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8.8 Conclusiones y recomendaciones

La principal actividad en el área de estudio es la explotación de hidrocarburos, tanto por su volumen anual de inversiones, generación de ingresos y divisas y personal empleado, cuanto por las actividades indirectas que genera. La construcción de carreteras y aeropuertos, la colonización y consecuente actividad forestal y agropecuaria, el comercio y provisión de servicios relacionados, son todas actividades originadas en la exploración y explotación hidrocarburífera.

Para apreciar la magnitud de su impacto sólo se debe recordar que sin ella, la mayor parte de Napo y Putumayo se mantendría todavía como selva virgen.

La apertura de vías y la corriente colonizadora que atrajo, han generado una intensa deforestación, utilización ineficiente de los recursos, erosión de los suelos y colmatación de los ríos. Igualmente se ha incrementado la producción agropecuaria, aunque repitiendo modelos productivos de otras áreas, que poco se adaptan a la Amazonía.

Los rendimientos, salvo pocas excepciones, son más bajos que en otras regiones, ocasionando escasos ingresos a los campesinos. La lejanía y limitada infraestructura ponen en desventaja comparativa a la producción de la región.

Por otro lado, la poca utilización de especies locales no sólo deterioran el suelo, sino también causan problemas de nutrición. Igualmente, la acelerada ocupación del espacio ha impulsado a las comunidades nativas a terrenos marginales y ha disminuido sustancialmente la caza y pesca, actividades fundamentales para su alimentación.

El ineficiente proceso de titulación de las tierras es, por un lado, un factor de inseguridad y, por otro, dificulta la obtención de crédito. Añadiendo a estos factores la falta casi total de asistencia técnica, se tienen sistemas productivos tradicionales, con poca utilización de capital y de tecnología.

El área actualmente ocupada se acerca a un millón de hectáreas y aunque no se encuentran utilizados todos los terrenos de mejor aptitud, ya restan muy pocas superficies aptas para la actividad agropecuaria. Si se quiere absorber adecuadamente las actuales corrientes migratorias, es preciso incrementar la productividad de las actuales explotaciones, sin ampliar la frontera agrícola, y diversificar la producción, para generar empleos en otros sectores.

La minería y la agroindustria presentan alternativas promisorias, si se puede superar a corto plazo la falta de información y de infraestructura adecuada. Los estudios básicos e investigaciones actualizadas son fundamentales para el desarrollo, tanto en los sectores socioeconómicos como en los de recursos biofísicos.

Los sistemas productivos actuales, las especies vegetales autóctonas, los cultivos y sistemas promisorios y los mercados, son temas que ameritan atención en el área de investigación agropecuaria. La investigación geológico-minera permitiría desarrollar recursos hasta ahora no aprovechados. Otros sectores de interés son: pesca, especies pecuarias menores y generación hidroeléctrica.

La actividad comercial es intensa, pero poco ordenada. El turismo se realiza en forma rudimentaria por la falta de infraestructura. La construcción de carreteras se realiza considerando solamente su utilización por el sector petrolero. Estos factores, más lo anteriormente señalado, están indicando la necesidad de reforzar las entidades de desarrollo regional, para que puedan participar y dirigir la dinámica del área. Se les debe proporcionar la capacidad técnica y los recursos económicos suficientes para intervenir en los diversos campos que requiere la actividad económica y social regional.

Las autoridades de los países deben realizar esfuerzos para superar un problema actual en Putumayo y potencial en Napo: la intranquilidad de los habitantes a consecuencia de las actividades guerrilleras y de narcotráfico. La atención al área debe ser de carácter integral, para proporcionar a los habitantes soluciones viables a sus problemas y que les permita alejarse de esas actividades ilegales.

Finalmente, la posibilidad de creación de empresas binacionales de producción e industrialización forestal, agropecuaria o minera permitirían alcanzar el nivel de rentabilidad necesario para su implementación.

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