Es un honor darle la bienvenida a esta capacitación sobre desinformación en tiempos de polarización, y agradecerle a la académica Magdalena Saldaña, de la Universidad Católica de Chile.
El tema que nos convoca hoy es uno de los más complejos desafíos que enfrentan las sociedades democráticas: la desinformación, exacerbada por la polarización social y política, representa una amenaza significativa para la integridad de la información y, por ende, para el funcionamiento de los sistemas democráticos. La desinformación erosiona la confianza pública, contamina el debate público y puede tener consecuencias graves en ámbitos como la salud pública, la seguridad y los procesos electorales. No podemos tener democracias sólidas sin sociedades bien informadas.
En su reciente informe sobre inclusión digital y gobernanza de contenidos en internet, la Relatoría para la Libertad de Expresión (RELE) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señala que la transformación digital ha transformado y exacerbado la fragmentación del debate público, creando un espacio digital más polarizado y hostil, particularmente, entre los grupos históricamente marginados. Este fenómeno se ve agravado por lo que el informe denomina "plataformización", un proceso en el cual el poder informacional se concentra progresivamente en manos de un pequeño número de actores privados. Esto ha facilitado la propagación rápida y masiva de la desinformación, al tiempo que ha profundizado las divisiones sociales y políticas.
En este contexto, resulta crucial que abordemos la desinformación y la polarización de manera integral, buscando soluciones basadas en el respeto al derecho fundamental a la libertad de expresión. En este sentido, es importante destacar que, como lo establece la declaración conjunta de los relatores de la ONU, OEA y la Comisión Africana sobre Libertad de Expresión y Noticias Falsas, la prohibición general de difusión de información basada en conceptos imprecisos y ambiguos, incluidas las noticias falsas e información no objetiva, es incompatible con los estándares internacionales sobre restricciones a la libertad de expresión.
Para abordar estos desafíos, la Relatoría ha propuesto varias recomendaciones en este sentido. En primer lugar, promover el acceso universal a internet, priorizando la expansión de infraestructura de manera sostenible. Es fundamental dotar a los ciudadanos de las habilidades necesarias para identificar, evaluar críticamente y contrarrestar la desinformación, así como hacer un uso responsable e informado de las tecnologías digitales. En segundo lugar, establecer marcos regulatorios para las plataformas digitales que respeten los estándares internacionales de derechos humanos, promoviendo la transparencia en sus prácticas de moderación de contenidos y garantizando el debido proceso para los usuarios. Esto se alinea con los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU. En tercer lugar, implementar mecanismos de gobernanza de contenidos que equilibren la libertad de expresión con la protección contra la desinformación y el discurso de odio, siguiendo el enfoque del Plan de Acción de Rabat de la ONU. En cuarto lugar, fomentar la participación de múltiples partes interesadas en la gobernanza de internet, promoviendo el diálogo entre el sector público, privado, academia y sociedad civil, en consonancia con el modelo promovido por el Foro de Gobernanza de Internet de la ONU.
Esta capacitación es una oportunidad invaluable para profundizar en temas técnicos y desarrollar estrategias efectivas para combatir la desinformación y establecer la integridad de la información en nuestras sociedades.
La iniciativa es un paso en la dirección correcta: se dirige a fortalecer capacidades para navegar en este complejo panorama informativo, promover la transparencia y la rendición de cuentas de los actores involucrados en la creación y difusión de información, y fomentar un debate público robusto y plural.
Mis felicitaciones al Grupo Voluntario de Seguimiento de la Carta Democrática Interamericana por esta actividad, muy especialmente a su presidente, el embajador de Chile, Sebastián Kraljevich, por liderar su coordinación.
Les deseo una jornada productiva.