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Capítulo 6 - Fauna silvestre

Explotación de la fauna silvestre: Bienes
Explotación de la fauna silvestre: Servicios
Explotación de la fauna silvestre: Manejo
Conflictos y compatibilidades entre la conservación y el uso de la fauna silvestre y otras actividades
Areas de compatibilidad entre la fauna silvestre y otros sectores
Referencias

La fauna de la Selva Central del Perú es representativa, en términos cualitativos, de la fauna de otros bosques tropicales húmedos de América. Pero el número y la variedad de las especies son peculiares de la Selva Central, debido a los ecosistemas montañosos y antrópicos que se encuentran en ella.

La mayor parte de la fauna silvestre de la región está constituida por invertebrados, incluyendo quizá dos millones de especies de insectos y un número mucho menor de vertebrados (unas 250 especies de mamíferos, 1,200 de aves y 300 especies de reptiles y batracios). Se ha estimado que hasta un 85 por ciento de las aves y un 82 por ciento de los mamíferos neotropicales serían endémicos de esta región.

Otra característica de la fauna en los trópicos húmedos americanos es su gran diversidad, encontrándose extraordinarias cantidades de especies concentradas en reducidas superficies. Esta diversidad se ve acompañada generalmente de un reducido número de ejemplares de cada especie en una determinada región.

En general, los mamíferos son de pequeño tamaño en comparación con los que se encuentran en los trópicos húmedos de Asia o Africa. El animal de mayor tamaño es el tapir, que apenas alcanza a unos 300 kg de peso. Los pecaríes pesan de 20 a 30 kg y los venados de 16 a 21 kg. Igualmente, la biomasa de vertebrados terrestres es reducida, alcanzando de 10 a 30 kg/ha en promedio. El resto de la biomasa animal está constituido por invertebrados tales como ácaros, colémbolos del suelo, termitas y hormigas, y puede llegar a menos de 200 kg/ha (Fittkau y Klinge, 1973).

Explotación de la fauna silvestre: Bienes

Alimentos para el Consumo Humano

La carne es uno de los principales bienes producidos por la fauna silvestre en la Selva Central, así como en otros lugares de los trópicos húmedos americanos. Los estudios realizados en Perú y Brasil han demostrado que la caza provee a los habitantes rurales de 10 a 465 gramos diarios de carne fresca per cápita (Berlin y Berlin, 1978; Denevan, 1971; Smith, 1976; Pierret y Dourojeanni, 1967; Ríos et al. 1973). En la Selva Central se registran algunas de las cifras mayores y menores: los nativos campa de la región del Gran pajonal consumen diariamente sólo 10 gramos per cápita (Denevan, 1971), y los colonos de la zona del río Pachitea, 465 gramos diarios (Pierret y Dourojeanni, 1966). Más recientemente, Gaviria (1980) registró un consumo de 108 gramos diarios entre los campas de la región del río Pichis. Si se tiene en cuenta que el pescado fresco proporciona aproximadamente la mitad de las proteínas que el mismo peso de carne fresca, puede verse que la caza proporciona del 34 al 40 por ciento del consumo de proteínas que se ingieren en la Amazonía peruana (Cuadro 6-1). Ello es ligeramente inferior a las proteínas provenientes del pescado y mucho mayor que las provistas por las aves de corral, los porcinos y los ovinos.

Cuadro 6-1 CONSUMO DE CARNE DE ANIMALES SILVESTRES Y DE OTRAS FUENTES EN LA AMAZONIA PERUANA (En gramos diarios de carne fresca per cápita)

Fuentes

De Pucallpa al río Ucayali

En Jenaro Herrera (río Ucayali)

En el río Pichis

Pescado

135.6

158.3

275

Caza

52.0

75.8

108

Aves de corral

22.1

25.7

9

Porcinos

12.0

10.2

12

Ovinos

insignificante

insignificante


Total

221.7

270.0

404

Fuente: Pierret y Dourojeanni (1967), Ríos, et al, (1973), Gaviria (1980).

Aunque los nativos consumen aproximadamente un centenar de especies y los colonos unas 60, sólo unas 15 especies se consumen con frecuencia (Cuadro 6-2). De éstas, alrededor del 70 por ciento del consumo de animales silvestres corresponde a Cuniculus paca, Tayassu tajacu, Tayassu pécari, Geochetone denticulata, Dasyprocta variegata y Mazama americana. La contribución de las presas de caza menor es igual o ligeramente mayor que las correspondientes a la caza menor.

Las especies preferidas por su carne son los monos Ateles y Lagothrix, los agutíes (Cuniculus y Dasyprocta) y ciertas aves (Penelope y Mitre). También es apreciada la carne de pécari (Tayassu) y de venado (Mazama). En cambio, la carne de tapir (Tapirus terrestris) y de ronsoco (Hydrochoerus hydrochaeris) es muy poco estimada, aunque hay excepciones a esta actitud: el ronsoco es muy cotizado en Venezuela (Ojasti, 1971).

Los invertebrados terrestres pueden representar del 3 a 7 por ciento de las proteínas animales consumidas por los nativos y, en menor grado, por los colonos. Son apreciadas las larvas de los coleópteros de las palmeras Rhynchophorus y Rhinostomos y las de diversos lepidópteros, así como las reinas de las hormigas Atta y Acromyrmex. También se comen diversos moluscos terrestres, como los del género Strophocheilus (Dourojeanni, 1965).

Cuadro 6-2 CONTRIBUCION DE LA FAUNA A LA DIETA DE LA POBLACION RURAL EN LA AMAZONIA PERUANA (En porcientos)

Especies

Rio Ucayali

Rio Pachitea

Caza menor




Cuniculus paca

14.8

16,5


Geochelone denticulata

9.9

17.2


Monosa

9,3

6.6


Dasyprocta

5.8

5.7


Avesb

3.1

2,5


Dasypus

5.1

2.1

Caza mayor




Tayassu tajacu

12.6

16.6


Tayassu pécari

21.1

3.1


Mazama americana

8.1

17.4


Tapirus terrestris

10.1

6,8


Hydrochoerus hydrochaeris

-

5.4

a. Monos (Ateles, Lagothrix, Saimiri).
b. Aves (Mitu, Crax, Penelope).

Fuente: Pierret y Dourojeanni (1966,1967).

Los huevos más buscados en los trópicos húmedos americanos, son los de las tortugas de río Podocnemis expansa, P. unifilis y P. sextuberculata (Mittermeier, 1978; Ojasti y Rutkis, 1965, 1967; Padua, 1981), pero también se aprovechan los huevos de cocodrilo, de las tortugas y de algunas aves.

La miel de las abejas silvestres Melipona y trigona es utilizada por los nativos y los colonos, tanto directamente como mezclada con aguardientes. Algunos pobladores rurales obtienen grasa de los bufeos de río Inia y sotalia y, en pequeñas cantidades, de los animales que cazan por su carne. En zonas montañosas, los colonos obtienen grasa de los pichones de guacharos (Steatornis caripensis), sacándolos de los nidos que hacen en cuevas.

Cueros y Pieles

Los cueros más conocidos y abundantes son los de pécari (Tayassu tajacu y Tayassu pécari), venado (Mazama americana y M. gouazoubira), cocodrilos (Melanosuchus niger y Caimán crocodylus) y ronsoco (Hydrochoerus hydrochaeris). Las pieles producidas en mayor número y las más cotizadas son las de ocelote (Felis pardalis), nutria (Luirá amazónica), shosna (Potos flavus), huamburusho (Felis wiedii), jaguar (Panthera onca) y lobo de río (Pteronura brasiliensis). De 1965 a 1976 se exportaron legalmente del Perú 475 000 pieles y más de 5 millones de cueros (Dirección General Forestal y de Fauna, 1977) y, considerando el contrabando y las subvaluaciones en aduana, junto con los especímenes de menor calidad, esta cifra pudo fácilmente ser mucho mayor (Dourojeanni, 1972).

Animales Vivos

Es considerable el número de animales vivos que se capturan y se exportan para servir como elementos decorativos o como mascotas domésticas. En su mayor parte son aves de la familia Psitacidae, loros y aves semejantes, pero también se exportan monos y otros animales. En 1964 salieron de Iquitos 27 837 Psitacidae y 1 808 aves diversas a otras partes del Perú y fueron exportados directamente otros 2 491 ejemplares, así como 36 000 monos.

Los primates se utilizan con frecuencia para fines de investigación científica, generalmente en estudios biomédicos en los países desarrollados. Whitney (1976) señala que de los 47 345 primates sudamericanos que ingresaron a los Estados Unidos en 1972, sólo 11 300 se destinaron a la investigación biomédica, y de ellos la mitad fueron Saimiri sciureus, seguidos por Aotus trivirgatus y Saguinus mystax. La demanda mundial de primates neotropicales para este propósito podría llegar a unos 29 000 ejemplares en el año 2000, de los que la mayoría serían Saimiri, Saguinus, Cebuella, Cebus, Calithrix y Aotus. También se utilizan otras especies, como los armadillos (Dasypus), las raposas (Didelphis) y los pecaríes (Tayassu). Muchos animales capturados vivos se exportan anualmente a los zoológicos (en promedio, más de 150 especies cada año y no siempre las mismas de año a año), mientras que los circos tienen una demanda más selectiva, en especial de osos de anteojos, Tremarctos ornatus, jaguares y otros animales espectaculares. La demanda actual de ejemplares vivos de los trópicos húmedos para propósitos de domesticación es limitada, pero podría aumentar, especialmente en el caso de especies de los géneros Cuniculus, Dasyprocta, Tayassu y tapirus.

Existe un creciente interés en algunos vertebrados e invertebrados - especialmente insectos - por la importancia que el control biológico de plagas reviste para el desarrollo agropecuario en los trópicos húmedos del mundo.

Productos Artesanales

Los nativos, los colonos, los especuladores locales, comerciantes, artesanos, exportadores e importadores, utilizan diversos productos de la fauna silvestre, incluyendo plumas para abanicos, flechas, diademas, picos de aves y colmillos de felinos para collares y amuletos; huesos de muchas especies para collares, armas, instrumentos musicales y objetos decorativos; patas y garras de felinos y primates para amuletos; caparazones de tortugas y de armadillos para instrumentos musicales, y ejemplares de aves y mamíferos disecados. Los insectos utilizados incluyen lepidópteros (Morpho y otros) para la confección de cuadros, élitros de Scarabacidae de colores vistosos, y ejemplares del Cerambycidae arlequín (Acrocinus longimanus) o del Fulgoridae (Lanternaria). Un ejemplar de esta última especie costaba, en 1964, nueve dólares en Tingo María.

Medicina Tradicional y Magia

Las serpientes, las ranas y los sapos son considerados de gran valor por las poblaciones locales, en especial los nativos y los colonos antiguos, para utilizarlos en medicina tradicional y magia. Entre otros, los delfines y los prociónidos (Procyon) son buscados por las supuestas virtudes afrodisíacas y mágicas de algunos de sus órganos.

Investigación Médica

El armadillo Dasypus novemcinctus, conocido como carachupa, ha sido seleccionado para investigación médica, porque se le considera un animal modelo para estudios sobre susceptibilidad y resistencia, por su baja temperatura (32 y 34°C), y porque un gran número de estos animales se enferman de lepra sistemática, mientras que otros no son afectados por la enfermedad. Para dar una idea de la importancia de este animal, se ha estimado que un gramo de tejido infectado de armadillo contiene entre 109 y 1 010 bacilos que pueden aislarse en forma pura. Al disponerse de tan enorme población bacteriana, ha sido posible producir vacunas con fines preventivos y curativos, y preparar un antígeno que pueda contribuir a mejorar el estado de pacientes graves e impedir el contagio de quienes viven en relación con enfermos.

Los primates han adquirido una enorme importancia para los estudios médicos. Ciertos monos, como el pichico Saguinus fuscicollis, están muy difundidos en la Amazonia y son muy importantes para los estudios sobre el cáncer y la arterioesclerosis. El Aotus trivirgatus, musmuqui, es utilizado en estudios sobre la malaria humana, porque puede infectarse con Plasmodium vivax, P. falciparum y P. malaria. Ocasionalmente pueden ocurrir epizootias de fiebre amarilla entre los monos Alouatta, produciendo una alta mortalidad, y otros monos también son susceptibles de adquirirla, incluyendo los Ateles, Saimiri, Cebus, Callicebus, Saguinus y Aotus. La importancia de estos animales radica en que pueden utilizarse para estudios más completos de los parásitos, la formas de respuesta del huésped, tratamientos de quimioterapia y ensayos sobre inmunización.

Los monos están utilizándose para importantes estudios sobre la hepatitis humana A. El Saguinus myxtax se utiliza como modelo experimental para pruebas serológicas aplicables al diagnóstico y en estudios epidemiológicos que pueden resultar útiles para el control y la prevención de esta enfermedad. Estos monos también pueden ayudar a producir globulinas humanas inmunes estandarizadas para vacunas contra la hepatitis A, mientras que los monos titi se han empleado para desarrollar vacunas para la hepatitis B. No resulta sorprendente, pues, que la gran depredación de monos producida en los últimos tiempos haya obligado a adoptar medidas legales para prohibir su exportación.

Aparte del auge de la investigación biomédica basada en la fauna, es preciso realizar estudios más directos sobre los animales de la Selva Central que sirven como orígenes de parásitos, bacterias y hongos. Es importante saber, por ejemplo, si el perezoso, el Myrmecophaga tridactyla y el Tamandua tetradactyla (osos hormigueros gigante y mediano) desempeñan un papel importante en la leishmaniasis. También es importante saber si el Felis pardalis, tigrillo u ocelote y otros felinos de la Amazonia tienen algún papel como huéspedes definitivos en el ciclo del toxoplasma, lo que explicaría la alta incidencia de toxoplasmosis en la Selva Central.

Los ofidios venenosos tienen importancia para la farmacología y la medicina. La Comunidad Aguaruna-Huambisha ha intentado criar víboras para la extracción comercial de veneno y el desarrollo de sueros mono y polivalentes. El Departamento de Animales Venenosos del Instituto Nacional de Salud está construyendo, con ayuda internacional, un criadero en Pucallpa. Al estar situado en el medio ambiente natural de los animales, este centro presenta grandes posibilidades de producir venenos más potentes y sueros más efectivos.

La gran variedad de venenos de las serpientes peruanas hace que resulte necesario determinar experimentalmente sus efectos farmacológicos. Existen más de 11 especies del género Bothrops y 14 de Micrurus, además de las especies únicas de los géneros Lachesis, L. muta y cascabel Crótalos durissus terrifucus, que se encuentra en el Departamento de Puno. También se requiere recopilar más información acerca de los escorpiones peruanos, aunque los estudios preliminares han indicado que no ocasionan serios problemas de salud. Asimismo, se conoce muy poco, aparte de algunas descripciones clínicas, acerca de los chilópodos o ciempiés, así como sobre las picaduras de hormigas y avispas y la acción urticante de los pelos de algunas orugas, conocida como erusismo.

Captura

Es considerable la captura de toda clase de animales para fines científicos, en especial para estudios taxonómicos. Como gran parte de esta actividad no es realizada por científicos, puede resultar muy lucrativa para quienes la realizan. Muchos animales, especialmente insectos, se atrapan para su venta a coleccionistas aficionados, mientras que también son muy buscadas para trofeos de caza las cabezas y pieles de jaguares, pumas, osos de anteojos y ocasionalmente de tapires.

Explotación de la fauna silvestre: Servicios

La fauna silvestre desempeña un papel de trascendental importancia en los ciclos naturales, especialmente la función de los invertebrados en el reciclaje de las materias orgánicas. La evolución de la flora y la fauna dependen de la presión de selección aplicada por los animales que se alimentan de ellas, compiten o interactúan de otras formas con ellas. La regulación de la densidad de las poblaciones de plantas constituye un papel ecológico fundamental de los animales, esencial para el mantenimiento de la diversidad genética natural.

Muchas especies de plantas económicamente importantes no pueden prosperar sin la acción de insectos y aves polinizadoras que, a veces, son muy específicos. Por ejemplo, el Bertholletia excelsa, el árbol de la nuez del Brasil, depende de las abejas silvestres para la polinización, así como numerosas especies domesticadas de frutales. Muchas otras semillas de plantas silvestres deben pasar por los ácidos estomacales de animales para poder germinar.

Ciertos animales como las nutrias, los lobos de río y los cocodrilos mantienen estables a las poblaciones de peces al comerse a los ejemplares viejos, enfermos o débiles. Lo mismo hacen los depredadores terrestres con las especies de sus presas. Las grandes poblaciones de cocodrilos y de ronsocos que habitaban ciertos cursos de agua parecen haber sustentado a algunos cardúmenes de peces con sus excrementos. Los insectos acuáticos y terrestres constituyen una importante fuente de alimento para los peces.

La fauna silvestre de los trópicos húmedos constituye una importante atracción turística, tanto de interés interno como externo, convencional y científico. Aunque no es tan espectacular como la africana, la fauna de los trópicos húmedos americanos es famosa por su diversidad.

La fauna silvestre de los trópicos húmedos americanos es menos buscada para la caza deportiva que la de otras regiones del mundo, tanto por el reducido número de posibles trofeos como por las dificultades que presenta el ambiente (escasa visibilidad, hábitos nocturnos, insectos molestos y altas temperaturas). No obstante, atraen a algunos cazadores deportivos locales, nacionales y extranjeros. Las especies de caza menor incluyen aves, primates, roedores, armadillos y otros animales, mientras que la caza mayor se centra esencialmente en los pecaríes, tapires y venados.

Las religiones y convicciones morales han desarrollado en los seres humanos una profunda noción de responsabilidad por la supervivencia de las especies. Pero las especies en proceso de extinción son en la actualidad las de mayor valor económico directo para el hombre. En el Cuadro 6-3 se presenta una lista aún incompleta de las especies en peligro de extinción en la Selva Central y en otras partes de los trópicos húmedos americanos.

Cuadro 6-3 ESPECIES DE LA FAUNA PROTEGIDAS POR LA LEGISLACION PERUANA EN LA SELVA CENTRAL

Especies en vías de extinción



Pteronura brasiliensis


Especies en situación vulnerable



Ateles paniscus

Priodentes giganteas


Saimiri sciureus

Tremarctos ornatus


Saguinus mystax

Felis pardalis


Cebus apella

Panthera onca


Cebus albifrons

Rupicola peruviana


Aotus trivirgatus

Melanosuchus niger


Pithecia monachus

Caimán crocodylus


Alouatta seniculus

Podocnemis expansa


Cyclops didactylus

Podocnemis unifilis


Tamandua tetradactyla

Eunectes mirinus


Myrmecophaga tridactyla

Boa constrictor

Especies raras



Dinomys branickii


Especies en situación indeterminada



Potos flavus

Felis yagouaroundi


Felis wiedii

Pudu mephistopheles

Explotación de la fauna silvestre: Manejo

Desde que la explotación de la fauna silvestre varía en intensidad, el grado de manejo también puede variar: el manejo puede conducirse a nivel extensivo, intensivo o superintensivo (Cuadro 6-4).

El manejo extensivo se refiere a la explotación de la fauna sin censos confiables. No es común un manipuleo significativo de los ecosistemas, aunque puede realizarse en cierta medida conjuntamente con el manejo forestal. Un manejo de bajo costo del hábitat de la fauna silvestre puede lograrse en los bosquetes en zonas agropecuarias. Este tipo de manejo es frecuentemente el único con posibilidades de éxito en los trópicos húmedos. Puede llevarse a cabo a nivel regional o local e incluir cuotas de caza por sexo y por especie, temporadas de caza, restricciones a la caza, requerimientos de tamaños mínimos, reglamentaciones sobre armas y municiones, y sobre uso de trampas y otros métodos de captura.

Cuadro 6-4 ACTIVIDADES DE LA EXPLOTACION DE LA FAUNA SILVESTRE EN LOS TROPICOS HUMEDOS AMERICANOS

Actividades

Beneficiarios principales

Nivel de manejo

Principales productos

Explotación o aprovechamiento sin manejo o irracional

Campesinos, cazadores profesionales, comerciantes.

Ninguno

Toda clase

Manejo en ecotonos agropecuario-forestales

Agricultores

Intensivo o extensivo

Carne para consumo local o animales vivos

Manejo en bosques bajo ordenación

Cazadores profesionales, madereros, comerciantes

Extensivo o intensivo

Carne, pieles, cueros, animales vivos

Manejo en bosques bajo explotación sin ordenación

Cazadores profesionales, madereros, comerciantes

Extensivo

Carne, pieles, cueros, animales vivos

Manejo en bosques de protección

Cazadores profesionales, comerciantes

Extensivo o intensivo

Carne, pieles, cueros, animales vivos, trofeos

Manejo en pastizales

Ganaderos

Intensivo

Carne para uso industrial, cueros

Manejo en riberas y espejos de agua

Campesinos, cazadores profesionales

Extensivo o intensivo

Cueros, pieles, huevos

Manejo en condiciones artificiales o semi-artificiales

Empresarios, trabajadores especializados

Super-intensivo (crianza)

Cueros, pieles, animales vivos para investigación

Manejo para el turismo

Empresarios turísticos, trabajadores

Intensivo

Servicios y experiencias estéticas

El manejo intensivo se realiza cuando es posible medir la población animal con cierto grado de exactitud y resulta efectivo desde el punto de vista del costo. En bosques tropicales húmedos, este tipo de manejo sólo se aplica en terrenos pequeños y aislados, y a lo largo de los cursos de agua. Los censos, como cualquier otra técnica avanzada, se justifican cuando forman parte de un conjunto de medidas que incluye un significativo manipuleo ambiental para el control de enemigos naturales, favoreciendo el desarrollo de vegetación que proporciona alimentación y cobertura a la fauna, creando condiciones especiales de crianza, etc. Mientras que en el manejo extensivo las cuotas de caza deben ser conservadoras, este tipo de manejo permite un ajuste más exacto de acuerdo con el potencial biótico y, por ende, resulta más efectivo.

El manejo superintensivo implica un control casi absoluto de un ambiente especial (como un centro de cría de animales) y puede ser artificial (como jaulas, cercos o pozas) o semiartificial como las lagunas naturales controladas.

La explotación sin manejo es la forma más común de explotación de la fauna silvestre en los trópicos húmedos americanos, y probablemente continuará siéndolo por décadas. Este tipo de explotación no es necesariamente destructiva si es practicada por un reducido número de cazadores en superficies grandes. Resulta, en cambio, perjudicial cuando coincide un elevado número de cazadores y una fuerte matanza en las cercanías de asentamientos y granjas.

Ecotonos Agropecuario-Forestales

La legislación del Perú, Brasil y otros países obliga a conservar de un 15 a un 50 por ciento de las tierras agrícolas bajo cubierta forestal. Aunque esas disposiciones rara vez se cumplen completamente, contribuyen a la formación de un mosaico de áreas agrícolas, ganaderas y forestales que originan ecotonos o zonas de transición que facilitan la proliferación de ciertas especies útiles de la fauna silvestre. Por ejemplo, los roedores como el majaz y el añuje pueden alimentarse de plantas domesticadas, como la yuca o el plátano en campos y purmas jóvenes, y se refugian en bosques clímax o en las purmas más viejas.

En estas zonas las técnicas de manejo varían en función del hábitat disponible, de las especies de fauna presentes, del tamaño de sus poblaciones y de los objetivos del manejo. Este puede orientarse, por ejemplo, a las especies de exportación o a la producción de carne de monte.

Manejo de la Fauna Silvestre en Bosques

En los trópicos húmedos, los bosques destinados al aprovechamiento forestal pueden albergar una fauna silvestre que puede proporcionar rendimientos sostenidos de diversos productos. El manejo de esta fauna silvestre puede fácilmente complementar el manejo de la producción forestal y maximizar el uso de la tierra y los beneficios. Tal manejo puede incrementar el número de especies deseables o reducir las poblaciones de otras.

En bosques en explotación en los que de un 20 a un 30 por ciento del volumen de madera comercial en pie se extrae mediante rotaciones de 50 años y en los que la regeneración natural está acompañada de una modesta actividad silvícola, la producción de fauna silvestre puede igualar o ser ligeramente superior a la que se produce en condiciones naturales. Dada la dificultad que supone el levantamiento de censos, en estas situaciones se sugiere el manejo extensivo.

Un porcentaje de los bosques (un 10 por ciento o más) debe dejarse intacto, como hábitat productivo. Deben asignarse uno o más cuarteles, estratégicamente ubicados cerca de fuentes de agua donde la fauna silvestre es abundante, como reservorios de animales para repoblar las especies afectadas por la caza en las zonas circundantes. También puede considerarse el mantenimiento de franjas boscosas de 200 a 2 000 m de ancho entre los claros, para asegurar la conservación de la diversidad genética de las plantas y los animales. El mantenimiento de los bosques en las riberas de riachuelos y quebradas es importante para proteger los recursos acuáticos de los que dependen especies como las nutrias, los lobos de río y los lagartos, así como para asegurar la provisión de agua para la fauna terrestre.

En estos bosques, la fauna silvestre se desarrolla mejor cuando los mismos están reforestados con la más amplia diversidad posible de especies nativas y clases de edad, especialmente árboles que producen frutos comestibles.

El manejo de la fauna silvestre en bosques sin ordenación es menos costoso que en los bosques con ordenación, y muy similar al que se practica en los bosques de protección. La principal diferencia reside en que la extracción forestal se realiza en forma incontrolada y no planificada, lo que amenaza la salud y la seguridad de los animales y hace más difícil el control de la caza ilegal.

En los bosques de protección, por otra parte, la vegetación permanece inalterable, y las poblaciones de la fauna silvestre se ajustan a la capacidad de las distintas zonas. En estos bosques tienden a haber más aves que mamíferos, lo que determina diferentes objetivos de manejo. En los bosques de protección, un adecuado manejo de la fauna silvestre puede atraer una lucrativa actividad turística y proporcionar un bosque no destructivo que puede contribuir a conservar los recursos genéticos, hídricos y de suelos.

Manejo de Pastizales

Los pastizales establecidos para la cría de ganado brindan condiciones adecuadas para el desarrollo de poblaciones de ciertos animales salvajes en los bosques colindantes, como los venados y los ronsocos, aunque las crías de ronsocos se consideran serios competidores para los pastos. El ronsoco, sin embargo, es manejado en las llanuras venezolanas en forma conjunta con la ganadería, y se ha demostrado que en densidades apropiadas no compite con el ganado (Ojasti, 1973; Ojasti y Medina, 1972). Dado su potencial reproductivo y su eficiencia para convertir alimentos vegetales en tejido animal, constituyen una excelente alternativa económica (Ojasti, 1973, 1978) (Cuadro 6-5).

Manejo en Riberas y Espejos de Agua

Muchas de las especies más valiosas de la fauna silvestre de los trópicos húmedos viven en las riberas de los ríos, lagunas y arroyos y en los propios espejos de agua. Las mismas incluyen la nutria (Lutra), el lobo de río (Pteronura), el ronsoco, los cocodrilos Melanosuchus, Caimán, Crocodylus, la cuica (Chironectes) y la tortuga de río podocnemis.

Cuadro 6-5 DATOS COMPARATIVOS SOBRE LA PRODUCCION DE RONOSOCOS Y VACUNOS EN LA REGION DEL PANTANAL DEL MATO GROSSO, BRASIL

Especie

Individuos por cada 3 ha

Edad de saca

Peso a la saca

Peso medio ganado

Peso total ganado



(años)

(kg)

(gr/día)

(gr/día)

Vacuno

1

4.5

490

283

283

Ronsoco

18

1.5

35

63

1,134

Fuente: Negret (1979).

Los problemas relacionados con la fauna asociada a los ambientes acuáticos son el deterioro de la vegetación de las orillas, la contaminación del agua, la constante perturbación causada por la navegación, la pesca y otras actividades humanas, así como la dificultad de controlar la caza ilegal, tan fácil de realizar desde embarcaciones. Cuando los arroyos y cursos de agua menores atraviesen bosques de protección, producción, bosquetes en áreas agropecuarias y pastizales, su fauna debe manejarse cuidadosamente. Ello implica no sólo la medición y evaluación de las especies más importantes y la fijación de cuotas de conservación, sino también el mantenimiento de la cobertura vegetal de las riberas.

En los ríos o lagunas, el manejo puede ser de carácter intensivo. Por ejemplo, las playas que se utilizan para la oviposición de tortugas o caimanes pueden protegerse del abuso humano, y los huevos y las crías de estos animales, de sus enemigos naturales. El Brasil tiene una amplia experiencia en este respecto en relación con Podocnemis expansa (Brasil, 1973; Alfinito et al. 1976, Padua, 1981). En relación con el caimán, se han realizado trabajos preliminares en el Perú (Vásquez, 1981), y en otros países amazónicos (Blohm, 1973; Rivero, 1973), que sugieren diversas alternativas de manejo.

Manejo en Condiciones Artificiales

El manejo en condiciones semiartificiales o artificiales se practica con excelentes resultados en Perú y Brasil con primates y caimanes (PANO, 1976; Keliman, 1977; Coimbra-Filho, 1965; Coimbra-Filho y Magnanini, 1972; Coimbra-Filho y Maia, 1976, 1977). También se ha considerado la posibilidad de criar en cautiverio a numerosas especies de mamíferos, aves y boas (Heltne et al. 1980 y Otero, 1978). Están estableciéndose zoocriaderos experimentales en Manaos, Brasil y en Jenaro Herrera e Iquitos, en el Perú.

Manejo para el Turismo

La fauna de los trópicos húmedos puede manejarse principalmente para ser expuesta a los turistas. Por ejemplo, en el Parque Nacional del Manu, los animales pueden acostumbrarse gradualmente a la presencia humana en los salares y bebederos donde suelen congregarse. La iluminación artificial puede permitir la observación de su actividad nocturna, atrayendo a los animales con sales y alimentos, a los lugares donde los visitantes pueden verlos con facilidad.

Conflictos y compatibilidades entre la conservación y el uso de la fauna silvestre y otras actividades

Los conflictos y las compatibilidades dependerán del grado de manejo que se aplique y de los intereses de las partes intervinientes en el conflicto. Por ejemplo, un tipo de conflicto indirecto es la intervención de los conservacionistas, tendiente a modificar o detener proyectos con la finalidad de asegurar la supervivencia local o global de especies de la fauna silvestre.

Conflictos con la Actividad Forestal

Tanto en los bosques silvestres como en los de protección, la fauna silvestre puede dañar tanto la regeneración natural, como la inducida por el hombre. Los insectos dañan semillas, plántulas, hojas, flores, frutos, brotes, cortezas y troncos, provocando mortalidad, retardo del crecimiento y disminución de la calidad de los productos forestales. Ejemplos bien conocidos son el barreno de los brotes, que ataca a las Meliaceae (Hypsipyla grandella), las hormigas Atta, los Curculionidae, Cerambycidae y Scolytidae y muchos lepidópteros. Otros invertebrados y unos pocos vertebrados también constituyen plagas vegetales.

Los insectos pueden reducir la durabilidad y la calidad de la madera y otros productos forestales. Los principales son las termitas, los gorgojos de ambrosia (Scolytidae y Platypodidae) y los pulverizadores de madera (Lyctidae, Bostrychidae, Anobiidae). Los árboles también pueden ser dañados por los venados al frotar las astas, los animales carnívoros al afilar sus garras y otros animales al roer las plantas.

Las actividades forestales pueden, por supuesto, tener un enorme efecto sobre la fauna silvestre, principalmente en cuanto a la alternación y la destrucción del hábitat. El impacto sobre la fauna silvestre variará en forma directa con el volumen de madera extraída. Si bien se sabe que el desmonte de los bosques puede beneficiar a los herbívoros y por ende a los carnívoros, como consecuencia del pasto que crece en los claros, la extracción demasiado selectiva puede eliminar completamente a ciertas especies de invertebrados o de vertebrados menores. El hábitat de la fauna silvestre puede verse reducido por la tala u otros métodos superintensivos de extracción o por la tala de bosques que bordean ríos, arroyos, lagunas y colpas (lugares salinos donde los animales se concentran para proveerse de minerales).

Los inventarios, la construcción de caminos, el trozado de árboles, el arrastre y el transporte de rollizos pueden producir graves perjuicios a los vertebrados, destruir los nidos y las crías de aves y aplastar mamíferos y reptiles, en especial las especies nocturnas. Si la extracción responde a un plan de manejo que permite la recuperación de los bosques, los daéos resultantes son mínimos. Pero si, en cambio, la explotación forestal es incontrolada, como sucede con frecuencia, los daéos son graves y duraderos.

Conflictos con la Agricultura

Los conflictos más comunes son producidos por los vertebrados e invertebrados atraídos por las cosechas. El manejo de la fauna en bosquetes y ecotonos en zonas agropecuarias, indudablemente, puede provocar algunos problemas. Los mismos pueden incluir daños a los cultivos agrícolas, como por ejemplo Dasyproctidae comiendo yuca, monos y loros comiendo plátanos, papayas, maíz y cacao, daños producidos en los cultivos por aves y roedores que buscan refugio en los bosquetes, daños a los animales en los corrales, especialmente aves, producidos por pequeños depredadores que son objeto de manejo, como el ocelote, o que no lo son, como el Tayra eira barbara, diversos Didelphidae (Glironia, Marmosa, Philander, Didelphis), o por Nasua nasua y otros Procyonidae; daños a la ganadería ocasionados por enfermedades de las que la fauna silvestre actúa como reserva y por ataques de vampiros (Desmodus rotundus). Estos problemas no se evitarían no manejando la fauna en los bosquetes y pastizales, ya que la proliferación de roedores y aves dañinas se produce aunque no hayan bosques cercanos, a consecuencia de la enorme abundancia de alimentos que les brinda la agricultura. Las poblaciones de pequeños depredadores también aumentan por la disponibilidad de presas como las aves de corral. Por otro lado, en todas las colonizaciones existen abundantes bosquetes de purma a raíz de la agricultura migratoria.

Pero el conflicto más grave entre la agricultura y la fauna silvestre es la destrucción del hábitat. En los últimos 50 años se han destruido en el Perú más de 6 millones de hectáreas de bosques para dar lugar a actividades agropecuarias. En la actualidad la deforestación en el Perú se estima en más de 250 000 hectáreas por año. En toda la América tropical se convierten anualmente 4 339 000 hectáreas de bosques (FAO/UNEP, 1981).

El uso de pesticidas y fertilizantes agrícolas también puede resultar indirectamente perjudicial para la fauna silvestre. Estos contaminantes pueden introducirse en el hábitat de la fauna silvestre a través del agua subterránea y el escurrimiento, o a través del aire. La erosión del suelo producida por la agricultura puede contaminar los cursos de agua, y los pesticidas pueden provocar aumentos explosivos de la población de plagas al destruir inintencionadamente a especies benéficas.

Conflictos con la Ganadería

Muchas plagas, en especial insectos y ácaros, pueden dañar los pastos naturales y cultivados. La fauna silvestre también puede actuar como huésped de enfermedades que pueden afectar al ganado. De éstas, la más conocida en el trópico es la rabia, que se mantiene en varias especies de animales salvajes, incluyendo los murciélagos. Los venados pueden transmitir la fiebre aftosa, mientras que numerosos insectos, ácaros y otros invertebrados, actúan como vectores de enfermedades del ganado.

Muchas de estas plagas son parásitos internos o externos del ganado. Algunos herbívoros salvajes, como el ronsoco y el venado, pueden convertirse en competidores del ganado bovino en cuanto a la utilización de los pastos naturales o cultivados (sin embargo, esta competencia rara vez es muy grave; en la práctica, los animales frecuentemente se complementan, ya que cada especie tiene sus preferencias en cuanto a los alimentos).

Los ataques al ganado por parte de los depredadores, en especial jaguares y pumas, constituyen un problema menos serio, como consecuencia de la eliminación, por parte de los ganaderos, de las presas habituales de estos carnívoros. Los ocelotes y otros felinos, los hurones (Tayra barbara), las zarigüeyas (Didelphis), y las aves de presa constituyen peligros para la aves de corral. Por último, los ofidios venenosos pueden producir mortalidad del ganado, causando los mayores daños las serpientes de los géneros Bothrops y Crotalus.

La ganadería, por lo general, destruye y reduce menos el hábitat de la fauna silvestre que la agricultura que comúnmente la precede. No obstante, a medida que la cría de ganado se desarrolla en los trópicos húmedos americanos, la ganadería tiende a destruir la vegetación natural ribereña de ríos, arroyos y lagunas, destruyendo la fauna silvestre que vive en esas aguas o que abreva en ellas. Además, cuando el ganado pasta dentro de bosques naturales, artificiales o secundarios, ello produce daños al bosque y a la fauna que vive en él y que compite con el ganado por los alimentos.

Cuadro 6-6 LISTA DE LAS PRINCIPALES ESPECIES DE LA FAUNA TERRESTRE SUSCEPTIBLES DE SER PERJUDICALES EN LA SELVA CENTRAL

Nombre Científico

Tipo de Daños

Familia Didelphidae
Didelphis asarae

Ataques a aves de corral

Familia Cabidae y Callithricidae

Reservorios de diversas enfermedades humanas como la fiebre amarilla, la rabia, la malaria y la hepatitis

Familia Emballonuridae, Phyllostomatidae, Vespertilionidae and Molossidae

Reservorios de diversas enfermedades humanas como la rabia. Daños en frutos

Familia Desmodontidae
Desmodus r. rotundas

Ataques al ganado y a los seres humanos, reservorios de rabia y otras enfermedades

Familia Bradypodidae
Choloepus hoffmani

Reservorios principales de leishmaniasis

Familia Dasypodidae
Dasypus novencinctus

Reservorios de lepra. Daños a los pastrizales y cultivos

Familia Cricetidae
Orysomis sp. y otros

Plagas de la agricultura y productos almacenados

Familia Hydrochoeridae
Hydrochoerus hydrochoeris

Daños a los cultivos y competencia con el ganados por pastos

Familia Dasyproctidae
Cuniculus paca L. Dasyprocta v. variegata

Daños a los cultivos, en especial yucas

Familia Erethizontidae
Coendou b. bicolor

Accidentes causados por espinas

Familia Mustelidae
Mustela frenata, Eira barbara

Daños a las aves de corral y a otros animales domésticos pequeños

Familia Filidae
Felis pardalis

Daños a las aves de corral y a otros animales domésticos pequeños

Felis wiedii

Daños a las aves de corral y a otros animales domésticos pequeños

Felis concolor

Ataques al ganado

Felis onca

Ataques al ganado

Familia Falconidae
Micrastur sp.

Daños a las aves de corral

Familia Psittacidae
Amazona, Aratinga y Pionus

Daños a los cultivos y frutos

Familia Icteridae, Fringillidae y Thraupidae

Plagas de la agricultura, en especial los arrozales

Familia Elepidae
Micrurus spp.

Mordedura venenosa a seres humanos

Familia Viperidae
Bothrops sp.

Mordedura venenosa a seres humanos

Familia Crotalidae
Lachesis muta

Mordedura venenosa a seres humanos

Familia Iguanidae
Iguana iguana

Daños a las aves de corral

Familia Ranidae
Dendrobates sp.

Secreciones cutáneas venenosas

El ganado también puede transmitir enfermedades nativas o introducidas, como la aftosa y la septicemia hemorrágica, que pueden afectar a los animales salvajes. Por su parte, los perros que a veces se emplean para controlar el ganado o cuidar las viviendas, constituyen un permanente peligro para la fauna silvestre, ya que se sustentan de la caza si sus dueños no los alimentan adecuadamente.

Conflictos con la Actividad Pesquera

Las nutrias, los lobos de río y los cocodrilos frecuentemente compiten con los grandes peces por las mismas presas. Diversos mamíferos y reptiles acuáticos pueden ocasionar daños a las embarcaciones y a las redes, pero el escaso número de estos animales hace que constituyan un problema menos importante. Mayores daños producen las embarcaciones de pesca a la fauna silvestre, como los manatíes, que son heridos por los cascos y hélices. Las redes y aún los anzuelos pueden provocar mortalidad de muchas tortugas, cocodrilos jóvenes y otras especies de la fauna silvestre.

Conflictos con los Habitantes

La caza ilegal o mal conducida es la principal forma en que los habitantes de los bosques - agricultores, ganaderos, madereros y pobladores de las ciudades y pueblos - ocasionan daños a la fauna silvestre. La mayor parte de la caza es ilegal, excepto la practicada por los nativos que viven de acuerdo con sus costumbres tradicionales. Aún la caza que es permitida por la ley, puede afectar en forma negativa a la fauna silvestre si no responde a un manejo cuidadoso. Se reconocen los siguientes tipos de caza: caza de subsistencia, que es quizás la menos perjudicial; caza deportiva; caza sanitaria, que puede ser muy perjudicial según el tipo de método usado y la intensidad con la que se ejecuta, y caza comercial, que puede ser la peor de todas.

Los obreros forestales y petroleros que faenan en territorios vírgenes tienen oportunidad de cazar un número excesivo de animales. Un gran número de especies (como, por ejemplo, Tayassu pecari) atraviesan ríos o asentamientos convirtiéndose en fáciles presas de los cazadores que las masacran. La captura, el almacenamiento y el transporte con destino interno e internacional de animales vivos también produce una mortalidad sustancial, que puede alcanzar hasta más del 50 por ciento, aunque el aumento de los precios y las restricciones al comercio de animales vivos están disminuyendo estas pérdidas.

De hecho la presencia humana en una determinada zona perturba a la fauna y aleja a ciertas especies, mientras que otras se acostumbran a esa presencia. Ello puede incidir seriamente en la reproducción, en tanto que el tránsito nocturno de vehículos, así como el de embarcaciones y de aviones puede provocar accidentes a la fauna silvestre y ruidos perturbadores. No menos importante son los daños ocasionados a la fauna silvestre por la contaminación urbana e industrial llevada por las aguas o los vientos.

Conflictos con la Infraestructura

La inundación de extensas zonas, por la creación de embalses artificiales, es un ejemplo clásico de acción humana que puede erradicar o afectar gravemente al hábitat de la fauna silvestre. Las obras hidráulicas, en particular, pueden aumentar la humedad y crear pantanos; las grandes obras que incluyen lagos artificiales también modifican el microclima. Las carreteras, los diques y las obras de drenaje pueden interrumpir el tránsito y las migraciones de la fauna.

Conflictos con la Minería y los Combustibles Fósiles

El principal conflicto originado por la exploración y la producción de combustibles fósiles es la contaminación del suelo, del agua y del aire. Son bien conocidos los casos en que la ruptura de oleoductos y la descarga de agua salada han originado problemas en la Amazonía, pero la destrucción del hábitat producida por la minería a cielo abierto es muy frecuente en los trópicos húmedos.

Areas de compatibilidad entre la fauna silvestre y otros sectores

Uso Múltiple

El uso múltiple de ecosistemas forestales, acuáticos o de pastos es económicamente deseable, al optimizar el aprovechamiento de diferentes recursos. Por otra parte, con frecuencia su aplicación resulta técnica y económicamente difícil. El uso múltiple de los bosques, que incluye la explotación de la fauna silvestre, está ampliamente documentado en las regiones templadas, donde se ha llevado a cabo con éxito, y debería ser igualmente aplicable en las regiones tropicales húmedas. Los pastizales naturales pueden sustentar en forma simultánea al ganado y animales salvajes, como el ronsoco. El manejo de ciertas pesquerías puede realizarse en forma asociada con el de algunas especies valiosas de la fauna silvestre.

Control Biológico de Plagas

Con frecuencia, tanto los invertebrados como los vertebrados resultan económicamente indispensables para reducir los daños causados por plagas en los bosques artificiales, en los pastizales y en los campos cultivados. Los insectos, los murciélagos y las aves que se alimentan de insectos, así como los ofidios, pueden controlar los roedores nocivos en las zonas agrícolas. Los cocodrilos, por otra parte, que rara vez atacan al hombre, son depredadores de pirañas, que son considerablemente peligrosas para los animales y el hombre en toda la Amazonía.

Aprovechamiento del Efecto de Ecotono

Como los ecotonos tienen una productividad mayor que la de los ecosistemas que los forman, representan un considerable potencial para la fauna silvestre. Los ecotonos naturales más productivos se producen en las riberas de cursos de agua y en los linderos de pantanos y zonas inundables. La actividad humana, en especial la agropecuaria, crea otros ecotonos, que incluyen campos cultivados y bosques, pastizales y bosques, pastizales y campos cultivados, así como ecotonos formados por todos aquellos ambientes con vegetación secundaria herbácea, arbustos o ambientes arbóreos.

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