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Sumario

i. Origen y objetivos del Estudio

El 7 de abril de 1973 el Gobierno de Argentina y la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos suscribieron un Acuerdo de Asistencia Técnica para ejecutar el Estudio de la Cuenca Inferior del Río Bermejo (CIRB) y Programación para su Desarrollo.

A corto plazo, los objetivos principales eran el conocimiento de las posibilidades del sistema hidrográfico relativo a los tramos medio e inferior del río Bermejo y la indicación de áreas más adecuadas para el desarrollo regional en el contexto del desarrollo global del país. En cuanto a su alcance, el Estudio se traducía en una investigación de los recursos naturales a nivel de reconocimiento, así como la identificación de proyectos y el enunciado de las bases técnicas y recomendaciones necesarias para orientar la toma de decisiones del Gobierno respecto del desarrollo de la región.

Todo ello en correspondencia con una zonificación socioeconómica resultante de la situación actual y de las previsiones derivadas de los planes nacionales y provinciales.

ii. Principales características físicas del área

El río Bermejo desagua en el río Paraguay y por este en el Paraná, formando parte por lo tanto del gran sistema hidrográfico del río de La Plata, cuya cuenca drena aproximadamente el 207% de la superficie del continente sudamericano, hacia el Océano Atlántico.

El área asignada al Estudio totaliza 140 000 km2 y está situada en la zona norte de la República Argentina abarcando parte de las provincias de Jujuy. Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa. Limita al este con la Alta Cuenca, al norte con la línea férrea Embarcación-Formosa, al oeste con los ríos Paraguay y Paraná y al sur con la línea férrea Barranqueras-Metán.

El área de drenaje que correspondería al tramo inferior del río Bermejo es de difícil definición geográfica, como consecuencia de la escasa pendiente en el sentido norte-sur. Se estima que su superficie constituye el 31% del área del Estudio.

El clima de la CIRB puede definirse como subtropical con estación seca en el centro y oeste. Las temperaturas medias anuales oscilan entre 21°C y 24°C con máximas y mínimas del orden de 45°C y -6°C respectivamente. Las mayores variaciones se producen de norte a sur. El campo de variación de la precipitación media muestra máximas de 1500 y 1700 mm en los límites este y sudoeste respectiva mente y mínimas de 500 a 600 mm en la zona noroeste. El período de menor precipitación (7% del total) se presenta de junio a agosto.

La red hidrográfica de la CIRB está constituida por el río Bermejo propiamente dicho, con escasos afluentes directos, por las subcuencias de afluencia temporaria como la de los ríos Seco, Dorado y del Valle y por la sucesión de ríos y arroyos, esteros y cañadas que drenan directamente hacia el Sistema Paraguay-Paraná.

En función de la fisiografía y comportamiento del cauce, el río Bermejo varía a lo largo de su recorrido (1188 km). De una manera general puede decirse que a medida que el río corre hacia abajo de Junta de San Francisco su cauce se va estrechando, la velocidad se hace más lenta, la altura de las barrancas crece y el material del lecho es más fino. Durante el recorrido del río Bermejo se producen perdidas por infiltración y desbordes en épocas de crecida. En épocas de estiaje recibe aportes de agua subterránea.

La mayor parte del área del Estudio se ubica en la denominada Llanura Chaqueña, que hacia el este termina en la planicie aluvial del río Paraguay. La interpretación fisiográfica demuestra que el área presenta un modelado de carácter fluvial en el que se han reconocido tres niveles en correspondencia con períodos de agradación alternados con períodos de estabilización.

iii. Características socioeconómicas

Las trabas estructurales que dificultan el desarrollo de la región están reflejadas en el pobre comportamiento de los indicadores relativos a niveles de producción, intercambio, empleo, condiciones sociales y dotación de infraestructura publica.

La región participa apenas con el 27% del producto bruto nacional, siendo la agricultura chaqueña el rubro de mayor importancia.

El producto per cápita regional es del orden de $2 300 anuales (pesos de 1960), lo que representa el 38% del producto per cápita nacional.

Pese a su participación declinante respecto del PBR, el sector agropecuario es el más importante. La región exporta algodón, tanino y, en menor medida, ganado, frutas y hortalizas, con destino a otras áreas nacionales de mayor desarrollo relativo.

En 1970 el área integrada por todos los departamentos de la CIRB tenía 788 880 habitantes, que representa el 60,2% de la población correspondiente a las provincias de Salta, Chaco y Formosa y el 3,4% de la del país. Las mayores concentraciones están en la zona este (65% del total) dentro de la cual se encuentran las ciudades más importantes.

Para el período 1960-70 la tasa de crecimiento de la población fue de 13,2%, algo menor de la del país (15,4%). La distribución en 1970 acusaba un 55% de población urbana.

El área abarcada en el estudio en su mayor parte fue abierta a la colonización a partir de comienzos de siglo. En el período transcurrido el Gobierno Nacional ha realizado importantes inversiones en infraestructura, y en ella se han establecido algunos centros poblacionales de importancia regional, pero todavía constituye una región largamente inexplotada.

iv. Recursos naturales disponibles

Los recursos hídricos superficiales atribuidos al río principal están sujetos a la significativa variación estacional que condiciona las descargas de la Alta Cuenca. En la situación actual las estadísticas acusan caudales medios mensuales de 1 140 m3/s y 39 m3/s en crecida y estiaje respectivamente, con mínimos diarios inferiores a 15 m3/s.

A efectos del máximo uso potencial, se debe considerar el mes crítico, el cual se encuentra en el período setiembre/noviembre según sea la zona climática que se considere.

Con el río Bermejo sin regular, la disponibilidad para uso consuntivo se ha estimado en 13 m3/s en El Yacaré, habida cuenta de los caudales derivados aguas arriba, con lo cual es posible atender el riego de 35 000 ha. Ello sin perjuicio de otras fuentes independientes, como es el caso de las subcuencas de los ríos Dorado y del Valle, que permiten almacenar agua para el riego de 38 200 ha.

Con el río Bermejo regulado por el embalse de Zanja del Tigre y en las condiciones de demanda proyectadas, es posible disponer de 143 m3/s a la salida del embalse, al que debe deducirse las perdidas por infiltración y el caudal destinado a mantener un estiaje mínimo en el río, llegándose así a 77 m3/s en El Yacaré. La superficie total regable con esta última hipótesis ascendería a más de 300 000 ha incluidas las que se atienden con fuentes independientes (recursos propios).

En la mayor parte de la CIRB el agua subterránea constituye actualmente el principal recurso para abastecimientos (municipal, domestico y ganadero). La disponibilidad es limitada y los pozos de napa libre suministran caudales de 0,3 lt/s.

Algo más del 27% de la superficie total de la CIRB está ocupada por Grupos de la Tierra de primer y segundo orden para el desarrollo agrícola. El total de Grupos aptos para el desarrollo agrícola (A + B + C) representa el 51,4%. Se estima que aproximadamente el 20% de los suelos relevados presenta salinidad en grados que afectan los rendimientos de numerosos cultivos.

Las provincias que integran la CIRB poseen el 50% de la superficie de bosques naturales de producción maderable del país y producen más del 30% de las extracciones nacionales. Para los principales productos de la zona (rollizos para tanino, leña, carbón, durmientes y postes) este porcentaje llega al 45% del total nacional. El análisis cualitativo de la explotación regional indica que sus productos típicos sufren muy escaso proceso de transformación y solo excepcionalmente son utilizados como materia prima en la industria de la madera y otras derivadas.

v. Alternativas de desarrollo regional

Para la tarea de programación de alternativas se procedió a zonificar la Cuenca en base a criterios combinados de ocupación actual del espacio y de desarrollo potencial de los recursos. En esta forma se diferenciaron seis zonas: las tres primeras corresponden a la mitad este de la Cuenca; las otras tres forman la mitad oeste. Sus rasgos principales se especifican a continuación:

Zona I

área ganadera de la Cuenca; sede del grueso de la actividad económica y administrativa de la región, lo que significa un importante peso de población urbana;

Zona II

área de transición: presenta características de zona mixta agrícola y ganadera;

Zona III

abarca parte del área central agrícola del Chaco donde predominan explotaciones medianas de cultivos industriales de secano;

Zona IV

es frontera de expansión de la actividad agropecuaria de secano de las zonas II y III;

Zona V

es una zona de escasa ocupación, con falta de infraestructura y de agua;

Zona VI

es en su mayor parte similar a la zona anterior, pero tiene mayor disponibilidad de aguas y es sede de una pujante actividad agrícola en las áreas vecinas de Oran y Embarcación.

Los criterios que se han considerado más relevantes para delimitar las alternativas posibles de aprovechamiento de los recursos fueron la intensidad de uso y los efectos espaciales. Así, el criterio de intensidad del uso del suelo en el triple sentido de inversión, ocupación y producto por unidad de superficie, ha sido utilizado para agrupar las alternativas en extensivas, semiintensivas e intensivas. Por otra parte, los aspectos espaciales se han tenido explícitamente en cuenta distinguiéndose una alternativa de otra según sus efectos en la redistribución espacial de la actividad económica y social, por lo que las alternativas de carácter intensivo, semiintensivo e intensivo se clasifican a su vez en alternativas de alto y bajo impacto espacial. Por ultimo, del conjunto de aprovechamientos de recursos naturales, se han considerado por separado los que se aplican a los recursos hídricos; asimismo, se ha procedido con el posible fomento de la agroindustria regional.

Para cada una de las zonas especificadas anterior mente, se han reconocido las alternativas de desarrollo de sus recursos naturales, avanzándose, con diferente grado de aproximación, en la identificación de proyectos correspondientes a dichas alternativas.

Las alternativas y proyectos se presentan en tres grandes grupos, los cuales se detallan a continuación:

a) Aprovechamientos hídricos

Al considerar la disponibilidad de recursos hídricos se aprecia que, siendo su utilización actual casi nula, su potencial expresado en una superficie regable de 300 000 hectáreas constituye por sí sola una alternativa de desarrollo regional, con uso intensivo de los recursos naturales. Sin embargo, dado que el riego daría servicio al 6% de las tierras aptas para el desarrollo agrícola, existen diferentes alternativas de elección de las áreas a regar.

Así, el riego es una opción más entre las existentes en las zonas que tienen pocas restricciones para la actividad de secano, ya que éstas pueden extender o mejorar su producción sin recurrir a el. En este caso, el riego, al permitir mayor diversificación y mayores rendimientos constituiría una "alternativa de intensificación de la producción agropecuaria bajo riego".

En cambio, existen zonas donde las características climáticas limitan severamente la actividad agropecuaria de secano reduciéndola a la ganadería y al desarrollo de una limitada gama de cultivos. En estas zonas, el riego aparece como una de las pocas alternativas de ocupación del espacio y la única de carácter intensivo con mayores niveles de densidad demográfica y productiva; constituye por lo tanto "una alternativa de ocupación agropecuaria bajo riego". Dado que las restricciones climáticas crecen de este a oeste, la alternativa de intensificación agropecuaria se ubica en las zonas I, II y III, y tendrá bajos impactos en la redistribución espacial de la actividad productiva; los proyectos de riego identificados en estas zonas son los de: Tres Isletas (III), Dibogán y Río de Oro (II), Puerto Velaz y agua subterránea de Margarita Belén (I).

La alternativa de ocupación agropecuaria responde a las características de las Zonas IV, V y VI, y su implementación implica un alto impacto en la distribución espacial del desarrollo. Los proyectos zona les identificados son los de: riego de 135 000 hectáreas y riego por agua subterránea en el área de Embarcación-Yuchán (IV); Laguna Yema (V); Zanja del Tigre, Urizar, Río Dorado del Valle, agua subterránea de Luis Burela - Pozo Cabado y Joaquín V. González (VI).

b) Explotaciones agropecuarias de secano y explotaciones forestales

Los aprovechamientos hídricos pueden acaparar gran parte de los fondos y de los recursos humanos disponibles para el desarrollo; la explotación agro pecuaria de secano y la actividad forestal definen por lo tanto nuevas opciones que se especifican a continuación, las cuales tendrán, según la localización de los proyectos, altos o bajos efectos sobre el espacio:

- alternativa intensiva con bajos efectos espaciales: para la cual se han identificado proyectos de expansión de la producción citrícola, del área bananera y de los cultivos industriales (Zona I); y proyectos de diversificación agrícola en pequeños predios (Zona II) y de expansión de la producción porcina (Zona III).

- alternativa semiintensiva con altos efectos espaciales, que incluye: un plan rotacional agrícola-ganadero (Zona VI) y un proyecto de explotación forestal (Zonas IV, V, VI);

- alternativa semiintensiva con bajos efectos espaciales: esta alternativa comprende un plan rotacional agrícola-ganadero y un proyecto de cuenca lechera (Zona II); el Plan de Colonización de la Provincia del Chaco (Zonas II, III, IV); y un proyecto de engorde de novillos en explotaciones agrícolas (Zona III).

- alternativa extensiva con altos efectos espaciales, que incluye los siguientes proyectos: engorde de novillos en región semiárida y proyecto forestal-ganadero-agrícola (Zona IV); colonización del noroeste de Santiago del Estero, manejo racional del ganado caprino y manejo ganadero en zonas de monte (Zona V);

- alternativa extensiva con bajos efectos espaciales, que comprende los proyectos de uso y manejo de esteros y cañadas (Zona I), y de incremento en la producción de rodeos de cría (Zona II).

c) Desarrollo industrial

El crecimiento de la oferta de trabajo en los centros urbanos regionales, así como la disponibilidad de materias primas agropecuarias que actualmente se industrializan fuera de la región, posibilitan el desarrollo de la agroindustria. Se ha prestado asistencia preferente a la promoción de tres áreas; dos de ellas en la Zona I: Resistencia-Barranqueras y Formosa, y la otra en la Zona III: Roque Sáenz-Peña. En el área industrial Resistencia-Barranqueras se sugiere un conjunto de proyectos en las ramas de: textiles e industrias de cuero; alimentos y bebidas, industria y productos de madera, productos químicos e industrias metálicas. Con la implementación de dichos proyectos se daría ocupación a un mínimo de 1 300 personas. En el área industrial Formosa se han seleccionado algunas industrias que cuentan con ventajas para su localización en la zona, y generarían alrededor de 225 empleos; entre ellas se destacan: una planta de procesamiento de legumbres secas, una planta procesadora de productos cítricos, una planta climatizadora de bananas. En el área industrial Roque Sáenz-Peña se recomiendan los siguientes proyectos: instalación de una hilandería de algodón; fábrica de alimentos balanceados; industria del parquet; planta de madera aglomerada; molino de harina de trigo; fábrica de zapatos; productos cerámicos para construcción. La implementación de estas propuestas entrañaría la creación de unos 400 empleos aproximadamente.

Las alternativas y proyectos anteriores fueron evaluados según su impacto sobre los aspectos económicos y sociales de la Región. Los parámetros de evaluación fueron agrupados en: uso de los recursos naturales, requerimientos de infraestructura publica, impacto económico, impacto tecnológico, impacto social, impacto espacial, formas de organización productiva requeridas, costos públicos, costos privados y costos sociales. Todo ello permite presentar a la consideración de las autoridades nacionales y provinciales un conjunto evaluado de aprovechamientos posibles que facilita la toma de decisiones.

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