En el período 1973-79 los países no productores de petróleo, entre los cuales figuran los que ocupan el Istmo Centroamericano se vieron bruscamente confrontados por una violenta alza en el precio de los hidrocarburos debido a acuerdos tomados por los países miembros de la OPEC. Ello trajo como consecuencia que los cuerpos gobernantes de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por medio de la Resolución de Barbados en 1979, solicitaran que durante la década del 80 la Secretaría General otorgara atención especial al estudio de la mejor utilización de las fuentes convencionales y no convencionales de energía.
Entre otras actividades, se puso en marcha el Proyecto Plurinacional de Energía y Desarrollo en el Istmo Centroamericano que constituye una respuesta de la Secretaría General de la OEA, destinada a atender en forma competitiva áreas alejadas de sistemas convencionales de generación eléctrica y de sistemas de transmisión mediante proyectos replicables de fuentes no convencionales de energía.
El Proyecto estuvo a cargo del Departamento de Desarrollo Regional y Medio Ambiente (DDRMA) de la OEA. Contó con la contribución técnica y financiera del Gobierno de Francia en los proyectos desarrollados en Costa Rica, Nicaragua y Panamá y con la asistencia técnica y financiera de los Estados Unidos de América en las Repúblicas de Guatemala, Honduras y El Salvador. Los organismos nacionales de energía designados por cada gobierno apoyaron técnica y administrativamente las actividades. El Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP) colaboró a nivel regional. Finalmente el Proyecto de Riesgos Naturales del DDRMA elaboró paralelamente en Costa Rica un estudio de vulnerabilidad del sector energético convencional a las amenazas naturales. Este conjunto de actividades tuvo lugar entre 1982 y 89, atendiendo la elevada prioridad dada a los aspectos energéticos durante la década del 80.
En este informe se presenta la metodología de trabajo utilizada por el Proyecto así como los resultados de las actividades que fueron llevadas a cabo en cada uno de los países. Está destinado a motivar a las entidades nacionales de energía de organizar y/o apoyar a organizaciones públicas y/o privadas que competitivamente se encarguen de planificar, ejecutar y operar los diversos componentes energéticos que se citan a lo largo de la publicación. Ello implicará crear capacidad institucional tanto en el área técnica como gerencial que esté en condiciones de involucrar la participación de entidades gubernamentales y no gubernamentales, organismos privados e internacionales de financiamiento, sea a nivel bilateral como multilateral. De esta manera se podrá dar respuesta al clamor prioritario, identificado por medio de encuestas ejecutadas como parte del programa de asistencia técnica de este Estudio, en el sentido de contar con proyectos energéticos no convencionales diseñados para atender los tipos de demanda existentes en zonas aún marginales, por medio de energía solar, eólica, geotérmica, mini-hidráulica y derivada de la biomasa.
Kirk P. Rodgers
Director
Departamento de Desarrollo Regional y Medio Ambiente Organización de los Estados Americanos
