociopolítica, pero hay una dimensión económica, esos 220 millones de personas que viven en estado de pobreza no son la masa consumidora, dejan de ser consumidora para el mercado y dejan de ser productores también, la gente que se desemplea, la gente que emigra, todo esto de alguna manera hace que perdamos cantidad en poder de consumo pero también cantidad en poder de producción y calidad en poder de producción. Yo creo que todo esto es un poco el tema que está detrás del debate.

Ahora, yo diría al iniciar este debate una cosa muy importante que es una convicción personal que tengo después de tantos años de trabajar con nuestra América Latina y el Caribe, y es que la pobreza no es una maldición bíblica y no lo es porque de alguna manera hay países que están superando esos problemas. Cuando a mí me dicen que Malasia, por ejemplo, en 25 años bajó la pobreza del 50 al 9%, bueno, pues, ahí hay un hecho real. Incluso en nuestro propio continente Chile produjo en 10 años a la mitad su nivel de pobreza, y de los países del Caribe eximen indicadores de institución de ingreso que son realmente, altamente favorables frente al resto. De manera que de alguna manera ese es el tema que está en este debate, y yo creo que una de las cosas que hacemos poco nosotros en América Latina, y esto quizás es una de las ventajas que tenga esta discusión, es el análisis comparado. Estos temas abren las puertas, seguramente, a grandes análisis académicos, ideológicos, pero el análisis comparado debe ser una gran fuente de riqueza. ¿Por qué en algunos lugares funcionan las cosas y en otros no?, ¿cuáles son las condiciones para la cual estos elementos de lucha contra la pobreza permitan alcanzar éxito? Yo creo que de alguna manera es importante ir evaluando las lecciones que nos van quedando de tantos años de logros pero también de tantas frustraciones; uno de esos logros es un poco el crecimiento, pensemos crecer más en América Latina si queremos realmente hacer frente en forma permanente y en forma insistente en la superación de los temas sociales. Precisamos continuar con políticas explícitas para abordar el tema de la pobreza, la pobreza es abordable y algunas experiencias que se están dando hoy en América Latina en materia de salud, en materia de educación, en materia de desarrollo de barrios, en materia de atención a la escuela en forma especializada con bolsas que permitan cierta transferencia de ingresos a los sectores más pobres de la sociedad; en algunos países tenemos hasta el 20% de hogares que están siendo llegados, a los que se llega con estos programas, quiere decir que hay una experiencia que es importante ver y es la que estamos viendo desde el Banco nosotros, que estamos prácticamente en todos los países.

La política de distribución del ingreso es quizás un poco más complicada, es complicada también en los países ricos en donde las diferencias también son importantes, pero yo creo que ahí tenemos un poco un bagaje de conocimientos de al menos por dónde va la cosa. Sabemos que hay un problema de distribución de activos, el acceso a la tierra, el acceso al crédito, el acceso a la educación, la propia estructura impositiva, el capital humano, que es un poco la gran base de la equidad en nuestros países; la participación ciudadana. Creo que todo eso va formando la base de cuáles son las lecciones que esta experiencia comparada podrían dejar en un debate como lo que ustedes van a iniciar en el día de hoy. Claramente que esto aterriza también en la gobernabilidad, instituciones públicas que sean capaces de responder a los intereses de los sectores más rezagados de la sociedad; políticas de eficiencia, yo creo que uno de los temas que más nos debe preocupar es la eficiencia del gasto social. En muchos de los rubros en América Latina no se gasta tampoco pero se gasta mal y el dividendo que da a la inversión social no es la que realmente quisiéramos tener, y todo eso forma parte, por tanto, de este tema en donde de hecho de lo que se trata en reuniones como estas, en reafirmar una vez más que el tema social debe formar el centro de la preocupación de todas las políticas, es un tema integral, no es un tema que se alude simplemente con medidas asistenciales, es el enfoque general que también afecta la macroeconomía con sentido social, pero que de alguna manera le da a la integralidad del fenómeno las verdaderas respuestas.

El Estado tiene un papel fundamental que cumplir en esto, sin duda alguna, también el sector privado, también la sociedad civil. Yo creo que la forma de encontrar alianzas inteligentes entre esos tres grandes estamentos es uno de los instrumentos más fructíferos a través de los cuales se puede construir realmente políticas y programas que permitan abordar el tema social con la urgencia y la profundidad que merecen.

Yo creo que por eso es que pienso que la discusión del tema es necesario, y digo también que es oportuno, es oportuno porque estamos discutiendo en este momento los grandes temas del comercio internacional que acaban de ser discutidos con mucha frustración recientemente en Cancún, pero que espero que sea superado por el sentido común y la capacidad negociadora de todos los gobiernos, pero no cabe ninguna duda que el proteccionismo agrícola es un impuesto a la pobreza en el mundo y que, por tanto, mejorar esa dimensión del problema es uno de los instrumentos más importantes, que por lo demás está en las metas del milenio. Cuando los gobiernos autorizaron, y usted estuvo presente presidente Chávez en esa reunión en Naciones Unidas, se votó y entre las metas del milenio se dice exactamente el tema de buscar la superación del tema del proteccionismo que ciertamente es un problema muy grave para todos nosotros. De manera que este es un poco el tema, yo quiero decir que el Banco se ha comprometido con los temas de la pobreza desde el inicio de la institución, el 46% de nuestras colocaciones están dedicadas prácticamente a los temas sociales; el Banco se metió en el año 60 con el agua potable, con el saneamiento, fuimos la primera institución que se ocupó de hablar de la educación; estamos comprometidos con el desarrollo de barrios, con los problemas de la violencia ciudadana, todo eso que forma parte de la cuestión social ha sido un poco la esencia de la institución. Yo creo que es eso que nos hace estar aquí tan cómodos en este debate de ver que el sistema interamericano analiza un poco qué es lo que se puede hacer, y lo único que deseo es el mejor de los éxitos porque el éxito de ustedes será también para nosotros una oportunidad para oír, para aprender y para seguir colaborando con todos ustedes en el gran desafío que tenemos por delante, que es mejorar la situación social de las grandes mayorías de América Latina. Mucho éxito y muchas gracias.