Boletín electrónico / Número 15 - Septiembre, 2005

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Comunidades digitales – Revolución digital para la inclusión social

El Proyecto de Comunidad Digital de Intel consiste en combinar tipos de comunicaciones inalámbricas basadas en normas, tales como WiFi y WiMax, con tecnología informática, creando una revolución en el acceso a los servicios digitales. Dicho proyecto permite la conexión de comunidades con acceso limitado, al reducir tanto los costos de introducción como los de mantenimiento, y al ofrecer posibilidades a los gobiernos locales. Esto es un resultado de combinar las plataformas abiertas con las normas mundiales. Las plataformas abiertas aprovechan la ley de Moore para reducir los costos al doblar aproximadamente el rendimiento de los equipos cada doce meses, sin un aumento en los costos. Esto ha sido una realidad de la industria de la tecnología informática (TI) en estas últimas décadas, que ahora está alcanzando el mundo de las telecomunicaciones. Las normas mundiales permiten la interactividad para los productos de diferentes proveedores, lo cual simplifica la formación de redes y su funcionamiento, facultando a los gobiernos locales para crear y operar sus propias infraestructuras de TI y telecomunicaciones.

La iniciativa de la comunidad digital permite a los gobiernos locales proporcionar una conexión accesible de banda ancha a la Internet, e introducir nuevos servicios públicos a precios muy módicos. También contribuye a una mayor seguridad, a atraer inversiones y promover el desarrollo económico para mejorar la calidad de la vida de la población local. A los mercados emergentes con inversiones limitadas en la infraestructura de telecomunicaciones se les presenta una oportunidad poco común para aprovechar las soluciones de banda ancha inalámbrica, conectando poblaciones excluidas, tales como pequeños pueblos remotos, o aumentando la cobertura en mercados con servicios limitados, tales como las áreas de bajos ingresos en ciudades grandes y medianas. La cooperación entre los gobiernos estatales y municipales y el sector privado puede acelerar la adopción, reduciendo la inversión inicial necesaria en infraestructura, distribuyendo los costos operacionales, y obteniendo economías de escala. Ahora pueden formularse nuevos modelos comerciales, concentrándose en la inclusión digital, y crearse modelos de reproducción que abarquen países enteros.

Intel ha estado trabajando en Brasil para ayudar a la industria a que comprenda las características instrumentales de estas nuevas tecnologías y que el país no pierda esa oportunidad. Durante la serie de eventos del Foro Inalámbrico en São Paulo, la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) y la industria debatieron un nuevo planteo de la propiedad pública tal como el espectro radioeléctrico y el acceso a instalaciones públicas con respecto al concepto de esos nuevos servicios. Intel llevó a la práctica un proyecto de verificación del concepto, en colaboración con el Ministerio de Educación, en las ciudades de Brasilia (DF) y Ouro Preto (MG). El objetivo era comprobar las posibilidades de aplicar la banda ancha inalámbrica para conectar escuelas públicas, lo cual serviría como punto de partida para conectar poblaciones enteras. Con este proyecto se trata de establecer una fórmula para que el Ministerio de Educación pueda crear una asociación con el gobierno local que permita transformar la conexión a un laboratorio escolar en una “nube” inalámbrica que cubra la totalidad de la población. La ciudad de Ouro Preto era un buen lugar para este proyecto piloto. Está situada en un terreno sumamente desigual que causa problemas de propagación para la radio. Ouro Preto ha sido además designada como “Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la Unesco, por lo que no es posible alterar la infraestructura de la ciudad para tender cables. También es sede de una universidad federal que presta su apoyo técnico al proyecto piloto. Su índice de desarrollo humano es equivalente al de otras localidades en las que el sector privado considera que las oportunidades comerciales son limitadas. La intención de Intel es probar lo contrario con WiMax.

Pero las soluciones inalámbricas son sólo el primer paso. Hay varios obstáculos a la introducción de comunidades digitales. Uno de ellos son las regulaciones vigentes, que son un impedimento para que los gobiernos locales sirvan como proveedores de servicios de telecomunicaciones. Eso limita la capacidad de tales gobiernos para colaborar con el sector privado al crear una desventaja competitiva. Los ofrecimientos limitados usuales de soluciones de red de retroceso, combinados con una base de clientes pequeña en localidades remotas hacen difícil encarar el modelo comercial de la red. Hay además otros problemas, como por ejemplo la mejor manera de balancear los intereses políticos, los costos de implementación, y la planificación. Es fundamental la captación directa de la población local. Desde el principio del proyecto debe implementarse una asociación entre las poblaciones y sus gobiernos locales, e incluirse además las compañías integradoras, los proveedores de servicios y posibles socios comerciales. Las actividades del proyecto deben comunicarse activamente a toda la población y promoverse entre ésta.

Intel está explorando en Brasil un concepto novedoso denominado “corredor inalámbrico” para eliminar algunos de los obstáculos mencionados. Una red de torres y repetidores permite la conexión simultánea de varios pueblos vecinos, en vez de una sola localidad. El “corredor inalámbrico” usa una sola infraestructura de vía principal basada en la misma tecnología para normalizar la red general y reducir los costos operacionales. El corredor emplea frecuencias que no requieren licencias de espectro, tales como las de 2,4 y 5,8 GHz. La gestión a distancia del corredor permite optimizarlo para usar más eficientemente los recursos de la red, y responder mejor a las necesidades de los pueblos conectados. Se establece un patrocinador financiero local para ampliar la red bajo un participante, y facilitar el contacto con posibles empresas explotadoras comerciales interesadas en explorar la infraestructura para servicios. Esta combinación puede producir economías de escala que justifiquen la explotación comercial de la red pese a una base limitada de clientes y a localidades remotas.

Invertir en la revolución digital significa promover la inclusión social. Intel cree que aprovechar esta oportunidad es una responsabilidad colectiva que comparten la industria, el mundo académico y el Gobierno. Intel trabaja en estrecho contacto con dichos participantes para lograr soluciones educacionales, fondos para capital de riesgo, nuevas regulaciones, y la adopción de soluciones basadas en normas para convertir esta visión en una realidad.

Max C. Leite
Director de Programas de Tecnología, América latina
INTEL
E-Mail: [email protected]


 

 


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