Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN EL ACTO DE INSTALACION DEL PERIODO 98 DE SESIONES DE LA COMISION INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

17 de febrero de 1998 - Washington, DC


Como Secretario General de la Organización de los Estados Americanos es para mi un honor poder dirigirme a ustedes en la instalación del período número 98 de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Quisiera aprovechar esta oportunidad para resaltar la brillante labor del señor John Donaldson de Trinidad y Tobago, quien con seriedad y profesionalismo ha presidido la Comisión. Sé que hoy elegirán a un nuevo Presidente y estoy seguro que en esa tarea darán continuidad a la buena gestión que en estos años ha realizado la Comisión.

Quisiera también dar una calurosa bienvenida a Juan Joseph Exume de Haití, quien durante la última sesión de la Comisión no pudo acompañarnos por problemas de salud, pues estaba recuperándose de un atentado criminal del que fue víctima como consecuencia de su indeclinable lucha en defensa de los derechos humanos en Haití.

Señores Miembros de la Comisión:

1998 se proyecta como un año de gran trascendencia para las instituciones Interamericanas. En el mes de abril celebraremos el cincuentenario de la firma de la Carta de la OEA. Con este motivo realizaremos los días 5 y 6 de marzo, en la sede de la Organización, lo que hemos denominado la Conferencia de la Américas. Este evento será especialmente importante pues servirá para discutir, en compañía de un buen número de personalidades sobresalientes del hemisferio en todas las áreas, la misma agenda que los Presidentes trabajarán en la Segunda Cumbre de las Américas que se realizará en Santiago de Chile.

Hemos reservado la mañana del 6 de marzo para la realización de un panel sobre derechos humanos, en el que esperamos que el presidente de esta Comisión sirva de moderador. El presentador será el ex-presidente de Honduras, Carlos Roberto Reina, quien como miembro del sistema interamericano de derechos humanos, le prestó a éste valiosos servicios. Por lo demás, hemos conformado un selecto grupo de autoridades en la materia. Estoy seguro de que del panel surgirán novedosas inquietudes, valiosas ideas y nuevas perspectivas. Contamos con la ayuda de todos ustedes para hacer de éste un evento enriquecedor y exitoso.

A su turno, el gobierno de Colombia está preparando en Santafé de Bogotá una ceremonia de conmemoración histórica del cincuentenario de la OEA y de la firma de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Con este motivo se llevará a cabo el 29 de abril un Simposio sobre los Sistemas Internacionales de Derechos Humanos, el cual tiene por objeto, compartir experiencias regionales y globales que permitan enriquecer la discusión sobre las estructuras normativas y procedimentales de protección de los derechos humanos. Es esta una iniciativa bienvenida como quiera que de manera simultanea se celebra también el cincuentenario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, instrumento fundamental en la defensa de los derechos de todos a lo ancho de nuestro planeta y que alcanzo a nutrirse del contenido de la Declaración Americana.

Sea esta la ocasión para registrar que en América miramos con satisfacción la manera como el tema de la protección de los derechos humanos adquiere una creciente relevancia en la agenda mundial con el fin de la guerra fría. Es creciente el numero de países que están dispuestos a armonizar sus sistemas internos con los estándares internacionales, lo que en la practica implica la construcción de un edificio común de valores compartidos respecto a la dignidad humana.

De igual manera, registramos que los Tribunales Internacionales de Bosnia y Ruanda, después de un lento comienzo, han empezado a mostrar resultados concretos, aún ante la complejidad de los ámbitos político y militar con los que tiene que tratar.

La firma del Tratado para la Prohibición de Minas Terrestres Antipersonales, en Ottawa durante el mes de diciembre representó un gigantesco paso adelante en el respeto a los derechos humanos en el que jugó un papel crucial la participación de la sociedad civil tanto en la toma de la iniciativa como en el acompañamiento del proceso.

En cuanto a la situación de los derechos humanos en las Américas y dentro del sistema interamericano, nos preocupa que todavía el 70% de los casos que llegan a la Corte Interamericana de Derechos Humanos continúan siendo violaciones contra el derecho a la vida. En 1997 fue reportada la ocurrencia de masacres de civiles inocentes en algunos países. Y observamos con preocupación que ha aumentado el número de casos en los que los defensores y monitores de los derechos humanos son víctimas de ataques contra su vida y sus bienes. También hay denuncias de violación de derechos a varios medios de comunicación.

Durante el año pasado la OEA continuó con la tarea de fortalecer las herramientas que harán posible la defensa de la democracia cuando ella sea amenazada. Dos importantes documentos, entrados en vigor hace poco tiempo darán a nuestro trabajo un nuevo impulso: la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, entrada en vigor el 28 de febrero de 1987, y el Protocolo de Washington de la Carta de la OEA, desde el 25 de septiembre de 1997. En particular este último demuestra de manera clara la dirección en la que los Estados miembros de la OEA han decidido encauzar el tema de la democracia y la manera mancomunada como van a reaccionar frente amenazas al sistema constitucional, provengan de donde provinieren.

Estoy convencido, coma ya lo dije en anteriores oportunidades, de la importancia de llevar a cabo un proceso de evaluación y fortalecimiento del sistema interamericano de derechos humanos. Se trata como ya lo hemos dicho de agilizar y buscar procedimientos nuevos que fortalezcan el sistema de investigación y evaluación de casos de violación a los derechos humanos, que aseguren una mejor articulación entre las instituciones del sistema, y que este se apoye mas en los sistemas nacionales.

Creo igualmente, en la conveniencia de complementar los esfuerzos de esta Comisión con un proceso más amplio que busque, dentro de un contexto de consolidación de la democracia, definir las metas que nos proponemos lograr en el sistema de derechos humanos y los pasos a seguir para mejorar el acceso y el respeto de los derechos humanos en nuestros países.

No quisiera tampoco dejar pasar esta ocasión sin insistir en la importancia de asignar un lugar, dentro del plan de acción de la Cumbre Presidencial de Santiago, para discutir cuestiones relacionadas con la promoción y la protección de los derechos humanos. Estoy convencido de que no hay mejor escenario para articular los desafíos futuros. No podemos perder la oportunidad de sellar a nivel Presidencial la necesidad de abordar, desde una perspectiva amplia, la problemática general de derechos los humanos en el Hemisferio. Los resultados de la Cumbre serán el marco de acción que guíe nuestros esfuerzos. Creo que la Cumbre de Santiago con la participación de los Presidente y los Jefes de Gobierno del Hemisferio, contribuirá a que la discusión sobre el proceso de fortalecimiento de los derechos humanos sea más ambiciosa y efectiva.

Señores Miembros de la Comisión:

Considero de gran importancia el ejercicio que ustedes se han propuesto en cuanto a discutir, considerar y eventualmente proponer una reforma de sus propios reglamentos. Creo sinceramente, que este ejercicio es esencial. Algunos Estados miembros ya han hecho anuncios sobre la naturaleza de sus preocupaciones respecto a los problemas de procedimiento que afectan el sistema. La Comisión, mejor que ningún otro órgano, está en capacidad de considerar estas iniciativas de forma constructiva y buscando que cualquier cambio se de en función del fortalecimiento del sistema de protección de derechos humanos interamericano.

Quisiera terminar ratificando la convicción de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, continuará dando su significativo aporte al fortalecimiento de las democracias en nuestro hemisferio.

Muchas gracias