Contexto


Mensaje del Secretario General Almagro en Conmemoración del Día Internacional de los Refugiados

  20 de junio de 2018

Hoy conmemoramos el Día Internacional de los Refugiados.

Son casi 70 millones de personas que se han visto forzadas a desplazarse alrededor del mundo como resultado de la persecución, el conflicto o la violencia generalizada. Su situación de precariedad los hace más vulnerables. Muchas de esas personas ven violados sus más elementales derechos humanos.

La más mínima decencia humana nos exige protegerlos, auxiliarlos, ayudarlos. Pero también lo hace el derecho internacional. No lo olvidemos. Y no dejemos que se olvide.

Entre los desplazados hay 20 millones de personas refugiadas que han encontrado protección y seguridad en la generosidad de los gobiernos y comunidades que los reciben, con frecuencia compartiendo los ya limitados recursos que hay para dar estas respuestas humanitarias.

La región de las Américas no es inmune a los retos del desplazamiento. Agradezco profundamente a los países de la región que están otorgando protección a los millones de venezolanos desplazados, y muchos otros de otros países que también se han visto forzados a salir de sus lugares de origen.

La Organización de los Estados Americanos está trabajando estrechamente con la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para apoyar a Belize, Costa Rica, Honduras, Guatemala, México y Panamá y así mejorar las condiciones de protección de las personas desplazadas por la violencia en los países del norte de Centroamérica.

Los Estados Miembros y la OEA, además, están siendo parte central de los esfuerzos internacionales para formular el Pacto Global de Refugiados, promoviendo mejores respuestas a situaciones de refugiados en las Américas y en el mundo.

Hoy nos solidarizamos con los niños y niñas, mujeres y hombres -muchos enfrentando graves riesgos a sus propias vidas como solicitantes de asilo y refugiados- y nos dedicaremos a continuar encontrando soluciones para su protección y seguridad.

Apoyar el trabajo con los refugiados es un deber de todos.

Referencia: D-035/18