Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA INSTALACIÓN DE LA PRIMERA REUNIÓN DEL COMITÉ CONSULTIVO DE LA CONVENCIÓN INTERAMERICANA CONTRA LA PRODUCCIÓN Y EL TRÁFICO ILÍCITOS DE ARMAS DE FUEGO, MUNICIONES, EXPLOSIVOS Y OTROS MATERIALES RELACIONADOS

9 de marzo de 2000 - Washington, DC


Es para mi un gusto el poder darles la bienvenida hoy en la Sede de la Organización y el tener la oportunidad de acompañarlos en la primera sesión del Comité Consultivo de Estados parte de la Convención Interamericana contra la Producción y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales Relacionados (CIFTA).

La Convención misma y el Comité que se instala hoy son emblemáticos de los cambios y las transformaciones que se están viviendo en esta Organización, gracias a la dinámica, el compromiso y la decisión política de los Estados miembros. Subrayan no sólo la necesidad de abordar una agenda temática cada vez más amplia, sino también la de contar con instituciones y procesos que contribuyan a la aplicación de los acuerdos alcanzados.

Ante todo, y debo reiterarlo con satisfacción, la región fue --una vez más -- pionera en el mundo. Gracias al liderazgo de México, sólidamente secundado por los países del Grupo de Río, la OEA asumió uno de los temas más difíciles en la diplomacia moderna, como es el de las armas de fuego y los explosivos. Ideó y transformó en realidad, en base a consensos fundamentales, mecanismos innovadores y modernos que harán efectiva la concertación y la cooperación necesarias para enfrentar un problema doloroso, difícil de resolver, y que requiere de una aproximación multilateral. Por tratarse de la primera en su género, ha servido de modelo para las discusiones sobre protocolos similares a nivel global, y como un primer paso que contribuye a la discusión del tema de las armas pequeñas de una manera más general.

Demostración palpable de ello, hace dos días, se llevó a cabo una sesión de la Comisión de Seguridad Hemisférica en la cual tuvimos la oportunidad de escuchar el estado actual de los debates y negociaciones en el seno de las Naciones Unidas así como de los preparativos que se están adelantando para la Conferencia sobre el tráfico ilícito de armas pequeñas a realizarse en el año 2001.

La Convención CIFTA es un instrumento valioso, pertinente y novedoso. Primero, por su existencia misma, ya que aborda un tema prioritario y urgente. La producción, el flujo y el uso ilegal de armas de fuego no sólo se vincula con las grandes organizaciones criminales y terroristas nacionales o internacionales. Su impacto es igualmente claro en la cotidianidad de la violencia y el crimen en las calles, parques, y aún en los hogares de las ciudades del conjunto del hemisferio. Que se trate de El Salvador, Colombia, los Estados Unidos, Jamaica o Brasil, la violencia exacerbada por las armas está en el centro de las preocupaciones de nuestros pueblos y gobernantes.

La violencia es sin lugar a dudas un fenómeno social complejo que no responde a lógicas simplistas. Para reducirla se requieren estrategias integradas que aborden todas las dimensiones, sociales, económicas, culturales e institucionales del problema. Sin embargo, lo que es igualmente claro es que reducir la disponibilidad de armas de fuego es un elemento que contribuye de manera dramática a la reducción del número de incidentes y, más importante aún, de la letalidad de cada uno de ellos. Por esto, el haber establecido esta Convención, representa un paso importante para contribuir a reducir los niveles de violencia y muerte que padece nuestra región.

Segundo, por sus aportes en materia de las definiciones conceptuales acerca de las armas de fuego cuyo tráfico ilegal busca eliminar. En efecto, los Estados acordaron, por primera vez, una definición amplia del término que incluye cualquier arma dotada de cañón por el cual una bala o proyectil pueda ser descargado, así como todo dispositivo destructivo tal como bomba explosiva, incendiaria o de gas, granada, cohete, lanzacohetes, misil, sistema de misiles y minas. Gracias a esto, la Convención garantiza la máxima cobertura posible, permitiendo a cada uno de los Estados parte recurrir a la ayuda y recibir el apoyo de sus colegas en todas las circunstancias y toma en cuenta los problemas que ha afrontado la región en este tema.

Tercer elemento que quisiera resaltar, la CIFTA incluyó, en su artículo cuarto, la obligación por parte de los Estados parte de tipificar como delitos, en el caso de que no lo hubieran hecho, el tráfico de armas y todas las actividades relacionadas con él. Igualmente, incluye dichos delitos dentro de los que pueden ser objeto de extradiciones. Estas dos provisiones legales son de particular importancia. En efecto, contar con bases legales comunes es una condición indispensable para hacer efectiva la cooperación y el intercambio entre las autoridades competentes.

Cuarto, la Convención establece elementos reguladores que contribuyen a establecer un marco para que las actividades legales estén reguladas de manera que permitan su control real y eficaz, cortando así el flujo ilegal de estas armas. Esto se logra gracias a los dispositivos que prevén el establecimiento de sistemas de licencias para la importación, la exportación y el tránsito de cualquier elemento cubierto por la Convención. De particular relevancia es la obligación de no autorizar el tránsito de armas sin una autorización por parte del Estado receptor, lo cual subraya la importancia de los controles por parte de los Estados que poseen industrias importantes de fabricación de armas. En ese mismo sentido los Estados parte deberán fortalecer los controles en los puntos de exportación.

Como complemento a lo anterior, se estableció la obligación de marcar e identificar de manera adecuada tanto las armas de fuego producidas en el país como las importadas. Estos elementos convergen para establecer un sistema regulado y vigilado para la producción y el comercio de bienes que, si bien son legales, son objeto de tráficos y modificaciones ilegales. Al igual que en lo concerniente a la tipificación en los códigos penales, el establecimiento de normas de licencia, regulación y marcaje comunes son prerequisitos esenciales para la cooperación en este tema.

Quinto, la cooperación es precisamente el elemento central de la Convención, lo cual concuerda con el espíritu que rige hoy en día en el hemisferio de recurrir a enfoques cooperativos y multilaterales para enfrentar problemas que por su definición misma, afectan a más de un país. La CIFTA incluye mecanismos de cooperación referidos a la capacitación y el intercambio de experiencias, la asistencia técnica y judicial cuando así se requiera, así como al intercambio de información relevante entre las autoridades competentes. Este intercambio es amplio y completo, pues va desde listados de productores y comerciantes legítimos, pasando por experiencias y medidas pertinente, hasta el seguimiento y rastreo de armas.

La cooperación cubre también aspectos operacionales, tales como las entregas vigiladas y el decomiso de armas de manera a desarticular y vencer las organizaciones transnacionales que se dedican a este tráfico de la muerte.

Para todas estas tareas de cooperación los Estados deberán designar un punto único de contacto para servir de enlace con sus contrapartes y con este Comité.

Sexto, y en muchos sentidos, lo más importante, la CIFTA creó el mecanismo que estamos inaugurando hoy. Por primera vez en el ámbito de la OEA, se aprueba una Convención que incluye explícitamente, un mecanismo de seguimiento, promoción y apoyo a la aplicación de sus dispositivos.

El Comité Consultivo tiene así responsabilidades importantes. Además de facilitar el cumplimiento de los objetivos de la Convención por los Estados parte, el comité debe servir para solicitar información a los Estados que no lo son, pero cuya colaboración puede ser necesaria.

Tales responsabilidades se traducen en un programa de trabajo que es ambicioso. En este oportunidad quiero destacar dos aportes de la Organización para apoyar las labores y los objetivos del Comité, las cuales están a consideración de las delegaciones de los Estados parte.

Por una parte, se trata de un cuestionario, elaborado por el departamento de cooperación jurídica, destinado a todos los Estados miembros de la OEA que busca identificar las medidas ya adoptadas, las potenciales restricciones, las limitaciones y los avances alcanzados por los diferentes países para cumplir con los dispositivos de la Convención, empezando por su misma firma y ratificación. Este cuestionario, esperamos sirva para facilitar el proceso de cooperación e intercambio de información, así como para diseñar medidas que los promuevan.

De otra parte, la CICAD ha venido cumpliendo un papel extraordinario con la elaboración, consideración y presentación a la Asamblea General de los Reglamento modelo en diferentes aspectos, uno de los cuales es el del tráfico de armas. Hoy, se presentará a ustedes una iniciativa para promover la aplicación de dicho reglamento, gracias a la organización de seminarios y de misiones de asistencia técnica para los países que así lo soliciten.

Parte importante de las actividades que deberá cumplir este comité será la coordinación con otros mecanismos interamericanos, extraregionales y mundiales. A la luz de lo expuesto, es claro que la CICAD tiene la capacidad y la vocación para apoyar al Comité en el cumplimiento de sus labores. No solamente brindando asistencia en materia de la aplicación del reglamento modelo. Para nadie es un secreto que las organizaciones criminales transnacionales tienen vínculos entre ellas. Los traficantes de drogas son clientes y socios importantes de los traficantes de armas. El narcotráfico recurre a la violencia y a las armas para mantener su actividad, eliminar competidores y enfrentar a los organismos encargados de combatirlos.

Algo muy similar ocurre con las organizaciones terroristas. Afortunadamente, en la OEA, la Asamblea General en Guatemala adoptó la creación del Comité Interamericano contra el Terrorismo, CICTE. Entre los mandatos que le fueron encomendados, está el de colaborar con las tareas de este Comité.

Como señalé, las Naciones Unidas están avanzando en la adopción de medidas que se inspiran de la CIFTA y buscan objetivos similares. La Unión Europea por su parte adoptó un Código de Conducta en materia de transferencia de armas. Los países de la región, deberán, gracias a la labor del comité consultivo, mantener el liderazgo mostrado hasta ahora y diseñar en acuerdo con sus colegas de otras regiones, mecanismos para extender, en la medida en que sea necesario, la cooperación contra este crimen que no conoce fronteras nacionales ni regionales.

Para finalizar permítanme, señoras y señores, compartir con ustedes una reflexión sobre el futuro de estos temas en el sistema interamericano.

La producción y el tráfico ilícitos, así como la proliferación de armas de fuego constituyen parte de las llamadas nuevas amenazas a la seguridad, junto con el tráfico y abuso de las drogas, y el terrorismo. Los Estados miembros de la OEA se han venido dotando de foros, instituciones y mecanismos especializados para abordar cada uno de estos temas. Creo que este es el camino correcto. No es bueno mezclar todos los temas, so pena de hacer inoperantes, por su vastedad, los conceptos y los esquemas. Sin embargo, sólo estableciendo sistemas de articulación, cooperación e intercambio entre todos ellos, lograremos enfrentar en toda su complejidad e interrelaciones algunas de las principales amenazas que se ciernen sobre las sociedades de la región y sus instituciones democráticas.

Puede ser ésta una alternativa interesante para establecer respuestas eficaces y coordinadas para la creciente agenda de seguridad del hemisferio. La OEA ofrece las características ideales para convertirse en el eje de articulación, coordinación y comunicación entre los mecanismos diseñados para tratar temáticas específicas pero afines y relacionadas.

Señores Observadores en esta reunión,

Quisiera invitar y exhortar a los Estados que aún no han ratificado esta Convención a que lo hagan. El valioso mecanismo que representa este Comité y los beneficios que conlleva la cabal aplicación de todos los artículos y disposiciones de la Convención se verán multiplicados de manera exponencial con el número de participantes en ella.

Señores Delegados,

Tienen ustedes grandes responsabilidades y un programa de trabajo extenso y completo. Al desearles la mejor de las suertes en sus deliberaciones, quiero reiterarles el irrestricto apoyo de la Secretaría General en todas sus actividades.