Discursos y otros documentos del Secretario General

II ASAMBLEA AWEB “ROL Y DESAFÍOS DE LOS ÓRGANOS ELECTORALES PARA GARANTIZAR LA INTEGRIDAD DE LAS ELECCIONES”

18 de agosto de 2015 - Santp Domingo, República Dominicana

Es mi primera visita a República Dominicana y, como Secretario General de la OEA, es entonces el momento de hacer una importante declaración de la Secretaría General de la OEA, un importante reconocimiento público: La Organización de los Estados Americanos que queremos debe ser consistente con los valores y principios fundamentales de política exterior y de derecho internacional. Es nuestra obligación actuar en defensa de los derechos humanos y en el fortalecimiento de la democracia. Es esencial que nuestro trabajo no intervenga en los asuntos internos de los Estados y que nada de lo que hagamos pueda ser interpretado como injerencia.

Es esencial apegarnos al principio de autodeterminación de los pueblos; es esencial que la OEA sea consecuente con estos enunciados no como valores abstractos, sino como guías en nuestra acción en forma permanente.

Es por lo tanto imprescindible que la Secretaria General cumpla con los postulados fundamentales de asumir responsabilidades históricas, postular que determinados hechos del pasado no ocurran nunca más y proponer, asumir la verdad, no para reparar el pasado, sino como legado para las generaciones venideras.

Es por eso que como Secretario General de la OEA deploro los actos de la Organización que validaron en 1965 la invasión a República Dominicana y la intervención en este país, torciendo el camino soberano elegido por su pueblo. Nuestro respeto y nuestra congoja por las víctimas que sufriera República Dominicana de la invasión validada internacionalmente por la OEA y por la intervención que esta aprobara. La historia condena a la OEA por estas víctimas. Este pasado condena a la OEA por haber intervenido torciendo la historia y el destino político soberano de la República Dominicana.

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Los órganos electorales son imprescindibles para el funcionamiento de la democracia, deben estar siempre por encima de los partidos políticos y del gobierno de turno defendiendo el interés supremo de la ciudadanía y el inalienable derecho a ejercer el voto en condiciones de transparencia, equidad y eficiencia. Son instituciones que deben inspirar la confianza de todos.


Amigas y amigos

Felicitamos a la República Dominicana por acoger este evento central para el funcionamiento de la democracia representativa, y aprovecho esta oportunidad para agradecer al gobierno dominicano por haberse ofrecido como sede de la próxima Asamblea General de la OEA en 2016. Hoy conversaré con el Ministro Navarro sobre éste y otros temas.

El 26 de mayo pasado, cuando asumí como Secretario General de la OEA, expresé mi compromiso de buscar soluciones prácticas, duraderas a los problemas de la región y de bregar para que en nuestra América cada vez “más gente pueda hacer uso de cada vez más derechos”.

Entre estos derechos se encuentran el derecho a tener elecciones libres, transparentes e inclusivas. Y no hay elecciones libres, transparentes e inclusivas sin integridad electoral, el tema que hoy nos convoca.

Los órganos electorales son los últimos responsables de la preparación y administración de las elecciones. Su accionar tiene un impacto directo, garantizando o poniendo en duda, la integridad del proceso electoral.

La OEA trabaja – junto con muchos otros órganos de la región - para modernizar y mejorar la calidad de estos servicios que prestan a la ciudadanía y al sistema político.

Entre estos proyectos de cooperación técnica se destacan las auditorías a los registros electorales y el apoyo a las autoridades electorales en el diseño, soporte y análisis de sistemas y procesos informáticos.

En febrero de 2014, en una nueva fase de cooperación, la OEA creó una norma ISO electoral bajo la cual los órganos electorales de las Américas y del resto mundo puedan ser certificados. La implementación de sistemas de gestión de calidad permite que los procesos institucionales se ajusten a niveles y estándares definidos por normas internacionales que mejoran sustancialmente su productividad y eficiencia.

La Norma Electoral define los requisitos específicos para ocho procesos que se entienden fundamentales en cualquier elección.

Se trata de una herramienta de mejoramiento de la gestión pública, que promueve una administración más transparente y eficiente, y que tiene un impacto directo en el aumento de la confianza de la ciudadanía, los partidos políticos y los candidatos en sus instituciones electorales.

Amigas y amigos

Hoy, los órganos electorales del hemisferio enfrentan varios desafíos, que pueden poner en riesgo la preservación de su independencia frente a presiones de diversa índole que surgen durante el período electoral.

La inseguridad y la violencia electoral se suman al temor ciudadano de concurrir a las urnas por posibles hechos de violencia. Es notorio que en varios países el crimen ha permeado gobiernos locales y nacionales y ello tiene como nefastos corolarios, entre otros, el uso de dinero ilegal en las campañas, la competencia de candidatos apoyados por bandas criminales y la extorsión a candidatos, miembros de órganos electorales y/o ciudadanos. Para hacer frente a esos ataques que apuntan al corazón mismo de la democracia permítanme presentarles un antídoto de seis puntos:

Primero un trabajo independiente e imparcial: los órganos electorales son instituciones independientes e imparciales en tanto que tienen autonomía presupuestaria y de acción y que sus miembros se designan por mecanismos propios. Su credibilidad depende en gran medida de la capacidad de conservar esa independencia e imparcialidad.

Segundo, se trata de realizar un trabajo profesional y preciso: los problemas de integridad electoral a menudo son asumidos como el resultado de prácticas deshonestas o fraudulentas, pero también ocurren como consecuencia de errores humanos y de fallos no intencionados. Para evitarlos, es necesario que la tarea de la administración electoral sea profesional y precisa.

Tercero, se deben seguir procedimientos claros y con apego a las leyes y en base a estándares y normas internacionales.

Cuarto, se deben transparentar sus acciones para que sean conocidas y mejor comprendidas por los ciudadanos y es fundamental que rindan cuentas de las decisiones adoptadas. La transparencia y la rendición de cuentas fortalecerán la confianza de los ciudadanos y partidos políticos en la institución, lo que dará más legitimidad al proceso electoral y al nuevo gobierno elegido en las urnas.

Quinto, el trabajo debe someterse a una supervisión interna y externa para detectar problemas y poder subsanarlos.

Y en sexto lugar, tienen que aceptar que todo proceso es perfectible y que su labor requiere de una mejorara continua para perfeccionar sus procedimientos.

La democracia es una de las bases fundamentales de la actuación de la OEA, es parte de su razón de ser. Y aunque es cierto que la democracia va más allá de las elecciones, sin elecciones limpias y transparentes no puede haber democracia.

Muchísimas gracias.