El Proyecto de Comunidad Digital de Intel
consiste en combinar tipos de comunicaciones inalámbricas basadas en
normas, tales como WiFi y WiMax, con tecnología informática, creando
una revolución en el acceso a los servicios digitales. Dicho proyecto
permite la conexión de comunidades con acceso limitado, al reducir
tanto los costos de introducción como los de mantenimiento, y al
ofrecer posibilidades a los gobiernos locales. Esto es un resultado de
combinar las plataformas abiertas con las normas mundiales.
Las
plataformas abiertas aprovechan la ley de Moore para reducir los
costos al doblar aproximadamente el rendimiento de los equipos cada
doce meses, sin un aumento en los costos. Esto ha sido una realidad de
la industria de la tecnología informática (TI) en estas últimas
décadas, que ahora está alcanzando el mundo de las telecomunicaciones.
Las normas mundiales permiten la interactividad para los productos de
diferentes proveedores, lo cual simplifica la formación de redes y su
funcionamiento, facultando a los gobiernos locales para crear y operar
sus propias infraestructuras de TI y telecomunicaciones.
La iniciativa
de la comunidad digital permite a los gobiernos locales proporcionar
una conexión accesible de banda ancha a la Internet, e introducir
nuevos servicios públicos a precios muy módicos. También contribuye a
una mayor seguridad, a atraer inversiones y promover el desarrollo
económico para mejorar la calidad de la vida de la población local. A
los mercados emergentes con inversiones limitadas en la
infraestructura de telecomunicaciones se les presenta una oportunidad
poco común para aprovechar las soluciones de banda ancha inalámbrica,
conectando poblaciones excluidas, tales como pequeños pueblos remotos,
o aumentando la cobertura en mercados con servicios limitados, tales
como las áreas de bajos ingresos en ciudades grandes y medianas. La
cooperación entre los gobiernos estatales y municipales y el sector
privado puede acelerar la adopción, reduciendo la inversión inicial
necesaria en infraestructura, distribuyendo los costos operacionales,
y obteniendo economías de escala. Ahora pueden formularse nuevos
modelos comerciales, concentrándose en la inclusión digital, y crearse
modelos de reproducción que abarquen países enteros.
Intel ha estado
trabajando en Brasil para ayudar a la industria a que comprenda las
características instrumentales de estas nuevas tecnologías y que el
país no pierda esa oportunidad. Durante la serie de eventos del Foro
Inalámbrico en São Paulo, la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel)
y la industria debatieron un nuevo planteo de la propiedad pública tal
como el espectro radioeléctrico y el acceso a instalaciones públicas
con respecto al concepto de esos nuevos servicios. Intel llevó a la
práctica un proyecto de verificación del concepto, en colaboración con
el Ministerio de Educación, en las ciudades de Brasilia (DF) y Ouro
Preto (MG). El objetivo era comprobar las posibilidades de aplicar la
banda ancha inalámbrica para conectar escuelas públicas, lo cual
serviría como punto de partida para conectar poblaciones enteras. Con
este proyecto se trata de establecer una fórmula para que el
Ministerio de Educación pueda crear una asociación con el gobierno
local que permita transformar la conexión a un laboratorio escolar en
una “nube” inalámbrica que cubra la totalidad de la población. La
ciudad de Ouro Preto era un buen lugar para este proyecto piloto. Está
situada en un terreno sumamente desigual que causa problemas de
propagación para la radio. Ouro Preto ha sido además designada como
“Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la Unesco, por lo que no es
posible alterar la infraestructura de la ciudad para tender cables.
También es sede de una universidad federal que presta su apoyo técnico
al proyecto piloto. Su índice de desarrollo humano es equivalente al
de otras localidades en las que el sector privado considera que las
oportunidades comerciales son limitadas. La intención de Intel es
probar lo contrario con WiMax.
Pero las soluciones inalámbricas son
sólo el primer paso. Hay varios obstáculos a la introducción de
comunidades digitales. Uno de ellos son las regulaciones vigentes, que
son un impedimento para que los gobiernos locales sirvan como
proveedores de servicios de telecomunicaciones. Eso limita la
capacidad de tales gobiernos para colaborar con el sector privado al
crear una desventaja competitiva. Los ofrecimientos limitados usuales
de soluciones de red de retroceso, combinados con una base de clientes
pequeña en localidades remotas hacen difícil encarar el modelo
comercial de la red. Hay además otros problemas, como por ejemplo la
mejor manera de balancear los intereses políticos, los costos de
implementación, y la planificación. Es fundamental la captación
directa de la población local. Desde el principio del proyecto debe
implementarse una asociación entre las poblaciones y sus gobiernos
locales, e incluirse además las compañías integradoras, los
proveedores de servicios y posibles socios comerciales. Las
actividades del proyecto deben comunicarse activamente a toda la
población y promoverse entre ésta.
Intel está explorando en Brasil un
concepto novedoso denominado “corredor inalámbrico” para eliminar
algunos de los obstáculos mencionados. Una red de torres y repetidores
permite la conexión simultánea de varios pueblos vecinos, en vez de
una sola localidad. El “corredor inalámbrico” usa una sola
infraestructura de vía principal basada en la misma tecnología para
normalizar la red general y reducir los costos operacionales. El
corredor emplea frecuencias que no requieren licencias de espectro,
tales como las de 2,4 y 5,8 GHz. La gestión a distancia del corredor
permite optimizarlo para usar más eficientemente los recursos de la
red, y responder mejor a las necesidades de los pueblos conectados. Se
establece un patrocinador financiero local para ampliar la red bajo un
participante, y facilitar el contacto con posibles empresas
explotadoras comerciales interesadas en explorar la infraestructura
para servicios. Esta combinación puede producir economías de escala
que justifiquen la explotación comercial de la red pese a una base
limitada de clientes y a localidades remotas.
Invertir en la revolución digital significa
promover la inclusión social. Intel cree que aprovechar esta
oportunidad es una responsabilidad colectiva que comparten la
industria, el mundo académico y el Gobierno. Intel trabaja en estrecho
contacto con dichos participantes para lograr soluciones
educacionales, fondos para capital de riesgo, nuevas regulaciones, y
la adopción de soluciones basadas en normas para convertir esta visión
en una realidad.
Max C. Leite
Director de Programas de Tecnología, América latina
INTEL
E-Mail: [email protected]
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