Comunicado de Prensa


Secretario General de la OEA participó en mesa redonda sobre los nuevos enfoques en la política de drogas organizada por Misión de Uruguay

  17 de septiembre de 2013

El Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, participó en la mesa redonda “Uruguay: debate abierto. Nuevos enfoques en política de drogas. Perspectiva desde la óptica del desarrollo humano y social”, organizada por la Misión del país sudamericano ante el organismo multilateral.

El Secretario General Insulza esbozó en su alocución los contenidos básicos del “Informe sobre el problema de las drogas en las Américas” (Informe Analítico e Informe de Escenarios ), que realizó la institución hemisférica bajo su supervisión por mandato de la Cumbre de las Américas 2012, un documento que, aseguró, se presentó "porque hace 40 años se está realizando la misma política respecto a las drogas, y que por alguna razón, no funciona”. El máximo representante de la OEA reiteró que en el Informe "no se propone ni favorece ninguna alternativa en concreto, sino que se mencionan todas las opciones para que estén presentes en los debates sobre el tema".

La Mesa Redonda, que tuvo lugar en el Salón de las Américas de la sede de la OEA en Washington, DC, se dividió en dos paneles. En el primero se analizaron los temas "Nuevos enfoques en política de drogas"; "El debate abierto en todo el Hemisferio para buscar alternativas a la guerra de las drogas, la Declaración de Antigua y el Informe sobre Drogas en las Américas"; y "El camino de Uruguay". En el segundo panel se abordaron los siguientes temas: "La perspectiva del Desarrollo Humano en el actual desafío de políticas alternativas en drogas y seguridad ciudadana"; y "El marco conceptual del Desarrollo Humano y su vinculación con los desafíos para América Latina y la región".

El Secretario General Insulza hizo especial hincapié en el factor humano que se esconde detrás del flagelo de las drogas. “Los dos problemas estructurales de la democracia en América Latina son la desigualdad por una parte y el crimen por otra parte”, dijo. El máximo representante de la OEA señaló que la movilidad social en América Latina es muy baja y que, si bien no se puede hablar de sociedades de castas, sí se puede afirmar que las sociedades están claramente estratificadas, porque subir de un escalón al otro es muy difícil.

Asimismo, indicó que dentro de la comunidad existen grupos de individuos organizados que se rigen por otras leyes distintas a las de la sociedad y que no son democráticas. “Esto sucede con las organizaciones criminales, que tienen sus propios valores, sus propias formas de vida, sus valores, y funcionan en forma independiente de la sociedad”, indicó.

El Secretario General señaló que la mayoría de las personas que trafican con drogas provienen de los estratos sociales más bajos, y recordó que, en muchas ocasiones, los narcotraficantes cuentan con la protección de la gente común. “Este es un tema muy delicado que tenemos que tener en cuenta, porque no es lo mismo tratar con aquellos que toman una opción por las drogas, que tratar con aquellos que usan las drogas porque no tienen otra opción”. En este sentido, dijo que “existen familias criminales y grupos criminales a los cuales sacarlos de esa dinámica es muy complicado, porque para los traficantes, el único peligro de las drogas es el riesgo, y ¿qué es el riesgo para aquellos que no tienen otra opción?”.

A pesar de las dificultades, aseguró el Secretario General, hay que mirar adelante con optimismo, porque el Hemisferio está en el buen camino para encontrar una solución al problema. El líder de la institución hemisférica señaló que el objetivo primordial del informe y de la OEA al elaborarlo era precisamente dar pie al debate que actualmente está en marcha en el continente.

En tanto, el Representante Permanente de Uruguay ante la OEA, Milton Romani, sostuvo que la Declaración de La Antigua, adoptada por la Asamblea General de la OEA realizada en junio pasado en la cuidada guatemalteca, es una apertura al diálogo político acerca de los modelos alternativos sobre el problema mundial de las drogas.

El Embajador Romani añadió que el Informe sobre drogas de la OEA, “es un insumo fundamental para un debate que recién comienza”, y valoró que “no se trata de una lista de recomendaciones, sino de rutas posibles a tomar por los Estados y las consecuencias probables”.

El diplomático uruguayo indicó que su país “está optando por un camino alternativo, en el marco de una estrategia integral y equilibrada, para regular el mercado de cannabis, con una propuesta acorde a las condiciones nacionales para enfrentar el problema drogas”. En este sentido, señaló que busca los mismos objetivos suscritos en los tratados internacionales pero abre una oportunidad para actualizarlos, “apegándose al fiel cumplimiento de los Derechos Humanos”.

En el primer panel participaron la asesora principal de la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA), Coleta Youngers; el Presidente emérito del Diálogo Interamericano, Peter Hakim; y la Directora del Programa de las Américas del Centro Carter, Jennifer McCoy.

La asesora de WOLA señaló que durante décadas Estados Unidos lideró el debate sobre las drogas, pero ahora es América Latina quien está llevando la iniciativa. “Este debate se originó en el reciente reconocimiento del fracaso de las políticas actuales a la hora de alcanzar los objetivos, así como de los altísimos costos que han pagado los países latinoamericanos –algunos más que otros- por la implementación de estas políticas”, señaló Youngers.

La Directora McCoy relató cómo el Centro Carter sigue el debate desde la perspectiva de los derechos humanos, y afirmó que en el combate legal a las drogas ilícitas se producen violaciones a estos derechos. “A diferencia de otras sustancias adictivas como el alcohol y el tabaco, la mera posesión y consumo de drogas ilícitas es criminalizada en la mayoría de los países del hemisferio, obligando a millones de personas a ser encarceladas, a menudo durante largos períodos de tiempo, lo que separa familias, resulta un gasto excesivo de recursos públicos y perjudica la existencia de un tratamiento de salud eficaz cuando es necesario”, afirmó McCoy.

Por su parte, el Presidente Emérito del Diálogo Interamericano felicitó a Uruguay por “el coraje” de optar por un camino alternativo a la política prohibicionista, y citó al presidente uruguayo, José Mujica, al señalar que “se trata de un experimento”. Hakim también valoró como positivo el informe de la OEA sobre el tema, y recordó que cuando en abril de 2012 los presidentes de la región en la Cumbre de las Américas mandataron a la institución hemisférica a realizar el reporte, “nadie pensaba que el informe iba a producir este debate”.

En el segundo panel participaron la Directora del Programa Latinoamericano del Centro Woodrow Wilson, Cinthya Arnson; el especialista del Banco Mundial Rodrigo Serrano; el Especialista Principal en Seguridad Ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Andrés Restrepo; y la especialista de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA, Adriana Henao.

La Directora Arnson resaltó en su presentación que en toda la cadena del narcotráfico se registran altos niveles de violencia, pero señaló que el problema mayor ocurre en la lucha por el control de las rutas de tráfico, especialmente en México y América Central. “Contamos con datos muy incompletos, pero hay informes que señalan que hay una relación muy alta entre el número de homicidios y los lugares más calientes del tráfico de drogas”, afirmó.

El especialista Serrano explicó que el Banco Mundial considera que la política de drogas forma parte de la política de seguridad ciudadana y que, desde su óptica, la seguridad está íntimamente ligada a los temas de desarrollo y pobreza, que forman parte de sus mandatos. Serrano indicó que el Banco Mundial se ha involucrado en el tema “a pedido de los gobiernos de la región”, y a modo de ejemplo indicó que “el 75 por ciento de los países de la región tienen tasas de homicidios (dolosos) que superan el umbral de lo que la Organización Mundial de la Salud considera una epidemia de violencia”, que consiste en 10 homicidios por cada 100.000 habitantes. También indicó que en algunos países el “70 por ciento de los crímenes se concentran en el 10 por ciento del territorio nacional”.

El especialista del BID sostuvo que la humanidad está protagonizando “un gran fracaso de la inteligencia” al explicar los resultados de la situación actual de la lucha contra las drogas. El especialista Restrepo recordó los altos niveles de violencia que el narcotráfico provocó en los años 90 en su país, Colombia, y valoró de manera especial la propuesta del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que planteó que “el centro de la acción de la seguridad ciudadana deben ser las personas y no los territorios de los países”.

Finalmente, la especialista de la CICAD hizo un llamado a todos los organismos multilaterales y agencias especializadas a aunar esfuerzos para afrontar el problema de las drogas mediante el desarrollo. “Necesitamos una aproximación holística e integral”, indicó Henao, y a modo de ejemplo, aseguró que en varios países los ministerios de Trabajo o de Desarrollo Social “no se sienten involucrados en el tema drogas, cuando podrían aportar muchas soluciones a personas que están involucradas en el micro-tráfico”.

La Mesa Redonda fue transmitida en vivo en la Sala Maggiolo de la Universidad de la República de Uruguay en Montevideo, desde donde se enviaron preguntan a los panelistas, quienes las contestaron en tiempo real. El evento fue auspiciado por la Junta Nacional de Drogas de Uruguay y el Decanato de la Facultad de Psicología.

La galería de fotos de este evento está disponible aquí.

Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org.

Referencia: C-346/13