Discursos

CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO, SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS
EN LA TERCERA REUNIÓN ORDINARIA DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DE DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA PRIMERA REUNIÓN MINISTERIAL ESPECIALIZADA DEL CIDI SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE

11 de febrero de 2002 - Washington, DC


Para comenzar, permítaseme sumar mis felicitaciones al Presidente y a los Vicepresidentes de esta reunión ministerial del Comité Interamericano de Desarrollo Sostenible CIDS. Su elección es una manifestación clara de la confianza en su capacidad de liderazgo y dedicación a este empeño común de nuestros países de proteger su ecosistema y fijar las políticas públicas que garanticen el equilibrio entre desarrollo y medio ambiente. Los Jefes de Estado han abordado el tema del desarrollo sostenible a lo largo del proceso de la Cumbre de las Américas. Los Planes de Acción emanados de Santiago en 1998, y de Quebec en 2001, subrayan la cooperación necesaria en el mejoramiento de las instituciones; el incremento del financiamiento y la facilitación de la transferencia de tecnología; la garantía de la transparencia en la toma de decisiones mediante una participación activa de todos los sectores de la sociedad civil; todo ello para alcanzar las metas fijadas en Santa Cruz, Bolivia, en la Cumbre de las Américas sobre Desarrollo Sostenible y en la Cumbre de la Tierra.



Sin duda, es apropiado decir que en algunas iniciativas hemos avanzado más seguros y con mayor decisión que en algunos puntos que vienen rezagados. A diez años de la Cumbre de la Tierra, seguimos siendo el único continente que ha convocado una cumbre de nivel presidencial para examinar específicamente el Programa 21 y fijar las prioridades entre los cientos de iniciativas incorporadas a ese documento. Pero nos falta aun un largo camino por recorrer para desarrollar esas iniciativas. Es evidente que hemos avanzado más en el fortalecimiento de algunos vínculos institucionales que en la obtención del financiamiento necesario para su implementación.

También los progresos han sido considerables en la creación de instrumentos para la participación pública. Nuestra región fue pionera en el mundo en aprobar formalmente una serie de principios para la participación ciudadana en la toma de decisiones. Pero, pese a esos avances, justo es señalar que aún queda mucho por hacer para imprimir verdadera transparencia a los procesos de toma de decisiones en materia de desarrollo sostenible.
Pese a todo ello, a partir de la Cumbre de Bolivia se registró un cambio muy interesante. Los esfuerzos para elaborar una agenda hemisférica de desarrollo sostenible se han diluido. Se siguen asignando nuevos mandatos a las instancias sectoriales, sin un claro mecanismo de coordinación entre ellas, y ello no es un buen augurio.
De ahí que enfrentan ustedes un triple desafío en cuanto a los objetivos de esta reunión:
En primer lugar, deben preguntarse cuáles han sido los resultados registrados hasta la fecha por los países y las instituciones. Un análisis sincero y transparente es una condición necesaria para comprender dónde tenemos casos de mejores prácticas y dónde hemos fallado.
Segundo, tendrán que abordar la cuestión de la definición de prioridades realistas, en particular, habida cuenta del nuevo conjunto de prioridades que surgió en los últimos meses en materia de seguridad, y
Tercero, y quizá más importante, tendrán que ayudar a crear mecanismos institucionales y financieros innovadores, que realmente hagan avanzar el debate, y las políticas y realizaciones sobre desarrollo sostenible.
Sus deliberaciones de estos días ayudarán a fijar un temario, no sólo de las medidas específicas que deberá adoptar la OEA, sino también de nuestras relaciones con otras instancias ministeriales sectoriales y otras partes de los sistemas interamericano y del sistema de Naciones Unidas
Muchos de ustedes recordarán que en 1998, en el informe al CIDI, recomendé la creación del Foro de las Américas sobre Desarrollo Sostenible. En buena medida, la necesidad de contar con ese espacio no ha hecho sino acrecentarse desde entonces. En realidad, el núcleo de esa propuesta –a saber, un intercambio entre los sectores clave para examinar más cabalmente las interacciones necesarias para abordar seriamente las cuestiones del desarrollo sostenible- ha tenido eco en los países.
En la Cumbre de Quebec, se dispuso específicamente una reunión de Ministros de Salud y Medio Ambiente, y el mes próximo, el Gobierno del Canadá será anfitrión de ese evento. Este es un importantísimo precedente, por dos razones: primero, porque hará avanzar el debate y las políticas y acciones hacia nuevos horizontes –obligando a los ministerios sectoriales a examinar su interacción- y, segundo, porque en este contexto, el “medio ambiente” no es más que un sector, como el de la salud, la minería, la educación, etc. Medio ambiente no es equivalente a desarrollo sostenible; este último abarca todos los aspectos del proceso de desarrollo – económico, social, tecnológico e institucional.
Por lo tanto, la reunión de marzo es sin duda un buen comienzo, pero el contexto de esos debates bisectoriales debe ser reexaminado, para que ese tipo de encuentros no se tornen un evento único, sino que formen parte de un proceso continuo.
Sr. Presidente: Este comité tiene una singular responsabilidad. La de asegurar que el debate de cómo llegar al desarrollo sostenible debe ser revitalizado. Este es el contexto institucional adecuado para considerar las preocupaciones de cada sector y los vínculos intersectoriales. Además, la OEA, puede jugar un significativo rol a través de los mecanismos del CIDI y la CIDS, para comunicar las respuestas colectivas de las Américas al Sistema de Naciones Unidas y a su Comisión de Desarrollo Sostenible y, en última instancia, a la Asamblea General. Los resultados de esta reunión deben ser comunicados al proceso preparatorio de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible –la llamada Reunión de Río +10.
Por lo tanto, corresponderá a la CIDS y a esta instancia ministerial, al evaluar la evolución del temario de desarrollo sostenible desde Río y Bolivia, y dentro del contexto del proceso de la Cumbre, elaborar nuevas normas de acción para los esfuerzos nacionales y la cooperación multilateral en los próximos años. La responsabilidad compete a la Comité Interamericano de Desarrollo sostenible como foro intersectorial para el desarrollo sostenible del hemisferio occidental. Este enfoque intersectorial e integrado de la agenda regional sobre desarrollo sostenible es lo que las Américas, a través de la OEA, tienen que aportar para avanzar hacia a la consecución del desarrollo sostenible a nivel mundial.
Se asignó a la OEA la coordinación del seguimiento de la Cumbre. Tenemos la oportunidad de asumir plenamente esa función. La propuesta que se ha presentado en el documento de antecedentes para esta reunión abre un espacio para un debate serio entre los Estados miembros. Les pido que lo consideren seriamente como medio para restablecer la importancia de esta Organización en el debate mundial sobre el desarrollo.

Muchas gracias.