Cuando Sir
Arthur C. Clarke diseñó por primera vez el sistema
de satélites geoestacionarios, en 1945, quizás no se
preguntó cuántas aplicaciones tendría su brillante
idea.
Los satélites
se utilizan para tantas aplicaciones en la
actualidad que es difícil imaginar el mundo sin
ellos.
Si bien el
primer satélite geoestacionario fue diseñado para
proporcionar comunicaciones de voz a través del mar,
en la actualidad el principal usuario es la
televisión. ¿Acaso podríamos imaginarnos los Juegos
Olímpicos de verano sin que fuesen transmitidos en
vivo desde y hasta cualquier parte del mundo? Sin
embargo, ésta no es la única aplicación de las
comunicaciones por satélite. Los satélites permiten
a las compañías multinacionales establecer
comunicaciones en todo el mundo, realizar
operaciones financieras en todas partes y ofrecer
acceso a Internet en las áreas más remotas del
planeta. El mismo Sir Clarke tal vez no se percató
de la importancia que adquirirían los satélites para
llevar a los países en desarrollo lo que más
necesitan: la educación.
La enseñanza
a distancia ofrece a las personas que viven en áreas
rurales o con baja densidad poblacional la
oportunidad de asistir a cursos con profesores y
expertos que de otra manera no podrían tener en un
sistema de aprendizaje tradicional. Los profesores
que viven en las grandes ciudades no tienen el
tiempo o interés en trasladarse a un pueblo pequeño
para dictar una conferencia. En esto radica el
atractivo de la enseñanza a distancia por satélite:
un profesor o experto ahora puede llegar a un
numeroso grupo de personas ubicado en un área
equivalente a un tercio de la superficie del globo
terráqueo utilizando sólo una fracción de un
satélite, además de sus alumnos en una gran ciudad.
Miles o incluso millones de personas podrían asistir
a una clase que dicte en un sólo lugar.
En el 2004,
el Gobierno de Brasil encomendó la realización de un
estudio sobre los estudiantes inscritos en cursos de
nivel universitario, y los resultados del mismo
fueron decepcionantes: sólo el 9% de la población de
entre 18 y 24 años estaba inscrita en la
universidad. Además, más del 49% de estos
estudiantes provenían de la región desarrollada del
sureste. Como resultado de esto, el Gobierno lanzó
un programa de enseñanza a distancia en el que se
incluía la impartición de cursos por Internet y
satélite. En tan sólo un año, el número de
estudiantes inscritos en los cursos a distancia
aumentó un 62%, mientras que el número de
instituciones que ofrecían este tipo de cursos
aumentó en un 30%.
Existen tres
modalidades de enseñanza a distancia: radiodifusión,
banda ancha y Amerhis. En la modalidad de
radiodifusión, las clases son trasmitidas por
satélite a los salones de clase que se encuentran
dentro del área de cobertura. Se trata de una
transmisión unidireccional, lo que significa que las
dudas o preguntas que puedan tener los alumnos deben
ser enviadas a través de algún medio de comunicación
alternativo (por ejemplo, el teléfono). En la
modalidad de banda ancha se utiliza la tecnología IP
por satélite, lo cual significa que no sólo se
trasmite video sino que también los estudiantes que
se encuentren a distancia pueden aprovechar esta
misma tecnología para enviar sus preguntas al salón
de clases.
El sistema
Amerhis es una tecnología que sólo se encuentra a
bordo del satélite Amazonas 1. Se trata de una
plataforma IP por satélite que regenera las señales
en lugar de amplificarlas solamente. Esto permite
una conexión más rápida y confiable con antenas
receptoras más pequeñas; y, al igual que en la
modalidad de banda ancha, los estudiantes que se
encuentran a distancia pueden enviar sus preguntas a
través de un canal de retorno del sistema Amerhis.
La enseñanza
a distancia por satélite está creciendo rápidamente
en Brasil. Un ejemplo de ello es el Curso Prima, uno
de los clientes más grandes de enseñanza a distancia
de Hispamar Satélites. Este curso empezó como un
curso tradicional preparatorio para el examen OAB de
la Barra de Abogados de Brasil. Esto fue en el año
1992. En el 2004, los ejecutivos de Curso Prima
recurrieron a Hispamar Satélites con la idea de
ofrecer su curso por satélite. Después de casi
cuatro años, las ventas del Curso Prima han
aumentado más del 400%. La oferta se ha
diversificado y ahora se ofrecen casi 10 tipos
diferentes de cursos, incluidos cursos de idiomas
(español e inglés), cursos de nivel secundario y
otros relacionados con la medicina.
Para
nosotros, los operadores de satélites, es
particularmente satisfactorio presenciar este
vertiginoso crecimiento de la enseñanza a distancia.
El “padre” de los satélites, Sir Clarke, estaría
sumamente orgulloso de ver que los satélites se
están aprovechando de esta manera.
Jose Edio Gomes
Hispamar Satélites S.A.
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