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Capítulo 2 - Conceptos de manejo ambiental

Calidad de la vida humana
Medio ambiente humano
Recursos naturales y el concepto de bienes, servicios y riesgos
Administración ambiental
Desarrollo ambientalmente adecuado
Referencias

Dos premisas indiscutibles sustentan el significado y el efecto de este estudio: el desarrollo, en su dimensión social, económica y cultural, es a la vez el proceso de mejorar la calidad de la vida humana, y el proceso de desarrollo implica la manipulación de los complejos componentes y procesos interrelacionados, tanto naturales como producidos por el hombre, que constituyen los medio ambientes humanos. En este capítulo se desarrollarán conceptos basados en estas premisas, que permitirán formular una definición comprensible y práctica del "desarrollo ambientalmente adecuado". Ello se realizará examinando los términos "calidad de la vida humana", "medio ambientes humanos", "sistemas de bienes, servicios y riesgos" y "manejo ambiental".

Calidad de la vida humana

Las discusiones acerca de la calidad de la vida se han centrado generalmente en el tema de "las necesidades humanas básicas" (Streeton y Burki, 1978; McHale y McHale, 1977), y las opciones éticas que deben efectuarse con respecto a esas necesidades dentro de las actividades de desarrollo (Goulet, 1971).

La calidad de la vida humana depende de la salud o el bienestar físico y psicólogo de un individuo o de una sociedad. La salud y el bienestar de un individuo o sociedad dependen, a su vez, de la medida en que su medio ambiente satisface sus necesidades.

La satisfacción tanto de las necesidades como de los deseos, es lo que condiciona la calidad de la vida humana. Es en este punto donde deseamos hacer los ajustes necesarios e interpretaciones de los conceptos de las necesidades humanas básicas, los deseos humanos y, la calidad de vida, de manera a colocarlos en el contexto del medio ambiente/desarrollo.

Las necesidades varían sustancialmente de acuerdo con la cultura, la edad, el sexo, la estación del año, el clima, la educación y el ingreso. Algunas de ellas deben satisfacerse antes de sentirse las otras. Con frecuencia es difícil distinguir entre "necesidades" y "deseos", y la falta de información y comprensión frecuentemente anulan los esfuerzos por mejorar la calidad de la vida. Si la distribución de los recursos requeridos para satisfacer cualquiera de sus necesidades percibidas no es suficiente, o a pesar de serlo está en peligro, la sociedad creerá que la calidad de su vida se ve amenazada y luchará para salvarla o restituirla.

Medio ambiente humano

La Encyclopedia of Environmental Sciences define un medio ambiente como "el conjunto de todas las condiciones e influencias externas que afectan la vida y el desarrollo de un organismo" (Platt, 1971), pero una definición del "medio ambiente humano" debe ir más allá. El medio ambiente humano es más que "externo", ya que los términos "interno" y "externo" son conceptos relativos y un individuo es un componente significativo de su propio ambiente. Este estudio, por lo tanto, considera el medio ambiente humano como el conjunto de todas las condiciones e influencias que afectan el comportamiento y el desarrollo de los seres humanos como individuos y como sociedades. Las condiciones e influencias varían con el tiempo y el espacio, y a pesar de que frecuentemente son compartidas, cada individuo o sociedad las percibe y las siente de distinta manera (Saarinen, 1969).

Cada medio ambiente es un sistema que se superpone, influye, y es influenciado por otros sistemas. Por eso resulta fundamental considerar los diferentes niveles de organización (individuo, población, comunidad, ecosistema, bioma, biosfera) para precisar la unidad desde la perspectiva de su medio ambiental. Se asemeja a los ecosistemas, o por lo menos a partes significativas de ellos, en cuanto son "unidades de espacio donde los componentes y procesos bióticos y físicos interactúan para desarrollar patrones de energía y de flujo y ciclo de la materia". Estos componentes y procesos - que los científicos llaman estructura y función (Odum, 1962) - en el caso del medio ambiente humano no se limitan a los que provienen de la "naturaleza". En realidad, incluyen componentes y procesos sociales, económicos y políticos (Smith, 1972) o culturales (Boyden, 1976). Por extensión, también incluyen maquinarias, instituciones, idiomas y el arte, así como el ciclo de nutrientes, la fotosíntesis, la respiración y las cadenas de alimentación, ya que todos ellos son conductos para el flujo y almacenamiento de energía (Odum y Odum, 1976).

Una visión limitada de la complejidad ambiental, a pesar de que puede ser útil de muchas maneras, no puede resolver los conflictos medio ambiente/desarrollo. Participamos en un mundo donde todo está relacionado con todo. Aunque algunos de los componentes y procesos involucrados son más importantes que otros, no hay una manera fácil de que ninguna persona o grupo de interés decida por los demás cuáles son los más importantes (Dasgupta, 1976).

Por lo tanto, considerando los niveles de organización, nuestro mundo está formado por un número amplísimo de medio ambientes, no uno solo. Desde luego, uno de ellos es la "biosfera", pero la misma constituye solamente uno más y no el único ambiente. El medio ambiente global es importante. No obstante, existen incontables medio ambientes que también son problemáticos, más fáciles de entender y tratar y mucho más al alcance que el medio ambiente global. Debido a la existencia de numerosos medio ambientes, la frase "proteger el medio ambiente" no es un término útil, a menos que se haya especificado qué medio ambiente debe ser protegido.

La pregunta "el medio ambiente de quién" es siempre relevante. Como las actividades sectoriales utilizan, mejoran o conservan lo que proviene de un determinado medio ambiente, los conflictos que surgen debido a esos intereses sectoriales constituyen buena parte de la causa de los que se han denominado "problemas ambientales". Estos problemas son creados por los esfuerzos tendientes a mejorar la calidad de la vida en un medio ambiente a expensas de reducirla en otro. "El medio ambiente", por lo tanto, no es un conjunto especial de intereses únicos que deba tratarse en forma separada del "desarrollo".

Recursos naturales y el concepto de bienes, servicios y riesgos

La naturaleza constituye el patrimonio nato de la humanidad en la tierra y representa la fuente de abastecimiento de la oferta de bienes (o recursos) y servicios naturales y el entorno donde la sociedad desarrolla sus actividades de evolución. El concepto de bienes, servicios y riesgos abre y extiende el concepto de recursos naturales y vincula los conceptos de la calidad ambiental y la calidad de la vida, ya que un medio ambiente de calidad es aquel que provee los bienes y servicios necesarios para satisfacer las necesidades de la calidad de la vida1 y de la protección contra fenómenos naturales adversos. Cuando las características naturales de la estructura y función de los ecosistemas resultan de interés para alguien, se clasifican como bienes y servicios naturales. Los bienes naturales son generalmente equivalentes a los recursos naturales, excepto que han sido más explícitamente definidos e identificados por determinados sectores como útiles para el desarrollo. Así, dentro del recurso natural "bosque", los bienes (o recursos) naturales pueden ser fibra leñosa para madera, y para pulpa o postes; plantas medicinales, frutas comestibles y sustancias químicas, entre otros. Los servicios naturales derivan de las características naturales de la estructura y función de los ecosistemas, e incluyen entre otros el flujo de energía y materia; el almacenamiento, distribución y ciclaje de nutrientes; la provisión de hábitat para la vida silvestre; el almacenamiento y la evolución de germoplasma; la producción de biomasa y el control de inundaciones.

1. En algunas publicaciones la calidad ambiental se refiere a la "calidad ambiental del entorno". Por ejemplo, "el estado del aire, agua, suelos y artefactos humanos" (Hufschmidt et al. 1983, p. 2). Como se usa aquí, es la capacidad relativa de un medio ambiente para satisfacer las necesidades y deseos de un individuo o sociedad.

La expresión "bienes y servicios" tiene históricamente una connotación económica. Los bienes y servicios económicos son, desde luego, el resultado del trabajo y la inversión de capital destinados a refinar y convertir los recursos naturales en productos útiles, y a diseñar y proveer actividades de servicio público, tales como servicios de salud, seguridad, comunicación y de gobierno.

Desde hace varios años se ha incorporado el concepto de "bienes y servicios naturales". El mismo se ha definido como aquellos bienes y servicios provistos por el medio ambiente natural (Gosselink et al. 1973; Ehrenfeld, 1976; Lugo y Brimson, 1978) y en la literatura económica incluyen pero no se limitan a los "recursos de amenidad".

Desde muchos puntos de vista, no puede hacerse una distinción fundamental entre bienes y servicios naturales y económicos. Ambos tipos derivan de la estructura y procesos de los ecosistemas. Ambos contribuyen a la calidad de la vida humana. El valor que tienen los ejemplos individuales de ambos depende de su utilidad y de su escasez. El precio y la participación en el mercado no hacen diferencia, a pesar del hecho de que los esfuerzos anteriores por asignar un precio de mercado a los sistemas naturales - y los bienes y servicios que ellos proveen - han encontrado fuerte resistencia por parte de algunos economistas (Shabman y Batie, 1978). Actualmente se discute muy poco, si es que se discute, el concepto de si los bienes y servicios naturales tienen valor, o si dicho concepto se ajusta a la teoría económica.

Por cierto, la mayor diferencia entre ambos parece ser que los bienes y servicios económicos han sido ampliamente discutidos y estudiados, mientras que los bienes y servicios naturales no lo han sido. Para corregir esta desigualdad, actualmente los economistas están comenzando a tratar de encontrar formas de asignar valor a los bienes y servicios naturales que no tienen precio en el mercado (Krutilla y Fisher, 1975; Hufschmidt et al. 1983)2. Los que permanecen sin precio, pero no por ello son menos valiosos, tendrán sectores identificables de la población que demandarán su consideración en la planificación del desarrollo, en forma similar a la creciente atención prestada al valor del trabajo doméstico y el valor real de la protección de la policía y los bomberos, como consecuencia de las demandas de las amas de casa y los policías.

2. El presente estudio no tiene por finalidad proveer métodos de valuación económica, sino más bien contribuir a sentar una base conceptual razonable para el "desarrollo ambientalmente aceptable". El análisis de los sistemas de fijación de precios de mercado y otros métodos de análisis económico son, y continuarán siendo, herramientas formidables en la planificación del desarrollo y en el proceso de toma de decisiones. Aquí se pretende definir dónde y en qué contexto tales decisiones deberán efectuarse. Como se verá en las secciones siguientes, a menudo ese contexto es el de competir y reforzar las actividades sectoriales.

Los bienes y servicios naturales tienen valor de acuerdo con las siguientes categorías:

1. Pueden tener valor económico, social o cultural, y por lo tanto se consideran importantes para las actividades corrientes de desarrollo. Los elementos económicos (aquellos que tienen precio y participan en el mercado monetario) son bien comprendidos. El sistema de trueque es menos comprendido, pero no menos importante en muchos contextos del desarrollo, particularmente en regiones fronterizas como la Selva Central. Aunque no son necesariamente cuantificables, los componentes sociales y culturales también pueden resultar valiosos de otras maneras. La cultura humana y los estilos de vida contribuyen a la diversidad y la riqueza de la población. Tanto los inmigrantes recientes como los pobladores nativos utilizan los bienes y los servicios naturales de una zona como alimento, medicinas tradicionales, instrumentos para ceremonias religiosas, y para proveer una perspectiva histórica. A pesar de que generalmente los componentes sociales y culturales no se consideran en la planificación del desarrollo, pueden tener una importancia mucho mayor de lo que un observador externo puede apreciar.

2. Pueden tener un valor científico, y por lo tanto revestir importancia para el desarrollo futuro. Los bienes y servicios naturales de este tipo resultan de interés para quienes investigan nuevas tecnologías e informaciones con fines de desarrollo. Entra en esta categoría gran parte del esfuerzo por proteger las especies en peligro de extinción, los ecosistemas representativos, las reservas de germoplasma, y las zonas despobladas para investigación y control.

3. Pueden controlar el funcionamiento de los ecosistemas y por lo tanto revestir importancia para un flujo sostenido de bienes o servicios. Así, las actividades que conducen a la conservación, la protección y el uso de aquellos bienes y servicios naturales requeridos para mantener los atributos ociosos de los ecosistemas, constituyen importantes actividades de desarrollo. Entre las mismas se incluyen los bienes y servicios naturales de control de la erosión y de las inundaciones, la regulación del clima y el amortiguamiento químico ("chemical buffering"). Su conservación o protección constituyen actividades de desarrollo legítimas y valiosas.

Además de proveer bienes y servicios naturales, un medio ambiente humano presenta también una gama de riesgos o fenómenos naturales adversos que tienen gran influencia sobre el éxito que puedan alcanzar los esfuerzos de desarrollo. Estos fenómenos son también el resultado de la estructura y función de los ecosistemas. Los terremotos y los huracanes son parte del flujo de materia y energía en el ecosistema global. A pesar de que representan riesgos para el desarrollo, también pueden originar un número significativo de bienes y servicios naturales. Por ejemplo, los huracanes permiten la supervivencia de valiosos sistemas de manglares (Lugo, 1978), ya que distribuyen grandes cantidades de energía que se acumula en las latitudes tropicales hacia las zonas templadas; las inundaciones naturales y las corrientes oceánicas originan flujos y ciclos masivos de nutrientes (Harline, 1980); los rayos transforman el nitrógeno no utilizable en formas útiles; las abejas, a pesar de aguijonear, tienen un valor inconmesurable en la polinización de las flores y en la producción de alimentos para los seres humanos (Pimentel et al. 1980).

En efecto, el proceso de desarrollo está constituido por aquellas actividades que conducen al uso, el mejoramiento o la conservación de los bienes y servicios, con el fin de mantener y mejorar la calidad de la vida. De la misma manera, un "impacto ambiental negativo" es lo opuesto al desarrollo, o sea la destrucción, el empobrecimiento, el mal uso o el no uso de bienes y servicios, ya sea como resultado de la actividad humana o de eventos naturales adversos.

Administración ambiental

La administración ambiental tiene por objeto mejorar la calidad de la vida humana. Comprende la movilización de recursos y la acción del gobierno para manejar el uso de los bienes y servicios, tanto naturales como económicos. El manejo ambiental se basa en los principios de la ecología. Utiliza el análisis de sistemas y métodos de resolución de conflictos para distribuir los costos y beneficios de las actividades de desarrollo en las poblaciones afectadas, y procura proteger a las actividades de desarrollo frente a los riesgos naturales. La identificación de conflictos es una de las tareas más importantes en la planificación del manejo ambiental, y la resolución de los mismos es una parte fundamental de lo que constituye un "desarrollo ambientalmente adecuado".

En el mundo complejo e interdependiente en que vivimos, el manejo ambiental es necesario debido a que las actividades de desarrollo que se llevan a cabo en un sector afectan a la vez en forma positiva y negativa la calidad de la vida en otros sectores. Consecuentemente, una definición adicional y práctica de "impacto ambiental" es: las actividades de un sector que influyen en las actividades de otro sector ("impactos fuera del lugar") o del mismo sector ("impactos dentro del lugar"). En efecto, si sobre cualquier "impacto ambiental" se formulan las preguntas "quién lo causa" y "quién lo siente", están identificándose relaciones intersectoriales. Una represa hidroeléctrica que reduce los niveles de nutrientes en el agua y destruye así los recursos pesqueros aguas abajo, constituye un ejemplo del sector 410 causando problemas al sector 130 de la "Lista de Actividades Económicas de la ONU" (ONU, 1969). Igualmente, la tala de árboles para habilitar tierras de pastoreo puede originar sedimentación en un embalse y ocasionar un problema entre los sectores 111 y 420, y si un hotel arroja sus desperdicios en el mar, y estos retornan a su propia playa, se crea un conflicto dentro del sector 632. Debe decirse, además, que tales "problemas" constituyen, en realidad, conflictos entre dos actividades. Es decir, el problema no es causado solamente por la promoción de la ganadería en desmedro de la pesca, ya que una decisión en favor de la pesca causará a su vez un "problema" a la ganadería. Es el conflicto lo que requiere solución.

Puede interpretarse que este concepto de "impacto ambiental" excluye el medio ambiente; existe una gran zona desconocida entre la causa y el efecto, si sólo se está interesado en aquellas actividades sectoriales que causan un problema y aquellas que reciben el problema. Sin embargo, hay dos razones básicas por las que ello no constituye aquí una importante preocupación. En primer lugar, los lineamientos que surgirán de este trabajo serán orientaciones para planificar el desarrollo en la etapa más temprana posible del proceso. El tiempo, el financiamiento y el nivel de experiencia no permiten un estudio más profundo de esa zona desconocida. En segundo lugar, los lineamientos están dirigidos a los planificadores en los trópicos húmedos, un bioma que se caracteriza por la falta de conocimiento disponible. Es decir, lo que no conocemos de los trópicos húmedos es muy grande y los esfuerzos por estudiarlos en forma profunda por cierto son necesarios y bienvenidos. Sin embargo, no deberían ser intentados por los planificadores. Las necesidades de la planificación del desarrollo deberían ayudar a orientar la investigación en regiones sobre las que la información es escasa. Pero, en el contexto de proyectos específicos de planificación del desarrollo, ni la ciencia ni la planificación derivarán beneficios significativos de una gran inversión de tiempo y recursos.

Los conflictos entre los riesgos naturales y las actividades de desarrollo también existen y resultan de la confrontación entre los fenómenos naturales que representan riesgos y la actividad humana. Los efectos de los llamados "desastres naturales" pueden multiplicarse debido a que no se ha prestado suficiente atención a los fenómenos naturales que representan riesgos. En realidad la expresión "desastre natural" es engañosa por la siguiente razón: se culpa a la naturaleza cuando, de hecho, la magnificación de sus efectos es responsabilidad de los que decidieron llevar a cabo proyectos en circunstancias que ponen en peligro los mismos objetivos que las actividades de desarrollo debían satisfacer.

Las técnicas de resolución de conflictos son bien conocidas y son comparativamente exitosas, si se tiene en cuenta la continua existencia del hombre en la tierra durante varios miles de años bajo condiciones muy complejas. Si no hubiesen dado resultado, no existiría la vida como la conocemos hoy. Los conflictos confirman la realidad en la cual vivimos; es un mundo de incertidumbres agravadas por la escasez de información técnica, una gran variedad de valores, intereses y opiniones, y medio ambientes que se superponen.

Sin embargo, la mayoría de quienes han escrito sobre el tema de la resolución de conflictos sostienen que el conflicto puede ser tanto positivo como negativo (Boulding y Kahn, 1962; Coser, 1965; Deutsch, 1973). Por ejemplo, el conflicto tiende a mantener límites válidos entre los grupos, así como la estructura necesaria de los grupos, y proporciona incentivos para la formación de alianzas para combatir a una élite exportadora.

La planificación, especialmente la planificación intersectorial, tiene una ventaja inmensa sobre los esfuerzos para resolver los conflictos en la vida real porque, en muchas formas, la planificación es un ejercicio, y para participar en él es preciso cooperar. Dentro de este contexto, los individuos que integran un equipo de planificación se comprometen mutuamente a aceptar las reglas y los procedimientos que pueden controlarse. Las diversas partes (especialistas sectoriales) operan con un razonamiento similar; puede inducírseles fácilmente a concentrarse en criterios en vez de posiciones, y cada una puede insistir en que los criterios de evaluación sean objetivos. El resultado es la oportunidad de inventar opciones para la resolución de conflictos que representen un beneficio mutuo.

Muchas actividades destinadas a usar, mejorar, conservar y proteger bienes y servicios con fines de desarrollo, refuerzan a otras actividades de desarrollo. Los proyectos de desarrollo que requieren la conservación de los ecosistemas para fines de manejo de la vida silvestre, también conservan la función de estabilización de suelos que cumple la vegetación y, como resultado, los reservorios situados aguas abajo reciben menos sedimentos. Las políticas de desarrollo que restringen la construcción en zonas de inundaciones naturales crean posibilidades de recreación y espacios verdes cerca de zonas urbanas y disminuyen la dependencia de costosas estructuras para el control de las inundaciones. Una eficiente ingeniería de sistemas transforma los desechos industriales en residuos que proveen materia prima para otras actividades de desarrollo (Bower, 1977).

Desarrollo ambientalmente adecuado

Las discusiones relacionadas con el medio ambiente y el desarrollo giran alrededor del tema del "desarrollo ambientalmente adecuado". A pesar de ello, el término ha sido pocas veces definido, y se ha dejado al lector sacar sus propias conclusiones en cuanto al significado del concepto. En gran parte, tales discusiones parecen sugerir que el desarrollo es "ambientalmente adecuado" si es "sostenible", si no "perturba el equilibrio ecológico", si "no causa deterioro ambiental", si no "sobrepasa la capacidad de carga del sistema natural", y si "evita la pérdida de productividad natural a largo plazo". Sin embargo, incluso el análisis más superficial mostrará que tales criterios son insostenibles; ningún proyecto de desarrollo - incluyendo la conservación - puede responder a todas y cada una de estas restricciones.

En primer lugar, existe el problema de alcanzar los objetivos del desarrollo. Los objetivos de desarrollo que no incluyen la calidad de vida, aunque sean "ambientalmente adecuados", no tienen sentido, porque nadie se beneficia de ellos. En segundo lugar, existe un problema de nivel de conjunto. ¿A qué sistema natural nos estamos refiriendo? La construcción de cualquier estructura hecha por el hombre perturbará, o aún eliminará, los sistemas naturales a un cierto nivel. En tercer lugar, hay un problema de decisiones. ¿Es esencial la productividad natural a largo plazo cuando debe hacerse una elección entre fibras de madera y proteínas? En cuarto lugar, hay un problema de adecuación. ¿Es relevante la capacidad de carga de un sistema natural cuando puede incrementarse en forma significativa aún mediante la aplicación de la tecnología más simple? Por último, existen problemas de claridad y de especificidad. El "deterioro" ambiental y el "equilibrio ecológico", tienen significados diferentes para distintas personas. ¿Un proyecto es "ambientalmente adecuado", por ejemplo, si se mantiene el equilibrio pero se pierde o se agrega una especie a raíz de ese proyecto?

Para eludir tales problemas, en este estudio se define el "desarrollo ambientalmente adecuado" como un proceso cuyo objetivo es el mejoramiento de la calidad de la vida humana. Es un proceso de manipulación activa de la estructura y función de los ecosistemas, con el fin de adecuar los bienes y servicios ofrecidos por dichos ecosistemas. Minimiza el conflicto inherente en la adecuación de ellos, maximiza el apoyo mutuo entre las actividades requeridas, y distribuye sus costos y beneficios entre las poblaciones afectadas. Los capítulos que siguen se basan en este concepto del desarrollo ambientalmente adecuado.

Referencias

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