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1.1 Proyectos de diversificación agrícola

.1 Producción de cítricos
.2 Producción de aguacates
.3 Producción intensiva del frijol
.4 Producción de tabaco
.5 Viveros frutales y forestales
.6 Producción de yuca y batata
.7 Producción de maní y aceite
.8 Producción de plátanos
.9 Producción de pastos y heno

El Salvador tiene en la exportación de tres productos agrícolas la base de su economía. Estas exportaciones están controladas por cuotas y acuerdos internacionales, aunque estos varían constantemente. Sin embargo, esta situación inestable ha creado la urgencia de la diversificación de sus exportaciones en base a la diversificación de su producción agrícola. De esta forma se lograría incrementar su producción tradicional, satisfacer su variada demanda interna, y aumentar sus mercados a fin de mejorar su situación en la balanza de pagos.

En todo proceso de incremento de la producción agrícola se consideran alternativas de acuerdo con la modalidad, la inversión y la rapidez de la aplicación. Estas son: a) ampliación de las áreas de cultivo; b) intensificación del cultivo; y c) dotación de riego y drenaje.

La primera alternativa es la más común y se lleva a cabo en zonas o regiones donde existen terrenos sin explotar. La segunda alternativa se utiliza cuando no hay posibilidad de extender el área de cultivo y se introducen mejores prácticas de manejo. Estas dos alternativas tienen la ventaja de poder aplicarse casi inmediatamente, la primera a corto plazo y la segunda a mediano plazo. Tampoco requieren enormes inversiones, aunque la segunda exige un asesoramiento técnico sostenido hasta alcanzar las metas deseadas.

La tercera alternativa es a largo plazo y está condicionada a la aplicación de grandes inversiones, después de llevar a cabo una serie de estudios que lleven a la determinación de la inversión.

En el caso de la mayor parte de las zonas agrícolas de El Salvador, las posibilidades de ampliar las áreas de cultivo son limitadas debido a que en mayor o menor grado casi todas las tierras agrícolas se están ya utilizando, especialmente las de mayor capacidad productiva. Además se está haciendo uso de tierras de baja capacidad, ineptas para el cultivo, con la consiguiente aceleración de los procesos erosivos.

Sin embargo, haciendo un cuidadoso estudio por zona se puede comprobar que no toda la tierra se está utilizando, especialmente en las grandes propiedades, mientras que hay una sobre utilización en otras áreas que en general pertenecen a pequeños propietarios. Esta ultima condición, provocada por la extrema subdivisión de la tierra, conduce necesariamente a la destrucción del recurso natural. Por otra parte, es notoria la discordancia entre la actual utilización de la tierra y la aptitud de la tierra para producir. Es decir, que en grandes sectores no existe utilización del recurso de acuerdo con la clase de capacidad productiva. En unos casos se utilizan terrenos de Clases VI y VII en cultivos de ciclo corto, esquilmantes, y que además requieren un laboreo intenso en lugar de utilizarlos en cultivos permanentes o forestales. Es muy común ver en el país cultivos de maíz situados en terrenos de Clase VII, con pendientes excesivas y de poca profundidad y sembrados en hileras a favor de la pendiente, causando la destrucción de la tierra. En otros casos, los pocos terrenos de muy alta capacidad productiva que hay en el país se utilizan en explotaciones ganaderas, en los que se tiende al sobre pastoreo. La alta calidad de las tierras, especialmente las de la zona ganadera de Sonsonate, permiten ahora una elevada población ganadera, pero el pisoteo excesivo, la forma de explotación puramente extractiva, sin devolver al suelo parte de los nutrientes sacados año tras año, llevará a la larga a un cambio en las características físicas de los suelos y a una declinación progresiva de la fertilidad inherente. También se observa en todo el país la falta de tecnología en la producción agrícola, con la excepción de determinados cultivos. Las variedades que se utilizan no son las más productivas ni los métodos de cultivos los más avanzados; en consecuencia, los resultados económicos no son satisfactorios. Finalmente, cabe agregar que la producción agrícola tiene lugar únicamente durante la mitad del año, ya que en la otra mitad se presentan extremas condiciones de aridez.

En las condiciones descritas, la alternativa a mediano plazo, para el incremento de la producción agrícola en El Salvador es la intensificación del cultivo, que tendría las siguientes secuencias: a) ordenamiento de la producción de acuerdo con la capacidad productiva de la tierra; b) tecnificación de los cultivos; c) distribución adecuada de facilidades de almacenamiento y d) organización de los canales de comercialización.

El esquema, que es sencillo en su planteamiento, resulta, sin embargo, difícil en su realización ya que es necesario crear las condiciones aparentes para su ejecución. Las condiciones que debieran considerarse son:

i. Adecuación de la administración en la que está considerada principalmente la consolidación de las actividades de investigación, promoción y extensión agrícolas, base de la tecnificación agrícola en gran escala, y el aumento del coeficiente de utilización del potencial tributario y de la dotación de crédito agrícola supervisado, bases de su financiamiento.

ii. Programación de la producción agrícola en base a las limitaciones que ofrecen los recursos y las necesidades internas de consumo, así como las posibilidades de exportación.

iii. Probable integración para la producción agrícola de los pequeños predios en unidades que posibiliten la aplicación tecnológica y subdivisión de las grandes propiedades en unidades administrativas y técnicas más eficaces.

Cada una de estas condiciones son importantes y su orden sólo indica la secuencia en que deben ser encaradas. Sin embargo, por la naturaleza de los estudios del presente proyecto de zonificación agrícola, se enfoca en mayor grado la segunda condición para el desarrollo económico, basado en el desarrollo agrícola a nivel de zonas y desarrollo rural a nivel de regiones, tal como aquí se propone.

La organización de la producción significa principalmente la relocalización de la producción en El Salvador, o la distribución geográfica de la producción. Con sólo utilizar las tierras de acuerdo con su aptitud productiva, se consigue un aumento de la producción. Cada cultivo exige condiciones especiales de clima y suelos para su producción económica, aunque es posible obtenerlos en condiciones de marginalidad con la consiguiente reducción de la producción o el aumento desmesurado de los insumes.

La tecnificación de los cultivos supone el uso de semillas seleccionadas de alta productividad, adaptadas a las condiciones ecológicas del país o de cada zona agrícola. Igualmente, la provisión de labores culturales incluye la preparación conveniente del terreno, siembra a distancias y profundidades adecuadas para el mejor aprovechamiento de las tierras, fertilización antes de la siembra y durante el ciclo vegetativo, control sanitario y labores de cosecha más conveniente para cada cultivo a fin de no perder porciones del producto. Cada una de estas labores supone, a su vez, la determinación del uso de maquinaria agrícola frente al uso de mano de obra, teniendo en cuenta los factores sociales por un lado, y la efectividad económica por el otro.

La tercera alternativa para el desarrollo agrícola es el aprovechamiento del riego. Se trata de una alternativa a largo plazo y demanda fuertes inversiones en estudios de previabilidad y viabilidad, y en ejecución de las obras de riego. Esta alternativa significa en la práctica la duplicación de la productividad actual de las tierras agrícolas, por cuanto ahora sólo se las utilizan durante la mitad del año. Las ventajas son obvias ya que se contaría prácticamente con el doble de la extensión actual de las mejores tierras donde es posible aplicar riego (Clases I a IV), se proporcionaría ocupación a la población rural estabilizando la demanda estacional dé mano de obra, y se producirían alimentos para la satisfacción de las necesidades y para el aumento de las exportaciones, o para su posible industrialización.

Considerando las necesidades actuales de El Salvador, la pérdida de sus recursos de agua en el océano es hasta cierto punto inexcusable, especialmente teniendo en cuenta que el país sufre de aridez extrema durante un 50 por ciento del año, y si se considera que no hay provisión suficiente de alimentos ni bastante energía para el desarrollo de las industrias. Quizá una solución a estos males podría ser la construcción de embalses, con lo que se evitaría también el problema de las inundaciones periódicas que sufren algunas extensiones de tierras relativamente grandes.

La provisión de riego y el control de inundaciones constituyen la tercera alternativa para el incremento de una balanceada producción agrícola. El rápido aumento de la población y la limitada superficie de tierra agrícola impulsa a incrementar igualmente otras fuentes no agrícolas de producción a través del desarrollo de la industria, para lo cual es necesario la provisión de energía a bajo costo. Este doble objetivo de estimulación agrícola e industrial puede alcanzarse mediante el desarrollo de las cuencas hidrográficas con propósito múltiple, particularmente provisión de agua para fines domésticos e industriales, generación de energía, riego y control de inundaciones. Tal desarrollo es factible técnicamente y los estudios que se recomiendan determinarán su viabilidad económica.

.1 Producción de cítricos

Las plantaciones de cítricos existentes en el país no han alcanzado a cubrir la demanda, por lo que es corriente observar en el mercado capitalino la venta de naranjas a c 0.50 cada una, o sea hasta US$0.19. Se sabe que este precio es prueba de un deficiente mercadeo. Por otro lado, se considera que cuando sean resueltas las condiciones de mercado para todos los productos agrícolas en San Salvador, la demanda crecerá rápidamente.

Por tal motivo, se recomienda la preparación de un plan racional para la producción de cítricos, considerando las recomendaciones técnicas más avanzadas y teniendo en cuenta las exigencias del mercado futuro, que comprende un centro de compra y donde se puedan lavar y preparar los frutos para la venta, tanto en el mercado local como en el de exportación.

Las áreas propuestas para la producción de cítricos, por razones de mercadeo, son las que se hallan próximas a las ciudades en terrenos de la Clases III, IV y V.

El proyecto tiene por objeto determinar la viabilidad del desarrollo agrícola en base a la producción de cítricos. Esta producción en gran escala se considera una buena alternativa para la mejor utilización de la tierra y un paso inicial hacia la industrialización de frutales, tanto para consumo interno como para exportación (jugos, mermeladas, esencias, etc.)

El clima del país, así como parte de los suelos de la llanura costera y de los valles y colinas de la meseta central son aparentemente buenos para la producción de cítricos en escala comercial. Asimismo, existe un mercado interno y posiblemente un mercado exterior para el consumo de cítricos frescos de buena calidad. Las facilidades de transporte dentro del país y los puertos facilitan la labor de la distribución nacional y del embarque al exterior. En el caso de excedentes de producción, existe la posibilidad de la industrialización de las frutas, tanto para consumo interno como externo.

Como alternativa importante en el uso racional de la tierra, se recomienda la realización de un estudio de viabilidad del cultivo de cítricos en función del desarrollo regional. Dicho estudio debe incluir investigaciones de suelos a nivel detallado, principalmente en las áreas que han sido determinadas como de Clase V, IV y III, y del mercado interno y externo para cítricos, mangos y aguacates; además, habría que estudiar la viabilidad de su industrialización. Otro punto a tener en cuenta es determinar los gastos y beneficios de la producción de frutales, tanto para establecer la viabilidad del proyecto como para compararlo con los beneficios del uso actual de las tierras, teniendo en cuenta que el cultivo permanente conserva los recursos agua y tierra. El estudio debería también determinar las prácticas de manejo más recomendables para cada región y seleccionar los patrones para los injertos y las variedades más comerciales adaptadas a las regiones, y por ultimo, recomendar a las estaciones y campos experimentales la formación de viveros y plantaciones.

El estudio podría ser conducido por dos técnicos y personal de apoyo. Los técnicos deberían ser un agrónomo especialista en cítricos, con experiencia en suelos, y un economista agrícola.

.2 Producción de aguacates

En el mercado de El Salvador no se ofrecen aguacates de calidad, sino pequeños frutos que son productos de plantaciones que se han desarrollado entre cafetales o arboledas naturales. Como no ha habido una selección de las variedades, los frutos son de calidad inferior, aunque el valor de venta es muy alto. Además se hacen importaciones de Guatemala para satisfacer la demanda. Se considera que en el mercado hay una alta demanda de aguacates de calidad a precio razonable, la cual tiende a ir en aumento.

El desarrollo de los mercados demandará una mejor calidad y presentación de los frutos, por lo que es aconsejable prever una producción en tal sentido, que además de calidad tenga una presentación adecuada. Por estas razones, y considerando el uso de las áreas marginales del café, algodón, etc., que sean apropiadas para este cultivo, se recomienda la plantación de 5000 hectáreas de aguacates, que en el termino de seis años podrían producir unos 15000000 de frutos aproximadamente. Se considera que de haber sobrantes en la producción, esta podría ser exportada sin dificultades.

Las áreas propuestas para la producción comercial de aguacates están situadas principalmente en terrenos de Clase V y IV. Por razones económicas, las plantaciones deberían situarse próximas a los mercados de consumo.

.3 Producción intensiva del frijol

El frijol es uno de los productos más considerados en el volumen de la dieta del pueblo salvadoreño; por tanto, se requiere de grandes producciones anuales que comprendan un aumento apreciable. Las importaciones de frijoles para 1969-1970 ascendieron a 310618 quintales con un valor de 8065450 colones, lo que equivale a US$3106180. El consumo total es de 882078 quintales, cuyo valor es de 22051940 colones.

Estas cifras demuestran que es necesario recomendar, dentro de una política económica, la preparación de planes para la producción de frijoles, especialmente considerando que existe un precio de compra garantizado de 25 colones, equivalente a 10 dólares.

Este plan debe ser ejecutado dentro de una política de crédito orientado y coordinado a través del Ministerio de Agricultura. No es necesario ubicar áreas específicas debido a las características de tenencia de la tierra y al reducido mareo de extensión territorial; en cambio, la producción debería promoverse a través de los productores de maíz.

Por lo tanto, la planificación de este proyecto debe estar dirigido hacia los organismos de crédito, que son los que aportan el financiamiento, pero con una coordinación eficiente para poner en acción los recursos técnicos disponibles.

La localización propuesta, en orden de prioridades, sería la parte agrícola del Valle del Alto Lempa; la parte occidental de la zona de Santa Ana y la parte sur del Valle de San Miguel (Usulután).

La producción media del país es de 0.8 toneladas por hectárea. Sin embargo, es posible llevarla a niveles más altos con manejo adecuado. En condiciones similares, según rendimientos establecidos en varios países, se puede obtener 2.8 toneladas en la Clase I; 1.5 toneladas en la Clase II, y 1 tonelada en la Clase III.

Las dos primeras zonas no confrontan problemas sanitarios, pero tienen, en cambio, ciertas limitaciones en terrenos de buena capacidad productiva. Sin embargo, al Valle del Alto Lempa se le ha asignado primera prioridad por considerar que esa zona tiene menor desarrollo agrícola que las otras dos. Al Valle de San Miguel se le ha considerado en tercera prioridad, y la Zona 4, Usulután, sigue a continuación por las limitaciones que ofrece en el orden sanitario, aunque por otro lado tiene las ventajas de una mayor tradición agrícola, mercados próximos, organización crediticia, facilidades de transporte y suelos de más alta capacidad productiva.

Las recomendaciones para este proyecto son, en primer término, apoyar las conclusiones para la producción de alimentos del estudio ISIC-FAO, y adaptarlas a una planificación para el desarrollo regional. También sería necesario situar toda la producción de acuerdo con su capacidad, y hacer una programación para el uso de la tierra tomando en cuenta la producción de otros cultivos alimenticios e industriales, tanto anuales como permanentes.

.4 Producción de tabaco

El Salvador tiene condiciones magníficas para la producción de tabaco. En la actualidad se lleva a cabo el desarrollo de la producción de tabacos, rubio y borley, pero es aconsejable el fomento de las variedades de tabaco tipo habano, para los que existen adecuadas condiciones.

El fomento del tabaco tipo habano requiere una dedicatoria especial, pues en él hay que especializar al personal, tanto en las labores de producción, preindustrializacíón, industrialización y comercialización. Es posible realizar todo este proceso en el termino de cinco años; la primera etapa debe llegar hasta la producción de 100 hectáreas, tarea perfectamente realizable en el plazo antes señalado. Para esta producción se han considerado, entre otras regiones, los suelos bien drenados del Valle Zapotitán, los cuales presentan condiciones adecuadas para la mejor calidad de este tipo de tabaco.

.5 Viveros frutales y forestales

Con respecto a la fruticultura ya se ha hecho una exposición en los proyectos respectivos. En relación con los bosques, El Salvador tiene gran necesidad de que se planee el fomento de recursos forestales a nivel nacional, pues el país ha estado muy descuidado en este aspecto. Existen viveros frutales comerciales cuya calidad no es supervisada por los organismos oficiales, por lo que llevan el desarrollo de la fruticultura desordenadamente.

Las recomendaciones al respecto son de que tanto el desarrollo de la fruticultura como de la silvicultura deben planearse considerando las necesidades actuales y futuras. Esta planificación debe dirigirse a proyectos específicos y definidos, de carácter esencialmente productivo y que se hallen ubicados en regiones determinadas, y a otros proyectos destinados a la recuperación del bosque nacional, formados por pequeños proyectos piloto.

Esta planificación debe organizar los viveros existentes y crear otros que hagan falta, a fin de producir las plantas en la cantidad necesaria, con la calidad deseable y en la región o zona asignada.

.6 Producción de yuca y batata

El cultivo de la yuca ha estado limitado en todo el país debido a que su calidad deja bastante que desear. Por lo general, la yuca de buena calidad se ablanda al cocinarla y presenta un color blanco muy característico. Normalmente la yuca salvadoreña es fibrosa, no se ablanda con facilidad y presenta al cocinarse un extraño color amarillento.

Existen dos variedades de yuca de primera calidad, que son la "Zoñón" en la República Dominicana y la "Roca Azul" en Costa Rica. De la variedad "Zoñón" hay amplia información, y se recomienda que este tipo de yuca sea importada y propagada por el país sustituyendo a las variedades existentes. El proyecto considera mejorar la variedad en vista de la creciente demanda de yuca existente en el mercado nacional.

Con respecto a la batata, se produce en cantidad limitada, por lo que es necesario importarla también de Guatemala. El precio varía de 0.10 a 0.40 centavos de colon por libra, aunque algunas veces se venden por unidades. Existen variedades muy recomendables de batata, e incluso tiene buen mercado en el exterior. Se recomienda importar nuevas variedades, hacerlas producir mediante créditos pequeños y divulgar sus usos.

.7 Producción de maní y aceite

La producción de aceite es extraída de la semilla del algodón, el cual es un cultivo muy desarrollado. Normalmente y durante la cosecha, el cultivo del algodón recibe no menos de veinte aplicaciones de insecticidas para el control de los insectos. Por tal motivo, es de pensar que haya productos residuales acumulativos de algunos de estos insecticidas, que desmejoren la calidad del aceite. El valor del galón de aceite de semilla de algodón es de 15.45, equivalente a US$2.18. Por otra parte, hay un consumo de aceite de maíz que cada día se generaliza más por su calidad, el cual es consumido por personas de mayores recursos. Este producto es importado, y el precio por galón de aceite es de 14 colones, lo cual demuestra que se está haciendo necesario el inicio de la explotación de una línea de aceite de calidad superior a la del algodón.

El cultivo del maní no sufre tanto el ataque de los insectos, y por consiguiente el aceite está menos expuesto a contener efectos residuales. Eso hace que su calidad, entre otros factores, sea superior. En muchos países, la elaboración del aceite se basa en la producción de maní, como sucede en la República Dominicana. El precio por galón de aceite de maní puede venderse en el mercado a 8 colones, que es un precio intermedio entre el aceite de algodón y el de maíz.

El aceite de maní no ha sido explotado en el país porque los fabricantes ofrecen a los productores un precio aproximado de 12 colones por quintal, mientras que en la República Dominicana se paga a 23. Esto exige que se lleve a cabo un proyecto para instalar una planta productora de aceite de maní, la que también pudiera producir aceite de maíz. El costo de esta planta sería menor de 1000000 de colones, y podría ser financiada sin dificultad. De esta forma podría pagarse el quintal de maní a 20 colones y se iría subiendo el precio a medida que la empresa se fuera consolidando.

El cultivo del maní es relativamente fácil y se acomoda mejor entre los productores pequeños, ya que por tener un ciclo corto pueden verse pronto sus utilidades, con la ventaja de que tendrían la cosecha vendida por adelantado. Se calcula que unas 5000 familias podrían producir por lo menos una cosecha al año y obtener una producción promedio de 60 quintales y un valor bruto de 1200 colones, lo que se traduce en utilidad, pues toda la familia puede trabajar tanto en el cultivo como en la cosecha.

Ese proyecto, de llevarse a cabo, tendría grandes repercusiones socioeconómicas, ya que una vez instalada la planta o garantizado el precio del maní, la producción se llevaría a cabo mediante el financiamiento de instituciones de crédito, como el ABC (Administración de Bienestar Campesino) y la Federación de Cajas de Crédito. Aunque existen áreas ya definidas, el maní puede producirse a nivel nacional, donde haya suelos sueltos y bien drenados, pues la precipitación es adecuada.

.8 Producción de plátanos

El cultivo del plátano se encuentra en el comienzo de su desarrollo. Puede decirse que no se están observando prácticas recomendables debido a que se desconocen las técnicas adecuadas que exige el cultivo. Para dar un ejemplo, el marco de plantación que se está llevando a cabo es de 500 plantas por manzana (0.7 ha), cuando debieran plantarse de 1000 a 1200 cepas por manzana. Como puede apreciarse, en esta forma se pierde un 60 por ciento de la producción con la misma inversión aproximada.

Las importaciones de plátano reflejan un valor de 1400000 colones, que equivale a la producción aproximada en un área de 700 hectáreas. Dichas importaciones, a la vez, tienen que ser distribuidas en todo el país, por lo que el producto se encarece, y, como consecuencia, ya no está al alcance de todos los niveles de consumo.

Este proyecto se ha sugerido porque existe disponibilidad de suelos con riego, que muy bien podrían destinarse a la producción de plátano con la finalidad de abastecer el consumo interno. Sin embargo, si acaso se produjera algún sobrante, la producción podría colocarse sin problemas en el mercado estadounidense.

La Federación de Cajas de Crédito tiene 38 cajas afiliadas, las cuales podrían financiar el proyecto; de esta manera, las 700 hectáreas podrían ser distribuidas entre los productores o se seleccionarían algunas cajas que estuvieran localizadas en tierras que reúnan condiciones de suelo y clima apropiados. Otro detalle a tener en cuenta es que la producción este ubicada cerca del consumo a fin de evitar el transporte interno, y con ello el encarecimiento del producto.

El proyecto podría requerir un financiamiento aproximado de US$500000, y se encuentra disponible. El cultivo tiene un ciclo de cinco años, por lo que su fomento corresponde a una inversión a mediano plazo. Su impacto corresponde a las nuevas tecnologías que hay que aplicar, las que se pueden medir con una utilidad del 75 por ciento a la obtenida actualmente.

.9 Producción de pastos y heno

El desarrollo de la ganadería salvadoreña se halla en sus comienzos, y las mayores dificultades observadas consisten en baja pureza del ganado; condiciones inadecuadas de los pastos; técnicas de manejo mal concebidas; falta de planes concretos para la henificación; falta de protección en el mercadeo de la leche; falta de asistencia técnica y crediticia a nivel de finca, y falta de coordinación entre el Ministerio de Agricultura y las instituciones de crédito. Por tanto, se recomienda preparar un plan a nivel nacional para siembra de pastos y su henificación posterior, como base para comenzar el desarrollo ganadero. El mencionado plan debería contemplar un área para heno de 2000 hectáreas como plan piloto a nivel nacional, ubicándolo de acuerdo con las zonas de mayor densidad de ganado. Este plan puede comprender tanto la henificación mecanizada como manual por el sistema de parvas; este ultimo sistema es muy recomendable por la abundancia de mano de obra y su bajo costo, especialmente entre los ganaderos medianos y pequeños. El plan resultaría muy útil, particularmente para la zona oriental del país, que es en su mayor parte ganadera y existen en ella considerables extensiones de pastos naturales que deben ser sustituidos por otros de mejor calidad. Otro asunto que hay que tener en cuenta es la henificación, a fin de que se disponga de alimento para el ganado en la prolongada estación seca.

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