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A.6 Conclusiones

El informe edafológico que aquí se presenta fue elaborado con el propósito de determinar en forma general el potencial edáfico de la Provincia del Darién y suministrar una información básica de valor permanente que sirva de apoyo, en este caso, al Proyecto Darién.

El sistema de Clasificación Taxonómica se ciñe a las normas y criterios establecidos en el "Soil Taxonomy 1973", del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América. La unidad cartográfica, según el criterio edafológico y la escala de trabajo empleado en el presente trabajo ha sido la Asociación de Grandes Grupos de Suelos, siendo el Grande Grupo la unidad taxonómica, que por definición tiene dimensiones amplias.

Los suelos de la Provincia del Darién presentan morfología y características variables debido a la heterogeneidad de materiales originarios y a su topografía fuertemente variada.

Existen suelos muy superficiales, superficiales, moderadamente profundos y profundos, predominando los superficiales y moderadamente profundos; la textura puede variar desde franco arenosa hasta arcillosa y los elementos gruesos suelen presentarse en ciertas unidades edáficas de origen residual en porporciones moderadas. El rasgo físico significativo que se observa en los suelos de la zona es su posición topofisiográfica dominantemente accidentada, y en consecuencia presentan en su mayor parte un potencial hidroerosivo considerable. Dentro de sus características químicas, son suelos con proporciones medias de materia orgánica y por consiguiente de nitrógeno total; el fósforo por lo general es deficiente y el potasio se encuentra en proporciones medianas. La presencia del aluminio es muy común en los suelos de orden oxisol. La reacción presenta amplios rangos, variando generalmente entre fuertemente ácida a ligeramente ácida.

La evaluación edafológica de la Provincia del Darién (1 680 330 hectáreas) ha sido realizada a nivel de "reconocimiento generalizado". En base a sus características físico-morfológicas, químicas y biológicas se ha determinado que existe alrededor de 116 381 hectáreas (6.9%) de tierras apropiadas para el sostenimiento de agricultura intensiva en base a cultivos tropicales anuales, pertenecientes a las Clases II, III y IV; 435 902 hectáreas (25.9%) de tierras apropiadas para agricultura permanente y establecimiento de pastos mejorados, en base a especies tropicales e incluye las clases de capacidad V y VI; 596 084 hectáreas (35.6%) de tierras marginales para la actividad agropecuaria, generalmente aptas para el aprovechamiento forestal, pertenecientes a la Clase VII de capacidad de uso; 488 823 hectáreas (28.1%) de tierras no aptas para fines agropecuarios ni forestales, pertenecientes a la Clase VIII de capacidad de uso.

El sistema de uso de las tierras de la Provincia del Darién responde principalmente a dos modalidades tradicionales de uso. La agricultura migratoria y la actividad netamente extractiva del bosque, utilizando sistemas selectivos de extracción intensiva y mecanizada. La agricultura migratoria asume una mayor importancia por su extendido y uso indiscriminado de los suelos. Este sistema implica la eliminación del bosque mediante roza, tumba y quema y su sustitución por cultivos temporales o pastos, abandonando las parcelas generalmente después del segundo año de cultivo. Este abandono ocurre aparentemente debido a la caída brusca de la fertilidad natural del suelo y a la competencia de las malezas, que normalmente se acentúa después del primer año de cultivo. En la parcela abandonada crece una vegetación secundaria que indudablemente asume la función de protección y nutrición de la vegetación original.

En base al análisis e interpretación de la información de suelos y su capacidad de uso, características topofisiográficas y aspectos ecológicos en términos muy generalizados, se ha efectuado un análisis generalizado de la potencialidad de uso de las tierras de la Provincia del Darién. Esto ha permitido determinar la existencia de sectores caracterizados por condiciones más o menos homogéneas, los que una vez acondicionados para su uso racional y continuo mediante la utilización de técnicas apropiadas a las condiciones drásticas del ecosistema tropical, permitirán alcanzar niveles adecuados de desarrollo económico de la región.

A continuación se presenta la identificación y demarcación de siete sectores de uso, que son los siguientes:

- Tierras generalmente aptas para agricultura en base a especies tropicales, 116 381 hectáreas (6.9%).

- Tierras generalmente aptas para pastos mejorados o cultivos tropicales permanentes, 184 808 hectáreas (10.9%).

- Tierras generalmente aptas para cultivos permanentes, 251 264 hectáreas (14.9%).

- Tierras generalmente aptas para la explotación forestal, 425 478 hectáreas (25%).

- Tierras para la explotación limitada de especies forestales, 289 747 hectáreas (17.2%).

- Tierras de uso indeterminado (manglares), 36 739 hectáreas (2.2%).

- Tierras que deben conservarse como bosques de protección, 332 783 hectáreas (19.8%).

Las áreas aptas para el desarrollo agropecuario se encuentran bajo la influencia de la formación ecológica del bosque húmedo tropical. Este tipo de bosque se caracteriza por un clima monzonal estacional que presenta períodos alternativamente húmedos y relativamente secos. Sin lugar a dudas esto implica en cierta manera el uso continuo de la tierra, especialmente cuando se trata de cultivos muy sensibles a la sequía. La eficiencia térmica es alta y favorable para el crecimiento de las especies tropicales de la región.

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