Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
SEGUNDA REUNION DEL GRUPO DE LOS CINCUENTA

30 de septiembre de 1995 - Washington, DC


Es una grata oportunidad la que me brindan hoy Diálogo Interamericano y Carnegie Endowment for Peace la de estar en el día de hoy con todos ustedes en esta segunda reunión del Grupo de los Cincuenta. Me alegra estar acá pues son ustedes testimonio de esa nueva clase empresarial latinoamericana labrada siempre con mucho esfuerzo y tesón y que ha venido cumpliendo maratónicas jornadas en la modernización de nuestras economías.

Entiendo el Grupo de los Cincuenta como una singular oportunidad para que un conjunto de destacados y talentosos empresarios latinoamericanos construya un espacio de interacción común, nuevo y propio, siempre animados por el deseo de propender por su desarrollo individual y el por el ferviente deseo del progreso y bienestar de sus países.

Cada uno de ustedes aporta una visión privilegiada , así como testifica un conjunto muy valioso de experiencias sobre el mundo de negocios en América Latina. Son ustedes entonces un nuevo vehiculo para la siempre anhelada integración e internacionalización de las economías latinoamericanas.

El grupo de los Cincuenta es entonces, si lo entiendo apropiadamente, una de estas nuevas escuelas desescolarizadas que ya no son extrañas hoy y que a veces funcionan como verdaderas comunidades invisibles . Hablar de comunidades invisibles en estos tiempos no impresiona a nadie, pues nuestra capacidad de sorpresa ha traspasado todos los limites antes imaginables. Cabe solo mencionar la revolución de las comunicaciones y de la de la microelectrónica para entender los grandes cambios que estamos experimentando. Un buen ejemplo es el Internet , que esta transformando hoy la forma como trabajan, estudian y se divierten millones de personas.

El señor Bill Gates no dudan en estimar que el Internet es el invento mas importante de la industria de los computadores personales ocurrido después de su introducción en 1980. Hoy el estudiante de secundaria puede asistir a algún curso dictado al otro lado del planeta usando el Internet; un empleado en Tokio puede planificar sus vacaciones y hoteles para su viaje a Europa y un Científico en Buenos Aires o Bogotá puede, mientras concilia el sueno, dejar sus preguntas y desvelos abiertos a sus pares de su propio país o de cualquier parte del mundo, con la certeza que a la mañana siguiente tendrá varias respuestas y eventuales sugerencias. Estas son pues las nuevas comunidades invisibles.

No es este necesariamente este el mejor paralelo del carácter del Grupo de los Cincuenta, aunque no podemos pasar dejar de señalar el valor estratégico de los contactos y la red de relaciones a nivel latinoamericano que un grupo como este ofrece a cada uno de sus participantes: Nuevos amigos, nuevos contactos, información mas oportuna y entendimiento mas global son derivaciones apenas obvias de un grupo de esta naturaleza.

Permitame regresar al tema del Internet, pues creo que es un tema de enorme importancia para Latinoamérica. Es hasta ahora que el fenómeno del Internet empieza a coger la importancia que le permite su crecimiento geométrico. Las posibilidades para estimular la interacción son casi ilimitadas. Los expertos estiman que muy pronto podrá llegar el día donde literalmente cientos de millones de personas utilicen el Internet. Para ese momento todo habrá cambiado y el mundo educativo , científico y también el de los negocios funcionará de manera totalmente diferente.

El papel del Internet en el mundo de los negocios será ilimitado. Muchos almacenes solo funcionaran electrónicamente por la red y muchos negocios y contactos se promoverán fundamentalmente por mecanismos distintos a los tradicionales. Esa visión de mundo esta a la vuelta de la esquina y para verificarla solo hay que curiosear o navegar por este nuevo Universo de conocimiento que todos tenemos adelante. Esto simplemente para resaltar la relevancia de las comunidades invisibles y el papel que van a adquirir en plazo breve gracias a esta revolución silenciosa que esta permitiendo las nuevas tecnologías. Y esto que solo sea un ejemplo para señalar como los empresarios latinoamericanos deben estar abiertos a estas grandes trasformaciones que todos tenemos hacia adelante.

Soy consciente que en sus deliberaciones durante estos tres días han incluido una variedad de temas: las reformas económicas en curso en la región; los resultados de la crisis Mexicana; las tendencias de la política exterior tal como se percibe en algunos de los países desarrollados, así como los temas del liderazgo que a todos los aquí presentes interesan por igual.

Permitame que me detenga sobre el tema del liderazgo, aspecto que trato el profesor Heifetz de Harvard. Sus libros y publicaciones han sido útil para pensar mas sistemáticamente sobre el particular. Encuentro útil la distinción entre un concepto de liderazgo tradicional, centrado usualmente en la autoridad o la la capacidad hacer seguir una determinada visión y de otro muy distinto y más actual y es el liderazgo entendido mas bien como aquella capacidad de un empresario o un político para influenciar una comunidad para que esta pueda de verdad enfrentar y asumir a cabalidad sus problemas y responsabilidades.

El tema del liderazgo les es común a todos ustedes, pues su trabajo al interior de sus empresas les exige: definir y actuar creativamente e inteligentemente sobre problemas complejos; tienen ademas que desatar compromisos individuales y de grupo para la solución de estos problemas y les corresponde así mismo generar culturas organizacionales dedicadas al servicio. Esto para no señalar los retos propios de las empresas que aprenden a aprender y que saben ser creativas e inteligentes ante los retos creados o imaginados.

Si algo tienen en común las organizaciones públicas y las privadas es que los cambios estructurales no suceden de la noche a la mañana. Hace pocas semanas el empresario mas exitoso del mundo del software señalaba que parte de su éxito se había debido a su terquedad para concentrarse y perseverar en sus objetivos de largo plazo al tiempo que controló o ignoró las distracciones de corto plazo. El éxito esta aparentemente centrado en la dedicación esmerada y creativa a esos asuntos críticos que hacen la diferencia.

En el mundo de la política, en particular en el ámbito latinoamericano, las cosas no son del todo diferentes. El éxito de nuestra estrategias de desarrollo va a estar centrado en nuestra capacidad de continuar con éxito este proceso de transformaciones que se inicio en la década anterior. De hecho de tiempo atrás he venido coincidiendo con Moisés Naim en temas fundamentales de los desafíos contemporáneos de América Latina. En particular señalé en Río de Janeiro en Junio pasado la importancia transitar con toda firmeza y sin vacilaciones hacia lo que se ha dado en denominar los proyectos de "segunda generación" para América Latina.

Durante los últimos anos la región se empleo a fondo en una serie de reformas estructurales tendientes a restablecer el crecimiento y controlar la inflación. Los instrumentos de este cambio usualmente giraron alrededor de la reducción del déficit fiscal, la liberalización cambiaria y financiera, la apertura comercial, la mayor libertad a la inversión extranjera. Asimismo se avanzó en el proceso de redefinición de competencias y ventajas comparativas del estado mediante un proceso de privatización y mayor participación del sector privado.

Este ambicioso esfuerzo de cambio, del cual todos ustedes pueden dar fe, ha exigido también de grandes esfuerzos y coaliciones políticas que tienen que rendir resultados. Sin embargo el proceso en curso es complejo y no deja de generar aun interrogantes para nuestros conciudadanos. América latina , como bien lo sabemos, no ha logrado consolidar aun un proceso autosostenido de rápido crecimiento económico y de reducción de la pobreza. El escepticismo ha aumentado quizás asociado con algunas situaciones recientes que han hecho aun mas vulnerables nuestras economías y han mostrado cierta volatilidad del clima de confianza en la región.

Todo esto entonces para significar la relevancia de recobrar nuevamente una visión de largo plazo para abordar nuestros y desafíos estructurales. Los proyectos que Sebastián Edwards y Shahid Burki ha denominado de segunda generación identifican aquellas áreas críticas que necesitan de la atención de nuestros países si queremos llevar a puerto seguro este proceso de reforma.

Permitame compartir con ustedes en este momento algunas de esas nuevas dimensiones críticas que se presentan con mayor o menor intensidad en los distintos países y que hacen parte de esa nueva agenda que tanto los lideres del sectores publico y privado deben asumir.

En particular las reformas que América Latina demanda en la actualidad son las encaminadas a: reducir de manera sensible la pobreza; aumentar de manera sistemática los niveles de ahorro e inversión; incrementar la competitividad de la economía; fortalecer el servicio civil y la administración pública en aquellos campos donde la presencia estatal sea necesaria; mejorar la administración de justicia; lograr incrementos sensibles en los indicadores de capital humano y educación; mejorar el marco de relaciones laborales y propiciar la reforma de la seguridad social.

El nivel del ahorro interno debe aumentar sustancialmente. En 1994 el nivel de ahorro en la región era de 19% del PIB, cifra que dista mucho de los niveles de 35% que existen en las regiones de mas rápido desarrollo. El bajo nivel de ahorro interno es una restricción severa en el esfuerzo de acelerar el crecimiento económico y el ciclo de ahorro e inversión. Ademas, los recientes sucesos de México indican a las claras que no se puede sustituir establemente ahorro interno con ahorro externo.

Otro reto es el de la modernización de los esquemas financieros para la provisión de infraestructura. Cálculos del Banco Mundial indican que para sostener una estrategia de desarrollo orientada al sector exportador la región demanda inversiones anuales de 60 mil millones de dolares o su equivalente de 4.5% del PIB, cifra que es mucho mayor que los compromisos financieros que serían asumidos por el BID y el Banco Mundial. Esto plantea la urgencia de desarrollar los esquemas regulativos y operativos que facilitan la participación de la inversión privada en este sector. Establecer el papel de las concesiones, los BOT, la titularización y la suscripción de bonos, los mecanismos públicos o privados para diversificación del riesgo y las garantías, son todos asuntos que demandan desafiantes esfuerzos técnicos.

El desarrollo humano es una de las prioridades de la región. Las economías de la región no podrán asumir un papel significativo a menos de que cuenten con una fuerza laboral calificada. La acumulación de capital humano es un determinante fundamental del desarrollo. El premio Nobel de Economía Theodore Schultz sostuvo hace mas de tres décadas que aunque es obvio que los trabajadores pueden adquirir mayor calificación y habilidades no siempre es igualmente obvio que estas habilidades son en esencia una nueva forma de capital, y una inversión productiva y deliberada. Para este prestigioso economista el rasgo mas distintivo de los sistemas económicos contemporáneos es la acumulación de capital humano. Sin el las posibilidades de desarrollo son a todas luces marginales. Todo esto para afirmar que debemos elevar los niveles de escolaridad media y avanzar en la reforma educativa en la región. La modernización y reforma de nuestros sistemas educativos es entonces un desafío que debe recibir todo el apoyo del sector privado de la región. No es esta, como piensan algunos, una responsabilidad exclusiva de las autoridades gubernamentales.

Moisés Naim ha dicho que esta nueva , durante estos proyectos de segunda generación, fase los gobiernos tendrán que hacer mucho mas que la simple búsqueda de la estabilidad macroeconómica. La nueva agenda es altamente exigente y desafiante. Ahora de lo que se trata es de avanzar en una serie de retos que conduzcan a verdaderas reformas institucionales para hacer al estado eficiente allí donde se requiere su acción. El reto no es solo de procurar la transparencia de los mercados o proveer el marco legal para el sector privado. Uno de los desafíos mas sentidos es el fortalecimiento de los sistemas democráticos en la región. Este tema nos lleva a discutir lo sucedido en la cumbre de MIAMI.

Tema de democracia:

En el mundo contemporáneo muchos de los factores que determinan el bienestar de nuestros pueblos residen más allá de las fronteras nacionales. El intercambio comercial y los flujos financieros internacionales, la defensa del medio ambiente y el desarrollo sustentable, los valores democráticos y el respecto por la dignidad humana, las telecomunicaciones y los desplazamientos migratorios, la seguridad y la paz hemisféricas, por ejemplo, son todos objetivos y fenómenos que escapan a la esfera exclusiva de los asuntos internos. Incluso el "mal" se ha internacionalizado, como lo demuestra la transnacionalización del crimen organizado y del terrorismo.

La convergencia de valores y de principios compartidos, al igual que la desaparición del enemigo estratégico que sirvió por décadas para justificar la confrontación, están reconstruyendo la confianza mutua. Y es a partir de allí que se crea la posibilidad de enriquecer la acción colectiva, de hacerla un instrumento equilibrado y eficaz para alcanzar propósitos comunes.

Como toda organización multilateral, la OEA no fue inmune a las consecuencias de un mundo dividido en bloques irreconciliables. La confrontación global, con sus repercusiones de dictadura, guerras civiles e intervencionismo en el hemisferio, paralizó la acción colectiva, minimizó las posibilidades de cooperación constructiva y debilitó la solidaridad.

La ampliación y diversificación de la agenda internacional sin duda ofrece un espectro nuevo de asuntos susceptibles de ser abordados mediante la acción conjunta, pero esos mismos temas tienen también la posibilidad de generar discrepancia y conflicto. El que el interés nacional de los Estados tenga una proyección externa aun más ineludible que en el pasado, nos obliga a encontrar mecanismos, instrumentos, entidades y parámetros jurídicos para tramitar las diferencias de manera ordenada, legítima y balanceada.

Sin un Sistema Interamericano capaz de cumplir con esa función, y que sea, a la vez, defensor de los principios de la no intervención, de la autodeterminación de los pueblos, del respeto a la soberanía y a la igualdad jurídica de los Estados, estaríamos abocados a la ley de la selva para administrar la creciente complejidad de los asuntos hemisféricos.

Por fortuna, y en desarrollo de este mismo espíritu, han sucedido acontecimientos trascendentes que moldean el futuro de la Organización. La reunión de Presidentes y Jefes de Gobierno en Miami el pasado mes de diciembre, convocada de manera oportuna por el Presidente Clinton, donde la OEA prestó no sólo su apoyo sino que tuvo un activo papel durante las reuniones que le antecedieron, consolidó el llamado por un sistema interamericano fortalecido y por una nueva agenda.

En su declaración final, los Mandatarios de las Américas subrayaron lo que constituye la esencia de la realidad de nuestro tiempo en el hemisferio. Hoy somos una región cuya unión reside en sus valores compartidos. Atrás ha quedado el lenguaje confrontacional que solía condenar al fracaso nuestras mejores intenciones. En su Declaración de Principios y el Plan de Acción reconocieron el trabajo de las pasadas Asambleas -de manera especial las de México, Santiago, Managua y Belén Do Pará- sobre el papel que debe jugar la Organización en el futuro de nuestro hemisferio.

No tengo duda de que aquí en Haití se levantarán los cimientos de lo que será una profunda reforma de la OEA para avanzar hacia el fortalecimiento de nuestra acción en favor de la consolidación de la democracia, de la defensa del desarrollo sostenible, de la búsqueda de la paz y la confianza mutua, de la protección de los derechos humanos, y de un verdadero compromiso con la construcción de un hemisferio en el que la libre circulación de bienes, la lucha contra la pobreza extrema, servicios, información y conocimiento, garanticen la prosperidad y la justicia social de nuestros pueblos.

Ha llegado el momento de fortalecer nuestra acción pasando de la defensa a la promoción de la democracia. Y aunque ésta tiene diversas manifestaciones concretas en los distintos países de la región, se ha ido construyendo paulatinamente un consenso en torno a los objetivos para robustecer sus instituciones básicas y ampliar su ámbito.

Para prestar los servicios que este compromiso genera y para apoyar a los Estados en lo que hace al fortalecimiento de la democracia, la OEA debe modernizar sus instrumentos de cooperación en esta materia.

La Organización debe apoyar a los países en la cimentación de una democracia integral, en donde exista un Estado orientado a servir a la ciudadanía, abierto a escucharla y con instrumentos adecuados para realizar efectivamente las funciones que le correspondan y rendir cuentas de su gestión; un órgano legislativo deliberativo; una justicia constitucional garante del consenso democrático; un ejecutivo gobernante, fundado en la legitimidad derivada de los procesos electorales limpios y transparente y en el diálogo pluralista; un sistema de partidos revitalizado; unos procesos electorales que sean ejercicio efectivo de la soberanía popular; una democracia local eficaz y participativa; unos derechos que sean poderes, es decir, que trasladen efectivamente a los ciudadanos una serie de herramientas para hacer respetar en la práctica la dignidad, la libertad y la igualdad; unos órganos de control con mecanismos para hacer efectivos sus reclamos; una sociedad civil fuerte y un respeto generalizado por la participación política de las mujeres, los indígenas, y los grupos minoritarios; y, por último, una democracia que contenga el establecimiento de canales de diálogo y de resolución pacífica de las discrepancias, así como de mecanismos de búsqueda de consenso.

Señoras y Señores, amigos todos:

Un grupo muy selecto como este, que combina la exigencia e integridad individual , el éxito empresarial, la responsabilidad social y el acceso a posiciones de influencia en nuestros países, tiene evidentemente grandes responsabilidades y desafíos

Comparten ustedes, desde distintos lugares, una preocupación y responsabilidad común, cual es la de aprovechar de la mejor manera las enormes posibilidades de los anos por venir y tienen todos el reto de asumir con toda responsabilidad los desafíos de nuestro sector empresarial.

Como lo insinuaba hace unos momentos, el Grupo de los Cincuenta debe ser entonces un factor importante para estrechar relaciones de cooperación, activar nuevas redes de información y propender en suma por estrechar nuestras relaciones productivas y comerciales.. Es por eso que me alegra estar acá con ustedes y conocer mas de cerca sus preocupaciones y ambiciones. Estoy seguro que el grupo cumplirá sus objetivos y será un espacio de interacción muy estimulante y fecundo para cada uno de ustedes.

Muchas Gracias,