Discursos y otros documentos del Secretario General

DÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS, CONFERENCIA SOBRE DERECHOS HUMANOS Y DEMOCRACIA EN CUBA, VENEZUELA Y NICARAGUA

10 de diciembre de 2020 - Washington, DC

El año 2020 ha sido largo y muy difícil, la pandemia del COVID-19 nos ha presentado desafíos inesperados y ha puesto a prueba creencias en este mundo que nos rodea. En nuestro hemisferio, fuerzas autoritarias han aprovechado la coyuntura para aumentar la represión en aras de perpetuarse en el poder.

Las Américas nos convertimos rápidamente en el epicentro global de la pandemia. El COVID-19 ha expuesto las vulnerabilidades de nuestras sociedades, creando no solo una crisis de salud, sino también una crisis económica y exacerbando las desigualdades que presenta nuestro hemisferio.

Los países, todos en diferentes niveles y etapas de consolidación democrática, se han visto sacudidos, ya que las nuevas presiones sin precedentes han agravado los desafíos para aquellos que están luchando en contra del COVID-19, algunos de ellos guiando a instituciones que tienen sus problemas estructurales y capacidades limitadas de brindar servicios.

Es una carga que no solo pesa sobre los gobiernos, sino que también en los ciudadanos, todos debemos asumir la responsabilidad de combatir y limitar la propagación del virus.

Lo lamentable de esta realidad es que las mismas acciones que son necesarias para responder a esta crisis requieren que se implementen limitaciones que en muchos casos se han implementados a libertades y a derechos fundamentales de nuestros ciudadanos.

A medida que los Estados eligen su manera de responder al virus, se hace difícil distinguir entre respuestas erróneas o inadecuadas, o incluso por falta de capacidad y aquellas que puedan tener una intención iliberal.

Si bien la pandemia ha captado nuestra atención, no podemos permitir que nos distraiga del dolor o del sufrimiento que ha causado. No podemos permitir que en este momento dejemos de centrar la atención y enfocar todos nuestros esfuerzos a la lucha contra las dictaduras, contra sus crímenes y las atrocidades que ellas mismas representan en este hemisferio.

Nuestro hemisferio ya estaba luchando contra la propagación de prácticas autoritarias antes que la pandemia y hemos visto como aquellos que tienen intenciones autoritarias utilizan activamente la crisis para recrudecer y normalizar sus prácticas represivas y el abuso desenfrenado con el objetivo de aferrarse aún más al poder con el fin de hacer prevalecer esas instancias dictatoriales.

El pasado 26 de noviembre, 14 artistas y disidentes cubanos del Movimiento San Isidro fueron detenidos en La Habana luego que el régimen castrista acusara a uno de ellos de haber violado las normas contra el COVID-19.

Este es solo el ejemplo más reciente de cómo la dictadura cubana utiliza la pandemia como excusa para ejercer más represión sobre su pueblo a través de leyes deliberadamente imprecisas, inventando crímenes con penas excesivas y con condenas que nunca parecen ser el resultado de pruebas.

En Nicaragua, los esfuerzos para censurar cualquier información sobre la pandemia costaron vidas que se caracterizan como debido a otras causas. Apuntan a cualquier individuo o medio de comunicación que esté dispuesto a hablar abiertamente sobre la situación.

En Venezuela, se ha montado otro show elaborado, pretendiendo que lo sucedido el domingo pasado fue una elección democrática.

La dictadura del chavismo ha utilizado repetidamente la excusa del COVID-19 para empoderar a las fuerzas represivas, a los grupos armados que operan bajo su dirección, para tomar nuevas acciones represivas y atacar a cualquiera que sea percibido como crítico del sistema.

Debemos tener cuidado de no minimizar las implicaciones de la pérdida de democracia en Venezuela y Nicaragua y la pérdida de décadas en Cuba. Si la pandemia nos ha enseñado algo, es que lo que sucede dentro de las fronteras de un país afecta rápidamente a otro.

El autoritarismo es un virus que cruza fronteras y sus malas prácticas se extienden por fuera de sus condiciones nacionales. Las condiciones de corrupción, violencia y crimen organizado que propagan, amenazan y debilitan instituciones, las dictaduras polarizan nuestro hemisferio, lo polarizan políticamente al pretender introducir prácticas que definitivamente son malas prácticas en el ejercicio de la democracia.

Por lo tanto su acción es permanentemente desestabilizadora, cada vez debemos ser más conscientes y más responsables para actuar y para tener un hemisferio libre de dictaduras.

Muchas gracias