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3. Recursos de la tierra

3.1 Análisis general de los suelos
3.2 Criterios de selección de áreas prioritarias
3.3 Consideraciones sobre el medio rural

3.1 Análisis general de los suelos

Al comenzar las operaciones a cargo de la Unidad Técnica, no existían a nivel oficial antecedentes de estudios edafológicos en el área de la ACRB. Teniendo en cuenta la superficie involucrada, las características fisiográficas, el tiempo y medios disponibles, se encaró una investigación a nivel de reconocimiento, con el objetivo de definir las características, propiedades y aptitud agrícola de los suelos, así como su distribución espacial (mapa IV-3-1).

Dicho estudio representa la primera contribución al conocimiento de la geografía de suelos de la ACRB, y a través del mismo fue posible ubicar las zonas aptas para el desarrollo agrícola futuro y evaluar los problemas de las áreas que están actualmente bajo cultivo.

El detalle de las investigaciones realizadas se incluye en el volumen 3 del Informe editado en Argentina.

A título ilustrativo se agregan los mapas IV-3-2, IV-3-3 y IV-3-4 correspondientes a estudios de semidetalle realizados en las áreas de Las Maderas y Santa Rosa (Argentina) y del Triángulo del Bermejo (Bolivia)

3.1.1 Estudio y clasificación de suelos. Las unidades de suelos analizadas fueron 77 en total; dada la escala y nivel del levantamiento, cada unidad representa una asociación de dos o más suelos diferentes.

Teniendo en cuenta que la investigación tuvo por objeto la caracterización de áreas factibles de desarrollo agrícola, el mayor énfasis fue puesto en las zonas de tierras bajas a medianamente altas, a través de un análisis sistemático a nivel de reconocimiento. De allí que, a pesar de que integraran una superficie relativa inferior, esas zonas fueron representadas por 59 unidades de suelos dentro de aquel total de 77. Las superficies altas o montañosas, que a priori señalaron escasa aptitud para el desarrollo agrícola, fueron objeto de un análisis esquemático (levantamiento exploratorio).

Finalmente corresponde destacar que se seleccionaron tres áreas - Las Maderas y Santa Rosa en Argentina y el Triángulo del Bermejo en Bolivia - para levantamientos a nivel de semidetalle, teniendo en cuenta su uso actual y sus posibilidades favorables para el desarrollo futuro (mapa IV-3-1a).

Las diferentes unidades de suelos identificadas en el estudio general fueron representadas en un mapa a escala 1:250000. Este estudio se basó en fotointerpretación, lo que posibilitó delimitar unidades fisiográficas que dieran la orientación a los trabajos de campo y posteriormente a la representación gráfica de las unidades de suelos.

Las unidades fisiográficas reconocidas fueron 16, definidas por el relieve, morfología, material originario, naturaleza de las rocas y ambientes climáticos. Luego de definidas, las unidades fueron delimitadas en las fotografías áreas y transferidas a los fotomosaicos.

Los trabajos de campo comprendieron observaciones en pozos abiertos en varios puntos de cada unidad fisiográfica hasta llegar a definir los suelos dominantes. Posteriormente se abrieron calicatas de una profundidad media de dos metros, para la descripción morfológica de los perfiles representativos y obtención de muestras de los diferentes horizontes para su posterior análisis en laboratorio. El promedio de observaciones en el reconocimiento fue de una cada 1000 ha.

Cuadro IV-2-4. Volúmenes reguladores anuales

Area

Superficie
km2

Variación n/e medio
m

Volumen saturado
hm3

Volumen regulador
hm3

San Lorenzo - Tarija - San Luis

65

0,5

33

1,7

Triángulo del Bermejo

95

1

95

4,7

Valle del Bermejo

1255

1

1255

63

Quebrada de Humahuaca

25

0,5

12,5

0,6

Jujuy - El Carmen

440

1

440

22

Valle de La Caldera

90

1

90

4,5

Güemes - Aguas Calientes

965

1

965

48

Valle del San Francisco

2710

0,5

1355

68

Mapa IV-3-1a - Categorías del Levantamiento de Suelos

Mapa IV-3-2 - TRIANGULO BERMEJO

Mapa IV-3-3 - COLONIA SANTA ROSA

Mapa IV-3-4 - LAS MADERAS

Cuadro IV-2-5. Características principales de las áreas con mejores posibilidades de explotación

Area

Profundidad media

Caudal medio por pozos l/s

Calidad probable

agua m

pozos m

CE umhos/cm

Clase para riego

BOLIVIA

Tarija - San Luis

+2

60

2*

300

C1/C2-S1

Triángulo Bermejo

15

70

10

700

C2-S1

SALTA

Embarcación - Tres Pozos

13

60

10

700

C2/C3-S1

Orán - Pichanal

8

50

6,5

500

C2-S1

Colonia Santa Rosa

2/8

90

2

1000

C3-S1

Vaqueros

30

60

8

300

C2-S1

JUJUY

Ledesma - Fraile Pintado

50

90

40

700

C2/C3-S1

San Pedro

50

90

80

800

C2/C3-S1

San José del Bordo

23

50

25

900

C3-S1

Santa Clara

60

110

20

850

C3-S1

* Surgente

El proceso de compilación del mapa final de suelos se realizó después del establecimiento de las asociaciones y del estudio de correlación de las mismas. El nombre adoptado para definir cada asociación se eligió a partir del suelo más difundido. Los límites, una vez definidos, fueron transferidos al mapa básico en escala 1:250000.

La descripción de cada una de las asociaciones comprende: superficie, ubicación y fisiografía, características generales, uso actual y aptitud agrícola, limitaciones principales y recomendaciones.

De los estudios efectuados pueden deducirse las siguientes conclusiones generales:

i. La ACRB presenta una gran variedad de suelos, en lo que hace a características y propiedades de los mismos. Esta variedad es consecuencia de la interacción de los factores de formación que son extremadamente variables en la Cuenca.

ii. Los principales grandes grupos de suelos reconocidos (según la clasificación de FAO) son, en orden de importancia, según su difusión: Litosoles, Fluvisoles, Regosoles, Yermosoles, Luvisoles y Planosoles.

iii. Los datos analíticos obtenidos de un total aproximado de 1000 muestras, sugieren que la mayoría de los suelos presentan alta saturación con base, reacción neutra a ligeramente ácida y contenidos medios de materia orgánica.

iv. La mayoría de los suelos identificados no presentan problemas de salinidad ni alcalinidad, exceptuando aproximadamente 100000 ha en territorio argentino, que corresponden principalmente a las unidades cartográficas designadas Complejo Zapallar, Don Enrique y Lavayén - San Francisco. Se estima que el 50% de esta superficie está afectada por una fuerte salinidad.

3.1.2 Cuantificación de las unidades de suelos. La superficie de la Cuenca alcanza a 5055000 ha. De ese total, el levantamiento exploratorio cubrió 4175100 ha, o sea el 82,6%. El resto, que cubre 879900 ha, involucra tierras bajas a medianamente altas. Estas tierras, en su totalidad, fueron objeto de estudios a nivel de reconocimiento.

3.1.3 Aptitud agrícola de las tierras. La finalidad de la interpretación de datos del levantamiento de suelos en la ACRB es la de definir áreas requeridas para el desarrollo de proyectos agrícolas que cubran la demanda de tierras en el horizonte del estudio, así como proveer los datos necesarios para programar el mejoramiento, recuperación y manejo de las tierras cultivadas, tanto para agricultura, como para pasturas y bosques.

Tratándose de un levantamiento a nivel de reconocimiento, se aplicó un sistema de clasificación de tierras adecuado al mismo, que consiste en el agrupamiento de tierras según sus cualidades y posibilidades para uso agrícola, de acuerdo con las mayores o menores limitaciones que presentan los suelos (mapa IV-3-5).

Los agrupamientos son cinco, designados por las letras capitales de A a E, en un orden decreciente de aptitud y prioridad, cuyas características son las siguientes:

Grupo A:

Tierras que no requieren especiales tratamientos; pueden presentar escasa o ligeras limitaciones. Siendo muy buena su aptitud agrícola, les corresponde una alta prioridad para programas de desarrollo en el uso de los suelos.

Grupo B:

Tierras que requieren tratamientos de orden menor para su desarrollo, recuperación, implementación y manejo. Su aptitud es buena, con moderadas limitaciones; les corresponde una menor prioridad para programas de desarrollo.

Grupo C:

Tierras que llegan a requerir tratamientos de orden mayor a los fines señalados. Presentan fuertes limitaciones que les otorga una aptitud agrícola condicionada a determinados usos. Poseen una inferior prioridad y pueden llegar a acrecentar su valorización mediante estudios semidetallados.

Grupo D:

Tierras que poseen limitaciones en un grado tal que requieren estudios especiales para establecer la factibilidad de la aplicación de medidas de tratamientos para su implementación.

Grupo E:

Estas tierras presentan excesivas limitaciones, las cuales, en términos generales y salvo para casos especiales, las hacen inadaptadas y normalmente quedan excluidas de los programas de desarrollo, mejoramiento y recuperación.

Un concepto de los tratamientos necesarios para los grupos A, B y C puede resumirse así:

Requerimiento Grupo A:

El tratamiento se reduce a las prácticas comunes de manejo para incremento de la productividad.

Requerimiento Grupo B:

Simples combinaciones de manejo del suelo y del cultivo. Puede necesitar un refuerzo moderado de otras prácticas auxiliares.

Requerimiento Grupo C:

Combinaciones especiales e intensivas de tratamientos culturales, estructurales y de la vegetación.

La intensidad del tratamiento del Grupo D es mayor o comparable a la del Grupo C, y deberá ser determinada una vez establecida la potencialidad de esas tierras para su desarrollo. Respecto al Grupo E, por sus excesivas limitaciones, los tratamientos están supeditados al uso que se le pueda dar (o cultivo que se adapte) pero siempre intensivos e indispensables.

Cada una de las asociaciones de suelos reconocidas en la Alta Cuenca fueron clasificadas de acuerdo al agrupamiento aquí indicado. El resultado de la clasificación se expresa en los cuadros IV-3-1 y IV-3-2.

Cuadro IV-3-1. Superficies según agrupamiento generalizado

Grupo

Grado de limitación

Superficie ha

Argentina

Bolivia

A

Tierras con limitaciones ligeras

108300

10400

B

Tierras con limitaciones moderadas

360500

22200

C

Tierras con limitaciones medianamente severas

126500

41500

D

Tierras con limitaciones severas

487200

22400

E

Tierras con limitaciones muy severas

27545001

121500


Totales

38370001

218000

Atendiendo a que una asociación está integrada por diversos suelos, se optó por generalizar clasificando a cada unidad según el grupo de tierra que poseía el suelo dominante, sin dejar de relacionarlo con los demás componentes.

Cuadro IV-3-2. Tierras con aptitud para riego

Aptitud

Argentina

Bolivia

1

66200


2

299800

27200

3

93200

3800

Totales

459200

31000

Esta generalización se denominó "agrupamiento generalizado". Los resultados globales y la distribución superficial de estos agrupamientos se expresan en el cuadro IV-3-1.

Sumando las tierras de las categorías A y B, se llega a la conclusión de que existen 468800 ha en territorio argentino y 32600 ha en territorio boliviano. Teniendo en cuenta las superficies actualmente explotadas, se deduce que aproximadamente 330000 ha en Argentina tienen posibilidades de desarrollo agrícola inmediato. Bolivia tiene, bajo explotación en grado variable de intensidad, la totalidad de las superficies con mejores aptitudes.

Dentro de la aptitud agrícola de las tierras, interesa también un aspecto particular dado por la aptitud para riego. La metodología adoptada para su apreciación se ha basado en las recomendaciones del Bureau of Reclamation y, dado que por lo general no se aplica a estudios de reconocimiento como el realizado, la clasificación tiene carácter de tentativa.

La clasificación adoptada comprende seis clases de aptitud, enumeradas del 1 al 6 y en sentido decreciente de aptitud. Las tres primeras se consideran regables; la clase 4 es marginal, la 5 temporariamente inapropiada y la 6 inepta. Las características o factores que se han tenido en cuenta son los mismos usados para definir los grupos de tierra, adicionados con las relativas al relieve y a los requerimientos de sistematización para el riego.

La aplicación de la clasificación anterior se ha limitado a las asociaciones de suelos que por su aptitud agrícola poseen el grupo A y B, del agrupamiento generalizado.

Los resultados obtenidos se detallan en el cuadro IV-3-2.

3.2 Criterios de selección de áreas prioritarias

Teniendo en cuenta los incrementos de demanda de tierras bajo riego que deben presentarse en el largo plazo y dentro del horizonte del estudio, una muy elevada proporción de las tierras aptas debería ser estudiada más en detalle, así como las obras de regulación y de conducción necesarias para la habilitación de las mismas.

No obstante, a los efectos de un ordenamiento de los proyectos, se ha considerado conveniente desagregar, dentro del total, asociaciones de suelos que se definirían como prioritarias.

Además de los factores propios del suelo, se han considerado otros, como ubicación y forma, superficies libres de cultivo, tenencia y subdivisión de la tierra, accesos, cercanías a centros poblados y posibilidades de implementar los servicios de extensión.

Los resultados se establecen en el listado siguiente:

Asociaciones muy favorables

Asociaciones favorables

Peña Colorada


Pichanal

Urundel

El Mollar

Los Toldos

El Piquete

La Trampa

Quisto

Santa Cornelia

Lobatón

Cobo

El Milagro

San Telmo

Palma Sola

Saladillo

Río Colorado

Concepción

Campo Grande


La localización de las áreas prioritarias y su relación con las áreas actualmente cultivadas se indican en el mapa IV-3-6 ("Areas agrícolas prioritarias")

3.3 Consideraciones sobre el medio rural

Dentro de las características socioeconómicas del área merecen señalarse las que se refieren a la estructura agraria, a la modalidad del trabajo, a la fuerza de trabajo familiar y a las características de ocupación.

Dentro de la ACRB coexisten diferentes tamaños y formas de tenencia de las explotaciones rurales, desde las grandes áreas bajo riego de cultivos de caña de azúcar monopolizadas por los seis más importantes ingenios azucareros, hasta los minifundios ubicados preferentemente dentro del cuadrángulo del Polo de Desarrollo y en Tarija, donde los cultivos principales son el tabaco o los productos para la subsistencia familiar. Dentro de estos extremos se detectan zonas rurales cuyos predios tienen extensiones que permiten condiciones de desarrollo adecuadas para la unidad familiar.

La fuerza de trabajo familiar promedio (unidades de mano de obra), en función de la incidencia en la familia de cada estrato de edades, da un valor de 2,2.

En extensas zonas de la ACRB, la influencia del cultivo de la caña de azúcar ocasiona formas singulares de ocupación. En épocas de zafra, la fuerza de trabajo aplicada en el área es considerable, y disminuye sensiblemente en las épocas de estío. Como resultado de ello hay una gran tendencia al movimiento migratorio de la fuerza de trabajo como recurso para completar la ocupación a lo largo del año, aun en ubicaciones bastante distanciadas entre sí. Como corolario de esta modalidad, surgen, inevitablemente, la insuficiencia de viviendas y servicios; elevadas tasas de deserción escolar - pues el inmigrante se traslada generalmente con su familia, la cual trabaja en tareas secundarias de zafra - y el fomento dentro del área de una economía de subsistencia.

Desde el punto de vista social, los objetivos para el desarrollo del área deben procurar:

a) El mejoramiento de las condiciones en que se practica el riego, el desagüe y el drenaje en la zona actualmente servida por las derivaciones directas de cauces naturales, a fin de que, por vía del incremento de productividad, el productor se sitúe en un mejor nivel de competencia y capacitación.

b) Establecer nuevas áreas destinadas a la explotación agropecuaria, con vistas a obtener productos diversificados con posibilidades de industrialización y/o exportación, y que, a la vez, provoquen un insumo de mano de obra lo más constante posible a lo largo del año.

c) Establecer asentamientos que permitan ubicar el máximo número de familias compatible con una explotación redituable, a fin de aliviar la presión que se opera en la zona de minifundios.

Existe dentro del área del Estudio y en ambos sectores nacionales, un problema común que debe ser contemplado en el desarrollo de los proyectos; es la situación en que se encuentran las familias que ocupan y trabajan pequeñas parcelas, generalmente en zonas de suelos malos o degradados, donde los rendimientos son más bajos y donde los efectos perniciosos del minifundio se irán agravando a medida que transcurra el tiempo.

Es evidente que cualquier plan que se emprenda para lograr nuevas áreas de riego encontrará problemas vinculados con tres tipos de tenencia: ya sea que la extensión de las áreas a regar se encuentre en zonas de gran explotación industrial con escaso número de propietarios, que se encuentre adyacente a áreas donde predomina un elevado número de propietarios de pequeñas parcelas, o, finalmente, que haya nuevas zonas donde puedan implementarse predios de dimensiones económicas óptimas para la explotación a nivel familiar.

Las soluciones a tales problemas deben propiciar una reforma de las estructuras agrarias - muy particularmente en las áreas donde se ubicarán los proyectos agrícolas - habida cuenta de la fundamental importancia que revisten los recursos humanos en cualquier tipo de desarrollo que se pretenda obtener en la región.

 

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