Misiones Políticas

Acompañamiento al Proceso Electoral en Bolivia

En 2005, la OEA instaló una Misión Especial de Acompañamiento en Bolivia en apoyo a los procesos políticos previstos en el país - elecciones presidenciales, legislativas y prefecturales; elecciones para una Asamblea Constituyente; y referendo autonómico - . Sus términos de referencia incluyeron la observación electoral, así como la cooperación política y técnica para la Asamblea Constituyente y el referendo autonómico.

"La OEA fue invitada a Bolivia en medio de una crisis", recordó Horacio Serpa, Representante Especial del Secretario General. El mandato constitucional del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada había sido interrumpido y el Presidente Carlos Mesa ejercía el poder en plena confrontación con el Congreso. En medio de una fuerte movilización social, el Presidente convocó a una Asamblea Nacional Constituyente y presentó al país la posibilidad de elegir prefectos para avanzar hacia las autonomías que eran cada vez más reclamadas desde varias regiones del país. La OEA ofreció su cooperación técnica a la Asamblea Constituyente. Antes de que la Organización pudiera formular una propuesta formal de acompañamiento, el Presidente Mesa renunció. Según Serpa, el rechazo de la sociedad a las figuras políticas llevó a que los presidentes de las dos cámaras del Congreso se negaran a asegurar la sucesión entre ellos mismos y, por lo tanto, fuera llamado a ejercer la presidencia el Presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez mientras se llevaban a cabo elecciones adelantadas.

La convocatoria a elecciones adelantadas para presidente y legisladores así como las primeras elecciones para prefectos constituyó uno de sus primeros anuncios presidenciales. En esta coyuntura, estaba claro que la OEA podría contribuir con el despliegue de una misión de observación electoral cuya imparcialidad otorgaría tranquilidad a los actores de tan complejo escenario político. Con su presencia en el país, la OEA acompañó a las autoridades nacionales y al pueblo boliviano en la búsqueda de los caminos de entendimiento que llevaron a la realización pacífica de un proceso electoral con la credibilidad y la legitimidad necesaria para su respectiva aceptación por los actores en contienda pese a múltiples desafíos.
Los primeros observadores llegaron con dos meses de antelación; para el 18 de diciembre de 2005, día de las elecciones, más de 200 observadores se esparcieron por el país. Entre ellos había representantes de numerosas organizaciones internacionales así como de parlamentos de varios países. La presencia de los observadores contribuyó a otorgar credibilidad y legitimidad a un proceso electoral que había creado gran expectativa. Para Serpa, el aporte de la OEA fue posible por su capacidad de convocar a todas las fuerzas políticas del país, por la fluidez de su comunicación con todos lo estamentos de la sociedad y por el continuo apoyo que manifestó al pueblo boliviano el Secretario General Insulza quien, el día mismo de su posesión, envió un mensaje garantizando la imparcialidad de la observación.

Numerosos representantes gubernamentales, las autoridades locales y regionales, los legisladores, el sector empresarial y, de manera particularmente estrecha, los candidatos mantuvieron contacto con la Organización. La integridad del Presidente Rodríguez y, más allá de algunos reparos expresados por unos pocos candidatos, la confianza básica de los partidos políticos en la Corte Nacional Electoral constituyeron factores fundamentales para el éxito del proceso electoral. Durante la estadía de la OEA, los medios de comunicación dieron cuenta cabal de la actuación de la Organización.

El peligro que acechaba a la democracia boliviana no era de poca importancia. Horacio Serpa enfatizó que, desde cualquier sector del espectro ideológico, se le recordaba constantemente la posibilidad de explosión de una guerra civil. Las encuestas daban una ligera ventaja al Presidente Evo Morales frente a su contrincante Jorge "Tuto" Quiroga, pero este porcentaje se ubicaba en el margen del "empate catastrófico". Este escenario era cuanto más preocupante en la medida en que la Corte Nacional Electoral preveía que podrían ser necesarios hasta 10 días para finalizar el escrutinio. El resultado del conteo rápido de la OEA, obtenido poco después del cierre de las urnas, fue transmitido a las autoridades.

Seis meses después, la OEA también observó las elecciones organizadas para elegir a los miembros de la Asamblea Constituyente. Una vez más, el dictamen de los observadores sirvió para dar fe de la transparencia de las elecciones. En medio del ambiente de tensión que rodeó ambas elecciones, la OEA ofreció confianza a las autoridades, los candidatos y la sociedad en general, contribuyendo a convalidar los resultados. Hoy, en conjunto con el gobierno, la Organización está buscando nuevos mecanismos e instrumentos para apoyar a un Estado miembro en el desarrollo del proceso de la Asamblea Constituyente.