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6. Mirando al futuro

La intención de este documento no ha sido sugerir que el desarrollo integrado de la energía puede resolver los problemas de energía o de desarrollo de América Latina y el Caribe. Por el contrario, hemos definido una serie de circunstancias particulares en las que este método puede ser muy eficaz. En aquellas zonas donde pueden aplicarse estos criterios, y hay muchas de ellas, especialmente en América Latina, la integración de la energía en el proceso de desarrollo puede constituir un aporte notable al crecimiento socioeconómico. En otras, y en la planificación y política globales, cuando no todo el proceso sea adecuado, pueden aplicarse ciertas facetas del mismo. Uno de las principales resultados comprobados con los proyectos de desarrollo integrado de la energía, que puede aplicarse en muchas instancias, es la coordinación intersectorial que promueven.

El futuro del desarrollo integrado de la energía, tanto regional como sectorial, depende, en gran medida, de la voluntad de las diversas instituciones y entidades de apartarse de sus papeles tradicionales y reconocer las interrelaciones que existen en el proceso de desarrollo. Como se ha recalcado en este documento, el desarrollo integrado de la energía no puede "practicarlo" una sola institución sino que debe implicar la acción cooperativa de todas las entidades participantes.

Hemos demostrado que no es necesario considerar la energía desde el punto de vista tradicional de la oferta. Cuando se la mira como una fuerza catalítica, capaz de producir desarrollo, la energía se convierte, más que en su sector por sí mismo, en parte integral de todas las actividades. Repetimos que este método no está destinado a reemplazar el centrado en la oferta sino a complementarlo. Todavía hay que elaborar balances energéticos y construir nuevas estructuras energéticas. No obstante, con una visión más amplia, los organismos de suministro energético pueden ver posibilidades para la realización de proyectos de desarrollo de la demanda y las organizaciones de desarrollo pueden incorporar la energía a su proceso de planificación. Existen, para el futuro, una cantidad de posibilidades. En el plano sectorial, podría intentarse la aplicación de este método a sectores adicionales en los que la energía tiene un papel crucial, como la minería y otras industrias. En cuanto al desarrollo regional integrado de la energía, indudablemente existen en toda América Latina y el Caribe actividades potencialmente promisoras. Es de desear que las experiencias descritas en este documento, acumuladas por la OEA y las entidades de contrapartida, ayuden a otros organismos a identificar posibilidades a la hora de planificar el desarrollo energético.

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