Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA "CUMBRE ANDINA SOBRE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION"

20 de noviembre de 2000 - Cartagena de Indias, Colombia


Me es muy grato volver a Cartagena de Indias, siempre bella, fascinante y acogedora. Gracias a los Cartageneros, por su hospitalidad, para con esta "Cumbre Andina sobre la lucha contra la Corrupción".

Gracias al Presidente Andrés Pastrana y al Vicepresidente, Gustavo Bell, que le han dado un decidido apoyo a esta iniciativa. Su Gobierno, Presidente Pastrana, creo el programa presidencial de lucha contra la corrupción y en buena hora entrego su coordinación al Vicepresidente Bell. Su estrategia integral busca transformar las condiciones estructurales que propician ese fenómeno, ha comenzado a producir resultados. Sus componentes principales son los procesos de formación de valores éticos en los servidores públicos; la implementación de mecanismos de eficiencia y transparencia en entidades nacionales; el apoyo a la puesta en marcha de figuras innovadoras como los "pactos de integridad" en materia de contratación pública y los "acuerdos de transparencia" a nivel territorial entre los futuros gobernantes y los ciudadanos; el fortalecimiento de los instrumentos de control social como los veedores ciudadanos y los sistemas de quejas y reclamos; y el apoyo a la coordinación entre las instituciones de control para ser más efectivos en la investigación y sanción de los corruptos.

Antes de continuar quisiera hacer una mención especial a la Fundación para las Américas, organizador y patrocinador de esta reunión que tiene como prioridad promover la implementación de los mandatos de la OEA. En cumplimiento de su mandato original tiene entre sus objetivos promover la transparencia y la eficacia en la Administración publica y lo hace impulsando alianzas con el sector privado y organizaciones de la sociedad civil.

Nuestro reconocimiento también a todas las instituciones y empresas que se han sumado a esta iniciativa, entre las cuales quisiera destacar a "Prices Around the World punto com", la Corporación Andina de Fomento, Radio Netherland, el Centro Internacional para la Empresa Privada y el Instituto del Banco Mundial.

Tomo esta oportunidad para compartir con ustedes algunas ideas sobre la forma como entendemos la lucha contra corrupción, los avances que hemos dado y algunos de los retos que aún tenemos en este campo en la Región.

Como todos lo saben, durante la ultima década ha crecido el interés y la preocupación internacional por los fenómenos de corrupción. En su origen se encuentran las grandes transformaciones que ha sufrido el mundo durante los últimos años: el final de la Guerra Fría, el desplome de los sistemas de planificación central, el florecimiento de nuevos valores y legitimidades, los avances en la tecnología y las telecomunicaciones, los cambios en el papel del Estado, el creciente rol de las instituciones representativas de la sociedad civil.

A estos aspectos de orden general se suman otras razones mas precisas.

La primera es la enorme preocupación publica que este problema genera entre los ciudadanos de las Américas y las graves implicaciones que tiene sobre la democracia El último Informe de Progreso Económico y Social en América Latina del BID expresa que apenas el 35% de los latinoamericanos está satisfecho con la democracia; y que más del 80% considera que la corrupción está empeorando y que muchos de ellos lo consideran como el problema nacional más grave.

Afortunadamente, el estudio también revela que la "baja satisfacción" con la democracia no implica necesariamente un débil respaldo a los principios democráticos. Por el contrario, muestra que la inmensa mayoría de los latinoamericanos prefieren la democracia a cualquier otra alternativa. No obstante, esos mediocres niveles de satisfacción con la democracia son un campanazo de alerta que nos deben llevar a redoblar esfuerzos en el combate contra la corrupción pues millones de ciudadanos relacionan la democracia con lo que constituyen mas bien sus amenazas y peligros.

La corrupción tiene enormes costos sociales, agrava las disparidades entre pobres y ricos y hace de los pobres sus principales victimas. Por eso, la lucha contra la corrupción es una causa de justicia social.

La corrupción tiene también efectos sobre el comercio, el crecimiento y el desarrollo económico. El Informe del BID, que ya hemos citado, establece como entre mayor sea la corrupción en un país, menor será la inversión y el crecimiento económico. ". Y en lo que tiene que ver con el imperio de la ley y el control de la corrupción, señala como "América Latina se sitúa en un nivel inferior a cualquier otro grupo de países, con excepción de África".

Teniendo en cuenta este telón de fondo, permítanme resumir algunas ideas sobre la forma como entendemos la lucha contra la corrupción.

Primero, contrario a lo que algunos creen o afirman, estamos convencidos que no existe ninguna razón intrínseca, de idiosincrásica, de determinación genética o algo parecido, que haga que los latinos o los nacionales de un país determinado sean más corruptos que las personas de otros Estados o regiones del mundo.

Segundo, pensamos que para ser eficaces y eficientes en este frente se requiere una estrategia integral y no simplemente de acciones puntuales o aisladas.

Tercero, esa estrategia requiere acciones tanto en el frente represivo como en el campo de la modernización institucional.

Cuarto, en un mundo globalizado e interdependiente, se precisan acciones tanto a nivel nacional como internacional.

Quinto, el combate contra la corrupción debe concebirse como un proceso permanente y no como algo que se decreta en un momento y se acaba en otro.

Finalmente, este es un proceso en el que todos tenemos responsabilidades: los Estados, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional.

Con esta concepción, en el marco de la OEA, los Estados han tomado decisiones para coordinar sus acciones y esfuerzos para enfrentar ese problema. Sin lugar a dudas, la más importante de esas decisiones ha sido la Convención Interamericana contra la Corrupción.

Este tratado se ha convertido así en la carta de navegación de nuestra acción colectiva en este campo. En la OEA hemos venido ejecutando diversas iniciativas para promover su ratificación e incorporación en el derecho interno; Se ha creado un sistema de información a través de Internet; está trabajando con los Poderes Legislativos en el fortalecimiento de sus funciones de control político y en programas de cooperación y capacitación judicial en el combate contra diversas modalidades de criminalidad internacional. Tenemos como tarea pendiente terminar con la discusión sobre la creación de un mecanismo de seguimiento de los avances en la implementación de la Convención, así como iniciativas mas precisas en relación con la responsabilidad del sector privado.

Con el marco de referencia que nos ofrecen los avances ya logrados, quisiera aprovechar esta ocasión para presentar algunas ideas en relación con desafíos comunes que aún tenemos en las Américas en este frente.

Es necesario que avancemos mucho más en la reforma de nuestras instituciones. Sin lugar a dudas, un Estado moderno es la mejor barrera contra la corrupción. Y me refiero al Estado en sentido amplio, incluidas todas las ramas del poder público, los organismos de control y los diversos niveles político-administrativos.

Tenemos que avanzar en los mecanismos de cooperación jurídica y judicial a nivel internacional. Debemos promover su vigencia y aplicación de la Convención en todos los países del Hemisferio.

Con esta misma, orientación se precisa avanzar aún más en el combate contra los otros eslabones de la cadena de la corrupción como el lavado de dinero y asegurar que las instituciones financieras se sometan a estándares que impidan que el secreto bancario sirva como escudo para los delincuentes. Sea esta la oportunidad para reconocer a usted señor Presidente Pastrana su coraje para hacerle frente a todas las manifestaciones del narcotráfico, sin duda el mayor factor de corrupción en nuestras sociedades.

Es necesario avanzar mucho más en el intercambio de información, de experiencias y en la cooperación técnica entre nuestros países. Tenemos experiencias exitosas que compartir y de las cuales se puede aprender mucho.

Se precisa que el sector privado asuma los compromisos que le corresponden en el combate contra este mal. El es parte del problema y debe ser parte de la solución. Por eso, tenemos que trabajar más estrechamente con instituciones como cámaras de comercio, asociaciones de empresarios o entidades gremiales para generar un mayor compromiso de ellas en la auto-regulación y en el desarrollo e implementación, por ellas mismas, de principios de conducta ética.

Finalmente, quisiera destacar el papel de las instituciones representativas de la sociedad civil. Buena parte de los avances que se han dado durante los últimos años en cuento a la creación de conciencia sobre la gravedad de este problema se debe a ellas. Yo he dicho en varias oportunidades que es una falsa dicotomía la que algunos pretenden establecer entre las instituciones gubernamentales y la sociedad civil. Por el contrario, estoy convencido que la acción conjunta es absolutamente necesaria.

Antes de terminar quisiera referirme a la difícil situación que se nos ha creado en Perú como consecuencia de tener un ciudadano que no tenia que rendir cuenta de sus actos, que no estaba sometido al control político del Congreso, que ejercía una influencia excesiva y totalmente indebida en el sector judicial, que influía de una manera desproporcionada en el manejo de los medios televisivos de noticias y opinión, que tenia a su servicios el organismo de inteligencia estatal para propósitos totalmente ajenos a los intereses del Estado peruano. La falta de transparencia detrás de la que se escondió, su nefasto papel en el rompimiento del equilibrio de poderes públicos, la intimidación a ciudadanos y medios de comunicación, la apropiación indebida de fondos públicos fueron todos factores que contribuyeron a poner termino a la administración del presidente Alberto Fujimori causando un enorme daño a las instituciones democráticas del Perú, alejando al país cada vez mas del Estado de derecho y minando de manera severa el orden constitucional del país. El caso del señor Montesinos ha sido uno de los casos de corrupción mas patéticos y dañinos que nos ha tocado vivir en la etapa democrática de nuestras naciones.

Corresponde ahora estar vigilantes para que se respete el orden constitucional, para que el pueblo peruano pueda recuperar la plenitud de sus derechos políticos, para realizar unas elecciones limpias, justas, transparentes.

Esta Cumbre Andina de Cartagena de Indias es un buen ejemplo de trabajo en equipo. La corrupción cada vez se organiza más para robarnos a todos. Por eso también es necesario que todos los que de una u otra forma somos víctimas de ese problema, también nos organicemos para hacerle frente. Estoy seguro que los resultados de esta reunión serán de inmensa utilidad dentro del propósito de avanzar en esta causa común de combatir la corrupción en nuestros países.



Muchas gracias.