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DURANTE EL CONSEJO PERMANENTE CON MOTIVO DE LA CONMEMORACIÓN DEL VIGÉSIMO TERCER ANIVERSARIO DE LA CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA Y EL DÍA INTERNACIONAL DE LA DEMOCRACIA

11 de septiembre de 2024 - Washington, DC

Quiero empezar hablando sobre la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, porque no es un documento abstracto, no es un documento que no haga una referencia inmediata a la acción, a los trabajos, a las gestiones. En ese sentido, en este tiempo que llevamos aquí, hemos aplicado la Carta Democrática Interamericana, artículos 17 y 18, 12 veces.

La primera misión, recuerdo, fue presidida por el entonces Presidente del Consejo Permanente, el embajador Sir Ronald Sanders, a Haití, una misión integrada conjuntamente con miembros integrantes de la Secretaría General. Lo mismo, prácticamente, fue la última aplicación de los artículos 17 y 18 y que tuvo que ver con la misión a Guatemala.

La Carta Democrática Interamericana es un instrumento común que tenemos los órganos políticos de la organización: el Consejo Permanente, la Secretaría General, la Asamblea General. Es el trabajo de la gestión de la misión, de la acción diplomática y de los buenos oficios.

Eso significaron estas 12 misiones que trajeron estabilidad y calma política en los países donde se aplicó. Esos trabajos fueron prácticamente todos exitosos, salvo la misión en Perú, que fue encabeza por ex cancilleres y cancilleres en acción, en gestión, por la ocurrencia del entonces presidente Castillo de disolver el Congreso.

También se ha aplicado el artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana declarando la alteración del orden constitucional en dos países. Eso también significó trabajo diplomático y acción y tuvo importantes efectos prácticos.
Traer la paz y la estabilidad política a los países es fundamental y con eso este tema de la integridad de la información. Porque la integridad de la información y la verdad son poderosos conceptos para mantener la paz, la calma, la estabilidad, el diálogo político, la buena fe entre los actores políticos.

La información que compartimos y consumimos tienen profundas implicaciones. Y quiero detenerme en “consumimos”, porque es un concepto economicista que tiene que ver con lo que señalaba el representante alterno de Grenada: el Manifiesto contra la Pobreza, lo importante de combatir la pobreza para lograr mejores condiciones de estabilidad política, mejores condiciones de funcionamiento democrático-institucional en nuestros países que compartimos y que tienen que ver con los hechos vinculados al acceso a derechos, a las libertades públicas, a las libertades y garantías fundamentales.

Es esencial compartir siempre las cosas en un marco de libertad de expresión. Y la libertad implica máxima responsabilidad. Y la máxima responsabilidad implica el apego a la verdad.

En contraste en los tiempos que corren, la integridad de la información está en riesgo y bajo amenaza. Atentan contra ella la información errónea y manipulada, los discursos de odio y la desinformación.

Estas amenazas no son nuevas, han sido parte del manual histórico de regímenes autoritarios y de fuerzas antidemocráticas. Lo alarmante es el ritmo y el alcance que estos fenómenos han adquirido en la era digital. La paradoja es que en la zona digital se concentran buenas partes de la resiliencia y ejemplos de heroísmo democrático ante la represión. Por ello el autoritarismo tiene internet en la mira, siempre.

El Sistema Interamericano ha identificado estos desafíos y formulado recomendaciones para los Estados Miembros. El ejemplo mas reciente es el “Informe sobre inclusión digital, gobernanza y contenidos en internet”, elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE).

Este informe plantea recomendaciones en torno al deterioro del debate público, al acceso universal al internet, la alfabetización digital y la gobernanza de contenidos.

Con respecto a la gobernanza de contenidos hago un llamado a que los Estados adopten las disposiciones de derecho interno necesarios para que las plataformas digitales apliquen el test tripartito de legalidad, necesidad y proporcionalidad y garanticen la moderación de contenidos, mecanismo de evaluación de riesgos, debida diligencia y procedimientos para evacuar quejas relacionadas con la circulación de contenidos no protegidos por el derecho de la libertad de expresión.

Por mi edad, quizás pertenezco a una vieja generación de políticos en la cual me gusta que se digan mentiras sobre mí, me gusta que se mienta sobre mí, no tengo ningún problema al respecto. Pero sin perjuicio de ese gusto personal, debemos decir que las democracias exigen sociedades bien informadas.ç Es imperativo que trabajemos juntos -Estados, organizaciones internacionales, sociedad civil, medios de comunicación y del sector privado- para proteger la integridad de la información en las Américas. He dicho antes y lo reitero ahora: “Para tener una democracia de calidad es imprescindible contar con información de calidad, con la mejor formación e información del ciudadano”.

Y esta fecha es muy particular, porque a la vez que celebramos la Carta Democrática Interamericana, vemos en esta misma fecha dos de las amenazas más fuertes que hay contra la misma: el fundamentalismo irracional en su forma terrorista que cometió los atentados en Nueva York y Washington y el golpismo con sus diversas formas. El golpismo que sufrió Chile el año 1973, en la forma de militares, pero el golpismo que hoy se disfraza de muchas cosas, que viste muchos pelajes diferentes a la fecha y que es muy importante estar comprometidos al respecto para que ningún golpista pase, nunca.

La Carta Democrática es para los que están y para los que no están. Es una Resolución, por lo tanto, la misma se aplica a aquellos que adhirieron y votaron en su momento, pero también a los que no adhirieron ni votaron en su momento o que estén suspendidos. La Carta Democrática se aplica también porque es doctrina más recibida y porque es costumbre de derecho internacional público, como se ha visto en la propia sesión de hoy, donde nadie rebatió uno solo sus principios, ni una sola de su disposición.

Esa vigencia de la Carta, esa vigencia fuerte que tiene que tener la Carta en la aplicación es la que tenemos que sostener, es el instrumento que más he aplicado en términos políticos todo este tiempo.

Gracias Señor Presidente.