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4. ¿Quién debe "practicar" el desarrollo integrado de la energía?

Las compañías nacionales de energía
Las entidades nacionales y regionales de desarrollo
Instituciones nacionales de planificación energética
Las instituciones de financiamiento

Dado su enfoque centralizado en el desarrollo de la demanda, en la desagregación regional y en las relaciones entre los factores del desarrollo, el método de desarrollo regional integrado de la energía requiere de la cooperación y la amplia responsabilidad de todos aquellos involucrados en actividades energéticas y de desarrollo.

Dada la naturaleza integral de los programas y los diferentes marcos institucionales de cada país, no puede asignársele a una entidad particular la tarea de "practicar" el desarrollo integrado de la energía. En algunos países, los organismos de planificación energética tienen la capacidad institucional para identificar y promover proyectos. Otros cuentan con sólidas organizaciones de desarrollo regional que pueden, de forma adecuada, asumir el liderazgo en materia de planificación y ejecución de proyectos integrados. Y en otros, las compañías nacionales de energía pueden dirigir las acciones de integración. Las metas del programa y el grado de interés que expresen las diversas entidades también son factores de importancia que deben tomarse en cuenta, pero es esencial la acción cooperativa y concertada de todos los organismos involucrados, sin perjuicio de cuál de ellos esté mejor dotado para planificar o ejecutar los proyectos.

En Uruguay, la cooperación entre los organismos gubernamentales de desarrollo, las cooperativas privadas y las compañías nacionales de energía, dieron por resultado un proyecto integrado de energía y transporte de enorme éxito. El papel de la OEA en esos grupos consiste en facilitar las actividades de coordinación entre todas las entidades nacionales de contraparte.

Las compañías nacionales de energía

El enfoque del desarrollo energético que tienen las instituciones de energía tradicional de América Latina y el Caribe - las de electricidad, petróleo y gas -, se basa en la oferta. La responsabilidad que sienten, y que muchas veces les asignan, es la de suministrar energía a medida que se necesita. La demanda de energía se trata, generalmente, como un elemento externo, un factor importante para el estimado y la previsión acuciosa que condiciona el desarrollo de la infraestructura de suministro de energía: plantas generadoras, sistemas de transmisión eléctrica, refinerías de petróleo e instalaciones de almacenaje de petróleo, a modo de ejemplo.

Este enfoque centrado en la oferta, común en todo el mundo, no proporciona la flexibilidad adecuada para sacar provecho de las posibilidades concretas de desarrollar la demanda energética, que ofrece no sólo beneficios en el campo del desarrollo sino también importantes mejoras en el suministro de energía a bajo precio. Tanto en el mundo desarrollado como en el que se encuentra en vías de desarrollo, la cogeneración constituye un ejemplo destacado de la forma en que algunas industrias satisfacen sus necesidades térmicas y eléctricas de manera mucho más eficiente de lo que les brindaría la combinación de la compra directa a una red eléctrica y la generación propia de calor térmico. Más aún, los esquemas mediante los cuales las compañías eléctricas compran la electricidad cogenerada pueden beneficiar a estas por el equilibrio de los factores de carga y el aumento de confiabilidad del sistema.

En América Latina y el Caribe es necesario que las compañías de electricidad amplíen sus actividades para incorporar opciones de desarrollo e integración a su planificación y análisis. Aunque las responsabilidades divididas tienden a superponerse, esas compañías necesitan coordinarse con otras instituciones de desarrollo a fin de que el desarrollo global y el desarrollo energético avancen juntos.

Las entidades nacionales y regionales de desarrollo

Tradicionalmente, tampoco las entidades responsables del desarrollo económico y social, tanto nacionales como regionales, han considerado la energía como un factor integral al planificar sus proyectos de desarrollo. Es necesario que estas instituciones consideren los mecanimos de suministro de energía para las actividades productivas y no que dejen sencillamente en manos de las compañías de energía la responsabilidad de suministrar energía donde se la necesita.

Las posibilidades de integrar la energía y el desarrollo benefician tanto a las empresas energéticas como a las instituciones de desarrollo. Dada la superposición de responsabilidades para lograr estos beneficios el único mecanismo de que se dispone es la cooperación de las instituciones energéticas y de desarrollo en los campos donde se registra esta superposición, lo que significa que aquéllas deberán participar en la generación de la demanda (desarrollo) y éstas deberán intervenir en las evaluaciones de la oferta de energía. Es evidentemente necesario que el grado de superposición se base en la medida de los beneficios que se obtendrán. Es de desear que los resultados descritos en este informe muestren la clase y el nivel de los beneficios que pueden derivarse y las condiciones en las que es más probable que ocurran, y de que convenzan a quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones en estas instituciones del valor que tiene este tipo de cooperación.

Instituciones nacionales de planificación energética

Estas instituciones, tradicionalmente separadas de las compañías de energía antes mencionadas, proporcionan información global sobre la forma en que se suministra y consume la energía y sobre las definiciones de la política general en cuanto al futuro de la energía nacional. Tal como en el caso anterior, estas acciones están orientadas hacia la oferta, con gran capacidad técnica en las tecnologías de conversión a suministros energéticos nuevos, renovables o alternativos. Hay conocimiento general acerca de la localización y la calidad de las diversas fuentes de energía pero, fuera de los proyectos de demostración tecnológica, ha sido poco el éxito en la integración de estos conceptos en el desarrollo en sí y en proyectos de desarrollo.

Sería conveniente que estas instituciones ampliaran su alcance para participar en los proyectos de desarrollo integrado de la energía. También es necesario que estas instituciones presten su colaboración o los servicios necesarios para ayudar a las organizaciones de desarrollo, tanto regionales como nacionales, contribuyendo, con su capacidad, a demostrar cómo, en ciertos casos, otras fuentes energéticas pueden incrementar el proceso de desarrollo en todo el país mediante proyectos concretos. A su vez, este servicio puede ser un medio para transmitir información a los encargados de la política nacional de planificación de modo que puedan dar una nueva orientación, tanto general como regional, a las cuestiones energéticas.

Estas instituciones de planificación de la energía, por su carácter centralizado, tienen la oportunidad única de establecer un marco de cooperación que fomente, en otras instituciones, la participación en el desarrollo integrado de la energía.

Las oficinas de planificación de la energía, a diferencia de las empresas energéticas, se financian tradicionalmente con fondos procedentes de los impuestos, y dada la función definida de planificación y análisis globales que tienen, su presupuesto para viajes es escaso. Para que su trabajo sea eficaz, el personal que intervenga en el desarrollo integrado de la energía debe viajar a los sitios de los proyectos para trabajar con las organizaciones de desarrollo y participar de forma directa en las tareas de cooperación. Para realizar estos viajes es necesario contar con fondos, por lo que debe ser objeto de consideración prioritaria por parte de cualquier institución a la hora de decidir su participación en el desarrollo integrado de la energía. La experiencia acumulada por la OEA demuestra que esta limitación presupuestaria de los países por concepto de viajes se ha registrado en casi todos los proyectos de cooperación técnica que se han emprendido en materia de energía y desarrollo.

Las instituciones de financiamiento

Es necesario que estas instituciones, que tradicionalmente conceden préstamos sectoriales, comprendan el proceso y los beneficios del desarrollo integrado de la energía y que se sientan cómodas con los mecanismos disponibles para financiar los proyectos integrados de energía y desarrollo. En esto se incluyen tanto las entidades nacionales como las internacionales de financiamiento.

Dado que los proyectos integrados no coinciden directamente con la estructura estándar utilizada por las entidades internacionales, es posible que haya que hacer un esfuerzo adicional y usar la imaginación para lograr el financiamiento. También en este campo se reducirían los problemas si se estuviera más familiarizado con el proceso y los beneficios del desarrollo integrado de la energía. Los procedimientos para financiar los programas de desarrollo regional más generales están bien establecidos y pueden ser útiles, como ejemplos, para abordar la obtención de fondos para los que ocupan este documento.

Es indispensable que las instituciones de financiamiento, en su condición de organismos de servicios, respondan y se adapten a las buenas ideas y posibilidades que se identifiquen. Es bien sabido que quienes buscan fondos se mostrarán reacios a someter proyectos que causen confusión en las instituciones de financiamiento. La solución a este dilema es que estas instituciones deben necesariamente estar preparadas, planeando con anticipación enfoques para el desarrollo y para el financiamiento de proyectos de desarrollo integrado de la energía, y en sus propias misiones de programación deben incluir profesionales con una capacidad amplia e interdisciplinaria que busquen y fomenten la presentación de proyectos de esta naturaleza, cuando éstos sean evidentes y justificados.

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