Discursos y otros documentos del Secretario General

CUARTA SEMANA INTERAMERICANA DE LAS Y LOS AFRODESCENDIENTES EN LAS AMÉRICAS

26 de marzo de 2021 - Washington, DC

Hay que poner fin al cruel legado de la esclavitud en las Américas, desde todo punto de vista, temas sociales, culturales, políticos y de seguridad. Es necesario que los países del hemisferio asuman su responsabilidad histórica y la responsabilidad del presente y que se tomen acciones afirmativas para corregir este viejo problema enquistado en nuestras sociedades. Algo que heredamos de la época colonial, pero que hemos reproducido generación tras generación.

La designación del Decenio internacional, entre 2015 y 2024, por parte de la Asamblea General de la OEA en 2016, nos permite retomar cada año, con mirada crítica, la realidad que viven nuestras y nuestros hermanos afrodescendientes en la región.

En este último año, sabemos que la comunicad afrodescendiente se ubica dentro los sectores más golpeados por la crisis del COVID-19. Este es un hecho que debe generar una reflexión inmediata por parte de todos.

En todas las naciones del hemisferio viven afrodescendientes. Basta mirar cualquier estadística, basta mirar dentro de nosotros mismos para saber cuan profunda está en nosotros la afro-descendencia. Basta mirar cualquier estadística para apreciar cómo los niveles de pobreza y de pobreza extrema son mayores entre la población afrodescendiente.

De igual manera, en materia de salud y muy especialmente con respecto a las cifras de mortalidad infantil, se evidencia cómo este grupo humano es el más golpeado.

Algo similar sucede con los niveles de analfabetismo y acceso al mercado laboral, afectando con mayor incidencia a las mujeres afrodescendientes. Las brechas de género y raza pesan de manera significativa en estas dos variables.

Ayer lo decíamos ante el Consejo Permanente, la pobreza es afrodescendiente en nuestro continente. Los afrodescendientes y las afrodescendientes además son las principales víctimas de la violencia que sufre nuestro hemisferio, el más violento del mundo.

Asimismo, las medidas que toman los gobiernos a nivel laboral se enfocan en los sectores formales de la economía dejando de lado, en muchos casos, los sectores informales en donde existe una mayor concentración de afrodescendientes.

A pesar del alto número de afrodescendientes que viven en las Américas y que se ha logrado poco a poco que sus demandas históricas sean escuchadas, no se ha alcanzado lo mismo con respecto a la brecha estructural que existe en materia de desigualdad, la que se suma a las diversas formas de discriminación. La discriminación que es completamente institucionalizada, una discriminación que tiene que ver con las pautas de funcionamiento del estado y de sus diversas instituciones que genera y reproduce estas discriminaciones, estas desigualdades.

Todavía persisten cifras que demuestran el bajo nivel de participación y representación insuficiente que tienen en los procesos de toma de decisiones políticos e institucionales. Y por lo tanto hace mucho más difícil de revertir esta situación.

No cuentan con la debida representación dentro de la administración de Justicia. Simultáneamente, el número de afrodescendientes como población carcelaria es desproporcionalmente alto.

Otro hecho que nos debe llamar a la reflexión es el poco caso que existe a la extensa contribución cultural que han hecho los afrodescendientes en todo el hemisferio, así como su aporte a la sociedad.

Creemos que la incorporación de la población afrodescendiente dentro de la historia oficial de los países de las Américas debe ser una prioridad para todos los ministerios de Educación de la región. Para todos los ministerios de Cultura de la región.

Los Estados miembros de la OEA se comprometieron a hacerlo cuando adoptaron el plan de acción de los afrodescendientes de la OEA.

De igual manera creemos que con la firma, ratificación e implementación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia y la implementación del Plan de Acción del Decenio de las y los Afrodescendientes en las Américas por parte de todos los Estados Miembros, contribuiremos significativamente a saldar la deuda histórica que las Américas tienen con esta comunidad.

Reducir las desigualdades y afrontar los impactos del COVID-19 en la población afrodescendiente es un imperativo moral y jurídico que nos debemos todos y todas como ciudadanos de las Américas.


Muchas gracias