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.1 Cordillera Fronteriza (17)

Esta zona ocupa principalmente la región geomorfología de la Montaña Septentrional o Montaña Fronteriza, que se extiende a todo lo largo del borde norte de El Salvador en su frontera con Honduras y Guatemala. Esta cordillera, que alcanza alturas de 1500 a 2500 metros en grandes extensiones, constituye una prolongación de la Cordillera Centroamericana que se extiende hacia el sur de Honduras. Las formas de la tierra están en una fase incipiente de erosión y presentan cimas angulosas, con pendientes bien pronunciadas y profundamente disectadas, valles angostos y cañones profundos. Comprende la parte norte de los departamentos de Santa Ana, Chalatenango, Cabañas, San Miguel, Morazán y La Unión.

Esta zona constituye la parte del país que tiene menos infraestructura y menor población. Allí se desarrolla una agricultura de subsistencia en la que se propicia una erosión muy acelerada. De acuerdo con la distribución de las lluvias, es la zona donde se cuenta con un promedio de mayor precipitación anual y con un menor numero de meses secos.

.1 Clima

La zona corresponde a la parte del país que tiene una precipitación uniformemente mas alta, y dos áreas, cercana a los extremos, cuya precipitación media anual es la mayor. Los factores meteorológicos que determinan el clima varían en estrecha relación con las variaciones de altura que presenta la zona. Sin embargo, la mayor parte de esta se halla entre la clasificación conocida como Clima Tropical de Altura. La parte situada entre 1800 y 2700 metros se considera tierra fría para los efectos de la clasificación climática, con temperaturas medias anuales variables según la altura, entre 16°C y 10°C, con escarchas y heladas en los valles y hondonadas y una estación seca reducida a 3 ó 4 meses. La mayor altura, que alcanza a 2700 metros sobre el nivel del mar, está ubicada en El Pital, departamento de Chalatenango.

.2 Fisiografía

Un grupo diverso de rocas volcánicas y sedimentarías subyacen en grandes áreas de la Cordillera Septentrional. Estas rocas, consideradas del Terciario Inferior, subyacen a rocas del Terciario reciente, y descansan en rocas de probable edad cretácea. Las rocas del Terciario Inferior incluyen lavas extrusivas meteorizadas de andesita y basalto asociadas con fonalita, tracita, dacíta y riolita. Estas rocas se encuentran intercamadas e intercaladas con rocas volcánicas piroclásticas y sedimentos detríticos, que incluyen arenisca, conglomerados, y localmente carnadas de materiales diatomáceos y arcillas carbonáceas. Las lavas parecen que fueron expelidas en erupciones de fisura durante el establecimiento de la Cordillera Centroamericana, mientras que la ocurrencia extendida de intercamadas de materiales piroclásticos parecen indicar que erupciones explosivas provenientes de cráteres centrales (venta) fueron comunes durante la deposición de estos materiales. Durante la acumulación de las lavas los ríos fueron erodando activamente las áreas altas adyacentes y depositando materiales detríticos en las áreas bajas. Estos materiales fueron incorporados con los flujos de lava y rocas piroclásticas como arenisca y conglomerado. Las carnadas de diatomeas y arcillas carbonosas fueron posiblemente depuestas en cuencas lacustres poco profundas formadas por la acción de los flujos de lava.

Las quebradas profundas y las crestas estrechas determinan la morfología de la zona, debido a la intensidad de las fuerzas erosivas. En los valles estrechos se hallan sedimentos recientes y antiguos, estos últimos fuertemente descompuestos por la acción del tiempo.

La topografía es el factor determinante en la formación de los suelos, los cuales, por esa característica y por la intensidad de las precipitaciones estacionales y por la naturaleza del material originario, son altamente susceptibles a la erosión. La superficie de esta zona ha estado cubierta por bosques que han sido destruidos. En los lugares en que los bosques han sido talados se produjeron grandes derrumbamientos que han contribuido a una situación de peligro de las ciudades y carreteras, y a la intensa sedimentación de los ríos.

En esta zona están localizados los distritos mineros de Metapán, en los departamentos de Santa Ana y Chalatenango, en los que se puede encontrar hierro, cobre, oro, zinc y plomo; en el distrito minero de Sensuntepeque, departamento de Cabañas, pueden encontrarse recursos de oro, plata, hierro y mercurio, y en parte del distrito minero de Santa Rosa, departamento de Morazán, puede haber recursos de oro, plata, hierro, cobre, molibdeno y bario. La mineralización es extensa y la accesibilidad es buena. En la actualidad, la producción minera está inactiva.

.3 Hidrología

Las elevaciones de la zona constituyen la cuenca de captación de todo el sistema hidrográfico que desagua en la margen izquierda del río Lempa; allí se destacan, por Su importancia, los cursos del San Miguel, Rosario, Jayuca, Río Grande, Sumpul, Torola y La Leona. La deforestación del área de captación y el consiguiente aceleramiento de la erosión permite que las aguas de estos ríos tengan en suspensión una alta cantidad de materiales, que constituyen un grave peligro para toda obra que utilice los recursos hidrológicos por los problemas de alta sedimentación que provocan.

Debido a la variedad del material geológico subyacente (Terciario Inferior) que se extiende en la mayor parte de la zona, la capacidad de almacenamiento de agua es también muy variable. Las lavas, por ejemplo, tienen una muy baja permeabilidad en comparación con otras rocas similares de edad más reciente, aunque, sin embargo, en algunas áreas locales su permeabilidad ha sido aumentada como consecuencia de una acción meteorizante o hidrotérmica. Esto significa, en términos generales, que la mayor parte del agua de precipitación corre por la superficie arrastrando materiales y provocando la denudación del suelo, especialmente cuando no hay vegetación permanente de cobertura.

.4 Uso actual de la tierra

La zona ha sido y es eminentemente forestal. Aun quedan 2781 hectáreas de coníferas al norte del departamento de Santa Ana, 10174 en Chalatenango, y 10443 en el departamento de Morazán. Estas áreas especiales, donde todavía se encuentran las especies nativas, pueden servir de núcleo para un programa forestal intensivo que cubra toda la Cordillera Septentrional.

El cultivo de café ocupa una posición de cierta importancia, que se encuentra bien disperso en la zona, aunque hay una mayor concentración en el departamento de Morazán (Zona de Café de San Francisco Gotera). Sin embargo, las condiciones ecológicas no son tan favorables para este cultivo como las que se presentan en las Zonas de Café de Santa Ana, San Salvador y San Miguel.

Una extensión considerable está ocupada por pastos y matorrales, ambos como vegetación secundaria que ha cubierto áreas deforestadas. Una menor extensión se encuentra dedicada al cultivo de papa y tomate, especialmente en el área de Citalá, San Ignacio y La Palma, y algunas áreas más limitadas y dispersas se utilizan con agricultura de subsistencia.

La práctica de quema que se utiliza anualmente para limpiar los campos de pastoreo y de cultivo es la que más contribuye a la destrucción de los suelos y de los bosques. Si bien aparentemente contribuye a la brotación de pasto más "tierno", apetecido por el ganado, a la larga constituye la práctica más nefasta para la renovación de esos recursos.

.5 Estructura agraria

El patrón de tenencia de la tierra en los municipios que comprende esta zona forestal muestra una tendencia a un mayor porcentaje de fincas trabajadas por sus dueños, y en segundo lugar arrendatarios. Grandes extensiones muestran una densidad de población que varía de 10 a menos de 100 habitantes por kilómetro cuadrado. Sólo la zona cafetalera de San Francisco Gotera muestra una densidad mayor de 100 y menor de 200 habitantes.

6 Infraestructura

Esta zona forestal es la que cuenta con menores obras de infraestructura. En lo referente a caminos, únicamente la Carretera Troncal del Norte la cruza en su porción occidental. Los caminos secundarios sólo pueden ser transitados por vehículos en época de seca debido a los daños que sufre en la época de lluvias. Cualquier programa para el desarrollo de la zona deberá considerar una inmediata extensión de la red de caminos a fin de mantener accesible la zona.

.7 Comercialización

Debido a la baja productividad agrícola, esta zona no cuenta con facilidades de comercialización.

.8 Líneas generales de desarrollo

El principal uso económico de esa zona es la utilización en la industria forestal.

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