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Prefacio

El Gobierno de El Salvador, por medio de su Programa Nacional de Cooperación Técnica para el período fiscal 1970/71, solicitó a la Organización de los Estados Americanos la asistencia técnica necesaria para llevar a efecto un estudio encaminado a circunscribir las áreas con mayor potencialidad para el desarrollo agrícola, a fin de concentrar en ellas los esfuerzos técnicos y financieros del país, y asegurar, de esta forma, una respuesta positiva a las medidas de desarrollo económico y social previstas en el Plan Quinquenal de Desarrollo Agropecuario preparado para el período 1973-78.

La Secretaría General de la OEA, a través de la entonces Oficina de Desarrollo Regional de la Secretaría Ejecutiva para Asuntos Económicos y Sociales, atendió esta solicitud con una misión de asistencia técnica en el campo de la zonificación agrícola, la que incluyó el estudio de diversos factores económicos y sociales al mismo tiempo que los físicos, principalmente en lo referente a los recursos de suelos y aguas, determinando, como resultado del análisis de los mismos, la división del país en cierto numero de zonas agrícolas o de desarrollo potencial prioritario.

Dos elementos fueron agregados al estudio que comunican al mismo un particular interés, tanto desde el punto de vista del propio país en que fue ejecutado como para otros de la región centroamericana y, posteriormente, para otras regiones del continente. El primero de estos fue el inicio de un proceso de recopilación de datos para uso en computadoras electrónicos que permitan un rápido análisis de diversas alternativas de desarrollo en cada una de las zonas establecidas, o el refinamiento de las zonas mismas mediante estudios comparativos resultantes de la constante actualización de la información disponible. Para esta parte del estudio, la Oficina de Desarrollo Regional envió un equipo de técnicos de la Cornell University, de Ithaca, Nueva York, la que adiestró a un equipo técnico salvadoreño en los procedimientos para el registro de los datos que serán objeto de los análisis. El resultado de este trabajo será de destacado interés para otros países interesados en alcanzar rápidas respuestas a problemas de desarrollo mediante el análisis de los factores físicos, sociales y económicos que caracterizan a una zona determinada.

El segundo elemento lo constituyen las bases sentadas para una posible regionalización del país, aspecto considerado en un anexó al informe, pero que puede servir de punto de partida para una posterior consideración del enfoque regional en el desarrollo global.

El estudio fue originalmente concebido en tres fases: la primera corresponde a la zonificación agrícola propiamente dicha; la segunda al estudio detallado de un área piloto representativa de las condiciones prevalecientes en la mayor parte de las demás zonas agrícolas del país, y, finalmente, una tercera no necesariamente separada en secuencia de las primeras, consistente en la identificación y formulación de proyectos específicos de desarrollo en las diversas zonas agrícolas y particularmente en el área piloto seleccionada. El presente informe corresponde a la primera de estas fases, y la segunda se inició en julio de 1973.

El Proyecto de Zonificación Agrícola de El Salvador constituye un verdadero paso de avance en el esfuerzo de planeamiento de un país con limitada extensión territorial, en que el uso racional máximo de cada uno de sus recursos, particularmente aquellos relacionados con el desarrollo agropecuario, son de importancia crítica para la supervivencia nacional. Es necesario reconocer la loable iniciativa del Consejo Nacional de Planificación y Coordinación Económica (CONAPLAN) al dar impulso a este estudio, así como su decidido apoyo al mismo, tanto durante la fase a que corresponde este informe como posteriormente en la segunda, en la que participa también activamente el Ministerio de Agricultura y Ganadería a través de su Dirección General de Recursos Naturales Renovables.

La misión de la OEA estuvo compuesta por los técnicos R.R. Blesch, encargado de la supervisión técnico-administrativa del proyecto; O.F. Pretell, especialista en suelos y Coordinador de la Misión; W. Thompson, especialista en transportes; M.F. Bade, economista agrícola; G. Schmidt-Garrido, agrónomo; G. Macías, hidrólogo, y J. Garrido, economista y especialista en regionalización.

Las labores de apoyo, tanto cartográficas como de mecanografía, fueron realizadas a nivel de compilación de CONAPLAN y por el Grupo de Apoyo Técnico del Departamento de Desarrollo Regional en las fases finales de publicación. El Departamento de Desarrollo Regional, con base en el mapa oficial del país a escala 1:300000, suministrado por el Instituto Geográfico Nacional, elaboró un mapa base a escala 1:250000 sobre el cual se han reproducido, a todo color, los datos sobre Capacidad Productiva de la Tierra y las Zonas de Desarrollo Agrícola. El segundo de estos mapas contiene también mapas a escala 1:500000, que representan el Uso Actual Predominante de la Tierra y los Sistemas Predominantes de Tenencia de la Tierra.

Por parte de la Cornell University participaron los doctores E. Hardy y R. Shelton en los aspectos relacionados con la computación electrónica.

La contrapartida nacional, provista por CONAPLAN, incluyó a los siguientes técnicos; Ing. H. Tenorio La Guardia, Coordinador Nacional del proyecto; Ing. S. Molina, especialista en suelos; Lic. Lydia de Avelar, socióloga; Ing. H. Quiroa, hidrólogo; Lic. S. Arias, economista que participó en los aspectos de transporte, y el señor J.M. Pinto con un grupo de codificadores que incluyó a las señoritas N. Barahona, M. Castañeda y E. Hernández, además de los funcionarios de apoyo administrativo.

Es necesario destacar el decidido apoyo prestado a esta fase del proyecto por los Secretarios Ejecutivos de CONAPLAN durante el transcurso de la misma. Licenciados Edgardo Suárez C. y Salvador Jáuregui, así como su entonces Director, Lic. Alfredo Noyola. Del mismo modo se contó con la entusiasta colaboración del Instituto Geográfico Nacional y de la Dirección General de Obras de Riego y la Dirección General de Recursos Naturales Renovables del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

Kirk P. Rodgers
Director
Departamento de Desarrollo Regional
Washington, D.C., 1974

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