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12.4 Los planes de acción pre y post-desastre

12.4.1 Control, recuperación y protección
12.4.2 Planes de prevención y mitigación
12.4.3 Reducción e intervención

12.4.1 Control, recuperación y protección

Es indudable el valor que a largo plazo tendrán las acciones que en la actualidad se ejecuten, con miras a controlar la progresión de la colonización espontánea y la extensión de la frontera agrícola en áreas que por sus características deban ser protegidas. Antes de proceder a abrir nuevas tierras, lo más lógico sería ordenar, reordenar y optimizar el uso de las ya abiertas.

La adaptación de los métodos de explotación de los recursos naturales, debe hacerse tomando en cuenta las características del ambiente y la geomorfología locales. No se puede seguir desarrollando pastizales en áreas de relieve abrupto, de suelos compactables y erodibles, permitiendo la expansión urbana en los lechos mayores de los ríos, la construcción de viviendas y edificios públicos sin respetar normas de diseño y calidad de materiales desde el punto de vista sismoresistente, construyendo caminos, puentes, acueductos u oleoductos sin tomar en cuenta las normas que protegen contra los deslizamientos, socavación de apoyos, etc.

Es importante hacer mención de que algunas áreas deben ser protegidas por diversos motivos: ecología (protección a la flora y fauna), susceptivilidad a la erosión, potencialidad de recarga para los acuíferos, regulación hidrológica de cuencas, etc. Algunas áreas ya cuentan con un "status" legal de protección, aunque se ha observado que rara vez se respeta y que la deforestación, colonización y degradación general avanzan.

12.4.2 Planes de prevención y mitigación

Debe quedar claro que en términos generales todos los fenómenos naturales ya descritos, inevitablemente se manifestarán en el futuro, magnificados en mayor o menor grado por la influencia de la actividad humana.

Bajo estas circunstancias, es de suma importancia desarrollar planes de prevención y mitigación para los futuros casos de desastre. La idea es intentar reducir las futuras consecuencias negativas. Para ello, el primer paso fundamental es el desarrollo de programas de investigación que contribuyan a construir y desarrollar una base suficientemente amplia de datos científicos y técnicos que permitan conocer la distribución espacial y temporal de cada uno de los fenómenos. El análisis de datos históricos es para esto indispensable.

A partir de ello y tomando en cuenta la frecuencia, magnitudes e influencia espacial de cada caso en particular, se pueden concebir los planes para ordenar la intervención en el caso propiamente dicho del desastre: dispositivos de vigilancia, sistemas de alerta, contingencia, rutas de evacuación y abastecimiento, etc.

12.4.3 Reducción e intervención

Una vez ocurrida la catástrofe, se debe tener muy claro el mecanismo de intervención apropiado, con el objeto de procurar una reducción en los daños y pérdidas de las regiones afectadas.

El primer paso a dar, una vez activado el mecanismo de alerta, es la identificación de los responsables técnicos, políticos y de socorro más idóneos para realizar una evaluación inmediata del fenómeno y de la destrucción ocasionada. Esta será la acción que permita intervenir en el área afectada con los recursos más adaptados, orientando así el rescate, los suministros, la evacuación, el refugio y la protección de áreas aledañas contra la extensión del fenómeno, propagación de epidemias, etc.

Luego, durante el proceso de intervención, con más tiempo y serenidad, se podrá realizar una evaluación más objetiva del fenómeno y de los daños, para definir mejor las acciones de retorno, reconstrucción, reubicación y zonificación, propiciando así una recuperación y vuelta a la normalidad lo más eficiente y rápida posible.

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