Quiero en primer lugar agradecerles su presencia en la inauguración de la semana del Perú. Nos encontramos hoy ante un cúmulo infinito de expresiones artísticas que van desde la delicada joyería, esculturas modernas en plata, platería que repite a su manera contemporánea las formas de un barroco colonial, hasta tapices que recogen las más antiguas tradiciones Incas.

Como bien sabemos, la metalurgia en el Perú es una práctica que se remonta a los tiempos precolombinos y su historia se ha reforzado con los recientes descubrimientos de las tumbas de El Señor de Sipan en el valle de Lambayeque y la tumba de Sican en el valle de la Leche. Estos objetos nos muestran una vez mas el valor arqueológico, el sentido antropológico, la capacidad manual y artística de estas antiguas culturas que en sus practicas religiosas, enterraban sus pertenencias para la nueva vida que comienza, según sus creencias, después la muerte.

Cada vez que visito las distintas bellas muestras que pertenecen a coleccionistas privados en Lima, me sorprende la capacidad de creación y elaboración de significados religiosos o la capacidad de abstracción que presentan la geometría precolombina y que contradicen la debilidad militar y organizacional que demostraron las comunidades locales ante los colonizadores.

Es así como esta muestra ambiciosa que nos trae la Misión del Perú trata de encontrarle una lectura vertical de las diversas culturas que respetan las tradiciones como prácticas artísticas y entienden la artesanía como un legado ancestral que, sin competir con las artes plásticas, es también el reflejo de voces, atributos manuales que reconocen con honestidad creadora el valor de las tradiciones.

La platería que trae esta exposición cubre un amplio espectro donde se recrea el mimetismo de las formas naturales, la simbología y ritos del barroco, hasta una interpretación de la geometría moderna y sensible.

La joyería en otros tiempos no tuvo la connotación del lujo que entraña hoy en día, pero en todos sus tiempos ha sido la representación sutil del adorno y la jerarquización hegemónica de la cultural española. Hoy representa la imaginación donde existe la fantasía de lo exuberante o la austeridad de lo geométrico.

Los tapices en el Perú lograron un máximo de desarrollo en el contexto precolombino y, se puede decir, que el tejido ha sido una de las pocas tradiciones que ha sobrevivido a la colonia y que continuó en la Republica. Hoy podemos ver tapices que buscan interpretar el sentido indígena, la geometría del hombre, una enorme gama cromática que va desde los amarillos y rojos más fuertes, hasta los tonos pasteles que evocan la tierra. He visto los más bellos mantos de la Cultura Chimú, Chancay y Mochica que son verdaderos testigos de la habilidad manual y el orden geométrico. Hoy tenemos acá una enorme gama de expresiones que más allá del folclor quieren resumir la historia del desarrollo

Quiero agradecer la presencia de los artistas Máximo Laura Taboada, Alfonso Sulca e Ilaria Ciabatti quienes se encuentran entre nosotros; a ustedes por su presencia y a la Misión del Perú por esta bella muestra.

Muchas gracias