Comunicado de Prensa


OEA Y PNUD presentaron informe sobre la gestión política de la democracia en América Latina y su respuesta a la crisis económica internacional

  13 de diciembre de 2011

La Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron hoy el informe “Los caminos diferenciados de la Democracia en América Latina: Lecciones Aprendidas de la Gestión Política de la Crisis Económica Internacional”, que analiza los distintos enfoques utilizados por los países de la región para afrontar los desafíos económicos y sociales planteados por el declive financiero global de los últimos años.

En el marco de la XXXVIII Mesa Redonda de Políticas de la OEA, el Secretario General del Organismo hemisférico, José Miguel Insulza, destacó que el estudio indaga sobre la legitimidad de la democracia como sistema político, así como sobre el aumento de las capacidades del Estado en los últimos años para gestionar las demandas sociales sin dejar de estimular la consolidación de un ciclo de crecimiento.

“Hoy podemos constatar la manera en que las variables políticas juegan un papel más activo en el proceso de contención o manejo de la crisis”, afirmó y resaltó que en la actualidad los Estados democráticos de la región “se esfuerzan por cerrar las brechas y desigualdades estructurales”, una tarea de cuyo éxito depende su estabilidad.

El máximo representante de la Organización continental afirmó que el tema del documento presentado no tiene que ver tanto con el hecho de que haya distintos caminos, sino más bien con los distintos puntos de partida y de llegada de los países para enfrentar las crisis, las cuales “requieren una acción muy decidida de las democracias”. El Secretario General Insulza resaltó, además, la oportunidad del análisis en el contexto del debate alrededor de la celebración este año del décimo aniversario de la Carta Democrática Interamericana.

Heraldo Muñoz, Director Regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destacó entre las conclusiones del informe que “actualmente los ciudadanos no sólo demandan democracia electoral, sino que demandan derechos, y tienen la capacidad de jugar un rol muy activo” en la construcción democrática.

“Los beneficios del crecimiento son reconocidos en la región, pero con todo y eso hay un cuestionamiento al modelo de desarrollo, que ya no es equivalente al crecimiento económico, sino que va acompañado del resurgimiento de un Estado activo, vigoroso, que pueda jugar un papel en el ámbito de las políticas sociales”, afirmó Muñoz. “Existe la percepción de que, para enfrentar desafíos como la desigualdad, la inseguridad ciudadana y la violencia, se necesita un Estado activo y bien dotado de recursos”, añadió.

El Secretario de Asuntos Políticos de la OEA, Víctor Rico, por su parte, dijo que el objetivo del documento es “brindar claves analíticas que permitan conocer el grado de vulnerabilidad que enfrentan las democracias de la región en términos de los vínculos existente entre la crisis económica y la dinámica de los procesos políticos, y generar un marco conceptual y apoyar el proceso de toma de decisiones de carácter estratégico”. Afirmó así, que “a diferencia de las crisis anteriores, nuestras democracias están mejor preparadas para enfrentar la crisis” en esta ocasión, debido a que existe una mayor legitimidad institucional y política, los países “cuentan con un terreno ganado por el Estado en las esferas sociales e institucionales y pusieron en marcha políticas sociales agresivas y eficaces”.

El alto funcionario de la OEA explicó que el informe identifica tres “brechas” que permiten determinar el grado de vulnerabilidad de las democracias a “shocks” económicos externos: la brecha de expectativas ciudadanas o de legitimidad; la brecha de gestión institucional, que apunta al desfase entre la política pública y sus resultados concretos en la calidad de vida de los ciudadanos; y la brecha de recuperación social o de bienestar.

“Además de éstas, en la coyuntura actual se presentan tensiones que tienen que ver con las desigualdad de ingreso entre territorios en la región y la vulnerabilidad de las clases medias, expuestas a una mayor informalidad laboral, escasa cobertura de salud y estancamiento educativo”, dijo.

El Coordinador del Proyecto Análisis Político y Escenarios Prospectivos (PAPED) del PNUD, Antonio Araníbar, explicó que las economías latinoamericanas llegaron mejor preparadas para responder a los desafíos de la crisis internacional porque partieron del reconocimiento de tres premisas nuevas en la región: que las democracias que pueden generar respuestas a las demandas, expectativas y necesidades de sus ciudadanos son menos vulnerables; que los ciudadanos no generan esas demandas en el vacío, sino en relación a su propio contexto; y que existen límites a la satisfacción de esas demandas.

Araníbar agregó en este sentido, que aquellos países que mejor sortearon los desafíos sociopolíticos y económicos de la recesión de 2009 contaban con una serie de características distintivas, entre ellas “disponer de un liderazgo político representativo con capacidad de generar horizontes compartidos de sociedad; haber suscrito acuerdos sociopolíticos amplios para impulsar transformaciones sociales; y haber implementado políticas públicas centradas en los ciudadanos, especialmente en los sectores mas vulnerables”.

El representante del PAPED refirió que el informe concluye que las democracias de America Latina son hoy más receptivas a “shocks” externos que hace una década, pero no todas al mismo nivel: La capacidad de cada país para sobreponerse a una crisis depende de cuan amplias sean las brechas estructurales entre Estado y ciudadanía.

Cynthia Arnson, Directora del Programa de América Latina del Woodrow Wilson International Center for Scholars, alabó la notable contribución que el informe hace al centrarse en el rol del Estado. “Un Estado fuerte es percibido como fundamental para enfrentar los desafíos de la pobreza”, afirmó, y resaltó que existen aún áreas en las que es necesario seguir trabajando, especialmente en mejorar la manera como el poder y la autoridad son ejercidos en los distintos niveles de los países, algo que en algunos países restringe el liderazgo político e impacta la autonomía institucional.

Kevin Casas, Director de la Iniciativa América Latina de Brookings Institution, afirmó que “la idea de lo que América Latina acepta como buen gobierno es algo que ha llegado a ser universal”, y puso como ejemplo cómo la región ha evolucionado adoptando políticas sociales robustas, lo cual “implica un enorme cambio intelectual y político”. Casas anotó entre los aspectos sobresalientes del informe que, a pesar de que existen caminos diferenciados entre las democracias de la región, hay más semejanzas que desigualdades; y que existe una revalorización del papel del Estado que ha traído consigo consecuencias visibles. Cerró afirmando que fueron la disciplina y la persistencia de los países en hacer reformas políticas lo que permitió que hoy se recojan los frutos positivos en cuando a la capacidad de respuesta con respecto a la crisis económica.

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Para más información, visite la Web de la OEA en www.oas.org

Referencia: C-1012/11