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2. Regiones naturales

.1 Planicie Costera
.2 Cordillera de la Costa
.3 Meseta Central
.4 Cordillera Central
.5 Valle Central
.6 Cordillera Fronteriza

La más tradicional de las regionalizaciones naturales de El Salvador es la que se ha descrito des de el punto de vista topográfico, y que divide al país, según el Plan de la Nación para el Desarrollo Económico y Social (1965-69), en seis regiones diferentes: Planicie Costera; Cordillera de la Costa; Meseta Central; Cordillera Central; Valle Central, y Cordillera Fronteriza.

.1 Planicie Costera

Se encuentra entre la Cadena Costera y el Océano Pacífico, y presenta una inclinación de sólo un grado. Está formada por dos zonas: una central, y la otra situada en la parte occidental del país. Representa el 12 por ciento de la superficie de El Salvador.

.2 Cordillera de la Costa

Es conocida también como Cadena Costera, y tiene una superficie parecida a la anterior; se eleva hacia el norte con una inclinación aproximada del 5 por ciento y con un promedio de 1200 metros de altura.

.3 Meseta Central

Abarca cerca del 20 por ciento del país y se extiende en dirección oeste-sudeste. Varía entre 10 y 30 kilómetros de ancho entre la Cadena Costera y la Cadena Central. Con excepción de los volcanes, esta región se encuentra a una altura entre 400 y 800 metros. Las actividades económicas están intensamente desarrolladas y concentradas en las ciudades principales, especialmente en la capital.

.4 Cordillera Central

Abarca también aproximadamente el 20 por ciento del país. Al oeste separa la Llanura Central de la Meseta Central formando una barrera angosta e irregular. Al este, donde la Llanura Central aun no existe, la Cordillera Central se prolonga hasta la Cordillera Fronteriza. Su altura aproximada es de 700 metros sobre el nivel del mar, con algunos picos de más de 1000 metros de altura.

.5 Valle Central

Tiene aproximadamente 70 kilómetros de largo y representa apenas el 5 por ciento de la extensión territorial. Morfológicamente es una llanura, pero hacia el este se estrecha bastante.

.6 Cordillera Fronteriza

Cubre cerca del 25 por ciento de la superficie del país. Está formada por dos cadenas homogéneas:

La de Metapán y la de Chalatenango. Su altura varía entre 1500 y 2500 metros sobre el nivel del mar.

Desde el punto de vista de conservación de recursos naturales, el criterio de cuenca hidrográfica es muy adecuado para el planeamiento del uso mili tiple del suelo y el agua.

Las principales cuencas hidrográficas del país son: La del río Lempa, Río Grande de San Miguel, río Paz, y ríos Sonsonate-Banderas. La cuenca del río Lempa ocupa el 53 por ciento de la Superficie total del país, incluye en su seno el 70 por ciento de la población y cuenta con el 68 por ciento de los recursos hídricos. Debido a su gran extensión fue descartado el criterio de regionalización mediante las hoyas hidrográficas, con el objeto de procurar una descentralización del desarrollo económico. No obstante, para los fines de elaboración de planes de recuperación y conservación de los recursos naturales debería utilizarse este criterio de regionalización. Un ejemplo es el Proyecto de Desarrollo Agropecuario del Río Grande de San Miguel.

En la cuenca del Río Grande de San Miguel se han hecho varios estudios, especialmente relacionados con el riego, con el fin de constituir un plan de desarrollo de la hoya hidrográfica. El proyecto de referencia consiste básicamente en un sistema de riego con aguas superficiales y friáticas, control de inundaciones y drenaje en zonas incluidas dentro de los departamentos de San Miguel y Usulután. Se podrían regar 16000 hectáreas con agua superficial y 15000 mediante pozos, con un costo de 25 millones de dólares.

Se trata de un importante proyecto para lograr el incremento de la producción total y la productividad por hectárea, ampliando de esta forma la frontera agrícola. En efecto, con este proyecto se modificaría la composición de la producción actual y se ampliaría la superficie sembrada en las clases de suelos I-III y IV-V con obras de drenaje y control de inundaciones, de tal, manera que aumentaría el área sembrada de 22 a 35 mil hectáreas y de 23 a 40 mil hectáreas en los grupos de clases de suelos señalados anteriormente. Ver Cuadro D.1.

Cuadro D.1 Superficie y producción actual y estimada

Superficie (ha)

Producción (ton)

Variaciones

Clase de suelos

Actual

Futura

Variaciones

Actual

Futura

I-III

22150

35450

13300

81380

254550

173170

IV-V

23000

40240

17240

12180

177450

165270

Total

45150

75690

30540

93560

432000

338440

Fuente: García González, "Estudio del Proyecto de Desarrollo Agropecuario del Río Grande de San Miguel".

En este cuadro se puede observar una comparación entre las superficies y producción actual y futura para dos grupos principales de tierras, correspondiendo el primero a los terrenos arables (Clases I-III) y el segundo a los usos marginales, de pastos o forestales.

Según las cifras del Cuadro D.1, la producción total en la región aumentaría en 338000 toneladas; el valor de la producción subiría de 35 millones a 77 millones de colones, o sea que el valor de la producción regional sería más del doble. El proyecto tendría, obviamente, un efecto saludable en la balanza comercial de productos agropecuarios y especialmente en la ocupación; las estimaciones hacen llegar a 13 mil las nuevas ocupaciones y a algo más de 11 mil las fincas de tipo familiar de que se podría disponer si se deseara hacer cambios en la tenencia de la tierra.

En síntesis, en la cuenca hidrográfica del Río Grande de San Miguel podría hacerse un plan de reforma agraria y desarrollo regional, partiendo del mejor uso del agua, recuperación de suelos y conservación de recursos naturales, lo que traería aparejado un notable impacto en la economía y permitiría una mejor redistribución del ingreso.

De acuerdo con la capacidad de uso, alrededor del 18 por ciento de la superficie territorial de El Salvador, es decir, 384 mil hectáreas, son tierras aptas para la labranza intensiva. El resto del país tiene limitaciones relativamente severas; así, por ejemplo, otro 18 por ciento es apto sólo para cultivos permanentes, mientras que un 56 por ciento debe mantenerse cubierto con pastos y bosques (Cuadro D.2). Teniendo en cuenta esta situación, se hace indispensable una estricta política de conservación, uso y manejo de los recursos naturales, a fin de evitar una crisis económica que podría ser de incalculable gravedad para un país eminentemente rural, que cuenta con una elevada densidad de población, como El Salvador, y con limitados recursos mineros y energéticos,

Cuadro D.2 Capacidad de uso de la tierra


 

Extensión aproximada

Hectárea

Porcentaje

Tierras aptas para la labranza intensiva I-III

383645

18.10

Tierras de aptitud limitada para la labranza intensiva IV

128410

6.06

Tierras aptas para cultivos permanentes VI

385010

18.17

Tierras aptas para pastos y bosques V y VII

1189975

56.16

Tierras sin ningún valor agrícola VIII

31820

1.51

Total

2118860

100.00

Fuente: CONAPLAN, Departamento de Programación Agrícola y Ganadera.

En El Salvador ha existido un cierto grado de irracionalidad en la utilización de los recursos naturales, lo que ha provocado cierta degradación en gran parte de su territorio. La destrucción de los bosques ha causado problemas en la regulación del ciclo hidrológico, lo que hizo que se produjeran problemas de erosión y depresión económica en ciertas áreas agrícolas y que disminuyera, además, la disponibilidad de agua para uso domestico, agrícola, industrial, sanitario y para fines de recreo. Por ejemplo, el déficit actual de disponibilidad de agua en la ciudad de San Salvador es de 1 metro cubico por segundo aproximadamente; esto se debe al agotamiento de las aguas subterráneas por disminución del área de recarga.

La política de conservación y uso de los recursos naturales es especialmente importante si se llevan a cabo programas de reforma agraria, destinados a cambios en el uso y tenencia de la tierra; este tipo de modificaciones estructurales, que son irreversibles, pueden producir un agravamiento de la situación creada por el uso irracional del suelo. Por tanto, es de la más alta conveniencia que dentro del Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social 1973-1977 se determine una política de conservación de recursos naturales renovables.

En el norte del país se han delimitado las zonas que debieran ser forestadas; se trata de 525000 hectáreas aproximadamente, ubicadas al norte de una línea imaginaria que une las localidades de Candelaria de la Frontera, Chalatenango, Sensuntepeque, San Francisco Gotera y Puente Goascorán.

Como plan piloto para la recuperación de un área que ha sufrido la explotación indiscriminada de sus suelos, con el consiguiente daño económicosocial para su población, se ha puesto en marcha un proyecto en Metapán en el que actúan conjuntamente el Ministerio de Agricultura y el PNUD/FAO.

La experiencia podría permitir la ampliación de una mayor superficie del territorio.

Por otra parte, cabe destacar que en la Asamblea Legislativa se encuentra un Proyecto de Ley Forestal, el cual, si se aprueba con los lineamientos sugeridos por el Ministerio de Agricultura, se daría un paso adelante de mucha importancia. No debe olvidarse que la falta de bosques hace de la madera un recurso escaso para la industria de la construcción en El Salvador. Por ello, cualquier apoyo a un programa de reforestación e industrialización de la madera será de gran importancia para el país.

La determinación de las áreas que pudieran ser declaradas "Parques Nacionales", y en general las medidas conservacionistas, así como el planeamiento a través de drenaje en puntos del país donde existe malaria, es de suma importancia si se desea que el turismo sea realmente una industria que aporte divisas y produzca fuentes de empleo. Estos aspectos deberían ser considerados en una política sobre los recursos naturales.

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