Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
CON MOTIVO DEL DIA DE LAS AMERICAS

14 de abril de 1996 - Washington, DC


Una nueva conmemoración del día de las Américas debe ser motivo de orgullo y de satisfacción para las naciones del hemisferio y una buena ocasión para reflexionar sobre el compromiso de la Organización de los Estados Americanos con nuestros pueblos.

Hace 151 años se celebró en esta ciudad la primera Conferencia Interamericana que sentó las bases para la creación de lo que después se llamaría la "Unión Panamericana", precursora de la Organización de los Estados Americanos que nació con la firma de la carta en Santafé de Bogotá hace ya 48 años.

Desde entonces, este foro de las Américas ha respondido con eficacia al desafío de preservar y fortalecer la democracia, y ha sabido adaptarse a las trasformaciones del hemisferio adoptando reformas y nuevos propósitos, siempre dentro del espíritu de ofrecer a los hombres y mujeres de América una tierra de libertad y un medio favorable para la realización de sus justas aspiraciones.

La anterior Asamblea General de la OEA, celebrada en Haití en 1995, adoptó la Declaración de Montrois, haciendo suya la propuesta sobre una "Nueva Visión de la OEA", así como resoluciones con mecanismos y orientaciones que le fijaron un nuevo rumbo a la Organización para fortalecer su capacidad de respuesta a las aspiraciones de los países miembros.

Estas directrices, sumadas a las que se derivaron de la Cumbre de Mandatarios de Miami, así como de las Asambleas Generales de México, Santiago, Managua y Belén do Pará nos permitirán cumplir con certeza las metas que se han fijado los Gobiernos del hemisferio, en la aspiración de estructurar un sistema interamericano fuerte, renovado y moderno, a tono con las circunstancias sociales, políticas y culturales que vivimos.

En fin, tenemos por delante la responsabilidad de materializar esa aspiración. Así lo estamos haciendo a través de la ejecución de la nueva agenda de trabajo de la organización, avanzando en el fortalecimiento de la democracia y de sus instituciones; la integración económica y el libre comercio; la lucha contra la pobreza y la marginalidad; la protección del medio ambiente; la lucha contra la corrupción, el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado; y continuando el proceso de reestructurar la OEA en función de sus nuevas prioridades.

La celebración del día de las Américas nos debe reconfortar. Son muchos años de trabajo arduo por hacer realidad los sueños de Bolívar, Juárez y San Martín, y deben ser el mejor estímulo para hacer realidad la voluntad de los Gobiernos de las Américas de seguir procurando nuevas posibilidades para la acción colectiva, con el fin de hacer de la OEA un instrumento vigente que le permita a la comunidad de naciones del hemisferio construir un mañana en democracia, paz y prosperidad.