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Capítulo 1 - Introducción: Conceptos y métodos

Métodos del estudio
Referencias

La "planificación" ha sido parte de la sociedad humana, desde la época en que los seres humanos realizaron los primeros intentos organizados por mejorar la calidad de la vida. En la actualidad, los métodos de planificación se modifican frecuentemente para adaptarlos a las cambiantes percepciones de la condición humana. Algunos de los aspectos que en los últimos tiempos ocupan la atención de los profesionales, incluyen el creciente costo de los combustibles fósiles y el concomitante interés por la búsqueda de fuentes de energía renovable; el valor económico del "trabajo de la mujer" en el proceso de desarrollo; la prioridad que debe asignarse a la satisfacción de las necesidades humanas básicas; presencia y rol de las poblaciones nativas; la práctica de la planificación participativa; la preocupación por reducir el ritmo del crecimiento demográfico y, por supuesto, la inclusión del "medio ambiente" en los planes de desarrollo.

De los temas que acaban de señalarse, los más específicos y claramente definidos no presentan mayor dificultad para ser incluidos en los métodos clásicos de planificación. Otros son más difíciles de incorporar. El "medio ambiente" es uno de los más difíciles, y la dificultad es aún mayor cuando se considera "el medio ambiente y el desarrollo de los trópicos húmedos", que constituye el tema del presente informe. El problema deriva de dos factores bien conocidos: la falta de conocimiento y experiencias relacionadas con los trópicos y las incontrolables presiones en pro de su desarrollo.

Podrá parecer extraño que no exista suficiente información sobre los trópicos, dado el volumen de escritos sobre el medio ambiente aparecidos durante los últimos veinte años, pero si se compara la proporción de científicos por unidad de superficie que existe en los trópicos y en las regiones templadas, la razón resulta obvia: existe un "científico ambiental" por cada 20 km2 en California, y uno por cada 20 000 km2 en la cuenca del Amazonas, una región considerablemente más compleja y menos conocida, tanto por los científicos como por los planificadores.

El material publicado por quienes se interesan por los trópicos puede dividirse en cuatro categorías generales:

1. El que predice el fracaso de cierto tipo de desarrollo como consecuencia del escaso conocimiento acerca de los trópicos y aconseja prudencia al encarar dicho desarrollo (Gómez Pompa et al. 1972; Denevan, 1973; Goodland e Irwin, 1975).

2. El que describe el fracaso del desarrollo y sugiere recomendaciones que podrían tener éxito en otras partes (Nelson, 1973; Smith, 1981; Hecht, 1981).

3. El que resume en forma general los datos existentes y presenta conclusiones sobre la forma de proceder, generalmente en el campo de la investigación (Farnworth y Golly, 1974; IUCN, 1975; UNESCO, 1978; NAS, 1982), pero también en cuanto a las alternativas de desarrollo (Fearnside, 1979; Goodland, 1980).

4. El material publicado sobre investigaciones realizadas en forma individual o en grupo dentro de disciplinas específicas. Muchas de ellas se mencionarán en los capítulos sectoriales. Algunos ejemplos son: Sioli, 1968; Sánchez et al. 1981; Fittkaw y Klinge, 1973, y Brown, 1980.

Infortunadamente, la mayor parte de la información proveniente de esta investigación no está disponible para los planificadores en los trópicos, y si lo está, no puede utilizarse en su forma actual, ya que las recomendaciones y sugerencias resultantes de las mismas han sido efectuadas por "especialistas ambientales", con muy poca participación de la comunidad dedicada al desarrollo. El problema reside en que los interrogantes planteados por los dos grupos son diferentes. Los científicos por lo general están más interesados en obtener respuestas al "por qué" y "cómo", y los planificadores del desarrollo necesitan saber "cuándo", "dónde" y "cuánto".

Para alarma de muchos, las presiones socioeconómicas están urgiendo el rápido desarrollo de los trópicos húmedos. Entre las cifras que causan inquietud se destacan las tasas de deforestación, las altas estimaciones de pérdida de recursos genéticos y de culturas humanas. (Véase especialmente Sommer, 1976; Raven, 1976; Myers, 1980; Ekholm, 1982 y Cultural Survival Inc., 1982.) Se citan con frecuencia cifras de deforestación tropical que van de 7,3 millones de hectáreas (FAO, 1981) a 20 millones de hectáreas por año. Gran parte de esta pérdida en la reserva genética se atribuye a la deforestación en los trópicos, donde se encuentran las dos terceras partes de todas las especies (USAID, 1981). Aproximadamente de los tres millones de especies existentes en el mundo, sólo alrededor de 500 000 han sido catalogadas y se les ha asignado un nombre. De acuerdo con USCEQ (1977) entre 100 y 500 000 especies se habrán extinguido en los bosques tropicales americanos para el año 2000.

Estas preocupaciones, combinadas con la escasez de información, han llevado a muchos autores a propugnar una demora del desarrollo hasta que los ecosistemas involucrados se hayan comprendido mejor. Infortunadamente, la velocidad del desarrollo de los trópicos es tan rápida y no planificada, que el esfuerzo de desarrollo sólo se verá demorado por su propio fracaso. Los que se Interesan por el desarrollo de la región, ya sean críticos o planificadores prácticos, deben tener en cuenta este hecho, y diseñar juntos nuevas estrategias para el proceso de desarrollo.

Tales estrategias incluirían un conjunto de lineamientos prácticos que adapten el proceso de planificación del desarrollo a la urgencia de la situación imperante en los trópicos húmedos. Las mismas deben basarse en conceptos de manejo ambiental que tomen en cuenta los numerosos intereses existentes en los trópicos húmedos, basados en los conocimientos ya disponibles y en menor grado en lo que se espera conocer en el futuro. Además, dichos lineamientos deben ser comprendidos y aceptados por los sectores de desarrollo, lo que significa que todos ellos deben participar en su formulación. Lo que se intenta en este estudio es la formulación de tales lineamientos y recomendaciones. Antes de que ello pueda comenzarse, sin embargo, es preciso dedicar un párrafo al concepto tantas veces repetido de que "no hay conflicto entre el medio ambiente y el desarrollo".

La síntesis verbal que entraña este tipo de declaración esconde a menudo un elemento de verdad, pero también un elemento de error. Por una parte, puede decirse que la preocupación por la calidad de un medio ambiente y las actividades de desarrollo involucran los mismos objetivos generales, ya que ambos pretenden mejorarlo. Por otra parte, siempre existe la posibilidad de conflicto entre actividades distintas que pretendan utilizar los mismos ecosistemas para propósitos diferentes. Lo que resulta claro es que tanto el movimiento ambiental como los sectores del desarrollo basan sus actividades en la premisa común de que la humanidad merece más de lo que tiene. Si bien ninguno de los dos grupos puede reclamar una superioridad ética sobre el otro, las actividades de ambos pueden debatirse. El contexto de ese debate está dado por dos hechos relacionados con el movimiento ambiental y dos preguntas que los sectores del desarrollo deben responder.

Los hechos representan, en primer lugar, el tema común del "medio ambiente como unidad", descrito por Barbara Ward (1966). Vivimos en un mundo interconectado e interdependiente, un lugar complejo y lleno de relaciones de causa y efecto, donde las acciones de un individuo o grupo influyen en la vida de otro, y a menudo afectan a quienes las iniciaron. La ciencia ha llamado a esta interdependencia "holocenosis", y Commoner (1971) la ha definido como la primera ley de la ecología: "todo está relacionado con todo".

Mientras Ward y Commoner describen el tema del movimiento ambiental, el Dr. René Dubos describió las inquietudes del movimiento ambiental (1972, 1981). Prefirió referirse a "medio ambientes", y escribió sobre la riqueza de las diferencias individuales y culturales. Dubos reconoció que los esfuerzos realizados por el hombre para mejorar su entorno reflejan sus distintos deseos y necesidades. El movimiento ambiental, formado por grupos tan diversos como los que intentan proteger las áreas silvestres y aquellos que promueven el cultivo de jardines, es prueba de la verdad de su observación.

Existen en la actualidad unas 5 000 organizaciones no gubernamentales registradas en el Environmental Liaison Center de Nairobi, cada una con sus propias inquietudes. La razón principal por la que se las ha identificado con el "medio ambiente", es que han sido dejadas de lado por un proceso de desarrollo dirigido por otros grupos de interés que son económica y políticamente más poderosos. El movimiento ambiental floreció cuando en la década de 1960 aquellos elementos "dejados de lado" alcanzaron una masa crítica. Ello llevó a la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en 1972, en la que los problemas de los países desarrollados se consideraron como "ambientales" y las inquietudes de los países del Tercer Mundo como de "desarrollo". La preocupación de los países del Tercer Mundo también era, sin embargo, de naturaleza "ambiental", ya que las "consideraciones ambientales" representan siempre los intereses sectoriales de individuos, grupos o sociedades que pueden o no coincidir con las de aquellos que comparten los mismos medio ambientes.

Como consecuencia de lo anterior, surgen dos conjuntos de interrogantes dirigidas a la comunidad dedicada al desarrollo. El primero está conformado por interrogantes de la economía tradicional: "¿Qué recursos del medio ambiente son manipulados por los sectores del desarrollo para mejorar la calidad de la vida?", "¿Cómo deben manipularse?" y "¿Quién debe decidirlo?"

El segundo grupo de interrogantes se refiere a: "¿Cómo deberían responder los sectores de desarrollo a la naturaleza holística de los ambientes?", y "¿Cómo puede un esfuerzo de desarrollo evitar interferir con los de otros sectores o grupos de interés?" La respuesta a estos interrogantes es el "manejo ambiental", tema del siguiente capítulo.

Métodos del estudio

La región utilizada como estudio de caso fue la Selva Central del Perú (Mapa 1). Esta región es apropiada por varias razones:

- la inquietud del Gobierno del Perú por integrar totalmente sus extensos territorios de los trópicos húmedos para incorporarlos a la vida y la economía del resto del país; atender las necesidades de los grupos nativos que sólo recientemente se han visto sometidos al rápido cambio y ritmo del siglo XX, y emprender esfuerzos de desarrollo que sean compatibles con los peligros derivados de alterar sustancialmente complejos ecosistemas cuya estructura y función son en gran parte desconocidas;

- la larga historia de asentamientos en la región, que incluye algunos que han tenido éxito y otros que han fracasado (Nelson, 1973; Martínez, 1981) y las investigaciones sobre recursos naturales a nivel de reconocimiento (ONERN, 1981 y 1982), que ofrecen un amplio material para evaluación, y

- el volumen sustancial de información disponible a través de los esfuerzos del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, USAID y otras entidades bilaterales de asistencia que están realizando trabajos en la Selva Central, bajo la coordinación de la Oficina de Proyectos Especiales del Primer Ministro del Perú.

Mapa 1-1 PERU - UBICACION DE LA REGION SELVA CENTRAL

Si bien la Selva Central "representaría" a todos los trópicos húmedos, los autores no albergan la ilusión de que los mismos puedan ser representados adecuadamente por una muestra; simplemente se procuró ubicar la zona del estudio en el contexto general de los trópicos húmedos.

Su tarea tenía por objeto describir el interés de cada sector; identificar los componentes y procesos de los ecosistemas de la Selva Central que eran de interés para ese sector, e identificar los peligros naturales que podrían restringir las actividades de desarrollo; identificar qué actividades de los otros sectores estaban relacionadas con el sector en cuestión, tanto en forma negativa como positiva; discutir estas relaciones con los especialistas que representan a los otros sectores, arribar conjuntamente a soluciones para cualquier conflicto y discutir aquellos aspectos de las interacciones que pudieran complementarse mutuamente, y, sobre la base de estas discusiones, formular lineamientos, recomendaciones u observaciones para que a través de una planificación integral, los intereses de los distintos sectores puedan converger en un curso común y acordado de los trópicos húmedos americanos.

A través de todo el estudio se procuró utilizar un vocabulario común, cuyo resultado es el glosario que se presenta en las últimas páginas de este informe. Se eliminaron además palabras, frases y/o conceptos considerados inadecuados o problemáticos en las discusiones sobre medio ambiente y desarrollo. Por ejemplo, el término "ambiental" sólo podía utilizarse en la expresión "manejo ambiental" o acompañado por una descripción de un medio ambiente específico. Como consecuencia, expresiones tales como "consideraciones ambientales", "deterioro ambiental", "efectos ambientales", "costos ambientales", "impacto ambiental" y "preservación ambiental" sólo se emplean cuando las características de estar deteriorado, afectado, impactado o preservado se identifican como inherentes a un sector o grupo de interés específico. Asimismo, la palabra "ecología" sólo se utiliza en el contexto de su definición, que es esencialmente el estudio de las relaciones. Expresiones tales como "equilibrio ecológico", "preservación ecológica", "manejo ecológico" y "aptitud ecológica" no se utilizan, como tampoco la palabra "ecología" para reemplazar a los términos "medio ambiente" o "ecosistema". Los términos "delicado" y "frágil" se eliminaron para describir los ecosistemas, porque a menudo se emplean corrientemente para justificar la posición de un sector o grupo de interés, e indican muy poco acerca de la estructura y las funciones de los ecosistemas.

En consecuencia, la comunicación se basó en esfuerzos que serían específicos en las discusiones y la limitación del uso de palabras que podrían indicar superioridad intelectual y/o ética de un sector sobre otro.

Referencias

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Commoner, B. 1971. The Closing Circle. Alfred A. Knopf. Nueva York. 326 p.

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Denevan, W.M. 1973. "Development and the Imminent Demise of the Amazon Rain Forest". Prof. Geog. 25:130-135.

Dubos, R. 1972. A God Within. Charles Scribner's Sons. Nueva York. 323 p.

Eckholm, E. 1980. Down to Earth Environment and Human Needs. W.W. Boston and Co. Nueva York. 238 p.

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