Discursos y otros documentos del Secretario General

DISCURSO DEL SECRETARIO GENERAL EN LA REUNIÓN DEL CONSEJO PERMANENTE PARA RECIBIR AL VICEPRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS

7 de mayo de 2018 - Washington, DC

Vicepresidente Pence, su visita esta semana en la sede de la OEA, coincide con el aniversario de un evento realizado en el sitio de este edificio a principios de siglo XX con líderes estadounidenses.

El próximo viernes 11 de mayo para ser exacto, se cumplen 110 años desde que se coloco la piedra fundamental de este edificio con la presencia  del presidente Teddy Roosevelt, en compañía del Secretario de Estado Elihu Root y el empresario Andrew Carnegie.

Es una coincidencia que aprovecho para destacar el constante compromiso de los Estados Unidos con la Organización a través del tiempo. Ya sea hace 110 años cuando se construye esta casa para la Unión Panamericana, los Presidentes de Estados Unidos que han visitado   el edificio desde su creación, o este día en que usted nos reafirma la importancia del multilateralismo y del respeto mutuo entre naciones, basados y apegados a principios y valores de la democracia y los derechos humanos.

In this complex and interdependent world, issues  within one nation increasingly affect the rest. Corruption, transnational crime and the threat of terrorism are security challenges that transcend borders, and demand international and multidimensional solutions.

The greatest threats to our democracies and our societies come from inequality, intolerance, discrimination, corruption, violence, human rights violations, illegal financing of political campaigns and the influence of organized crime within our political systems.

We know well what the deterioration of democracy looks like. It is the elimination of the independence of the branches of government, the politicization of justice and the centralization of power in the hands of the Executive. It is the corruption of public resources for personal gain and the use of the security apparatus against civilians, it is to smash down dissidents, it is to weak or subjugates political opposition, it is when the elections are not free and not fair.

It is the deprivation of the fundamental rights and freedoms upon which this very institution was founded; the denial of liberty, the freedom of expression, speech, assembly and movement. It is the deprivation of the civil and political rights that guarantee individuals a voice in the decisions that affect their lives.   

A roadmap of endemic corruption in the relentless pursuit of power has established a dangerous precedent in the region.

We want to believe that in a democratic continent, violent confrontations between citizens and their government were a thing of the past. Yet citizens are still forced to pay the highest price to make their voices heard. One life is too many, yet the body count continues to grow. As MLK said, the greatness of America is the right to protest for rights

Saint Pope John Paul the II wrote in his Centesimus annus, “As history demonstrates, a democracy without values easily turns into open or thinly disguised totalitarianism”.

Dictatorships find stabilization or they get governability in the denial of the rights of the people.

There are consequences for looking the other way under the guise of stability, because in the end, it almost always has a very negative result.

We all know now the devastating effects of the self-destruction of one country ruled by a dictatorship are spilling into the rest of the region.

Instability and insecurity are spreading in this hemisphere because of one of the most significant humanitarians crises of our lifetime, as millions of people have been forced to flee their country in search of food and medicines.

Citizens are the ultimate sovereigns of the State. A citizen is never an enemy of the state and least of all for simply questioning power.

This triumph of dictatorship over freedom is not an ideology and it is not a revolution. No amount of power or wealth is worth the cost of democracy, human rights or fundamental freedoms. We cannot condone these actions and States must be willing to denounce the illegitimacy of leaders who do.

We have an essential role to play in supporting Member States as they build more prosperous democracies.

This Organization will continue to denounce abuses and human rights violations and we will continue to work for a hemisphere free of dictatorships.

Peace is an imperative. We have to make it clear that terrorism and weapons of mass destruction don’t have a place in this world. The world has gotten smaller, and issues that have been relegated as distant news from far reaching places, now hold a real impact and create real fear at home. The proliferation of weapons of mass destruction creates insecurity for all citizens of the world, and when these threats are proved to be credible, the international community must be willing to act. Inaction now, leaves us open to greater risks in the future. While we work towards the goal of eliminating weapons of mass destruction for our future generations, international action will be necessary to deter those pursuing a different end. The consequences for failure are simply too great.

El Secretario de Estado Elihu Root, en su discurso cuando se colocó la primera piedra de este edificio en 1908, dijo que el objetivo de la Unión Panamericana, la precursora de la OEA, era: “romper las barreras de ignorancia mutua entre las naciones de las Américas”.

La peor forma de ignorancia es olvidar el compromiso máximo, de los valores y principios de la democracia y los derechos humanos que nos atan como comunidad continental.

El otro problema es la ignorancia de aquellos que guardan frustraciones o complejos. El problema es que esos mismos por razones ideológicas o por default o por inducción histórica indebida juzgan las acciones permanentemente como malas, especialmente cuando son en defensa de la democracia y los derechos humanos. Especialmente cuando son buenas.

La OEA es fuerte porque, a pesar de la gran diversidad de sus miembros, se sigue contando con la capacidad institucional para canalizar el diálogo multilateral. Estos valores plasmados en normativa interamericana, incluyendo convenciones, resoluciones y Cartas, nos distinguen del resto del mundo como organismo de naciones. El objetivo de trabajar para que más personas sean más libres y con más derechos, es explícito y claro. Esto hace que el excepcionalismo realmente no sea de uno, pero de todo el continente. El excepcionalismo continental tiene lugar gracias a que procuramos ser una fuerza moral de permanente construcción de principles politik.

En todo el continente, no solo en América Latina y el Caribe, hay millones de personas que viven en la pobreza, sin la voz de la participación política, sin la capacidad y habilidad de hacer valer sus derechos. Hay millones excluidos del progreso tecnológico y económico de este Siglo. La desigualdad es necia, y genera trampas para la democracia al abrir espacios a la demagogia. 

No podemos acostumbrarnos nunca al sufrimiento de los pobres y los marginados. No debemos normalizar el crimen y la violencia, o normalizar el que la profesión de defensora de derechos humanos, lideresa comunal o periodista sea un trabajo con un alto riesgo de perder la vida. Tampoco podemos normalizar la indiferencia y el odio hacia los que se ven o piensan diferente.

Y mucho menos, nunca debemos normalizar la existencia de dictaduras y formas autoritarias.

El sufrimiento de los pobres y de los desprotegidos es la principal justificación moral para reconocer sus libertades y derechos, quien piense que el problema de ese pueblo se resuelve negándole sus libertades fundamentales no esta guiándose por el interés del pueblo. Esta guiándose por su propia miseria política.

Para sacar a más personas de la pobreza, para que más tengan oportunidades de superación y movilidad social, para que más tengan una posibilidad auténtica de auto-realización humana, necesitamos de más democracia y derechos humanos, no menos.

En un discurso dictado aquí en este edificio en 1982, el presidente Ronald Reagan dijo, “Sabemos que una nación no puede ser liberada si priva a su gente de libertad… Y sabemos que un gobierno no puede ser democrático si rechaza la prueba de una elección libre”.

En las Américas hoy estamos siendo testigos de dos dictaduras que privan a su gente de sus derechos, y que se rehúsan a ofrecer garantías mínimas para un proceso electoral libre y justo: Cuba y Venezuela

A pesar de los altos y los bajos, la OEA ha mostrado resiliencia institucional después de 70 años. Este edificio sigue de pie, dándonos la oportunidad de seguir poniendo la democracia y los derechos humanos primero.

Por ello esta comunidad de naciones no puede admitir a dictadores.

La SG desconoce cualquier acción o expresión de Nicolás Maduro, a partir de la suspensión de su investidura por parte del TSJ.

Pedimos sanciones para acabar con una dictadura. Sin indulgencias, sin dobleces, sin dudas. La peor sanción petrolera contra Venezuela es como el Gobierno de Maduro arruino PDVSA. Ha sido el fin de su aparato productivo esencial. Ha sido es hambre para su pueblo, es dolor, sufrimiento, enfermedad, miseria, muerte.

Ese es el significado de la dictadura Venezolana para su pueblo.

Sanciones para rescatar los derechos pueblo venezolano

Pido fortaleza, sin esa fuerza, solamente podemos esperar de Venezuela más inseguridad e inestabilidad regionales, más narcotráfico, más terrorismo, más crisis humanitaria.  Y el pueblo venezolano solo tendrá más pobreza, más tortura, más ejecuciones extrajudiciales, más asesinatos. Menos alimentos, menos medicamentos. Ojala esas acciones hubieran sido hace tres años, le hubiéramos ahorrado mucho dolor al pueblo venezolano.

Jamás debemos perder ese sentido de humanidad. Jamás debemos ignorar el sufrimiento humano y mucho menos cuando este es responsabilidad del estado. Denegar justicia a una sociedad donde se violan los derechos humanos y se cometen crímenes de lesa humanidad, es tenerla de rehén, es someterla una y otra vez al terrorismo de Estado. Nos une y nos convoca como demócratas, poner al ser humano y sus derechos en el centro de todos nuestros esfuerzos hacia la consolidación de sistemas democráticos que verdaderamente garanticen su libertad y su dignidad.

Democracy and human rights first.