Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA VI REUNION ORDINARIA DEL CIDI

12 de diciembre de 2001 - Washington, DC


En nombre de la OEA, es para mi un honor darles la más cálida bienvenida a esta Casa de las Américas, en ocasión de la Sexta Reunión Ordinaria del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral (CIDI.



Este encuentro analizará el nuevo rumbo de la cooperación en el ámbito de la Organización después de los actos terroristas del 11 de septiembre pasado y nos permitirá adoptar los correctivos que sean necesarios a nuestros programas de cooperación.



Ayer apenas tuvimos la oportunidad -Enrique Iglesias, Presidente del BID y yo- de participar en el Seminario que oportunamente realizara la Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo con el propósito de analizar el impacto de los actos terroristas del 11 de septiembre en la Agenda común del desarrollo.



En el BID reiterábamos, como lo hacemos hoy, nuestra solidaridad con el pueblo de los Estados Unidos y con las familias afectadas, al tiempo que tratábamos de vislumbrar el camino a seguir frente al desafío que nos imponen estos demenciales actos, no sólo en materia de seguridad interna y externa, sino en los aspectos económicos, sociales, y políticos.



La Organización ha trabajado para tomar las medidas necesarias frente a los ataques del 11 de septiembre. Los Cancilleres de las Américas los rechazaron de manera contundente y categórica en la reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores y en la del Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca y convinieron en adoptar las acciones para impedir que los terroristas tengan capacidad de operar en sus territorios; y además se comprometieron a reforzar la cooperación financiera y judicial en el ámbito regional e internacional con el fin de perseguir, capturar, enjuiciar y sancionar a los perpetradores, organizadores y patrocinadores de actos terroristas.

A su vez, en la reunión del Comité Interamericano contra el Terrorismo, se identificaron acciones urgentes dirigidas a fortalecer las medidas conjuntas contra este flagelo y además se comenzó en un grupo de la Comisión de Asuntos Jurídicos y Políticos la elaboración de un proyecto de Convención Interamericana contra el Terrorismo.

Señores Jefes de Delegación:

Hoy nos corresponde hacer un concienzudo análisis de los mecanismos que debemos poner en marcha para enfrentar los efectos de estos ataques en nuestros sistemas productivos y definir nuevas estrategias que nos permitan resolver los problemas sociales y económicos de nuestros pueblos de manera que avancemos en la consolidación de nuestra democracia y en asegurar el bienestar para todos. Este será sin duda el punto central del diálogo ministerial de esta mañana. Es particularmente preocupante la disminución de tráficos de turistas a los países del Caribe y a algunos de los Centroamericanos pues afecta de manera significativa el principal componente de su base económica.

La Carta Democrática Interamericana de la OEA, que hace poco aprobáramos en Lima, reconoce que el desarrollo y la democracia van tomados de la mano, que son interdependientes y que se refuerzan mutuamente. Es necesario entonces adoptar las medidas necesarias para “la creación de empleo productivo, la reducción de la pobreza y la erradicación de la pobreza extrema, teniendo en cuenta las diferentes realidades y condiciones económicas de los países del hemisferio” como lo señalaron nuestros Jefes de Estado y Gobierno en Québec.

De acuerdo con el Reporte de Desarrollo Mundial 2000-2001 elaborado por el Banco Mundial, el 15,6%, esto es 78.2 millones de personas de América Latina y el Caribe, vive con menos de un dólar al día, es decir en la pobreza absoluta, y más del 200 millones lo hace por debajo de la línea de pobreza. Esto se suma a las desalentadoras tasas de crecimiento que la región muestra hoy y aún cuando desde la última década los gobiernos de las Américas han hecho reconocidos esfuerzos por incrementar el gasto social, el nivel de pobreza no cede, lo que pone en riesgo las reformas emprendidas y por supuesto pone una enorme presión sobre los sistemas democráticos. Ayer en el BID comentábamos como sobre nuestra democracia están pendiendo tres factores adversos: las cada vez más frecuentes crisis de volatilidad de capitales, las consecuencias de la globalización política en nuestros sistemas políticos, y los problemas que persisten en la intervención de los estados para el logro de sus fines sociales.

Estas circunstancias nos deben llevar a poner un renovado énfasis en adoptar políticas que generen más empleo, y que propicien una mayor cobertura y calidad de la salud y educación, y que se continúe poniendo en marcha acciones para disminuir esa marcada disparidad en asuntos de género y discriminación a los grupos más desfavorecidos. Al incorporar estas ideas en la Carta Democrática, se las ha hecho elemento insustituible de la democracia, se les ha dado legitimidad política y nos permiten aproximarnos a una estrategia común para aliviar la pobreza, acelerar el crecimiento de la región y alcanzar el desarrollo. Las conclusiones que se desprendan del dialogo ministerial serán el punto de partida de una acercamiento conjunto a los temas que más nos preocupan para disminuir las desigualdades en el ámbito hemisférico.

Otro de los temas centrales de esta Sexta Reunión del CIDI es la aprobación del Plan Estratégico de Cooperación Solidaria para los próximos cuatro años. Este plan, tal y como está concebido, le dará un nuevo aire al diálogo hemisférico sectorial para adoptar medidas que impulsen los procesos de desarrollo compartido, tal y como lo señaló el Plan de Acción de la Cumbre de las Américas celebrada en Québec. En el Proyecto de Reforma que hemos traído para la consideración del Consejo Permanente hemos propuesto mejorar de manera significativa la capacidad de la Agencia para coordinar la colaboración de las distintas Unidades en la preparación y desarrollo del Plan.



Este Plan Estratégico señala la necesidad de promover proyectos de cooperación horizontal y multilateral en los que se implementen mecanismos efectivos de monitoreo y evaluación de los mismos, y donde participen no solamente los Estados miembros de la Organización, los países observadores, organismos internacionales de financiamiento, sector privado y organismos no gubernamentales. El Plan Estratégico fortalece el rol de la Secretaría Ejecutiva para el Desarrollo Integral como órgano de apoyo y de coordinación entre las áreas de la Secretaria General.



Estoy convencido de que la tarea del CIDI no debe ser otra sino aquella de convertirse en una fuerza catalizadora de proyectos de desarrollo regional que apoyen las estrategias nacionales y transformarse en el verdadero referente para el diálogo sectorial hemisférico en el que se discutan los temas que se refieren al desarrollo integral y sostenible.



En su tarea de consolidarse como el foro político para los asuntos económicos y sociales de la región, el CIDI ha venido organizando con éxito, en colaboración con la Unidad de Educación y Desarrollo Social de la Secretaría General, las Reuniones Ministeriales en las áreas de Educación y Trabajo; y ha venido poniendo en marcha los mandatos que la Tercera Cumbre de las Américas le otorgó en relación con los programas de combate a la pobreza.

Quiero hacer un público reconocimiento a la tarea realizada por la Comisión Ejecutiva Permanente del CIDI, bajo la notable dirección del Embajador Dennis Antoine de Grenada, quien siempre nos recuerda la importancia del aspecto social en la Agenda Interamericana. La eficiente labor de la CEPCIDI y del Grupo encargado de formular el Plan Estratégico nos ha permitido contar con un documento que refleja enteramente los mandatos de la pasada Cumbre de las Américas en las áreas prioritarias del CIDI.

Señoras y señores Representantes:

Hace dieciocho meses iniciamos un nuevo capítulo en las actividades de cooperación que realiza la OEA. Pusimos en marcha la Agencia Interamericana para la Cooperación y el Desarrollo que en el marco del CIDI busca esquemas más ágiles de cooperación y de mejoría en su capacidad de gestión. Bajo el nuevo esquema de la Junta Directiva, la Agencia ha buscado también una mayor flexibilidad, oportunidad y pertinencia a la hora de tomar las decisiones.

En ese sentido, la Junta Directiva debe jugar un papel cada vez más importante en el camino a seguir por la Agencia. En las ocho oportunidades en que se ha reunido, ha compartido con la dirección la creación de alianzas estratégicas con otros socios que comparten los objetivos de desarrollo en el ámbito nacional, subregional o incluso hemisférico.

Quiero destacar la reunión de coordinación que en el mes de febrero la Agencia realizó en México con las Órganos Nacionales de Cooperación, así como con los bancos sub-regionales de desarrollo, y los constantes acercamientos con empresas privadas y organismos no gubernamentales. Estos espacios de cooperación que se abren con corporaciones, fundaciones y otras entidades de carácter privado nos deben servir para identificar posibilidades de acción conjunta que se vinculen con las agendas de desarrollo definidas por los gobiernos.

Así mismo, a lo largo de este año, la Agencia ha buscado mejorar la calidad y aumentar la cantidad de los recursos de cooperación en el ámbito hemisférico. En el marco de la cooperación no reembolsable, realizó una reforma a los estatutos del FEMCIDI para facilitar la presentación de los proyectos. Pese a que la cuenta del FEMCIDI se redujo, la Agencia ha señalado que se realizarán 89 nuevos proyectos, de los cuales 48 son regionales y 41 de carácter nacional lo que suma 7 millones de dólares aproximadamente. De los proyectos del año anterior aún quedan por ejecutar 76 que se encuentran en diversas etapas.

En este sentido, la Agencia esta trabajando en el área la modernización de sus sistemas de gestión, en establecer conexiones de Internet con los principales socios del área de desarrollo de la AICD.

Creo que es importante analizar el balance que para esta reunión trae la el Director de la Agencia Don Ron Sheman sobre un aumento significativo de fondos asociados con proyectos o iniciativas concretas. Se ha señalado por la Agencia que se van a canalizar aproximadamente 26 millones de dólares concentrados en los Fondos Específicos de Estados Unidos, de Argentina, de México, del BID, del proyecto de vivienda en Honduras y de alfabetización en Guatemala, del CONACYT de México y del programa de privatización de Panamá, así como los Fondos Específicos de Cooperación Horizontal que conforman Brasil, Colombia, Honduras, Perú, Uruguay, Israel y España. Y también en la Fundación para las Américas que ha concentrado su labor en los proyectos de transparencia, conectividad y discapacitados.

La Agencia ha dado pasos importantes en el impulso a proyectos de nueva generación como los de electrificación rural y telecomunicaciones en Honduras en el marco de la Agenda de Conectividad aprobada en la Cumbre de Québec; el de vivienda y mitigación de desastres en el Caribe y El Salvador; y el del Programa de Desarrollo Municipal que se realiza bajo las iniciativas denominadas Mejores Prácticas, en las que tanto empeño ha puesto el Director General de la Agencia. Este concepto de transferencia de experiencias de prácticas óptimas entre países en varias de las áreas prioritarias del desarrollo, puede ofrecer nuevas alternativas en la cooperación horizontal. Estoy seguro que los representantes de los países desean hacer una evaluación rigurosa de las nuevas actividades para examinar hasta donde ellas corresponden a demandas que provienen de sus autoridades y para ver el grado de desarrollo y ejecución de las nuevas iniciativas.

Señores Representantes:

La educación es el principal instrumento para combatir la pobreza, generar empleo y crear más oportunidades para el crecimiento económico. Ella es la clave para el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la promoción del desarrollo del potencial humano, y la igualdad y comprensión entre nuestros pueblos. La Organización cree firmemente en esta premisa y nunca ha abandonado la idea de apostarle a la educación como la mejor vía para enfrentar nuestros muchos retos e innumerables desafíos.

Creo que ningún esfuerzo es poco para contribuir a la formación y capacitación del capital humano de la región porque de esta manera vamos a poder alcanzar los niveles de equidad social que tanto esperamos. Desde la creación del CIDI, la OEA ha otorgado más de 900 becas para estudios de postgrado, 200 para estudios de pregrado y 4200 para cursos cortos mejorando así la formación académica de nuestros recursos humanos. Por esta razón, quiero resaltar los esfuerzos que está haciendo la Agencia para lograr nuevos recursos en su Programa de Becas y Adiestramiento. Todos esperamos que los acuerdos logrados con universidades de la región y un nuevo sistema de administración nos permitirán incrementar la oferta de becas en la región.

También es muy importante destacar la creación con aporte del gobierno de los Estados Unidos del Portal Educativo de las Américas que desde su lanzamiento el pasado 24 de septiembre ha recibido 3 millones de visitas, lo que lo hace uno el proyecto de cooperación de mayor alcance de la OEA. Este Portal, donde se ha logrado una significativa contribución privada y de Universidades hemisféricas nos permite acceder a las oportunidades educativas de cursos convencionales y a distancia que ofrecen centros académicos de excelencia en el Hemisferio. Por su relevancia debemos garantizar su sostenibilidad en el corto plazo y su independencia financiera en el mediano. Este tipo de iniciativas es las que, por su alcance regional, merecen ser privilegiadas.

Amigos todos:

Permítanme ahora referirme e insistir en algunos de los temas que ocupan la Agenda Interamericana de cooperación y poner a su consideración lo que yo considero son las tareas que deberán concentrar la atención de la Agencia y el CIDI.

El CIDI tiene la tarea de convertirse en el foro de excelencia para que dialoguemos, compartamos experiencias y definamos estrategias comunes en temas de carácter económico y social. Creo que es esencial darle una mayor atención y una mejor coordinación a este punto para garantizar su efectividad y poder de convocatoria.

Será oportuno que la Agencia se enfoque aún más a la tarea asociada con la movilización de recursos externos alternativos o externos Debemos motivar con proyectos mejor formulados a los donantes internacionales, no sólo a los organismos internacionales de financiamiento sino a los Países Observadores Permanentes, al sector privado y a los diversos actores de la sociedad civil. De esta manera podremos poner a consideración de los Estados miembros una diversa gama de esquemas de financiamiento de proyectos en los que se privilegie su carácter multilateral y horizontal.

No hemos avanzado aún en la creación de un Fondo Especial para Economías más pequeñas o de menor desarrollo relativo. Quiero insistir en que un Fondo de este tipo nos permitiría acceder a recursos de otras agencias y se concentraría en las economías más vulnerables del hemisferio.

Es importante que nos concentremos en la evaluación de los mecanismos de cooperación y de monitoreo y evaluación de los proyectos. Esta es la única manera de conocer el impacto de los recursos de cooperación y de atraer nuevos donantes. Sin un mecanismo adecuado de evaluación de los proyectos de la Agencia no vamos a ser capaces de atraer nuevos recursos porque es difícil demostrar un uso transparente de los mismos y garantizar la sostenibilidad de los proyectos.

Quisiera mencionar que debemos trabajar de manera conjunta con las Oficinas de la Secretaría General y las dependencias de la Agencia con el fin de asegurar una mayor coordinación en el cumplimiento de nuestras funciones y así mismo evitar una innecesaria duplicación de esfuerzos.

Amigos de las Américas:



Quiero como siempre reiterarles el compromiso y apoyo de la Secretaría General para el cumplimiento de estas tareas. Antes las difíciles circunstancias, nos une la esperanza de que nuestra labor sirve para afianzar la democracia y el desarrollo en el hemisferio y que sin duda nos ayudarán a construir en las Américas un mejor y más próspero mañana.



Muchas gracias.