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4. Proyecto Canasmoro

4.1 Sitios de presa
4.2 Posible presa sobre el Río Carachimayo
4.3 Zona de Riego
4.4 Indice volumétrico
4.5 Conclusiones y recomendaciones

Se trata de regular los caudales del río Guadalquivir y, particularmente, de proveer riego a las terrazas altas de la margen izquierda de dicho río, desde Carachimayo hasta el triángulo determinado por los ríos Guadalquivir y Sella, a lo largo de unos 9 km en dirección N-S.

COBOPILCOMAYO inicio estudios para determinar las posibilidades de una presa de regulación sobre el río Guadalquivir en la región de Canasmoro.

Hay dos alternativas de cierre a diferente altura. Al observarlas en el terreno se ve más viable la alternativa baja, situada aproximadamente un kilómetro aguas arriba de la confluencia de los ríos Carachimayo y Guadalquivir y muy próxima a la Escuela Normal de Canasmoro.

4.1 Sitios de presa

En la margen izquierda se observa un farellón de roca, casi vertical, de unos 30 m de altura. La roca se ve sana y con diaclasas verticales. Está compuesta de limolita, con intercalaciones de lutita en proporción aparentemente menor que en el caso de Santa Ana.

En la margen derecha el farellón de roca es más bajo y encima de la roca se puede apreciar un material cuaternario compuesto de suelo fino arcilloso. Esto se ve en un corte ubicado en un costado de la loma.

Habría que hacer pozos de reconocimiento, en este lado, para determinar la profundidad de la roca y las características del relleno cuaternario, para determinar si éste se puede quedar in situ, o habría que sacarlo completamente, para construir una presa.

Más al oeste hay un abra, o portezuelo. En un corte, vuelve a repetirse un depósito de fluvial antiguo, esta vez más relleno de material fino y colocado sobre una capa de arcilla grasa.

En la M.D. no se observa roca en las inmediaciones, aporte de la que se ve en el angosto. El material rocoso parece encontrarse mayormente en la lomada de la M.I., annque el recubrimiento cuaternario en esta parte no muestra afloramientos de roca tan claramente como en el caso de Santa Ana. Unos 150 m aguas abajo se observa en la M.I. un farellón de conglomerado, a continuación del farellón rocoso.

En el fondo del cierre hay material aluvial de espesor a determinar, no obstante, hay indicios aparentes de que este relleno se encuentra sobre roca y que tendría poco espesor, tal vez no más de 5 m.

En la construcción de una presa este material debería ser retirado hasta descubrir la fundación en roca.

Aguas arriba del angosto, el valle se abre, con buena apariencia como vaso de embalse. En el hecho se ve abundante material aluvial moderno.

La zona de inundación, desde el lugar en que pudo observarse, se veía con cubierta vegetal y grado de erosión que no hacen temer que el embanque vaya ser un factor decisivo en la factibilidad de la presa. De todas maneras, esto es solo una apreciación puntual y, como en el proyecto de todo embalse, debe estudiarse el transporte sólido.

El agua del Guadalquivir se vería clara, a la fecha del reconocimiento, con un caudal de aprox. 1,5 - 2 m3/s (19-3-76).

La disimilitud de altura y materiales de los dos lados del angosto, hace que deban investigarse las condiciones de fundación en la M.D. y las disponibilidades de material de construcción en la M.I. antes de determinar el tipo de presa más conveniente para ese sitio.

De haber enrocado suficiente en la lomada de la M.I. podría pensarse en una presa de enrocado en el sitio. Para los efectos de un prediseño, que dé una primera aproximación del costo, puede usarse el perfil tipo que se presenta en anexo, una vez elaborado el plano de planta y perfil transversal del eje de la presa.

A pesar de lo anterior las características del farellón en M.I. y del fondo, ambos rocosos, inducen a pensar en la implantación de una presa de hormigón, posiblemente "buttress type dam", con vertedero frontal sobre la presa.

Las características del sitio indicarían la factibilidad de una presa compuesta, con un tramo de hormigón sobre la M.I. seguido hacia la M.D. por un dique de tierra, de perfil compuesto, que se uniría al anterior por muros de contención y anclaje, en hormigón.

Los materiales para la construcción del dique de tierra se encuentran disponibles en las cercanías. Para el núcleo de impermeabilidad existe material de arcilla con grava en planos situados a los bordes del camino, hacia aguas arriba. Para el material permeable existen abundantes depósitos en el fondo del río, aguas arriba, donde también existen bolones para las corazas de protección.

Una presa de enrocado requeriría vertedero y obras de desviación y toma en el macizo rocoso de la M.I. En una presa de hormigón esas obras pueden incorporarse en el cuerpo de la presa.

Es de hacer notar que en la parte baja de la M.D. está ubicada la Escuela Normal de Canasmoro. Al hacer el vertedero por ese lado implicaría la destrucción de la edificación. Asimismo, durante el período de construcción de la presa, el ruido de maquinarias, perforaciones y explosiones, pertubaría notablemente el funcionamiento del local.

Al igual que en el Proyecto Santa Ana habría que instalar, lo más pronto que sea factible, una estación fluviométrica cercana al sitio de la presa y una red de pluviómetros en la cuenca de captación.

4.2 Posible presa sobre el Río Carachimayo

Se ha pensado en la posibilidad de una presa en el río Carachimayo, para servir los suelos que por su mayor altura no serían cubiertos por parvedad desde la presa de Canasmoro.

A pesar de estar situado a cota alta, el sitio indicado no se ve favorable. Es aparente que hacia aguas arriba el vaso es estrecho y la pendiente fuerte, lo que daría un índice económico-volumétrico (costo por m3 embalsado) bastante elevado.

A la fecha de la visita (19-3-76) el río traía solo unos pocos litros por segundo. Aguas arriba se derivan pequeños canales de riego con caudales bajos.

Con los materiales de construcción disponibles en las inmediaciones, solo podría pensarse en una presa de mampostería, aprovechando los bolones que se ven en lecho del río, en el que hay un muy abundante deposito aluvial.

Pero, esto último, combinado con la pendiente del río, que crece rápidamente hacia aguas arriba, hacen ver que en un lapso relativamente corto, una presa en el río Carachimayo, se embancaría, perdiendo capacidad de regulación. A la larga, la presa se transformaría en una simple barrera de derivación de los muy escasos caudales de estiaje del río.

4.3 Zona de Riego

Con los datos disponibles -planos escala 1:50 000 del IGM con curvas de nivel cada 20 m- el problema más indeterminado para el regadío de la terraza en la margen izquierda del Guadalquivir, está en la cota de dicha terraza con respecto a la cota de fondo del embalse.

Con una cota de fondo de 2 040 (según planos IGM) los suelos eventualmente regables comienzan en la cota 2 170-2 100 en Sella-Carachimayo y van bajando hacia el sur con pendientes comprendidas entre 0,8 y 1,2%. A medida que se avanza hacia el sur los suelos se van angostando y empobreciendo hasta el ángulo formado por el encuentro de los ríos Sella y Guadalquivir.

En los recorridos que se hicieron por la zona se observaron fuertes discrepancias entre lo que indicaba un pequeño altímetro de mano y puntos replanteados de las curvas de nivel del plano a escala 1:50 000.

La relativa horizontalidad transversal E-O de la peni-planicie, hace que el trazado de un canal pueda tener fuertes desplazamientos laterales, para diferencias de cota relativamente pequeñas; esto no puede determinarse en base a un plano con curvas de nivel cada 20 metros.

Por esta razón, es necesario disponer de un plano altimétrico más detallado para determinar la magnitud de la zona de riego. Con un vuelo especial podría hacerse una restitución aerofotogamétrica a escala 1:10 000 con curvas de nivel cada dos metros, tanto de la zona de riego como de la inundación. Este vuelo debería abarcar también el curso del río Guadalquivir hasta Tarija, para determinar las superficies que actualmente se sirven con dicho río y sus afluentes.

Pero, desde ya puede preverse que habría que hacer elevación de agua para regar parte importante de las terrazas altas.

Un canal que saldría (a la cota 2 045 por ejemplo) de la presa de Canasmoro, debería desarrollarse por la margen izquierda, ganando cota hacia la terraza. En esta situación el trazado debería apoyarse a cierta altura en un farellón vertical de suelo disgregable. Esto haría muy difícil el trazado del canal y más aún, por no decir imposible, la construcción del mismo a media altura por este farellón. La operación y mantenimiento del canal serían también muy dificultosos.

No queda otra solución que la elevación de agua, lo que es ciertamente oneroso, y para lo cual hay que disponer de energía eléctrica suficiente. Se podría aprovechar el peralte de aguas que da el embalse elevando desde el espejo de aguas del mismo. Las fluctuaciones de nivel requerirían el uso de motores sincrónicos, que son de bajo rendimiento.

Llegado el caso, se debería estudiar la combinación más económica entre altura de elevación y superficie regada, en relación con los niveles estacionales del embalse. Esto excede el alcance de este informe y los datos disponibles.

Por otra parte, hay que hacer notar que la eventual superficie de riego incluye suelos pesados de baja capacidad de drenaje interior. Esto es evidente, al observarlos, ya que, aún con los escasos caudales que provienen del río Sella, se ven algunos retazos pantanosos por falta de drenaje de los suelos. La implantación del riego en esos suelos implica entonces un estudio del drenaje de las superficies regadas. El drenaje exterior (superficial) es fácil, por la gran diferencia de cota entre las terrazas por regar y las quebradas o ríos circundantes.

Otro factor limitante del riego de las terrazas es que el río Guadalquivir tiene antiguos, y tal vez importantes compromisos actuales de agua, hacia abajo del sitio de la presa. Al ser los recursos hídricos limitados es más que probable que haya competencia entre el mejoramiento del riego actual a lo largo del Guadalquivir y la incorporación de nuevas áreas regables en las terrazas de la margen izquierda del río. Esto haría necesario determinar no solamente las concesiones actuales sino también las demandas y disponibilidades hídricas de los tributarios del Guadalquivir, aguas abajo de la presa, que vuelcan parte de sus aguas con esté río. Se trata de los ríos Calama, Erquis, Sella y otros menores.

Asimismo, habría que determinar el caudal estacional mínimo que se demanda al río Guadalquivir frente a la ciudad de Tarija, tanto por necesidades sanitarias, como por demandas industriales, de recreación y otros usos. Lo anterior podría limitar el caudal derivable de la presa de Canasmoro, para riego de las terrazas, en un grado que falta investigar, pero que no puede despreciarse.

4.4 Indice volumétrico

Al solo efecto de una primera aproximación, sobre la bondad relativa del vaso del embalse, puede usarse la relación agua/muro, en diques de tierra, que indica el volumen de aguas retenido por unidad de volumen de la presa.

Se aclara que éste no es el tipo recomendado para el sitio, sino que se piensa en él como una primera aproximación de la capacidad relativa del embalse con respecto al costo de presa.

Con los datos recogidos y con curvas de nivel cada 20 metros, una presa de 40 metros de altura tendría una capacidad de embalse de 30 hm3, inundando 1 800 ha, y un volumen de relleno de 106 m3, lo que da una relación agua/muro de 30.

En la práctica de ingeniería de diques de tierra se considera que una relación superior a 100 es muy satisfactoria. Una relación del orden de 50 revela una capacidad de embalse solo regular con respecto al costo.

4.5 Conclusiones y recomendaciones

i. El factor limitante más significativo del proyecto Canasmoro está en la indeterminación de la superficie posible de regar, debido a:

a) Falta de detalle de los planos disponibles.

b) Insuficientes datos sobre concesiones de agua vigentes en las zonas actualmente servidas por el río Guadalquivir.

c) Magnitud de la elevación de agua que habría que hacer en función de los suelos aptos para riego y disponibilidad y costo de la energía para el bombeo.

Se recomienda para esto disponer de una restitución aero-fotogramétrica de la zona a escala 1:10 000.

ii. Debe estudiarse la capacidad de drenaje interno de los suelos de las terrazas altas y en base a ello y a la topografía del terreno, determinar las zonas en que sea necesario el drenaje externo.

iii. Dada la escasez de los recursos hídricos no es posible pensar en generación de energía eléctrica de importancia en Canasmoro. Podría hacerse una generación limitada a los caudales que deban entregarse permanentemente desde el embalse.

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