Comunicado de Prensa


Consejo Permanente de la OEA celebró el inicio del Decenio Internacional de los Afrodescendientes

  22 de abril de 2015

El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) celebró hoy el inicio del Decenio Internacional de los Afrodescendientes con una sesión extraordinaria en la que expertos provenientes de distintos países de la región presentaron sus visiones y estrategias sobre cómo la conmemoración puede aportar al avance de los objetivos planteados en la lucha contra el racismo y la discriminación en las Américas.

La sesión, presidida por el Representante Permanente de Trinidad y Tobago ante la OEA, Embajador Neil Parsan, inició con una presentación del Secretario General Adjunto de la OEA, Albert Ramdin, quien afirmó que el tema de los afrodescendientes esta hoy incorporado en todos los pilares de la OEA y recordó que la Secretaría General “está implementando programas para crear capacidades entre las personas de ascendencia africana, para que éstas puedan participar en la formulación de políticas públicas a nivel nacional y regional, promover su desarrollo social y humano, proteger sus derechos humanos, y fortalecer su seguridad pública”.

El Embajador Ramdin recordó que, desde 2005, la Relatoría sobre los Derechos de los Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “ha trabajado con los Estados Miembros para analizar los problemas relativos a la defensa de los derechos de las personas afrodescendientes y la lucha contra la discriminación racial, formular recomendaciones para superar los obstáculos, e identificar y compartir mejores prácticas”. En ese contexto, afirmó, el lanzamiento del Decenio Internacional de los Afrodescendientes debe ser “una oportunidad para reflexionar sobre los avances logrados hasta el momento y para compartir las mejores prácticas y programas que han aportado al reconocimiento pleno de los derechos y el acceso a oportunidades para todos”.

La sesión incluyó una presentación por parte de la Representante Interina de Antigua y Barbuda, Joy-Dee Davis-Lake, quien explicó el origen de la decisión de las Naciones Unidas de dedicar los años 2015-2024 como el Decenio Internacional para los Afrodescendientes. “Esta iniciativa indica que la comunidad internacional reconoce que los afrodescendientes son un grupo distintivo, cuyos derechos humanos deben ser promovidos y protegidos”, dijo, y recordó que en las Américas existen aproximadamente 200 millones de personas que se identifican en este grupo. Por ello, continuó, durante esta década los Estados Miembros deben centrarse en la ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y formas Conexas de Intolerancia y la Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia, en la implementación de medidas de acción afirmativa, en un diálogo franco en torno al “colorismo” o la pigmentocracia como una forma de discriminación y en dar prioridad a la educación y sensibilización del tema.

Por su parte, el Asesor Adjunto del Presidente de la Oficina de Asuntos Urbanos, Justicia y Oportunidades de la Casa Blanca, Roy L. Austin, Jr., presentó algunas de las iniciativas que el gobierno de Estados Unidos ha implementado para combatir el racismo, asegurar la protección de los derechos de los afrodescendientes y garantizar su acceso al desarrollo, principalmente en áreas relativas a investigaciones penales, vigilancia y seguridad, y garantía en la aplicación de la justicia “independientemente de la raza, religión, nación de origen o etnia”. Austin explicó que una de las prioridades para el gobierno de su país es poder proporcionar servicios a aquellos que más lo necesitan y que, como tal, se han adelantado tareas y acciones encaminadas a asegurar que la ley sea aplicada de manera justa, evitando los sesgos de discriminación racial. En tal sentido citó los esfuerzos por proveer herramientas para maestros y líderes sociales que permitan asegurar la igualdad de trato entre jóvenes de comunidades afrodescendientes, así como el programa “My Brother’s Keeper” que busca apoyar a la juventud en riesgo y proporcionar el apoyo para animarlos a pensar más ampliamente sobre su futuro.

La Asesora Internacional de la Secretaría de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial (SEPPIR) de Brasil, Magali Naves recordó que el racismo y la discriminación racial son fenómenos mundiales y que como tal es necesario contar con la cooperación entre países para poder superarlos. ”Combatir el racismo no es una opción, es una obligación moral y ética. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en derechos y tienen la capacidad de contribuir de forma constructiva al desarrollo de las sociedades”, aseguró, y resaltó algunos de los avances logrados en la región en relación a la conformación de redes de organizaciones que promueven los derechos de los afrodescendientes; la creación de órganos gubernamentales enfocados en la defensa de sus intereses; y de legislaciones nacionales antidiscriminaciones, que incentivan su participación igualitaria y activa. Sin embargo, recordó que la relatoría de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre los derechos de los afrodescendientes ha constatado que los países de la región “no responden de manera homogénea a los compromisos internacionales en la materia, y ha formulado un conjunto de recomendaciones para promover una agenda efectiva y afrontar de manera colectiva los desafíos en materia de derechos humanos”. Naves concluyó explicando la necesidad de eliminar el racismo para lograr la plena democracia, y afirmó que el decenio siguiente “debe ser una oportunidad para avanzar en el tema y establecer las prioridades a nivel internacional”.

La Viceministra para la Participación de Igualdad de Derechos de Colombia, Carmen Inés Vásquez, presentó propuestas específicas para la formulación de Planes de acción a desarrollar durante Decenio, entre los que incluyó los temas del reconocimiento, la justicia y el desarrollo. “Debemos emprender esfuerzos que permitan conocer el personal poblacional afrodescendiente en los países mediante censos nacionales, y reconocer los aportes que esta población ha realizado a la pluralidad del hemisferio”. Instó a entender el racismo y la discriminación como lastres para el desarrollo y la justicia plena y afirmó que este decenio debe ser aprovechado para promover iniciativas de diálogo sobre la inclusión de las culturas étnico raciales, y para incorporar la cuestión de los afrodescendientes como tema central de las iniciativas que emprenden organizaciones internacionales. Subrayó que temas como la medición de los niveles de percepción sobre racismo y discriminación racial y la cooperación internacional para romper el vínculo entre pobreza y racismo son pasos claves que la OEA y los organismos del Sistema Interamericano deben incorporar. “Las cinco resoluciones que la OEA ha adoptado desde 2010 con respecto al tema de los afrodescendientes permiten constatar el interés creciente de la Organización por esta población, y la dimensión de los desafíos invita a profundizar el diálogo político y la cooperación a favor de dicha población”, puntualizó.

Por su parte, el Comisionado presidencial para asuntos de la afrodescendencia de Costa Rica, Quince Duncan, señaló la necesidad de proponer un giro en el discurso sobre la situación de los afrodescendientes en las Américas. “El gran problema del pueblo afrodescendiente de las Américas no es la pobreza”, sino que, más bien, “es una consecuencia del racismo estructural, de la discriminación histórica a que se ha sometido a la población afrodescendiente”. Añadió que a través de la historia no ha habido un reconocimiento pleno de los afrodescendientes y sus aportes, “y ha sido un verdadero problema que los estados nacionales reconozcan en toda su valía que las etnias negras conformaron en la región un pueblo, con todo lo que ello implica”. Por esta razón, consideró que ningún programa de desarrollo para la población afrodescendiente tendrá un efecto duradero si no se ataca la cuestión de fondo y en ese sentido propuso “adoptar medidas eficaces para eliminar las barreras racializadas que distorsionan y dificultan la plena inserción de los emprendedores afrodescendientes en el mercado local, regional y global”, que deben ser identificadas por cada Estado. Asímismo, sugirió que la propia OEA asesore a sus Estados Miembros en la implementación de programas de capacitación, articulación e inserción de los emprendedores afrodescendientes, con una visión de desarrollo con identidad.

A su vez, la Secretaria Ejecutiva de la etnia negra de Panamá, Haydeé Milanés, consideró que la importancia de la celebración del Decenio Internacional de los Afrodescendientes radica en que abre un período apropiado “para compartir entre los países que conformamos las Américas nuestra situación real de la población afrodescendiente”. Agregó que el reconocimiento de la existencia de una población afrodescendiente es bajo, y que hay que fortalecerlo para aplicar justicia efectiva. “Se necesitan fondos para realizar programas que lleven al desarrollo”, dijo, y agregó que este decenio facilitará los programas y actividades en los cuales los Estados y los organismos internacionales puedan apoyar el esfuerzo que hace la sociedad civil en el camino hacia el desarrollo humano. Insistió en que “todos los gobiernos de América Latina y el Caribe deberemos tener tiempo para reunirnos y sacar un diagnóstico de la realidad de cada país, y proponer programas que atiendan las necesidades de esa población afrodescendiente que por varios siglos se siente relegada, que siente que jornadas tras jornadas mundiales y hemisféricas no le entregan respuestas”.

El Director de la Unidad Étnica y Embajador itinerante para los afrodescendientes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay, Romero Rodríguez, destacó los cambios que se han logrado en materia de reconocimiento de los afrodescendientes gracias al trabajo conjunto de la sociedad civil y los Estados latinoamericanos y caribeños. Sin embargo, al recordar que cerca del setenta y dos por ciento de los casi ciento noventa millones de afrodescendientes del hemisferio viven bajo la línea de la pobreza, se preguntó por la necesidad de una comisión interamericana que observe la situación y que genere políticas y una hoja de ruta hacia el año 2024, cuando finaliza el decenio. Finalmente, puntualizó que “esta década internacional nos convoca a aportar para un plan de acción, pero necesariamente tenemos que analizar las bases estructurales que todavía nuestras naciones tienen que depurar, y poner sobre la mesa el papel que jugó la trata de esclavos, que conformó la base estructural del desarrollo de nuestras naciones, que permitió un desarrollo desigual y la conformación del racismo a través del tiempo”, sentenció. “El desafío para los organismos multilaterales en el decenio es que el reconocimiento, la justicia y el desarrollo se planteen con una ética histórica, educativa y económica”, concluyó.

Durante la sesión especial hicieron uso de la palabra los representantes permanentes de Uruguay, México, Panamá, Costa Rica, Perú, República Dominicana, Venezuela, Honduras, Ecuador, Bolivia, Brasil, Jamaica, Nicaragua, Trinidad y Tobago, Haití, Argentina, Bahamas, Belize y Colombia.

El Decenio Internacional de los Afrodescendientes fue proclamado en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante una resolución que establece dicha celebración entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2024 bajo el lema: “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo”. El texto de la resolución señala que, a pesar de los esfuerzos realizados, millones de personas siguen siendo víctimas del racismo, la discriminación, la xenofobia y la intolerancia. En dicho contexto, la Asamblea General de la OEA realizada en Asunción, Paraguay en junio de 2014 se unió a la celebración por medio de una Resolución en la que los países reafirman “la importancia de la plena participación libre y en igualdad de condiciones de las y los afrodescendientes en todos los aspectos de la vida política, económica, social y cultural en los países de las Américas”.

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Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-144/15