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Prefacio

El presente trabajo constituye el informe de la Fase I del proyecto auspiciado por el PNUMA/OEA/Gobierno del Perú: "Estudio de caso de manejo ambiental: desarrollo integrado de un área en los trópicos húmedos - Selva Central del Perú". Este proyecto es, en cierta medida, una continuación del estudio de la Cuenca Superior del Río Bermejo de la Argentina, que se llevó a cabo en 1975-1977 con los auspicios del PNUMA, la OEA y el Gobierno argentino y tuvo como objetivo el desarrollo de una metodología de planificación para cuencas hidrográficas en zonas semiáridas. Los resultados de ese estudio se publicaron en 1978 en un libro titulado: Calidad ambiental y desarrollo de cuencas hidrográficas: un modelo para planificación y análisis integrados. Ambos estudios se basan en la resolución 61 del Plan de Acción de la Conferencia de las Naciones Unidas de 1972 sobre Medio Ambiente Humano, que requiere que se lleven a cabo investigaciones para diseñar metodologías prácticas de planificación para distintas categorías de actividades de desarrollo en biomas individuales específicos, que incluirían la "preocupación por el medio ambiente" como parte integral de la planificación del desarrollo.

Este estudio de seguimiento se inició en un momento crucial de la historia sudamericana. Varios países estaban considerando encarar importantes actividades de desarrollo en sus propias áreas tropicales. La exploración minera y petrolífera, combinada con crecientes presiones económicas y sociales, estaba creando movimientos de migración espontánea, mientras que los grupos conservacionistas en todo el mundo discutían abiertamente la situación de los trópicos y sus habitantes. Las descripciones prematuras de los trópicos como sitios deshabitados y "ricos en recursos" llevaban a una descontrolada emigración a zonas con una larga historia de proyectos fracasados. Los planificadores del desarrollo disponían de muy pocos datos aplicables, puesto que la mayor parte de la experiencia existente había tenido lugar en zonas templadas y áridas, mientras que los especialistas ambientales habían apenas comenzado a comprender la asombrosa diversidad de las especies de los bosques tropicales. Pero lo que determinó que 1980 fuera un año oportuno para encarar un estudio de este tipo, fue que para entonces los términos "ambiente" y "desarrollo" habían dejado de ser mutuamente excluyentes.

Después de cerca de 15 años de conflicto, los especialistas ambientales y la comunidad dedicada al desarrollo mostraron indicios de acercamiento. Cuando comenzó el movimiento ambiental, se hallaba en cierto modo fragmentado en intereses sectoriales, propensos a efectuar análisis apresurados y pronunciamientos conflictivos. Con el tiempo este movimiento ha cambiado sustancialmente, en la actualidad es más coherente en sus objetivos y comprende mejor las presiones que afectan el Tercer Mundo.

Al mismo tiempo, la comunidad internacional dedicada al desarrollo se esforzó por mejorar su "comportamiento ambiental", y en 1980 suscribió la "Declaración de los Principios y Procedimientos Ambientales Relacionados con el Desarrollo Económico". Finalmente, comprendió que en cualquier lugar donde se encarara un proyecto, ya existían otros planes, proyectos e intereses, y que todos esos factores debían considerarse.

Cada vez más, ambos grupos comprendieron la dificultad de transferir tanto la tecnología del desarrollo como la relacionada con las consideraciones ambientales, de las zonas templadas desarrolladas a los trópicos "subdesarrollados". La evaluación del impacto ambiental era costosa, y con mucha frecuencia no se disponía de los datos pertinentes. Los mecanismos de autoridad gubernamental en las zonas tropicales tenían dificultad para adaptarse a un sistema de adopción de decisiones que incluyera la participación pública y la abierta competencia de los grupos de intereses, y aun cuando los problemas específicos se expresaban en forma completa y razonable no resultaban fáciles de comprender o de solucionar. Reconociendo el dilema, los especialistas en desarrollo y los "ambientalistas" comenzaron a estudiar conceptos tales como "necesidades humanas básicas", "tecnologías apropiadas" y "estilos adecuados de desarrollo", que les han ayudado a trabajar juntos. Muy raras veces se menciona hoy la necesidad de conservar, o del desarrollo, sin añadir la necesidad de los esfuerzos específicos de conservación para lograr un desarrollo sostenido y equitativo.

No obstante los cambios logrados en ambos aspectos, los seres humanos aún sufren como consecuencia de la degradación de su medio ambiente originada por las actividades de mejoramiento en otros ambientes; aún no se sabe cómo manejar áreas y recursos comunes, y el número de desilusionados y de ciudadanos sin consultar continúa creciendo.

Desde este punto de vista, los esfuerzos de desarrollo realizados por el Gobierno peruano en la Selva Central durante los últimos años han sido alentadores, en cuanto han contribuido a aplicar nuevas soluciones a antiguos problemas. El presente estudio aprovechará la experiencia peruana para formular lineamientos para la planificación del desarrollo en los trópicos húmedos, y procurará hacerlo aplicando criterios novedosos. Por ejemplo, aunque en el mismo se analizan conceptos y métodos de manejo ambiental, los términos "ambiental" y "medio ambiente" se emplean muy pocas veces y, en el libro, hay una ostensible ausencia de descripciones de historias extremas de fracasos "ambientales". Más bien, el estudio reconoce que se llevarán a la práctica intentos para desarrollar los trópicos húmedos y se concentra en el uso adecuado de sus propios ecosistemas en lugar de extenderse sobre el abuso que se hace de ellos. Reconoce la existencia de "sectores" e "intereses sectoriales", y por ello se concentra en la calidad de específicos ambientes humanos identificables, en contraposición con la calidad del "ambiente". En vez de "impacto ambiental", se refiere a la identificación y la solución de conflictos entre las numerosas actividades que constituyen el proceso de desarrollo, sin emitir criterios éticos con respecto a cuáles de esas actividades podrían ser las correctas. Aun cuando el título hace referencia al "conflicto mínimo", el estudio reconoce que un cierto grado de conflicto es deseable, y sólo procura reducir el número de conflictos innecesarios que se crean frecuentemente en forma inadvertida durante la planificación.

El resultado es un conjunto de lineamientos tendientes a sentar las bases de un nivel de manejo ambiental que conduzca a una utilización completa, duradera y equitativamente distribuida, del infinito número de recursos de los trópicos húmedos de América Latina.

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