Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
DURANTE LA TERCERA REUNIÓN DE TRABAJO DEL GRUPO DE EXPERTOS GUBERNAMENTALES DEL MECANISMO DE EVALUACIÓN MULTILATERAL DE LA CICAD

11 de septiembre de 2000 - Washington, DC


Es un placer para mi dar nuevamente la bienvenida aquí en la OEA al Grupo de Expertos Gubernamentales del MEM para ésta, su tercera reunión de trabajo y segunda de redacción de los informes nacionales de evaluación. Como tuve la ocasión de expresarles durante la primera sesión, en mi calidad de Secretario General de la OEA, tengo particular interés en la elaboración de la primera ronda de aplicación del MEM.

El Mecanismo de Evaluación Multilateral ha, con el paso del tiempo, generado expectativas crecientes en los círculos gubernamentales, académicos y en los medios de comunicación. Los Presidentes suramericanos, reunidos en Brasilia hace menos de dos semanas, subrayaron una vez más el aporte potencial del MEM para fomentar la cooperación en el combate contra el fenómeno de las drogas.

Sin embargo, también existe un consenso para señalar que los desafíos y riesgos en su aplicación son igualmente importantes. Ustedes, sobre quienes recae el peso fundamental de esta responsabilidad, y han venido realizando un trabajo fenomenal, deben hacer un esfuerzo suplementario para llevar a buen puerto este proyecto interamericano.

Todos tenemos claro que la tarea que les fue encomendada no es fácil. Evaluar a 34 estados individualmente y al hemisferio en su conjunto, sobre la base de 61 indicadores complejos, en tan corto plazo, es de por sí un reto inmenso. A esto debe agregarse la trascendencia de los resultados de tal ejercicio. Los Gobiernos esperan de ustedes recomendaciones concretas, constructivas, equilibradas y aplicables en todos y cada uno de los ámbitos cubiertos por el Mecanismo. Los analistas, comentaristas y periodistas –y algunos escépticos-- exigen, para reconocer la validez del mismo, credibilidad, transparencia y franqueza en las evaluaciones.

Después de haber recorrido con éxito la primera mitad del camino para satisfacer tantas demandas y hacerlo en el plazo adecuado, quisiera señalar brevemente algunos aspectos que nos garantizarán un final igualmente positivo.

Ante todo, me parece oportuno que nos concentremos en el objetivo central de este proceso. Ustedes han sido escogidos para, en base a unas evaluaciones, presentar a los Gobiernos una serie de recomendaciones para que, en el ámbito nacional, subregional y regional, se fortalezca la acción del continente contra las drogas. Su trabajo, por lo tanto, va mucho más allá de lo académico, e implica para ustedes ser los consejeros de política pública del continente y el Caribe en materia de drogas.

Transcurrido casi un año desde que se enviaron los cuestionarios a los gobiernos, ustedes han podido acopiar y procesar una gran cantidad de información sobre cada uno de los indicadores, en cada uno de los países. Esa información aportada por los Estados ha sido enriquecida por su propia experiencia y conocimiento tanto de la materia, como de la región. Este acervo importante debe ser ahora plasmado en unas evaluaciones que sean fiel reflejo de la compleja realidad que vivimos, pero al mismo tiempo claras y y suficientemente precisas para servir de fundamento para acciones más eficaces.

Para que las evaluaciones cumplan su función, deberán ser francas. El ánimo de acomodar susceptibilidades y de proteger las normas de la diplomacia, no puede implicar el diluir el contenido de sus conclusiones. Las conclusiones de sus evaluaciones deben ser equilibradas, específicas, justas y claras para que permitan valorar los esfuerzos de cada país, señalen los aspectos que deben mejorar y sirvan de sustento a las recomendaciones que ustedes hagan a los gobiernos. De lo contrario estas perderían mucho de la fuerza disciplinante y el alcance que deben tener.

Por otro lado, recuerden ustedes que estos informes serán públicos, que los detractores de este esfuerzo multilateral estarán prontos a examinarlos, contrastarlos con la realidad, y señalar cualquier deficiencia que puedan encontrar.

No mantener tales estándares sería el peor servicio que ustedes podrían hacerle a un país, a ustedes mismos y al mecanismo. Sería minar su credibilidad, lo cual significaría atentar contra su objetivo esencial, y contra su supervivencia misma.

Finalmente, y esto complica aún más la tarea, el tiempo está corriendo. El objetivo de esta sesión de trabajo es completar los informes nacionales de manera que puedan ser enviados a los países para sus comentarios finales. Lo anterior significa que no hay espacio para profundizar y prolongar debates entre ustedes. Estos son de gran valor, pero no pueden comprometer el cumplimiento de las metas impuestas.

Señoras y señores expertos,

Permítanme concluir reiterando el enorme respeto y admiración que sentimos en la Organización, en el continente y en Caribe por la labor dedicada y encomiable que ustedes han venido adelantando. Los avances alcanzados son incontestables y quiero felicitarlos por ellos.

En esta etapa final de la primera ronda de aplicación del MEM, ha llegado el momento para ustedes de finiquitar este proceso que abre nuevas posibilidades de cooperación, y aportar, con su sabiduría y experiencia, unas propuestas de política mucho más eficaces para el combate a todas las manifestaciones del fenómeno de las drogas en las Américas.

Muchas gracias y suerte en sus tareas.